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Obras de Diego Catalán

267.- 5. FRAY LUIS DE LEÓN. SENCILLEZ Y SELECCIÓN ESMERADA

267.- 5. FRAY LUIS DE LEÓN. SENCILLEZ Y SELECCIÓN ESMERADA

     
5. FRAY LUIS DE LEÓN. SENCILLEZ Y SELECCIÓN ESMERADA. IX. PERÍODO DE LOS GRANDES ESCRITORES MÍSTICOS (1554-1585)

      Fray Luis de León ensalza la sublimidad del estilo teresia­no: «Que el ardor grande que en aquel pecho santo vivía salió como pegado en sus palabras, de manera que levantan llama por donde quiera que pasan», y fray Luis, gustando a la vez el encanto de aquel lenguaje, censura a los que, con extrañeza de irregularidades gramaticales, corregían los au­tógrafos de la Santa, «porque si entendieran bien castellano, vieran que el de la Madre es la misma elegancia»26. Y, sin embargo, es elegancia excepcional y única en el ánimo de fray Luis, porque él es autor de temple contrario al de Tere­sa. Ella fue gran escritora sin proponérselo, menospreciando el arte literario; fray Luis escribe con un empeño muy cons­ciente, para ennoblecer y perfeccionar la lengua escrita.

      Por encargo del Concilio de Trento, el índice de 1564, para evitar el libre examen protestante, prohibió la lectura de la Biblia en lengua vulgar. En esta grave crisis, fray Luis de León se siente muy obligado, como antes se sintió Gra­nada, al cultivo de la lengua materna. Cree que en ella es necesario exponer materias derivadas de la Sagrada Escri­tura «para el uso común de todos», a fin de compensar la falta de la lectura directa, y a fin, también, de evitar la lectura de libros perniciosos profanos 27. Así él, queriendo poner su mayor esfuerzo en apoyo de las decisiones conci­liares, se propone un subido ideal artístico. La lengua vul­gar puede tratar las materias graves lo mismo que el latín o el griego, «que las palabras no son graves por ser latinas, sino por ser dichas como a la gravedad le conviene, o sean españolas o sean francesas», y Platón, Cicerón y Crisóstomo escribieron cosas no vulgares en la lengua vulgar en su tiempo, la que hablaban en la plaza los vendedores 28.

      Puesta así la mira en competir con las lenguas clásicas, y dentro de la norma de llaneza, dominante en su tiempo, en vez de la descuidada sencillez de santa Teresa, busca fray Luis una sencillez muy esmerada. No basta elevarse en alas de las cosas divinas, es preciso atender a las humanidades del arte, pues «los sabios y los graves y los naturalmente compuestos no se applican bien a lo que se escrive mal y sin orden», y sólo para estos quiere que sea su obra Los nombres de Cristo, según la Dedicatoria de 1585 29. Ambrosio de Morales había dicho también: «Yo hablo con los doctos»30. El pensamiento de León y de Morales está igualmente encuadrado entre «el uso común de todos» y el gusto de «los sabios y los graves».

      Partiendo de las ideas generales que conforman esta época, observa fray Luis que el bien hablar no es hablar como el vulgo, «sino negocio de particular juicio»; y sabe­mos que, según Valdés, «juicio» significa «selección». Mas para fray Luis, lo mismo que para Ambrosio de Morales, la selección requiere un trabajo artístico más complejo que el de los primores cortesanos a que Valdés se atenía. «El bien hablar (dice) es negocio que de las palabras que todos hablan elige las que convienen y mira el sonido dellas, y aun cuenta a veces las letras, y las pesa y las mide y las com­pone, para que no solamente digan con claridad lo que se pretende dezir, sino también con armonía y dulçura». Recor­demos que, asimismo, Morales quería revestir las palabras «con todo aderezo de elocuencia», para hacerlas más gra­tas al oído; y justamente, en el mismo año 1585 en que fray Luis hacía esas declaraciones al frente del tercer libro de los Nombres de Cristo, publicaba Morales la segunda edición de su Discurso sobre la lengua, al cual adicionaba un párrafo insistiendo en la tosquedad de los que creían afectación todo cuidado por dar a la lengua «lustre, lindeza y hermo­sura», adornándola como se debe: «Yo no digo que afeites nuestra lengua castellana, sino que le laves la cara; no le pintes el rostro, mas quítale la suciedad; no la vistas de bordados ni recamos, mas no le niegues un buen atavío de vestido que aderece con gravedad»; donde parece que Morales se inspira en el mismo modelo de aderezo mate­rial que fray Luis expone para la Perfecta casada (1583), según la Escritura: lave la casada su rostro con agua clara, pero «ni rizos, ni encrespos, ni afeites» que mienten her­mosura; vístase de púrpura y holanda, pero «no los borda­dos que se usan agora ni los recamados»31.

      Fray Luis de León añade en su manifiesto de 1585: «Y si acaso dixeren que es novedad, yo confiesso que es nuevo y camino no usado por los que escriven en esta lengua poner en ella número, levantándola del descaimiento ordinario». Valdés, Garcilaso y Morales se habían quejado del ninguno o escaso cultivo que el idioma tenía; bastante después fray Luis de León dice abrir él nuevo camino. Es carácter de toda época de naturalidad este afán, tan repetidamente declara­do en el siglo XVI, por dotar a la lengua común de calida­des literarias que le faltaban, afán bien diferente del de las épocas de artificiosidad por añadir a la lengua literaria nue­vos recursos artísticos de mayor complejidad. Pero la nove­dad que fray Luis de León pretende no se refiere ya al to­tal manejo del idioma; ¿cómo podía olvidar León que antes de él habían tratado muy bien materias religiosas Juan de Ávila y fray Luis de Granada? Fray Luis de León refiere sólo su novedad a poner número o cadencia en la lengua prosís­tica, asunto en que podía bien creerse innovador, por no satisfacerle sus predecesores. Granada deja completamente a un lado ese tema en su Rhetorica ecclesiastica, pues dice que en el predicar no es tan necesario como en el escribir el formar cláusulas armoniosas, sujetas a número en la coloca­ción de las palabras 32. Pero si Granada es ante todo un pre­dicador, León es un escritor y siente cada vez más la preocu­pación del número y de la armonía.

      Había que estudiar bajo este aspecto la prosa de fray Luis de León. Él corrigió atentamente, casi en su totalidad, Los nombres de Cristo y La perfecta casada en su primera edición de 1583, para publicar la tercera edición de 1587, y alteró mu­chas veces el orden de las palabras, al parecer, para lograr mejor ritmo; en estas correcciones pudiéramos observar, sólo por vía de ejemplo, que prefiere en las cláusulas finales la terminación llana a la aguda, y aun parece mostrar predilec­ción por un final trisílabo llano (o cuadrisílabo sin sinalefa): «con maravilloso orden y claridad» de 1583 se convierte en «con maravilloso artificio» en 1587, y así en otros casos 33.

      Cuando en 1583 fray Luis publica la primera edición de esas dos obras, tenía un criterio estilístico bastante menos escrupuloso que en 1587. Quizá en el intervalo sintió la influencia de Ambrosio de Morales cuando éste publicó la segunda edición de su Discurso, como a su vez, Morales sin­tió la influencia de fray Luis. Por ejemplo, en 1583 fray Luis usa abundantemente las parejas sinónimas, tan de moda en la primera mitad del siglo, mientras en 1587 a menudo suprime uno de los dos términos; hasta cuatro de estas supresiones hace en una docena de líneas de la Perfecta casada: «inclinemos (y afficionemos)... (dessee y ) ame... (car­go y ) suerte... silvan (y burlan)»34. En algunas poesías de fray Luis, sin duda anteriores a 1587, hallamos algunas parejas en abundancia, como en la Oda a Salinas: «Que ningún accidente extraño o peregrino oye ni siente». En 1583 usa varias formas de sintaxis afectiva que, aunque nada exageradas, son corregidas en 1587, y eso que en este mismo año defendía él las mayores libertades de santa Teresa como vicio que acarrea hermosura, al modo del lu­nar que da gracia al rostro 35; sirva de ejemplo el orden de las palabras regularizado severamente: «la vista de los vues­tros aguda» pasa a «la vista aguda de los vuestros»; «de nuestros dolores todos» pasa a «de todos nuestros dolores»; «hallará abastada y llena de riquezas su casa» se corrige en «hallará su casa abastada...»36. Y, sin embargo, dentro de todo este rigor, fray Luis gusta mucho de la elegancia, un tanto retórica, del adjetivo antepuesto, y muy frecuentemente vemos que corrige casos como tiempo breve, que en 1587 pasa a ser breve tiempo 37.

      Esas correcciones de 1587 nos revelan también que fray Luis tiende a un moderado latinismo: perfición de 1583 se trueca en perfección, casi y calificar en cuasi y cualificar, abaxan en decienden, que toque en que pertenezca, alabada en loada, buen cobro en buen succeso 38, términos casi siempre elegidos entre los que eran usuales. Con estas correcciones quiere fray Luis dar a la prosa más elevación, acercándola a la poesía versificada, donde acogía con más libertad el lati­nismo, hasta admitir alguno desconocido de la lengua co­mún, como el adjetivo almo ’vivificador’, o el verbo conver­tir en su sentido latino: «¿a do convertirán ya sus sentidos?».

      Fray Luis, con aquella elección y compostura a que so­mete «las palabras que todos hablan», no sólo «las levanta de su descaimiento ordinario», sino que las reanima en la propia sensibilidad como en fuente de vida, de donde ellas fluyen con frescor de manantial, bañadas de una tonalidad afectiva aunque rehuyan constantemente las formas sintác­ticas de la expresión emocional. El buen orden y concierto del lenguaje es tan natural en la mente reconcentrada y serena de fray Luis como lo es la irregularidad emotiva en el arrebatado espíritu de santa Teresa.

      Con estos dos autores el estilo de clara sencillez que impera en el siglo XVI alcanza dos realizaciones insupera­bles, dos cumbres apartadas: de un lado, la libérrima y abandonada espontaneidad de la carmelita; de otra parte, la cuidadosa y reflexiva selección del agustino, el más per­fecto modelo de llaneza que posee el idioma. Todo lo que después de ellos dos se escribe es menos decidido o mues­tra transición algo inclinada hacia el estilo de artificiosidad que imperará en la época siguiente.

      Encontramos dos ejemplos entre los mismos escritores ascético-místicos. Malón de Chaide, al publicar La Conver­sión de la Madalena, 1588, se siente del todo dentro de la escuela de Fray Luis de León, mostrándose sorprendido al ver que el prólogo defensivo que tenía escrito de años antes coincidía por completo, en sus argumentos y aspiraciones respecto a la necesidad de cultivar el romance, con la de­dicatoria de los Nombres de Cristo de 1585 39. Fray Luis, con más profunda sensibilidad y armonía, Malón de Chaide, con más lujosa imaginación, se mueven, llevados del mismo propósito, dentro del mismo tipo de lengua. Igualmente, dentro de este tipo se encuentran en el Padre Ribadeneyra, Vida de San Ignacio (1586), Historia del scisma de Ingla­terra (1588), modelos de elegancia esmerada y sencilla 40.

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

NOTAS

26  Carta a las Carmelitas Descalzas de Madrid, 1587 (ed. V de la Fuente, BAE, LIII, p. 19, y comp. pp. 433, 419 ss., en la adver­tencia preliminar a Las Moradas.

27  Dedicatoria inicial de los Nombres de Cristo, 1583 (ed. de F. de Onís, «Clásicos Castellanos», XXVIII, pp. 7 y 12).

28  No está la culpa en la lengua romance, sino en los que no la cultivan; igual argumento en Speroni y en Du Bellay, véase M. Romera-Navarro en el Bull. Hisp., XXXI, 1929, p. 242 nota.

29  Dedicatoria del Libro Tercero de los Nombres de Cristo, 1585, fol. 241 (ed. F. de Onís, «Clásicos Castellanos», XLI, p. 11. Onís pone aplican, pero es applican).

30  Véase arriba, cap. VII, § 4 (p. 847).

31 Morales, en el prólogo a las Obras del Maestro Fernán Pérez de Oliva, 1585 (véase en la «BAE», LXV, p. 379). Perfecta casada, ed. E. Wallace, 1903, pp. 61 y 88. Fray Luis en la Dedicatoria del Libro Tercero de los Nombres de Cristo se defiende contra «los que dizen que no hablo en romance porque no hablo desatadamente», quizá recordando que Morales había censurado a los que creían afectación todo cuidado en el habla romance.

32  Retórica eclesiástica, Vº, 16º (en la «BAE», XI, pp. 596-597).

33  Nombres, ed. F. de Onís (I, p. 164); puede de 1583 es puede y produce en 1587 (II, p. 161), caso particularmente intencionado porque introduce una pareja de sinónimos, cuando la corrección se esmera en eliminarlas. Otras correcciones buscando un final llano: primero las dio > las dio primero (I,  p- 4); pone allí > allí pone (I, p.77), la puedan dañar > dañarla puedan (II, p. 176); a quién ha de cegar? > a quién ciega? (Perfecta casada, ed. E. Wallace, p. 67). La editora, en sus pp. XXVI-XXVII, tiene el mérito de haberse fi­jado en el ritmo, pero los casos que señala no son convincentes; deben explicarse por otras razones. Quizá se halle en fray Luis tendencia a lo que la retórica de la prosa latina medieval llama­ba «cursus planus», una voz llana seguida de un trisílabo llano.

34  Perfecta casada, ed. E. Wallace, p. 5, líneas 18 a 30; tales su­presiones abundan en la Perfecta, así como en el Libro Segundo de los Nombres: «les (hiziera ver y) les descubriera», p. 3; «bien (y felicidad)», p. 4; «la (destruyción y) corrupción, p. 6. De la ed. de Onís, II, pp. 29, 43, 45, 47, 157, 161, etcétera.

35  Carta a las Carmelitas Descalzas, («BAE», LIII, p.  19).

36  Nombres, ed. F. de Onís, II, pp. 62 y 80; Perfecta, ed. E. Wallace, p. 32; «por cuyos ojos y oídos oyen los reyes» pasa a «... y oídos veen y oyen los reyes» (Nombres, II, p. 90); «es en ella más que en ningún hombre vituperable» pasa a «es en ella vitu­perable más...» (Perfecta, p, 54), caso que la editora cree debido al ritmo, pero que evidentemente es debido a la ambigüedad que causa la posposición del adjetivo; «que para acabar una tan her­mosa pintura son necessarias» pasa a «que son necessarias para ...» (Perfecta, p. 19).

37  Perfecta, p. 37; «amador summo» pasa a «summo amador» (p. 3); «grado antiguo y primero» pasa a «antiguo y primero grado» (p. 3); «cólera desenfrenada y continua» pasa a «desenfrenada y con­tinua cólera» (p. 96); «nuestra salud verdadera y única» se simpli­fica en «nuestra verdadera salud» (Nombres, II, p. 157).

38  Véanse las variantes, en la ed. de los Nombres por F. de Onís, I, pp. 75, 109, 115, 129, 180, 250, 235; II, pp. 45, 88, 210. Si en este vocabulario, siempre selecto, encontramos frecuentemen­te el verbo estropeçar ’tropezar’, que Valdés califica de grosero y Covarrubias de bárbaro, no debemos tomarlo como un popularismo (ed. F. de Onís, I, p. 21, nota 10) sino como voca­blo decaído entonces en unas regiones y vivaz en otras; lo usan autores tan esmerados como Ambrosio de Morales, el P. Sigüenza y hasta Paravicino.

39  Véase «BAE», XXVII, pp. 280-282, y Romera-Navarro en Bull. Hisp., XXXI, 1929, pp. 247-250.

40  R. Lapesa, «La Vida de San Ignacio del P. Ribadeneyra», RFE, XXI, 1934, pp. 29-50. En la p. 47 nota algunas expresiones vul­gares mezcladas por espíritu ascético.

CAPÍTULOS ANTERIORES:

PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES

CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

1.- 1.  LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS

2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS

4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA

5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA

6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA

7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA

*   8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES

*   9.- 6. LOS ILIRIOS

*   10.- 7. LOS CELTAS

*   11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)

12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS IN­DÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA

B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE

CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL

13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERRO­MANAS

14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL

15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA

16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO

PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA  LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN

CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA

* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE

18.- 2. LA ROMANIZACIÓN

19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO

20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO

CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN

21.- 1. ¿LATÍN VULGAR?

22.- 2. EL LATÍN NUEVO

23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO

24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO

25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLEC­TIVA

26.- 6. ACEPCIONES NUEVAS

27.- 7. FRASEOLOGÍA

28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMA­TICAL

29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE

30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SIN­TAXIS DEL VERBO

31.- 11. PREPOSICIONES Y ADVERBIOS

32.- 12. COLOCACIÓN DE LAS PALABRAS

*   33.- 13. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

34.- 14. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSO­NÁNTICO

*   35.- 15. OTRAS SIMPLIFICACIONES FONÉTICAS

*   36.- 16. LARGA LUCHA ENTRE INNOVACIÓN Y PURISMO

*   37.- 17. LAS INSCRIPCIONES

B. EL LATÍN DE HISPANIA

CAPÍTULO III. ESPAÑA EN LA ROMANIA

*   38.- 1. LA ROMANIA

*   39.- 2. CAUSAS DEL DIALECTALISMO RO­MÁNICO

*   40.- 3. ROMANIA OCCIDENTAL, ROMANIA MERIDIONAL

*   41.- 4. TRES ZONAS DE COLONIZACIÓN DE ESPAÑA

*   42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL

*   43.- 6. ARCAÍSMO PURISTA DEL LATÍN DE ESPAÑA

*   44.- 7. RELACIONES ENTRE EL LATÍN HISPA­NO Y EL DE LA ROMANIA MERIDIONAL: VOCABULARIO Y FORMACIÓN DE PALABRAS

45.- 8. FONÉTICA DIALECTAL EN EL LATÍN DEL SUR DE ITALIA Y DE LA HISPANIA CITERIOR

*   46.- 9. UNIDAD Y DIVERSIDAD EN EL LA­TÍN DE HISPANIA

*   47.- 10. TOPONIMIA CRISTIANA

PARTE TERCERA: HACIA LA NACIONALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE HISPANIA
A. DESMEMBRACIÓN DE LA ROMANIA. ÉPOCAS VISIGÓTICA Y ARÁBIGA

CAPÍTULO I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO

*   48.- 1. DISOLUCIÓN Y RUINA DEL IMPERIO DE OCCIDENTE. CRISIS DE ROMANIDAD

*   49.- 2. NACIONALIZACIÓN DEL REINO VISI­GODO

*   50.- 3. REINO VISIGODO TOLEDANO

*   51.- 4. ONOMÁSTICA GERMÁNICA

*   52.- 5. CAUSAS DE LA FRAGMENTACIÓN ROMÁNICA

*   53.- 6. LA LENGUA COMÚN QUE NO SE ESCRIBE

*   54.- 7. CENTROS DIRECTIVOS DE LA HISPANIA VISIGÓTICA

*   55.- 8. LENGUA CORTESANA VISIGODA

*   56.- 9. EL MAPA LINGÜÍSTICO DEL REINO GODO

*   57.- 10. ORÓSPEDA, CANTABRIA Y VASCONIA

*   58.- 11. NACIONALIZACIÓN LITERARIA. SAN ISIDORO

*   59.- 12. LA ESCUELA ISIDORIANA

CAPÍTULO II.  AL-ANDALUS. EL ÁRABE Y LA ALJAMÍA

*   60.- 1. LA ARABIZACIÓN DE HISPANIA

*   61.- 2. LOS MOZÁRABES EN SU ÉPOCA HE­ROICA

*   62.- 3. MUSULMANES DE HABLA ROMANCE

*   63.- 4. LA ALJAMÍA O LENGUA ROMANCE HABLADA EN AL-ANDALUS

*   64.- 5. TOPONIMIA ÁRABE

*   65.- 6. TOPONIMIA MOZÁRABE

*   66.- 7. TOPONIMIA LATINA EN BOCA ÁRABE

CAPÍTULO III. LOS PUEBLOS INDOCTOS DEL NORTE

*   67.- 1. UNA NUEVA BASE PARA LA NUE­VA ROMANIDAD HISPANA

*   68.- 2. GRANDES TRASIEGOS DE POBLACIÓN

*   69.- 3. TOLEDANISMO OVETENSE. EL DIALEC­TO ASTURIANO Y LEONÉS

*   70.- 4. ONOMÁSTICA NUEVA

*   71.- 5. EL PATRONÍMICO EN -Z

CAPÍTULO IV. EL IMPERIO LEONÉS Y SU FRONTERA VÁRDULO-VASCONA

*   72.- 1. ORÍGENES DEL REINO DE NAVARRA Y DEL «IMPERIO» LEONÉS

*   73.- 2. FORMACIÓN DEL GRAN CONDADO DE CASTILLA

*   74.- 3. LA RIOJA

*   75.- 4. REPOBLACIÓN AL SUR DEL DUERO

*   76.- 5. PREPONDERANTE INFLUJO ÁRABE Y MOZÁRABE

B. PRIMEROS BALBUCEOS DEL IDIOMA (960-1065)
GLOSAS Y CANTARES ÉPICOS

CAPITULO V.  LA LENGUA ESCRITA

*   77.- 1. LATÍN DOCTO Y LATÍN ARROMANZADO

*   78.- 2. LAS GLOSAS EMILIANENSES

*   79.- 3. LAS GLOSAS SILENSES

*   80.- 4. DIFICULTAD DE LA ESCRITURA

*   81.- 5. LOS DIPTONGOS

*   82.- 6. LA Ñ Y LA LL

*   83.- 7. REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE OTROS SONIDOS ROMÁNICOS

*   84.- 8. GRAFÍAS PARA SONIDOS ESPECIAL­MENTE CASTELLANOS

*   85.- 9. RESUMEN ORTOGRÁFICO

CAPÍTULO VI.  EL HABLA ROMANCE

*   86.- 1. FALTA DE FIJACIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

*   87.- 2. SONORIZACIÓN DE LA CONSONANTE SORDA

*   88.- 3. VACILACIÓN EN LA PÉRDIDA DE LA VOCAL INTERTÓNICA

*   89.- 4. FECHA RELATIVA DE LA SONORIZA­CIÓN Y DE LA SÍNCOPA VOCÁLICA

*   90.- 5. UNA ÉPOCA DE MÚLTIPLES SINCRE­TISMOS

*   91.- 6. CONTIENDA ENTRE LLANOS Y CULTOS

*   92.- 7. ARCAIZANTES Y NEOLOGISTAS

*   93.- 8. AFECTACIÓN ULTRACORRECTA

CAPITULO VII. EL CASTELLANO ENTRE LOS DEMÁS DIALECTOS ROMANCES HISPÁNICOS

*   94.- 1. CARÁCTER DIFERENCIAL DE CASTILLA

*   95.- 2. RASGOS PRIMITIVOS DEL CASTELLANO FRENTE AL LEONÉS, AL ARAGONÉS Y A LA ALJAMÍA

*   96.- 3. CASTILLA SE ADELANTA A LOS OTROS DIALECTOS AFINES

*   97.- 4. EL CASTELLANO CON EL LEONÉS Y EL GALLEGO-PORTUGUÉS

98.- 5. EL CASTELLANO CON EL ARAGONÉS Y EL CATALÁN

CAPÍTULO VIII. LA LITERATURA DEL MILENIO

*   99.- 1. CLÉRIGOS Y JUGLARES

*   100.- 2. CANCIONES ANDALUSÍES. EL LEN­GUAJE DE ESTOS CANTARCILLOS ROMÁNICOS

*   101.- 3. ESTADO LATENTE DE UNA POESÍA ÉPICA

*   102.- 4. ¿HUBO UNA ÉPICA MOZÁRABE?

*   103.- 5. CANTARES DE GESTA BREVES EN CASTILLA

*   104.- 6. EL ASONANTE EN LA POESÍA JUGLA­RESCA

C. LA LENGUA Y LA LITERATURA CASTELLANA
SE ABREN PASO EN UNA ESPAÑA NUEVA

CAPITULO IX. EL INFLUJO FRANCO Y LA EMANCIPACIÓN DEL ROMANCE

*   105.- 1. LA DINASTÍA NAVARRA. CASTILLA HECHA REINO

*   106.- 2. ALFONSO VI; RUPTURA CON LA TRA­DICIÓN MOZÁRABE

*   107.- 3. RECONQUISTA DE TOLEDO. DECA­DENCIA MOZÁRABE

*   108.- 4. LA EXTREMADURA AL SUR DEL DUERO. DESAPARICIÓN DE LOS DIALECTOS ROMANCES PRIMITIVOS

*   109.- 5. EL CID Y LOS ALMORÁVIDES

*   110.- 6. LA CUÑA CASTELLANA

*   111.- 7. ARROLLADOR AVANCE DE LA APÓCOPE

*   112.- 8. FIJACIÓN DEL RITMO ACENTUAL DE LA PALABRA

*   113.- 9. EL CATALÁN

*   114.- 10. EL PORTUGUÉS

CAPITULO X. ESPLENDOR DE LA LITERATURA DIALECTAL (1140-1180)

*   115.- 1. RESURGIMIENTO DE TOLEDO. LA HERENCIA CULTURAL ÁRABE

*   116.- 2. LA POESÍA BILINGÜE CONTINÚA TRIUNFANDO EN AL-ANDALUS

*   117.- 3. LA TOLEDO ROMÁNICA FRONTERIZA; SU MEZCLA DIALECTAL

*   118.- 4. EL POEMA DE «MIO CID»

*   119.- 5. EL LENGUAJE VERSIFICADO. EL MONORRIMO Y EL PAREADO ANISOSÍLABO

*   120.- 6. LA VERSIFICACIÓN: EL ASONANTE Y LA LLAMADA -E PARAGÓGICA

*   121.- 7. PRIMITIVISMO DEL LENGUAJE LITE­RARIO

*   122.- 8. CARÁCTER DIALECTAL DE LA LITERA­TURA

*   123.- 9. PRIMER ELOGIO DE LA LENGUA CAS­TELLANA. LA LITERATURA DE CASTILLA

CAPÍTULO XI. SINCRETISMO EN LA LENGUA LITERARIA DE LA ESPAÑA DE LOS CINCO REINOS (1180-1230)

*   124.- 1. PREPONDERANCIA CASTELLANA

*   125.- 2. INFLUJO DE LA LITERATURA GALLEGA

*   126.- 3. CONTINÚA EL INFLUJO PROVENZAL

*   127.- 4. SANTO DOMINGO DE GUZMÁN Y LA LLANEZA DE EXPRESIÓN

*   128.- 5. «SIESTA DE ABRIL»

*   129.- 6. CONVIVENCIA Y MIXTURA DE DIA­LECTOS

*   130.- 7. CASTELLANIZACIÓN DE LA LENGUA LITERARIA

*   131.- 8. DIALECTALISMO CANCILLERESCO Y NOTARIAL

PARTE CUARTA:  EL ESPAÑOL ANTIGUO
A. RENOVACIÓN ERUDITA DEL IDIOMA (1230-1293)

CAPÍTULO I. NUEVAS CONDICIONES DE VIDA

*   132.- 1. UNA NUEVA EDAD

*   133.- 2. EXPANSIÓN DE LOS DIALECTOS DEL NORTE

*   134.- 3. MODO DE LA PROPAGACIÓN LIN­GÜÍSTICA POR RECONQUISTA

*   135.- 4. «YA HAY PIRINEOS»

CAPITULO II. LOS PRIMEROS  POEMAS DE CLERECÍA

*   136.- 1. DIALECTALISMO ATENUADO

*   137.- 2. CLERECÍA Y JUGLARÍA. EL LATINISMO

*   138.- 3. VERSO «A SÍLABAS CONTADAS»

*   139.- 4. LENGUAJE VECINAL DE BERCEO

CAPITULO III. ALFONSO X EL SABIO Y LA ESCUELA DIDÁCTICA (1252-1295)

*   140.- 1. FEDERICO II Y ALFONSO X

*   141.- 2. CREACIÓN DE LA PROSA LITERARIA

*    142.- 3. TRABAJO DIRECTIVO DEL REY SABIO

*   143.- 4. EL ARABISMO

*   144.- 5. LA ESCOLÁSTICA Y LA ANTIGÜEDAD

*   145.- 6. TENDENCIA ETIMOLÓGICA

*   146.- 7. NEOLOGISMO LATINISTA

*   147.- 8. NEOLOGISMO ROMÁNICO

*   148.- 9. IDEA ESTILÍSTICA DE ALFONSO EL SABIO

149.- 10. CUESTIÓN DEL IDIOMA: «CASTELLA­NO DERECHO»

150.- 11. CASTELLANO, LEONÉS, ARAGONÉS

151.- 12. ESPAÑOL, LENGUAJE DE ESPAÑA

152.- 13. LA ORTOGRAFÍA ALFONSÍ

*   153.- 14. EL CASTELLANO EN LA NUEVA POE­SÍA DE CLERECÍA

*   154.- 15. PREPONDERANCIA DEL CASTELLANO

CAPÍTULO IV. LA LENGUA COMÚN. RELACIONES EXTRANJERAS

*   155.- 1. INTERCAMBIOS DE VOCABULARIO ENTRE FRANCIA Y ESPAÑA

*   156.- 2. LA APÓCOPE POTESTATIVA DE -E; GEOGRAFÍA Y CRONOLOGÍA

*   157.- 3. LA APÓCOPE EN LOS TEXTOS LITERA­RIOS

B. LOS DOS PRINCIPALES ESTILISTAS DE LA EDAD MEDIA.
APOGEO DE LA ESCUELA DIDÁCTICA (1205-1370)

CAPITULO V. LA LENGUA LITERARIA

*   158.- 1. SANCHO IV SE APARTA DE LOS GUSTOS DE ALFONSO X

*   159.- 2. LA ESCUELA ALFONSÍ. CULMINACIÓN DE LA LITERATURA

*   160.- 3. PROPÓSITO ESTILÍSTICO DE DON JUAN MANUEL

*   161.- 4. LENGUA RACIONAL Y LÓGICA

*   162.- 5. INTENTO FALLIDO DE OSCURIDAD

*   163.- 6. EL ARCIPRESTE DE HITA. «RAZONES ENCUBIERTAS»

*   164.- 7. LO IRRACIONAL

*   165.- 8. VOCABULARIO Y FRASEOLOGÍA

*      166.- 9. EL VERSO Y LAS «SERRANILLAS»

CAPITULO VI. ESTADO DE LA LENGUA COMÚN

*   167.- 1. RELATIVA ESTABILIDAD

*   168.- 2. LA LENGUA COMÚN. TOLEDO Y SEVILLA

*   169.- 3. APÓCOPE POTESTATIVA DE LA -E

*   170.- 4. LOS DIALECTOS LATERALES Y EL DIA­LECTO CENTRAL

*   171.- 5. TENDENCIAS CASTICISTAS

*   172.- 6. RELACIONES EXTERNAS

C. ARTIFICIOSIDAD RENACENTISTA.
PRERRENACIMIENTO RETÓRICO

CAPÍTULO VII.  PERÍODO DE TRANSICIÓN, 1370-1400

*   173.- 1. INFLUJO GALAICO-LEONÉS. ROMAN­CES Y ARTE MAYOR

*   174.- 2. ENSAYOS HUMANÍSTICOS EN ARAGO­NÉS. FERNÁNDEZ DE HEREDIA

*   175.- 3. DON PEDRO LÓPEZ DE AYALA

CAPITULO VIII. ALEGORÍA, OSCURIDAD. RETÓRICA ELOCUENCIA (1400-1450)

*   176.- 1. PRIMERA APARICIÓN DE UNA ES­CUELA SEVILLANA. DECIRES ALEGÓRICOS Y OSCUROS (1395-1415)

*   177.- 2. LA PROSA. DON ENRIQUE DE VILLENA (1417-28)

*   178.- 3. LA POESÍA. SANTULARIA Y MENA (1429-1456)

*   179.- 4. NUEVAS ORIENTACIONES

*   180.- 5. LO LIBRESCO

*   181.- 6. DENOMINACIONES METAFÓRICAS

*   182.- 7. LOS NEOLOGISMOS «LECTOR» Y «POETA»

*   183.- 8. LA RETÓRICA Y EL DESPRECIO DE LA LENGUA COMÚN

*   184.- 9. LATINISMO POR RAZONES ESTÉTICAS

*   185.- 10. SINTAXIS ARTIFICIOSA. HIPÉRBATON

*   186.- 11. LA POESÍA COMO CIENCIA

*   187.- 12. NUEVA VIDA CORTESANA. OSTEN­TACIÓN Y LUJO

*   188.- 13. GUSTO POR LO INUSITADO. LO IRREVERENTE, LO OBSCENO

*   189.- 14. RETÓRICA Y NATURALIDAD. FER­NÁN PÉREZ DE GUZMÁN

*   190.- 15. DECADENCIA DE LA ARTIFICIOSIDAD Y TRANSICIÓN (1458-1475). JUAN DE LUCENA

*   191.- 16. GÓMEZ MANRIQUE. VUELTA A LA NATURALIDAD

CAPÍTULO IX. ESTADO DE LA LENGUA COMÚN (1370-1470) Y RELACIONES EXTERIORES DEL CASTELLANO

*   192.- 1. RACHAS DE ARTIFICIOSIDAD

*   193.- 2. FONÉTICA DEL LATINISMO LÉXICO

*   194.- 3. SIMILICADENCIAS Y RIMAS EN LA LENGUA CONVERSACIONAL

*   195.- 4. NEOLOGISMOS MORFOLÓGICOS

*   196.- 5. EXTINCIÓN DE LA APÓCOPE POTES­TATIVA DE -E

*   197.- 6. ARAGÓN Y CATALUÑA. CORTE DE ALFONSO V

*   198.- 7. LAS CANARIAS Y PORTUGAL

*   199.- 8. EL ÁRABE Y EL ROMANCE

*   200.- 9. ITALIA

*   201.- 10. FRANCIA

PARTE QUINTA. EL ESPAÑOL ÁUREO
A. RENACIMIENTO HUMANÍSTICO (1474-1554)

CAPITULO I. DEL RETORICISMO AL HUMANISMO: LOS REYES CATÓLICOS (1474-1516)

*   202.- 1. SIGNIFICACIÓN DEL NUEVO REINADO

*   203.- 2. JORGE MANRIQUE

*   204.- 3. LA CELESTINA

*   205.- 4. CONCEPTISMO POÉTICO DEL CANCIO­NERO GENERAL

*   206.- 5. LA REINA ISABEL Y EL HUMANISMO

*   207.- 6. NEBRIJA

*   208.- 7. LA LENGUA, LA UNIDAD NACIONAL, EL IMPERIO

*   209.- 8. FRUTOS TARDÍOS MEDIEVALES

*   210.- 9. LOS ROMANCES

CAPITULO II. LOS DIALECTOS VIEJOS COMPLETAN SU NACIONALIZACIÓN

*   211.- 1. OJEADA GENERAL

*   212.- 2. LA UNIDAD POLÍTICA Y EL REINO DE ARAGÓN

*   213.- 3. EL REINO DE LEÓN

*   214.- 4. CASTILLA LA NUEVA. TOLEDO Y LA CORTE COMO NORMAS UNIFORMADORAS

CAPÍTULO III. UN DIALECTO NUEVO. EXPANSIÓN DEL ANDALUZ. EL CECEO/SESEO

*   215.- 1. PROSPERIDAD DE ANDALUCÍA

*   216.- 2. ANDALUCÍA Y TOLEDO EN CONTIENDA

*   217.- 3. EXPLICACIÓN HISTÓRICA DE LA CON­FUSIÓN DE LAS SIBILANTES ALVEOLARES Y DENTALES

*   218.- 4. DIGRESIÓN SOBRE LOS VERBOS «CE­CEAR» Y «SESEAR»

*   219.- 5. PRIMERAS NOTICIAS DEL «CECEO»

*   220.- 6. EL «CECEO» EN EL USO CORTESANO

*   221.- 7. EL SECECEO SEVILLANO

*   222.- 8. EL «SECECEO» EN CÓRDOBA

*   223.- 9. LA NORMA TOLEDANA AÚN VIGEN­TE PESE A LA GRAN DIFUSIÓN DEL «CE­CEO» EN ANDALUCÍA

*   224.- 10. LA RECONQUISTA DE GRANADA Y LA EXPANSIÓN DEL «SECECEO»

*   225.- 11. NUEVA REPOBLACIÓN DEL REINO DE GRANADA

*   226.- 12. RESUMEN SOBRE ORÍGENES DEL DIALECTO GRANADINO

CAPITULO IV. EL NUEVO MUNDO. GRAN EXPANSIÓN TERRITORIAL DEL IDIOMA

*   227.- 1. LA POBLACIÓN ESPAÑOLA DE AMÉ­RICA

*   228.- 2. PROPORCIÓN RELATIVA DE CASTELLA­NOS, ANDALUCES Y EXTREMEÑOS

*   229.- 3. GRAN EMIGRACIÓN ANDALUZA Y SEVILLANA

*   230.- 4. NUEVO MUNDO, NUEVO LENGUAJE

*   231.- 5. INFLUJO DE LAS LENGUAS ANTI­LLANAS

*   232.- 6. PRÉSTAMOS DEL AZTECA

*   233.- 7. INFLUENCIA DEL QUICHUA

*   234.- 8. PRÉSTAMOS GUARANÍES, ARAUCANOS Y DE OTRAS LENGUAS

*   235.- 9. ELEMENTOS IMPORTADOS DEL MUN­DO VIEJO

CAPÍTULO V. NUEVA SITUACIÓN DEL ESPAÑOL EN EL VIEJO MUNDO

*   236.- 1. EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS

*   237.- 2. PORTUGAL: LA MODA CASTELLANISTA

*   238.- 3. RELACIONES CON ITALIA

*   239.- 4. EL ESPAÑOL Y EL FRANCÉS

*   240.- 5. CARLOS V Y EL ESPAÑOL

CAPÍTULO VI. GUEVARA Y GARCILASO. TRIUNFO DEL ITALIANISMO (1525-1554)

*   241.- 1. TENTATIVAS VARIAS EN LA PROSA

*   242.- 2. GUEVARA

*   243.- 3. LAS PAREJAS DE SINÓNIMOS

*   244.- 4. BOSCÁN, PROPUGNADOR DE ITALIANISMO Y DE NATURALIDAD

*   245.- 5. GARCILASO Y LA TEORÍA DE LA IMI­TACIÓN

CAPITULO VII. DOCTRINA HUMANÍSTICA SOBRE LA LENGUA VULGAR

*   246.- 1. CRECIENTE ESTIMA DE LAS LENGUAS VULGARES

*   247.- 2. JUAN DE VALDÉS. SELECCIÓN ANTES QUE INVENCIÓN

*   248.- 3. VILLALÓN, MEJÍA Y VENEGAS

*   249.- 4. AMBROSIO DE MORALES

CAPITULO VIII. GRAN RENOVACIÓN EN LA LENGUA COMÚN (1480-1550)

*   250.- 1. NUEVA ONOMÁSTICA PERSONAL

*   251.- 2. EL VOCABULARIO

*   252.- 3. LA FRASEOLOGÍA

*   253.- 4. SINTAXIS

*   254.- 5. VUESSA MERCED Y USTED; VOS Y VOSOTROS

*   255.- 6. MORFOLOGÍA

*   256.- 7. SE FIJA EL VOCALISMO MODERNO DEL IDIOMA

*   257.- 8. CASTILLA LA VIEJA EVOLUCIONA EN EL CONSONANTISMO

*   258.- 9. SUERTE DE LA F Y DE LA H

*   259.- 10. NUEVA PRONUNCIACIÓN DE OTRAS CONSONANTES EN CASTILLA LA VIEJA

*   260.- 11. PRONUNCIACIÓN CASTELLANO-VIEJA DE LA J Y LA X

*   261.- 12. LA Z Y LA S ENSORDECIDAS EN CASTILLA LA VIEJA

*   262.- 13. LA B Y LA V

B. CULMINACIÓN DE LA ÉPOCA CLÁSICA (1554-1617)

CAPITULO IX.  PERÍODO DE LOS GRANDES ESCRITORES MÍSTICOS (1554-1585)

*   263.- 1. «EL LAZARILLO»

*   264.- 2. LA CORTE EN MADRID. NUEVAS ORIENTACIONES

*   265.- 3. FRAY LUIS DE GRANADA

*   266.- 4. SANTA TERESA. UN ESTILO DE ES­PONTANEIDAD

Diseño gráfico:
 
La Garduña Ilustrada

Imagen: letra 3ª del alfabeto hebreo ג , Guímel (גימ"ל). Pronunciado  /g/, /ʤ/ . Proviene de la letra fenicia  gaml

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