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Obras de Diego Catalán

56.- 9. EL MAPA LINGÜÍSTICO DEL REINO GODO

56.- 9. EL MAPA LINGÜÍSTICO DEL REINO GODO

9. EL MAPA LINGÜÍSTICO DEL REINO GODO. I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO

      La distribución territorial de estos fenómenos tiene una explicación topográfica. La región central visigótica de Mérida y Toledo tenía como grandes medios de comunicación dos principales vías que en forma de V arrancaban de Mérida hacia el Norte 117: una, la calzada llamada de Quinea o «de la Plata», que conducía a Astorga, León y Gijón; otra, la «vía Galiana», que se dirigía a las Galias por Tole­do, Zaragoza y Jaca, y por cima de Toledo se bifurcaba de nuevo en V hacia occidente para buscar la vía de la Plata. A uno y otro extremo de esa bifurcación vemos hoy coinci­dir rasgos dialectales que faltan en el medio; prueba de que el foco uniformador se hallaba en el vértice de esa V, en Mérida o Toledo. Lo cual se ve aún mejor en otros casos. Más ceñidamente a las inmediaciones de las dos grandes vías en su extremo norte vemos hoy coincidencias de los dos dialectos asturo-leonés y navarro-aragonés en rasgos del todo singulares, como la persona Ellos del Perfecto en -orón. Ellos comproron, metioron (con ó tomada de la persona Él compró): tal coincidencia se da sólo junto a la vía de la Pla­ta, hacia Salamanca, Astorga y Gijón, pero no se da lejos de ellas, no en Galicia, no en Castilla; e igualmente junto a la vía Galiana, hacia Jaca, pero no ya lejos de ella, y lo mismo que no se da en Castilla, tampoco en Cataluña. Semejante situación a los dos extremos de las vías de la Plata y Galiana tiene hoy la vacilación del diptongo incondicionado de ĕy de ŏ: siella, sialla; puorta, puarta, puerta, extraña a Castilla, donde desde muy pronto se fijó en las formas ié, ué 118, y extraña a Galicia y Cataluña, que no diptongan.

      También los tres rasgos representados por uello, llengua y les cases se extienden sólo en las inmediaciones de la vía de la Plata, León-Gijón, alguno como les cases, cantaben muy ceñida­mente a ambos lados de ella 119. En fin, entre los rasgos que no son peculiares a la Península y que debieron de ser propa­gados desde Toledo hacia el Norte, cabe citar uno de la Ro­mania del Sureste, la persona Él *ĕt, del presente indicativo del verbo esse, que en leonés y en aragonés hace iet antiguo, ye o e moderno, y en gallego-portugués he, como el italiano è, rumano e; mientras se conserva el clásico est en la Romania Septentrional, francés, provenzal, catalán y castellano, Él es 120.

      Combinando así los escasos datos mozárabes con las co­incidencias entre los dialectos occidentales y orientales, lle­gamos a saber algo de la lengua hablada en tiempos visi­godos. Los varios romances peninsulares de entonces estaban distribuidos en forma muy diversa de la que des­pués estuvieron. En el mapa lingüístico del siglo XIII acá los dos extremos, es decir, el portugués con el leonés al occidente y el catalán con el aragonés al oriente, aunque presentan entre sí notables semejanzas, están en absoluto incomunicados por la interposición del castellano; por el contrario en el mapa antiguo esos dos extremos no sólo se acercaban más por el Norte, sino que se unían por el Sur mediante los dialectos del centro, análogos a los de los extremos 121. Desde la ciudad regia comenzaba a formarse un romance común, y esa habla toledana usada en la corte del rey Rodrigo se parecía mucho más al asturiano y al aragonés que al castellano, más que nada se parecía al as­turiano, aun al asturiano occidental, pues los mozárabes toledanos todavía en el siglo XIII seguían pronunciando el diptongo ei gallego-astur: veiga, carreira 122. Si la invasión árabe no hubiese venido a despojar a Toledo de su ascen­diente lingüístico uniformador, la Carpetania de Eugenio Ildefonso y Julián, en unión con la Bética de Isidoro, habrían consumado la formación de la lengua literaria. Po­dríamos así bromear que de haberse escrito el Quijote sin que Cid Hamete se asentara en la Mancha habría co­menzado: «En un llugar de la Mancha», y usando les cases, uello, vinioron, Él ye, fillo, feito y demás rasgos en que el asturiano y el aragonés pirenaico se distinguen del caste­llano. Pero hondas conmociones históricas hicieron que la urbe regia visigoda, decayendo de su dignidad, olvidase su romance originario, y cuando rodando los siglos recobró la jerarquía de ciudad imperial y volvió a ser norma del buen decir, como afirmaba Cervantes, fue norma del puro caste­llano, una lengua allí advenediza.

      La Bética, con Hispalis, Corduba, Iliberris y demás ciuda­des episcopales, y toda la costa levantina de la Cartaginen­se y la Tarraconense, tierras todas ellas herederas de la más antigua romanidad y cultura urbana más desarrollada, se destacarían, sin duda, en la España visigótica como áreas refractarias a ciertos neologismos de pronunciación, como la diptongación de las vocales ǫ, ę surgida para extremar su di­ferenciación respecto a ọ, ẹ, que el centro del reino toledano practicaba. También ya entonces se iniciaron las singularida­des lingüísticas de los núcleos bracarense y tarraconense y, asimismo, debieron de formarse multitud de variedades dia­lectales en las zonas montañosas, más aisladas de influjos uniformadores; en algunas de ellas ni siquiera se había com­pletado la romanización de los pueblos autóctonos.

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

NOTAS

117  Véase Menéndez Pidal, Historia y Epopeya, 1934, pp. 272-274.

118 Orígenes del esp.,  1950, § 1002.

119 A lo largo de los tiempos he vacilado en considerar a los pueblos de San Ciprián de Sanabria (Zamora) y de El Payo (Salamanca), islotes en que se reproduce esta pronunciación, como colonias lingüísticas debidas a la repoblación con asturianos, o como últimos restos de un dialectalismo leonés con rasgos que hoy sólo perduran en el asturiano central. Ambos pueblos se hallan retirados al Occidente de la calzada de Quinea rodeados de hablantes que no dicen Ellos canten, les gallines, etc. aunque comparten los restantes aspectos dialectales de su habla. Véase, por ejemplo, «Pasiegos y vaqueiros», 1954, pp. 22-23 (primera hi­pótesis) y «Dos problemas iniciales», 1960, pp. XLVII-XLIX.

120  La pareja leonesa y aragonesa Tú yes, Él ye es análoga, salvo que se trata de lenguas que diptongan la ĕ acentuada, a la portu­guesa Tú es, Él he. El catalán y el provenzal van por otro camino: Tú ets, ęst (o s), Él es. El castellano considera ambas personas átonas y parte de tipos etimológicos diversos: Tú eres, Él es (sin diptongar la ĕ). Las formas diptongadas de Tú yes remontan a ĕs vulgar y primi­tivo, no al clásico ēs (Meyer-Lübke, Gram. II, p. 277 nota).

121  Véase el mapa resumen (nº 7) que incluyo en Orígenes del esp.,  1950, § 1012.

122  Sobre ai, ei entre los mozárabes trato demoradamente en Orígenes del esp.,  1950, § 482, con muy amplía documentación.

CAPÍTULOS ANTERIORES:

PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES

CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

1.- 1.  LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS

2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS

4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA

5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA

6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA

7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA

*   8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES

*   9.- 6. LOS ILIRIOS

*   10.- 7. LOS CELTAS

*   11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)

12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS IN­DÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA

B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE

CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL

13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERRO­MANAS

14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL

15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA

16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO

PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA  LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN

CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA

* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE

18.- 2. LA ROMANIZACIÓN

19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO

20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO

CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN

21.- 1. ¿LATÍN VULGAR?

22.- 2. EL LATÍN NUEVO

23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO

24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO

25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLEC­TIVA

26.- 6. ACEPCIONES NUEVAS

27.- 7. FRASEOLOGÍA

28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMA­TICAL

29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE

30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SIN­TAXIS DEL VERBO

31.- 11. PREPOSICIONES Y ADVERBIOS

32.- 12. COLOCACIÓN DE LAS PALABRAS

*   33.- 13. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

34.- 14. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSO­NÁNTICO

*   35.- 15. OTRAS SIMPLIFICACIONES FONÉTICAS

*   36.- 16. LARGA LUCHA ENTRE INNOVACIÓN Y PURISMO

*   37.- 17. LAS INSCRIPCIONES

B. EL LATÍN DE HISPANIA

CAPÍTULO III. ESPAÑA EN LA ROMANIA

*   38.- 1. LA ROMANIA

*   39.- 2. CAUSAS DEL DIALECTALISMO RO­MÁNICO

*   40.- 3. ROMANIA OCCIDENTAL, ROMANIA MERIDIONAL

*   41.- 4. TRES ZONAS DE COLONIZACIÓN DE ESPAÑA

*   42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL

*   43.- 6. ARCAÍSMO PURISTA DEL LATÍN DE ESPAÑA

*   44.- 7. RELACIONES ENTRE EL LATÍN HISPA­NO Y EL DE LA ROMANIA MERIDIONAL: VOCABULARIO Y FORMACIÓN DE PALABRAS

45.- 8. FONÉTICA DIALECTAL EN EL LATÍN DEL SUR DE ITALIA Y DE LA HISPANIA CITERIOR

*   46.- 9. UNIDAD Y DIVERSIDAD EN EL LA­TÍN DE HISPANIA

*   47.- 10. TOPONIMIA CRISTIANA

PARTE TERCERA: HACIA LA NACIONALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE HISPANIA
A. DESMEMBRACIÓN DE LA ROMANIA. ÉPOCAS VISIGÓTICA Y ARÁBIGA

CAPÍTULO I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO

*   48.- 1. DISOLUCIÓN Y RUINA DEL IMPERIO DE OCCIDENTE. CRISIS DE ROMANIDAD

*   49.- 2. NACIONALIZACIÓN DEL REINO VISI­GODO

*   50.- 3. REINO VISIGODO TOLEDANO

*   51.- 4. ONOMÁSTICA GERMÁNICA

*   52.- 5. CAUSAS DE LA FRAGMENTACIÓN ROMÁNICA

*   53.- 6. LA LENGUA COMÚN QUE NO SE ESCRIBE

*   54.- 7. CENTROS DIRECTIVOS DE LA HISPANIA VISIGÓTICA

*   55.- 8. LENGUA CORTESANA VISIGODA

Diseño gráfico:
 
La Garduña Ilustrada

Imagen: letra Q, alfabeto anglosajón, siglo VIII-IX

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