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Obras de Diego Catalán

140.- 1. FEDERICO II Y ALFONSO X

140.- 1. FEDERICO II Y ALFONSO X

 

1. FEDERICO II Y ALFONSO X 1. III. ALFONSO X EL SABIO Y LA ESCUELA DIDÁCTICA (1252-1295)

      En el siglo XIII hallamos dos soberanos que ofrecen una destacada semejanza entre sí, un excepcional amor al cul­tivo de la inteligencia, el emperador Federico II, el Astró­logo, Stupor mundi, y Alfonso X, el Astrólogo, el Sabio por antonomasia. Ambos eran parientes entre sí, pues Alfonso es hijo de una Hohenstaufen, prima de Federico, nieta de Barbarroja. Federico II fracasó en su lucha con el papado, quedando éste vencedor; el Papa impidió que Alfonso X, elegido emperador de Germania, pudiera llegar a serlo en efectivo. El Imperium universal dejó de ser una realidad posible y el Imperium o Monarquía antifeudal, concebido por Alfonso, le llevó a morir desposeído de sus reinos, aban­donado de todos salvo de algunas ciudades como Sevilla y Murcia. Pero en este paralelismo, más que la sangre de los Staufen intervinieron condiciones ambientales de tradición local. Federico pasó su infancia en Palermo; Alfonso nació y se crió en Toledo. Éste es el hecho capital.

      El emperador es, ante todo, un siciliano-normando, y el rey de Castilla es un toledano. Federico llamaba a Sicilia «la niña de sus ojos», la consideraba el cimiento más firme de su imperio. Alfonso miraba a Toledo como centro del mundo científico cuando hizo calcular sus famosas tablas astronómicas por el meridiano de esa ciudad. La coinciden­cia entre el Emperador y el rey castellano se explica por la coincidencia histórica entre Palermo y Toledo.

      Ambos soberanos fueron acusados de impiedad, de haber proferido en sus conversaciones blasfemias capaces de atraer la ira divina 2. Cuenta Mateo de París que Federico II llegó a decir que, si Jehovah hubiera conocido la tierra de Apulia (de donde era señor Federico), no habría escogido por he­rencia de su pueblo los estériles riscos de Judea (donde dominaba el emir de Jerusalén con quien Federico con­versaba). Y el conde don Pedro de Barcelos y el rey Pedro IV de Aragón (y de Sicilia) 3 cuentan, paralelamente, que el rey de Castilla solía decir en público que, si él hubiera estado junto a Dios cuando creó el mundo y Dios le hu­biera escuchado, no habría creado ni hecho muchas de las cosas que hizo, y habría creado y hecho otras mejores.

      La interpretación blasfema de lo dicho, el que realmen­te uno y otro soberano cuestionaran con esas frases la inteligencia de Dios creador, es producto, seguramente, de la malicia de algunos de los muchos enemigos que ambos tuvieron; pero parece innegable que fueron frases auténti­cas de uno y otro rey las que dieron pie a esa interpreta­ción. La acusación de impiedad común a los dos es, de todos modos, evidente señal de que la vehemente codicia de saber, que uno y otro mostraban, era igual en cuanto era chocante, extemporánea, representando algo abomina­ble para los estrechos espíritus que miran la ciencia como siempre peligrosa para la fe.

      La coincidente actitud intelectual entre un emperador germano y un rey de Castilla se produce en el siglo XIII debido a su común excepcional pasión por la ciencia ára­be, que uno y otro heredaron independientemente de una larga tradición local. Palermo para el joven Federico guar­daba con fresca viveza el recuerdo de la espléndida y sin­gular corte de su abuelo Roger II, dominada por el brillo de la civilización árabe, pues en el mundo árabe era don­de en aquellos siglos se realizaban los mayores progresos en la ciencia y en el arte. Bajo el hijo y sucesor de Roger, Guillermo I (tío de Federico), tan arabizado como el pa­dre, se promovió la activa transfusión de ciencia greco-ára­be que en Toledo se practicaba ya hacía algunos decenios. Por su parte Toledo, aunque no tenía una vida cortesana arabizada como Palermo, rodeaba al joven Alfonso de un ambiente más denso de sabiduría oriental. Don Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo (1208-1247), fue, como los otros arzobispos toledanos antecesores suyos, pa­trocinador de traductores de textos islámicos y él mismo estudioso de los manuscritos árabes (pues aprovechó los códices historiográficos arábigos en una Historia Arabum que compuso). En esa ciudad, de tradición arabizante, se for­mó el espíritu científico de Alfonso el Sabio, enfocado especialmente a la captación de la ciencia islámica, no a la participación en las costumbres musulmanas a que tanto propendieron los descendientes de Roger.

      Las diferencias, dentro de la extraordinaria coincidencia entre los dos reyes criados respectivamente en Palermo y en Toledo, son más amplias y significativas que la ya nom­brada. La curiosidad por la ciencia árabe reviste amplitud imperial en Federico, el cual se cartea con todos los prin­cipales sabios del Islam, del Yemen, de Egipto, del Iraq, de Marruecos, mientras el rey español actúa más dentro de casa con los doctos peninsulares que puede reunir en su corte. De otra parte, el Emperador cultiva la ciencia, no mirada como un instrumento de gobierno, sino como or­nato de la majestad, lujo prestigioso de su persona, equi­parable al estupendo y abigarrado cortejo de odaliscas, eunucos, esclavos, carros, leopardos, elefantes y los más raros animales exóticos, con que en las solemnidades se presentaba ante el público boquiabierto; mientras el rey castellano, de individualidad menos arrogante, siente la ciencia, no como un lujo propio, sino como una necesidad nacional, pues cree preciso difundir los conocimientos cien­tíficos entre sus subditos. La personalidad de Alfonso es menos fuerte que la de Federico, tanto como su reino his­pánico es menos brillante que el imperio romano-germá­nico añadido con los reinos de Sicilia y Jerusalén; pero el impulso científico que promueve el Rey Sabio es más fe­cundo que el debido al Emperador; Alfonso creó una his­toriografía que vivió renovándose por espacio de siglos, dio gran impulso a las ciencias astronómicas, tanto que las ta­blas alfonsíes eran aún usadas y anotadas por Copérnico, y las traducciones de obras árabes tuvieron buena difusión, una de las cuales, La escala de Mahoma, tuvo el alto destino de inspirar al autor de la Divina Comedia 4.

      La ciencia para Federico sigue siendo, lo mismo que en toda la anterior Edad Media, el patrimonio de unos pocos doctos que saben expresarse en latín. Algo diferente es el arte, que aunque lo cultiven los más selectos, debe ser para todos. Federico mismo y, a imitación de él, sus cuatro hijos y hasta su infeliz nieto Conradino, así como los dignata­rios de la corte, fueron autores de canciones en la lengua familiar a todos, la lengua materna, para expresar los sen­timientos personales, la intimidad afectiva. Ésta fue la gran innovación surgida en la corte siciliana, el haber formado un grupo compacto, o escuela poética, que inicia la crea­ción de la lengua literaria de Italia en los dos primeros tercios del siglo XIII. Nació así la poesía italiana mucho más tarde que la francesa o provenzal y más tarde que la espa­ñola, porque en Italia era mucho mayor la fuerza educa­dora de la latinidad y era más difícil que se concibiera que la lengua vulgar diaria fuera digna de un uso poético ele­vado. Se necesitó el eminente ejemplo de la poesía proven­zal, usada en otras regiones italianas, para que Federico pensase que su reino de Sicilia, al que dotaba de una legi­timidad unitaria, de una administración orgánica y de una corte brillante, debía contar también con una poesía en la lengua vernácula. Pero cuando Federico escribe en prosa, escribe en latín: en prosa latina están las leyes de su reino siciliano, en latín se hacen las traducciones científicas sici­lianas y en prosa latina escribe su obra más personal, el tratado De arte venandi cum avibus.

      En este tiempo, en la primera mitad del siglo XIII, única­mente podía dar impulso a la prosa en lengua vulgar la muy precoz literatura francesa, que tenía obras maestras en ver­so desde los dos siglos anteriores. La literatura española, siempre en retraso respecto a la francesa, sólo en la segun­da mitad de este siglo XIII, mucho después de tener ya su poema del Cid, pudo llegar a dar vuelo a su prosa literaria; pero tuvo la ventaja de que el impulsor de la innovación no fue un escritor particular, un Villehardouin, un Gautier de Metz, sino un rey con todos los recursos de que un rey dis­pone, prestigio, autoridad, colaboradores, medios pecunia­rios, un rey apasionado por la ciencia, empeñado en reno­varla y en libertarla de su envoltura latina para que pudieran participar de ella gentes de todas las capas socia­les de su reino. Si Federico ejerció una influencia altamen­te decisiva sobre la lengua de Italia al dar comienzo a la poesía italiana, Alfonso influyó no menos en la lengua espa­ñola y en un aspecto más decisivo: el desenvolvimiento de la prosa. Para Alfonso la ciencia no debía permanecer encerra­da en el hermetismo latino, casi sólo accesible para los clé­rigos, era preciso secularizarla, poniéndola en lengua vulgar; a ese propósito responde toda la actividad del Rey Sabio: en su primera época imprime nuevo giro a la escuela toledana de traductores, haciendo que las versiones se dejasen de hacer exclusivamente en latín para hacerse en castellano, y en castellano redactó el Código de las Siete partidas; en una segunda época se dedica a componer grandes obras origina­les historiales y científicas en romance también, que forma­ron escuela continuadora del impulso recibido.

 

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

NOTAS

1 Véase Menéndez Pidal, «Sicilia y España ante[s] de las vís­peras sicilianas», Boll, del Centro di St. Filol. e Ling. Siciliani, III, 1955.

2  Claro está que las más graves acusaciones de impiedad con­tra el Emperador, de quien se decía que negaba la virginidad de María y la inmortalidad del alma, no pudieron darse en el caso de Alfonso X, cuya devoción mariana atestiguaban sus Cantigas.

3  Sólo Pedro IV, contra la extensa tradición portuguesa, cata­lana, navarra y castellana que recoge la leyenda de la blasfemia, cambia el nombre del rey blasfemo, de Alfonso en Fernando. 

4  Alfonso X encargó a su médico judío Abraham el Alfaquín, traductor del Libro de la Açafeha de Azarquiel (el célebre astróno­mo de Córdoba al-Zarqali que trabajó en Toledo en el s. XI), que tradujese al castellano uno de tantos relatos como tiene la litera­tura árabe del Mi’ray o ’escala’, la ascensión de Mahoma al Paraíso. Ese Libro de la Escala se difundió por Europa gracias a que el notario de la corte alfonsí Bonaventura de Siena lo vertió al latín y al francés (a este último en mayo de 1264). Tras el des­cubrimiento de ambas versiones después de siglos de olvido (véase E. Cerulli, // libro della Scalla e la questione delle fonti arabo-spagnole della Divina Comedia, 1949), «hoy ya no es posible la duda. Que el Libro de la Escala hecho accesible al Occidente en versión cas­tellana, latina y francesa hubiese quedado desconocido para Dante, estaría fuera de toda verosimilitud. La tesis de Asín [en La escatología musulmana en la Divina Comedia] sobre la posibili­dad no sólo, sino la realidad de relaciones entre Dante y la esca­tología islámica queda pues definitivamente confirmada», G. Levi Della Vida, en Al-Andalus, XIV, 1949, p. 392.

CAPÍTULOS ANTERIORES:

PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES

CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

1.- 1.  LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS

2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS

4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA

5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA

6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA

7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA

*   8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES

*   9.- 6. LOS ILIRIOS

*   10.- 7. LOS CELTAS

*   11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)

12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS IN­DÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA

B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE

CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL

13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERRO­MANAS

14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL

15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA

16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO

PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA  LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN

CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA

* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE

18.- 2. LA ROMANIZACIÓN

19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO

20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO

CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN

21.- 1. ¿LATÍN VULGAR?

22.- 2. EL LATÍN NUEVO

23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO

24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO

25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLEC­TIVA

26.- 6. ACEPCIONES NUEVAS

27.- 7. FRASEOLOGÍA

28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMA­TICAL

29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE

30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SIN­TAXIS DEL VERBO

31.- 11. PREPOSICIONES Y ADVERBIOS

32.- 12. COLOCACIÓN DE LAS PALABRAS

*   33.- 13. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

34.- 14. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSO­NÁNTICO

*   35.- 15. OTRAS SIMPLIFICACIONES FONÉTICAS

*   36.- 16. LARGA LUCHA ENTRE INNOVACIÓN Y PURISMO

*   37.- 17. LAS INSCRIPCIONES

B. EL LATÍN DE HISPANIA

CAPÍTULO III. ESPAÑA EN LA ROMANIA

*   38.- 1. LA ROMANIA

*   39.- 2. CAUSAS DEL DIALECTALISMO RO­MÁNICO

*   40.- 3. ROMANIA OCCIDENTAL, ROMANIA MERIDIONAL

*   41.- 4. TRES ZONAS DE COLONIZACIÓN DE ESPAÑA

*   42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL

*   43.- 6. ARCAÍSMO PURISTA DEL LATÍN DE ESPAÑA

*   44.- 7. RELACIONES ENTRE EL LATÍN HISPA­NO Y EL DE LA ROMANIA MERIDIONAL: VOCABULARIO Y FORMACIÓN DE PALABRAS

45.- 8. FONÉTICA DIALECTAL EN EL LATÍN DEL SUR DE ITALIA Y DE LA HISPANIA CITERIOR

*   46.- 9. UNIDAD Y DIVERSIDAD EN EL LA­TÍN DE HISPANIA

*   47.- 10. TOPONIMIA CRISTIANA

PARTE TERCERA: HACIA LA NACIONALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE HISPANIA
A. DESMEMBRACIÓN DE LA ROMANIA. ÉPOCAS VISIGÓTICA Y ARÁBIGA

CAPÍTULO I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO

*   48.- 1. DISOLUCIÓN Y RUINA DEL IMPERIO DE OCCIDENTE. CRISIS DE ROMANIDAD

*   49.- 2. NACIONALIZACIÓN DEL REINO VISI­GODO

*   50.- 3. REINO VISIGODO TOLEDANO

*   51.- 4. ONOMÁSTICA GERMÁNICA

*   52.- 5. CAUSAS DE LA FRAGMENTACIÓN ROMÁNICA

*   53.- 6. LA LENGUA COMÚN QUE NO SE ESCRIBE

*   54.- 7. CENTROS DIRECTIVOS DE LA HISPANIA VISIGÓTICA

*   55.- 8. LENGUA CORTESANA VISIGODA

*   56.- 9. EL MAPA LINGÜÍSTICO DEL REINO GODO

*   57.- 10. ORÓSPEDA, CANTABRIA Y VASCONIA

*   58.- 11. NACIONALIZACIÓN LITERARIA. SAN ISIDORO

*   59.- 12. LA ESCUELA ISIDORIANA

CAPÍTULO II.  AL-ANDALUS. EL ÁRABE Y LA ALJAMÍA

*   60.- 1. LA ARABIZACIÓN DE HISPANIA

*   61.- 2. LOS MOZÁRABES EN SU ÉPOCA HE­ROICA

*   62.- 3. MUSULMANES DE HABLA ROMANCE

*   63.- 4. LA ALJAMÍA O LENGUA ROMANCE HABLADA EN AL-ANDALUS

*   64.- 5. TOPONIMIA ÁRABE

*   65.- 6. TOPONIMIA MOZÁRABE

*   66.- 7. TOPONIMIA LATINA EN BOCA ÁRABE

CAPÍTULO III. LOS PUEBLOS INDOCTOS DEL NORTE

*   67.- 1. UNA NUEVA BASE PARA LA NUE­VA ROMANIDAD HISPANA

*   68.- 2. GRANDES TRASIEGOS DE POBLACIÓN

*   69.- 3. TOLEDANISMO OVETENSE. EL DIALEC­TO ASTURIANO Y LEONÉS

*   70.- 4. ONOMÁSTICA NUEVA

*   71.- 5. EL PATRONÍMICO EN -Z

CAPÍTULO IV. EL IMPERIO LEONÉS Y SU FRONTERA VÁRDULO-VASCONA

*   72.- 1. ORÍGENES DEL REINO DE NAVARRA Y DEL «IMPERIO» LEONÉS

*   73.- 2. FORMACIÓN DEL GRAN CONDADO DE CASTILLA

*   74.- 3. LA RIOJA

*   75.- 4. REPOBLACIÓN AL SUR DEL DUERO

*   76.- 5. PREPONDERANTE INFLUJO ÁRABE Y MOZÁRABE

B. PRIMEROS BALBUCEOS DEL IDIOMA (960-1065)
GLOSAS Y CANTARES ÉPICOS

CAPITULO V.  LA LENGUA ESCRITA

*   77.- 1. LATÍN DOCTO Y LATÍN ARROMANZADO

*   78.- 2. LAS GLOSAS EMILIANENSES

*   79.- 3. LAS GLOSAS SILENSES

*   80.- 4. DIFICULTAD DE LA ESCRITURA

*   81.- 5. LOS DIPTONGOS

*   82.- 6. LA Ñ Y LA LL

*   83.- 7. REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE OTROS SONIDOS ROMÁNICOS

*   84.- 8. GRAFÍAS PARA SONIDOS ESPECIAL­MENTE CASTELLANOS

*   85.- 9. RESUMEN ORTOGRÁFICO

CAPÍTULO VI.  EL HABLA ROMANCE

*   86.- 1. FALTA DE FIJACIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

*   87.- 2. SONORIZACIÓN DE LA CONSONANTE SORDA

*   88.- 3. VACILACIÓN EN LA PÉRDIDA DE LA VOCAL INTERTÓNICA

*   89.- 4. FECHA RELATIVA DE LA SONORIZA­CIÓN Y DE LA SÍNCOPA VOCÁLICA

*   90.- 5. UNA ÉPOCA DE MÚLTIPLES SINCRE­TISMOS

*   91.- 6. CONTIENDA ENTRE LLANOS Y CULTOS

*   92.- 7. ARCAIZANTES Y NEOLOGISTAS

*   93.- 8. AFECTACIÓN ULTRACORRECTA

CAPITULO VII. EL CASTELLANO ENTRE LOS DEMÁS DIALECTOS ROMANCES HISPÁNICOS

*   94.- 1. CARÁCTER DIFERENCIAL DE CASTILLA

*   95.- 2. RASGOS PRIMITIVOS DEL CASTELLANO FRENTE AL LEONÉS, AL ARAGONÉS Y A LA ALJAMÍA

*   96.- 3. CASTILLA SE ADELANTA A LOS OTROS DIALECTOS AFINES

*   97.- 4. EL CASTELLANO CON EL LEONÉS Y EL GALLEGO-PORTUGUÉS

98.- 5. EL CASTELLANO CON EL ARAGONÉS Y EL CATALÁN

CAPÍTULO VIII. LA LITERATURA DEL MILENIO

*   99.- 1. CLÉRIGOS Y JUGLARES

*   100.- 2. CANCIONES ANDALUSÍES. EL LEN­GUAJE DE ESTOS CANTARCILLOS ROMÁNICOS

*   101.- 3. ESTADO LATENTE DE UNA POESÍA ÉPICA

*   102.- 4. ¿HUBO UNA ÉPICA MOZÁRABE?

*   103.- 5. CANTARES DE GESTA BREVES EN CASTILLA

*   104.- 6. EL ASONANTE EN LA POESÍA JUGLA­RESCA

C. LA LENGUA Y LA LITERATURA CASTELLANA
SE ABREN PASO EN UNA ESPAÑA NUEVA

CAPITULO IX. EL INFLUJO FRANCO Y LA EMANCIPACIÓN DEL ROMANCE

*   105.- 1. LA DINASTÍA NAVARRA. CASTILLA HECHA REINO

*   106.- 2. ALFONSO VI; RUPTURA CON LA TRA­DICIÓN MOZÁRABE

*   107.- 3. RECONQUISTA DE TOLEDO. DECA­DENCIA MOZÁRABE

*   108.- 4. LA EXTREMADURA AL SUR DEL DUERO. DESAPARICIÓN DE LOS DIALECTOS ROMANCES PRIMITIVOS

*   109.- 5. EL CID Y LOS ALMORÁVIDES

*   110.- 6. LA CUÑA CASTELLANA

*   111.- 7. ARROLLADOR AVANCE DE LA APÓCOPE

*   112.- 8. FIJACIÓN DEL RITMO ACENTUAL DE LA PALABRA

*   113.- 9. EL CATALÁN

*   114.- 10. EL PORTUGUÉS

CAPITULO X. ESPLENDOR DE LA LITERATURA DIALECTAL (1140-1180)

*   115.- 1. RESURGIMIENTO DE TOLEDO. LA HERENCIA CULTURAL ÁRABE

*   116.- 2. LA POESÍA BILINGÜE CONTINÚA TRIUNFANDO EN AL-ANDALUS

*   117.- 3. LA TOLEDO ROMÁNICA FRONTERIZA; SU MEZCLA DIALECTAL

*   118.- 4. EL POEMA DE «MIO CID»

*   119.- 5. EL LENGUAJE VERSIFICADO. EL MONORRIMO Y EL PAREADO ANISOSÍLABO

*   120.- 6. LA VERSIFICACIÓN: EL ASONANTE Y LA LLAMADA -E PARAGÓGICA

*   121.- 7. PRIMITIVISMO DEL LENGUAJE LITE­RARIO

*   122.- 8. CARÁCTER DIALECTAL DE LA LITERA­TURA

*   123.- 9. PRIMER ELOGIO DE LA LENGUA CAS­TELLANA. LA LITERATURA DE CASTILLA

CAPÍTULO XI. SINCRETISMO EN LA LENGUA LITERARIA DE LA ESPAÑA DE LOS CINCO REINOS (1180-1230)

*   124.- 1. PREPONDERANCIA CASTELLANA

*   125.- 2. INFLUJO DE LA LITERATURA GALLEGA

*   126.- 3. CONTINÚA EL INFLUJO PROVENZAL

*   127.- 4. SANTO DOMINGO DE GUZMÁN Y LA LLANEZA DE EXPRESIÓN

*   128.- 5. «SIESTA DE ABRIL»

*   129.- 6. CONVIVENCIA Y MIXTURA DE DIA­LECTOS

*   130.- 7. CASTELLANIZACIÓN DE LA LENGUA LITERARIA

*   131.- 8. DIALECTALISMO CANCILLERESCO Y NOTARIAL

PARTE CUARTA:  EL ESPAÑOL ANTIGUO
A. RENOVACIÓN ERUDITA DEL IDIOMA (1230-1293)

CAPÍTULO I. NUEVAS CONDICIONES DE VIDA

*   132.- 1. UNA NUEVA EDAD

*   133.- 2. EXPANSIÓN DE LOS DIALECTOS DEL NORTE

*   134.- 3. MODO DE LA PROPAGACIÓN LIN­GÜÍSTICA POR RECONQUISTA

*   135.- 4. «YA HAY PIRINEOS»

CAPITULO II. LOS PRIMEROS  POEMAS DE CLERECÍA

*   136.- 1. DIALECTALISMO ATENUADO

*   137.- 2. CLERECÍA Y JUGLARÍA. EL LATINISMO

*   138.- 3. VERSO «A SÍLABAS CONTADAS»

*   139.- 4. LENGUAJE VECINAL DE BERCEO

CAPITULO III. ALFONSO X EL SABIO Y LA ESCUELA DIDÁCTICA (1252-1295)

Diseño gráfico:
 
La Garduña Ilustrada

Imagen: letra iluminada K, siglo XV, de www.retrokat.com

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