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Obras de Diego Catalán

6.- 5. LA APORTACIÓN DE LINDLEY CINTRA: LA CRÓNICA DE 1344 EXIGE ANTEDATAR LA ACTIVIDAD REFUNDIDORA

5. LA APORTACIÓN DE LINDLEY CINTRA: LA CRÓNICA DE 1344 EXIGE ANTEDATAR LA ACTIVIDAD REFUNDIDORA.  I. INTRODUCCIÓN. LAS CRÓNICAS GENERALES DE ESPAÑA HEREDERAS DE LA ESTORIA ALFONSÍ 

      Medio siglo después de que Menéndez Pidal comenzase a poner orden en el caos de las "Crónicas generales de España", los conocimientos en este campo, tan crucial para el estudio de la historiografía, de la historia y de la prosa literaria de la Edad Media his­pánica en su período postalfonsí, permanecían estacionarios. Los interrogantes abier­tos por Babbitt parecían condenados al olvido ante la falta de respuestas concretas cuando Luis F. Lindley Cintra emprendió, en 1947, la tarea de editar críticamente el texto portugués de la Crónica geral de Espanha de 1344. En un principio, Cintra se proponía únicamente acompañar su edición de un estudio de la Crónica como docu­mento lingüístico-literario; pero muy pronto se dio cuenta de que era preciso empezar por esclarecer "os arredores" de la Crónica antes de intentar valorarla. Esos ’alrededo­res’, a los cuales dedicó atención preferente durante tres años de estancia en Madrid en estrecha relación con Menéndez Pidal, comprendían nada menos que toda la historio­grafía hispana de los siglos XIII y XIV. La empresa exigía una combinación de entu­siasmo, de rigor científico y de ponderación crítica que rara vez se encuentran reunidos en un investigador novel; sin embargo, cuando la Academia Portuguesa da Historia co­menzó en 1951 a publicar52, en magníficos volúmenes de corrección tipográfica admi­rable, los frutos de esos años de investigación la crítica reconoció unánime la aparición de un nuevo maestro en el escenario de la filología hispánica.

      El primer volumen, de 600 páginas, de la edición crítica de la Crónica, que Cintra tituló modestamente "Introdução" vino a renovar, de forma sustancial, la reconstruc­ción pidalina de la actividad historiográfica desarrollada en los reinos de Castilla y Por­tugal a partir de Alfonso X, sin por ello intentar demolerla.

      La "Introdução" comienza con una rápida presentación de la Crónica de 1344 (pp. XXIII-XLIV), seguida de tres capítulos en que se estudia el origen de la obra. Gracias a la aplicación de un riguroso e imaginativo método lingüístico-filológico (basado en el estudio de los portuguesismos y errores de traducción de los manuscritos castellanos de la primera redacción) Cintra convenció a sus lectores, Menéndez Pidal incluido, de que la lengua en que se redactó en 1344 la obra (y en que se refundió hacia 1400) fue portuguesa (pp. XLV-LXXXVIII); por otra parte, un significativo grupo de ejemplos de cómo el autor "aportuguesó" la historia y la geografía peninsulares le bastaron para probar que, si la Crónica de 1344 se escribió en portugués, portugués fue también el pensamiento que la informó (pp. LXXXVIII-XCIV). Aun careciendo de toda otra prue­ba, la personalidad histórica del conde don Pedro de Barcelos habría bastado para aventurar la hipótesis de que la iniciativa de una Crónica general escrita en Portugal en tiempo de Afonso IV se debiese a la comprobada afición histórico-literaria del podero­so bastardo del rey don Dinis; pero Cintra sólo se decidió a proponer el nombre de don Pedro Afonso para la autoría de la Crónica de 1344 después de una detenida confron­tación entre esta obra y el Livro das Linhagens del conde (pp. XCV-CXXV). La argu­mentación filológica, ya de por sí muy convincente, fue, a su vez, apoyada por un conjunto muy expresivo de datos históricos (pp. CXXVII-CXC), los cuales vinieron a ser corroborados, con posterioridad a la publicación de la "Introdução", gracias al hallazgo de dos pruebas adicionales (aportadas en publicaciones de 1956-57 por el pro­pio Cintra y 1959-60 por mí), que hacen indiscutible esa autoría53.

      La constatación de que la Crónica de 1344 es una obra portuguesa concebida por don Pedro Afonso, conde de Barcelos, no fue, a pesar de su indudable interés, la apor­tación más importante de Cintra a la historia de la historiografía. El núcleo de su tra­bajo lo constituyen, más bien, los capítulos V: "A Crónica de 1344 e a Historiografia Castelhana dos séculos XIII-XIV" (pp. CXCI-CCCXVI) y VI: "A Crónica de 1344 e as Origens da Historiografia Portuguesa" (pp. CCCXVII-CDXIX), en que reexaminó, en toda su excepcional complejidad, la historiografía hispana de los siglos XIII y XIV.

      Cintra inpugnó con razones contundentes la argumentación de Babbitt en favor de la prioridad de la Crónica de Veinte (o de once) reyes respecto a la Primera crónica ge­neral, y reafirmó, para la materia histórica anterior a la entronización de la dinastía cas­tellana en León, "la exactitud del esquema propuesto por Menéndez Pida!" (pp. CCVIII-CCXXX). En cambio, respecto a la que podemos considerar (desde el punto de vista de los cronistas de los siglos XIII y XIV) historia "moderna" y "contemporá­nea" de España, la referente al período que va de Fernando I, cuando Castilla se hace reino, a Femando III, Cintra encontró razones muy convincentes para rechazar el árbol pidalino. El punto de partida de su disentimiento respecto a la vieja construcción lo constituyó la nueva valoración de la propia Crónica geral de Espanha de 1344, que le­jos de ser, como creía Menéndez Pidal, la "Segunda crónica general" y el punto de par­tida de las restantes refundiciones, es considerada por Cintra como la última tentativa de renovar la "Crónica general", ya que tiene entre sus fuentes no sólo a la Versión de 1289 (que llamaba con Menéndez Pidal regia) de la Primera crónica general, sino tam­bién a la Crónica de Castilla (a través de una Versão galego-portuguesa, cuya estruc­tura nos es conocida en la tradición manuscrita gracias al manuscrito 8817 de la Biblioteca Nacional de Madrid, llamado A desde los primeros estudios de Menéndez Pidal) y, para ciertos episodios, a la Crónica de veinte reyes.

      Esta alteración del árbol genealógico de las crónicas herederas de la labor historiográfica alfonsí tenía como corolario el descubrimiento de un hecho cuya importancia tardó en apreciar la crítica: en el "género" constituido por las crónicas generales de Es­paña, la labor refundidora realmente creativa se circunscribe al medio siglo que prece­de al año de 1344; esto es, la gran variación observada en la transmisión de la compilación alfonsí es un fenómeno bastante más temprano de lo que anteriormente se creía, más próximo a la elaboración inicial de la obra.

      Contemporánea de esta antedatación de la labor refundidora, que los estudios de Cintra propiciaron, fue la comprobación por Evelin S. Procter (1951)54, basándose en alusiones internas de la Estoria de España, de lo acertado que había estado Menéndez Pidal al autocorregirse y admitir el carácter alfonsí de la compilación en la historia pos­terior a la invasión musulmana. Procter mostró, de forma indubitable, la intervención personal de Alfonso X en la traducción y actualización de un pormenor del arzobispo don Rodrigo Ximénez de Rada incluido en el reinado de Alfonso IX55 y, por otra par­te, demostró que ciertos pasajes de los capítulos 790 y 997 (de la edición de Menéndez Pidal) habían sido escritos con anterioridad a 1271 y a 1273, respectivamente56.

      Los descubrimientos de Cintra y las precisiones de Procter fueron prontamente aco­gidos por Menéndez Pidal, quien trató de integrarlos en su concepción de la evolución del género de las crónicas, a la vez que acomodaba a ellos su tradicional reconstruc­ción histórica. El estímulo de la actividad filológica de Cintra fue esencial para que el viejo maestro español reactivara sus estudios relativos a un campo que, en un pasado ya lejano, le había permitido asentar los cimientos sobre los que levantó sus contrucciones históricas sobre la épica castellana y sobre la vida y hechos de Rodrigo Díaz de Vivar. Este renovado interés y esta revisión de la cronología e interrelación de las cró­nicas generales de España están bibliográficamente representadas en un conjunto de publicaciones que se escalonan desde 1951 a 195757.

Diego Catalán, De la silva textual al taller historiográfico alfonsí (1997)

NOTAS

52 El vol. I ("Introdução") salió a la luz en 1951; el vol. II en 1954; el III en 1961. El vol. IV sólo se ha publicado en 1990, después que de los anteriores se hiciera una nueva reimpresión.

53 Cintra, "D. Pedro de Barcelos, Gomes Lourenço de Beja e a autoría da Crónica Geral de Espanha de 1344", BF, XVI (1956) [publ. en 1957], 137-139, y Catalán, "La versión portuguesa de la Crónica Ge­neral", RPh, XIII (1959-60), 67-75 y De Alfonso X, p. 302, n. 24. Sin conocer estas últimas pruebas, ya R. Menéndez Pidal había asentido plenamente a la atribución de Cintra ("Tradicionalidad", pp. 134-135).

54  Procter, Alfonso X of Castile (1961), pp. 89-96.

55  En el cap. 997 (pp. 677b47-618a5), al hablar de los descendientes de Alfonso IX de León siguiendo al arzobispo don Rodrigo, Alfonso X introduce una actualización personal en que hace constar su paren­tesco con la pareja imperial constituida por María, nieta de San Fernando, y Balduino.

56   La referencia actualizada del cap. 790 al linaje de Raymond VII como gobernante "oy en dia" en Toulouse no pudo escribirse después de la muerte de Jeanne, la hija de ese conde, y de su esposo Alphonse de Poitiers y la incorporación del condado, en 1271, a la corona francesa; la actualización personal de Alfonso citada en la nota anterior, que incluye el voto "Dios guarde ell estado dellos", no es posible que se añadiera después de la muerte de Balduino en el exilio, el año 1273.

57  Ya en el estudio introductorio de Reliquias1 (1951), pp. LXII-LXIX y nn. 1 de la p. LXIII y 2 de la p. LXVII, así como en la n. 1 de la p. 199, al tratar de la "Gesta y Crónicas de los Siete Infantes en el si­glo XIV", Menéndez Pidal realizó un primer intento de adaptación de su primitiva reconstrucción de la ge­nealogía e historia de las crónicas generales a las averiguaciones de Cintra, cuando la "Introdução" a la edición de la Crónica de 1344 aún estaba inédita; en Primera crón2  (1955) el estudio inicial que precede a la reimpresión de la edición de 1906, si bien es una mera actualización de lo dicho tiempo atrás en Crón. General-Discurso (1916), recoge, nuevamente, algunos aspectos de esa visión renovada (pp. LIII-LVI y n. 56). Mayor importancia tiene "Tradicionalidad" (1955), artículo-reseña del vol. I de la edición de Cintra, Crón. 1344, donde Menéndez Pidal, no sólo acomoda su antigua construcción a la cronología cronística establecida por Cintra, sino que hace observaciones nuevas acerca del comportamiento de las diversas cró­nicas y llama la atención sobre la importancia de la Crónica general Manuelina hasta entonces pasada por alto por la crítica. En fin, Poes. jugl. y orígenes (1957) es una refundición de Poes. jugl. (1924) con abun­dantes adiciones y reformas, entre las que se incluye un estudio del testimonio cronístico acerca de la épi­ca (pp. 297-307) que se apoya en la historia de las crónicas generales de España corregida tras la lectura de la obra de Cintra.

CAPÍTULOS ANTERIORES:

DE LA SILVA TEXTUAL AL TALLER HISTORIOGRÁFICO ALFONSÍ. CÓDICES, CRÓNICAS, VERSIONES Y CUADERNOS DE TRABAJO.

1.- DE LA SILVA TEXTUAL AL TALLER HISTORIOGRÁFICO ALFONSÍ. CÓDICES, CRÓNICAS, VERSIONES Y CUADERNOS DE TRABAJO

I. INTRODUCCIÓN. LAS CRÓNICAS GENERALES DE ESPAÑA HEREDERAS DE LA ESTORIA ALFONSÍ

*    2.- 1. LA SELVA TEXTUAL Y LA ERUDICIÓN PRE-PIDALINA

*    3. 2. DESLINDE Y CLASIFICACIÓN POR MENÉNDEZ PIDAL, A FINES DEL SIGLO XIX, DE LAS CRÓNICAS GENERALES DE ESPAÑA

*     4.- 3. REFORMAS EN LA CONSTRUCCIÓN PIDALINA

5.- 4. LOS CRÍTICOS FAVORABLES A LA PRIORIDAD DE LA "CRÓNICA DE VEINTE REYES": LANG, BABBITT Y GÓMEZ PÉREZ

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Imágenes: Rex, decus Hesperie, thesaurus philosophie / Dogma dat hyspanis; capiant bona, dent loca vanis. Fol. 1 v del ms. E1.

 

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