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Obras de Diego Catalán

9.- 6. LOS ILIRIOS

9.- 6. LOS ILIRIOS

6. LOS ILIRIOS. II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS

      Los ambrones o lígures fueron en el centro de Europa muy influidos lingüística y racialmente por un pueblo de lengua ya indoeuropea, los ilirios. Es hasta posible que los lígures, de que hablan los autores griegos, y los ambrones, recordados en la toponimia, no fueran sino una rama oc­cidental del pueblo ilirio mezclado con un fuerte substrato étnico mediterráneo, ya que los ilirios parecen proceder de una mezcla de razas nórdica y mediterránea61.

      Los ilirios de la Edad del Bronce, hacia 1200 a.C., ini­ciaron un amplio movimiento emigratorio que transformó la etnografía de Europa. Desde su sede originaria, Lusacia-Silesia-Bohemia, se extienden por ambas orillas del Adriá­tico, por el país que se llamó Iliria hasta el Épiro 62, y por la parte de Venecia hasta la Apulia; entran en contac­to con los lígures 63; avanzan por Francia, y hacia el año 1000 entran en España por Cataluña64, probablemente mezclados con lígures 65.

      Su asiento más denso creo fue en el ángulo Noroeste de la Península, donde abundan los topónimos Lama, Lamego, Lamosa (en dialecto asturiano Llama), frecuentes también en Italia, sobre todo en las regiones ilíricas. Provienen de la voz lama ’pradera húmeda, tolla’, que parece en latín un préstamo de las lenguas ilíricas del oriente de Italia y de la cual trataremos al hablar de las voces de substrato 66.

      La compenetración de ilirios y lígures puede indicarse en el hidronimo Dŭrĭus > Duero, portugués Doiro; cuyo fe­menino Dŭrĭa se repite en el territorio europeo de ambos pueblos, ora en afluentes del Po en Piamonte 67, ora en un afluente del Danubio en la alta Hungría 68, ora en el Su­reste de Francia en una fuente del Ain 69. Además es de notar que las huellas ilíricas aparecen en España junto a las lígures en varios territorios.

      El nombre Carauantius, que llevó un príncipe de la Iliria, vencido por los romanos en 168 según Tito Livio, aparece como topónimo en Asturias, Carabanzo, y en for­ma de diminutivo *Carabanciello, con pronunciación mozá­rabe 70 Carabanchel, Madrid; es decir, este nombre tan típi­camente ilírico aparece en la región central, donde acabamos de señalar topónimos lígures. De igual modo, la ciudad de Iliria Carauantis71, mencionada también por Livio en los sucesos del príncipe Carauantius, tiene su homónima en Caravantes de Soria, donde halla­mos el pueblo de Ambrona. El nombre de la cordillera Καρουάγκας  ὅροσ (Ptolomeo), en la Panonia antigua (Carniola moderna), que separa Austria del Véneto (italia­no Caravanche, alemán Karawanken) fue usado en España como gentilicio: Carauanca se llama una mujer en ins­cripción de Aguilar de Campoo 72 en territorio cántabro. Estos tres nombres, cada uno por sí, y, sobre todo, los tres en grupo que se dan en Iliria y en España (pero no en territorio lígur italiano ni francés) nos indican que el pue­blo que los trajo usaba en su lengua la base *carau- ’pie­dra’, viva hoy en varios dialectos de los Alpes 73, que parece iliria por el hecho de entrar en el nombre de un prín­cipe ilirio (aunque no se excluye la posibilidad de que el príncipe tomase su nombre de un toponímico de substrato mediterráneo y no indoeuropeo)74.

      Otras homonimias de este tipo podrían apuntarse. Añadiré sólo la del pueblo protoilirio de los Κορκόντοι señalado por Ptolomeo en la Germania Magna (al Nordeste de Bohe­mia), que se repite en España, Corconte en Santander 75.

      Igualmente los derivados de una base *borm *form ’fuente, manantial’, parecen de origen ilirio y préstamos en el lígur, probablemente de un indoeuropeo *bher ’borbo­tar, hervir’ (anglosajón beorma, latín fermentum ’levadura’). Como en el caso de Dŭrĭus, Dŭrĭa, estos topónimos re­basan el territorio lígur y no pueden ser originarios de él, pero por la mayor abundancia con que en él se ofrecen parecen típicos del mismo. En antiguo territorio lígur se ha­llan Bormia río, Bormiae Aquae baños medicinales, Bormanilacus; Bormio Lombardia, famoso por sus aguas sulfurosas, Bórmida Liguria, Piamonte, Lombardia; Bormes en Var, Aquae Bormonis los baños de Bourbon-Lanoy (Saône-et-Loire), y otros varios. En esta misma área del N.O. de Italia y S.E. de Francia, se dio culto a la divinidad de las fuen­tes, llamada en las inscripciones Bormana, Bormanus, Bormonia. Pero fuera del área lígur se hallan también algunos otros topónimos como  Βόρμανον o  Φόρμνον  entre el Danubio y el Tisza; Formio, río de Istris (ilírico); Worms, sobre el Rin (territorio céltico primitivo) ant. Wormes < Gormetia < *Bormetia, alterada la consonante inicial quizá por la pronunciación germánica. Pues bien, en nuestra Península hallamos el culto aldeo Bormanico, a quien estaban dedicadas las caldas de Vicella (Braga) en la Galecia antigua, hoy Norte de Portugal, y allí cerca se halla Bormella (Villa Real, Tras-os-Montes). Este es un diminutivo, cuyo positivo se ofrece en Bormas (Albacete) y en el río lla­mado antes Borma, hoy Porma (León), que nace junto a una fuente termal y tiene baños termales río abajo, en Boñar. Luego Bormujos (Sevilla), junto al río Repudio, de aguas sulfurosas; Bormate Albacete, con el sufijo muy frecuente en ilirio que vimos en Langate; Uormatiu > Gormaz en So­ria (con su inicial semejante a la de Worms), pueblo que en aquella árida región se distingue por tener una copiosa fuen­te. Ademas, la base *borm tiene una variante *born, en Borno en Piamonte, Lombardia; Bornate en Piamonte con sufijo igual que en Bormate de Albacete; y en España Bornos en Cádiz, conocido por sus aguas termales. Una tercera variante borb da en España Borbén (Pontevedra), y en Francia varios Bourbon, uno de los cuales, el del departamento de Allier, fue capital del Ducado Bourbonnais, solar de la familia de los Borbones 76.

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

NOTAS

 

61 J. Pokorny, «Zur Urgeschichte der Kelten und Illyrier», Zeit. f celt. Phil, XX, 1935, p. 341 y XXI, 1938, p. 102. Sobre las estrechas relaciones lingüísticas entre ilirios y lígures, XXI, 1938, P- 59; pruebas de una inmigración ilírica en Liguria, pp. 60-72; superestrato ilirio en las regiones lígures de Italia, p. 84, etc.

62  Movimiento acaso relacionado con la invasión dórica en el Peloponeso, ocurrida, según la tradición griega, ochenta años des­pués de la destrucción de Troya por los aqueos, esto es, en 1104 a.C.

63  Según la arqueología, los pueblos que enterraban a sus muertos en urnas cinerarias dominan hacia 1100 a los pueblos mediterráneos que usaban el rito de la inhumación (que serían ligúricos al Norte y sículos al Sur, si es que los sículos no eran ligúricos como supone Filisto). Hacia 1100 dominan también a los pueblos de la inhumación en túmulos y de las ciudades lacustres en el alto Danubio y el alto Rin. Bosch (Etnología, 1932, pp. 451, 459, 464, etc.) creía que la cultura de las urnas de la primera Edad del Hierro o Hallstatt primitivo era céltica. Pokorny (en Zeit. f. celt. Phil, XX, 1935, pp. 342-346; XXI, 1938, pp. 149 ss.) sostiene que el Hallstatt primitivo es fundamentalmente ilirio con superposición cada vez más creciente de elementos célticos; su fundamento principal es la toponimia no céltica ni mediterrá­nea de las regiones ocupadas por esa cultura (Paramus, Durio, Pisoraca). En el mismo sentido explica la gran invasión iliria R. Pittioni, en Zeit. f. celt. Phil., XXI, 1938, pp. 167-204, «Die Urnenfelderkultur und ihre Bedeutung für die europäische Geschichte»; especialmente pp. 197 y 199, contra la interpreta­ción de Bosch-Gimpera.

64  Los rastros de la cultura de las urnas se extienden hasta Almería.

65  Sólo provisionalmente se puede aceptar la historia que he­mos expuesto, sobre todo en lo relativo a España. La correla­ción entre la expansión y extensión alcanzada por la llamada cultura de las urnas y los topónimos adscribibles a un origen ilirio-lígur en modo alguno es clara.

66  Véase adelante, cap. III, §  1.

67  Doria, Duria y Duria major, hoy llamados Dora.

68  Al Norte de Budapest.

69  Doria La Dorri. Hay además Doire en Savoie y en Cantal; Dória en Córcega.

70  Caravanchiel, año 1264. Con la -che- (< -ce-) y la apócope de -o final característicos de la pronunciación de las hablas mozárabes de la Alta Edad Media (Menéndez Pidal, Orígenes del esp-, 3ª ed., 1950, p. 182).

71 Ciudad de los cavios, en Iliria.

72 CIL, II, 6298.

73  Meyer-Lübke, REW,  16736. Krahe y Pokorny tienen la base carau, *caru, por indoeuropea, mientras Bertoldi y Alessio la creen mediterránea. Véase sobre todo esto último, G. Alessio, «La base preindoeuropea Kar(r)a gar(r)a ’piedra’», Studi Etruschi, IX,

1935, pp. 133-151, y X, 1936, pp. 165-189.

74  Menéndez Pidal, Topón, prerrom., pp. 92-93 (reed. de «Sobre el substr. medit.», 1939). En el lígur medieval se usó la voz caravellata ’quantità di pietre’, Meyer-Lübke, REW,  1673b.

75  Y cuyo tema se da también en el nombre de la isla ilírica de Κορκύρα Kerkyra, Corfú, así como en el río de Panonia Κορκόρας (Krahe, Die alten balkanillyrischen geogr. Namen, p. 90; Pokorny, en Zeit. f. celt. Phil., XX, 1935, p. 321), nombre que exactamente se repite en el topónimo español Corcuera en Álava (Menéndez Pidal, Topón, prerrom., p. 93, procedente de «Sobre el substr. medit.»,  1939).

76 Menéndez Pidal, Topón, prerrom., pp. 93-97 (procedente de «Sobre el substr. medit.»,  1939).

CAPÍTULOS ANTERIORES:

PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES

CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

1.- 1.  LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS

2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS

4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA

5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA

6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA

7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA

*   8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES

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