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Obras de Diego Catalán

4.- 3. REFORMAS EN LA CONSTRUCCIÓN PIDALINA

 

3. REFORMAS EN LA CONSTRUCCIÓN PIDALINA. I. INTRODUCCIÓN. LAS CRÓNICAS GENERALES DE ESPAÑA HEREDERAS DE LA ESTORIA ALFONSÍ

      El establecimiento de la genealogía de las crónicas fue realizada por R. Menéndez Pidal como tarea previa a la elaboración de sus dos primeras obras: La leyenda de los Infantes de Lara (Madrid, 1896) y Poema del Cid, nueva edición (Madrid, 1898), esta última precedida por el estudio lingüístico del Mio Cid (premiado en 1895 por la Aca­demia Española) y complementada por el estudio "El Poema del Cid y las Crónicas Ge­nerales de España" (1898)18 conjunto que vino a quedar integrado en la obra Cantar de mio Cid. Texto, gramática y vocabulario, 3 vols., (Madrid, 1908-1911). El carácter ancilar, respecto a la historia de la épica castellana, de los minuciosos análisis realizados por Menéndez Pidal de los manuscritos cronísticos es patente incluso en una obra tan técnica como el Catálogo de la Real Biblioteca I, Manuscritos. Crónicas Generales de España (Madrid, 1898), donde tienen un relieve especial las observaciones sobre las secciones de la historia de mayor interés para la epopeya. Ello no nos puede extrañar, dado que, por esas fechas, Menéndez Pidal, apoyándose en el tronco y ramas de su ár­bol genealógico de las crónicas, había logrado dar a conocer la riqueza temática de la muy desconocida epopeya castellana e incluso recuperar para la literatura algunos de sus mejores motivos y escenas. Un esbozo muy completo del desarrollo a lo largo de los tiempos de los temas heroicos castellanos fue por entonces expuesto por Menéndez Pidal en sus "Lectures" de 1909 en la Johns Hopkins University (Baltimore) y, vertido a lengua francesa, publicado en un libro, L ’epopée castillane à travers la littérature espagnole (Paris, 1910), destinado a un amplio público.

      Aunque, en los decenios siguientes, la historia restaurada de la epopeya española pu­do irse enriqueciendo con nuevos hallazgos y precisiones, Menéndez Pidal no sintió la necesidad de alterar substancialmente su inicial reconstrucción de la genealogía de las crónicas. No obstante, en el curso de ulteriores investigaciones sobre las fuentes poéti­cas y prosísticas de la compilación alfonsí y de sus refundiciones, Menéndez Pidal tu­vo ocasión de completar y retocar en puntos varios la construcción que había levantado a fines del siglo XIX.

      Ya en 191619 había hecho la importante observación de que la "Versión vulgar", con­servada por ciertos manuscritos menos autorizados que los dos volúmenes del códice E, mantenía un texto de la Estoria de España más próximo al arquetipo de la obra que el de la "Versión regia" por él editada en 1906, pues la mayor concisión verbal que en ellos se observa no es el resultado de un proceso abreviatorio realizado a partir de la redac­ción "oficial" recogida en el códice E1 + E2, sino que depende de su mayor fidelidad a la frase de las fuentes. Además, la confrontación con otras "crónicas generales" de es­tos textos "vulgar" y "regio" le hizo llegar a la conclusión de que la base común a todas las formas adquiridas por la compilación alfonsí a lo largo del tiempo no era un proto­tipo reconstruible, sino un "borrador compilatorio" de texto fluido e indeciso, debido a la existencia en él de notas marginales, de tachaduras y de correcciones vacilantes.

      Más tarde, se convencería (según se ve en una publicación de 194820) de que, si bien en el texto del segundo volumen de la Estoria (el referente a los reyes hispanos posteriores a la invasión musulmana) se alude al reinado de Sancho IV y al año 1289, la ela­boración de esa parte de la historia nacional fue también obra alfonsí, y que al reinado de Sancho IV sólo hay que atribuir la escritura del volumen E2 y los retoques y actua­lizaciones que con esa ocasión se introdujeran en la compilación.

 Diego Catalán, De la silva textual al taller historiográfico alfonsí (1997)

NOTAS

18  RHi,V (1898), 435-469.

19  R. Menéndez Pidal, Crón. General-Discurso (1916), pp. 24-29.

20   R. Menéndez Pidal, "Alfonso X y las leyendas" (1948), 15-17. Aunque convencido del carácter al­fonsí de la compilación desde el principio al fin de ella, pensó que la historia de los reyes de Castilla y de León no pasó, en vida de Alfonso X, del estado de "borrador".

CAPÍTULOS ANTERIORES:

DE LA SILVA TEXTUAL AL TALLER HISTORIOGRÁFICO ALFONSÍ. CÓDICES, CRÓNICAS, VERSIONES Y CUADERNOS DE TRABAJO.

1.- DE LA SILVA TEXTUAL AL TALLER HISTORIOGRÁFICO ALFONSÍ. CÓDICES, CRÓNICAS, VERSIONES Y CUADERNOS DE TRABAJO

I. INTRODUCCIÓN. LAS CRÓNICAS GENERALES DE ESPAÑA HEREDERAS DE LA ESTORIA ALFONSÍ

*    2.- 1. LA SELVA TEXTUAL Y LA ERUDICIÓN PRE-PIDALINA

*    3. 2. DESLINDE Y CLASIFICACIÓN POR MENÉNDEZ PIDAL, A FINES DEL SIGLO XIX, DE LAS CRÓNICAS GENERALES DE ESPAÑA

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Imagen de portada:  retrato de don Juan Manuel en el retablo de Santa Lucía de la Catedral de Murcia

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