1.- 1. LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS
PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES
1. LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS. I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.
Los autores griegos y romanos nos dan breves noticias de los pueblos primitivos de España con quienes llegaron a tener trato, íberos, ligures y celtas, pero de la lengua que éstos hablaban sobre nuestro suelo nada nos dicen y, claro está, nada supieron del repartimiento de la Península entre pueblos y lenguas anterior a las invasiones de los indoeuropeos. Nuestra fuente de información sobre ello se reduce a la arqueología y, en lo referente a las lenguas, casi únicamente a los nombres de lugar. El interés evocador de la toponimia se simboliza bien en aquella leyenda de la ciudad sumergida en un lago sobre cuyas aguas se siguen oyendo las voces de los habitantes allí desaparecidos. En los nombres de los ríos, montes y lugares escuchamos efectivamente ahora la voz lejana de los pueblos que nos precedieron sobre nuestro suelo y que bajo él se sepultaron en inmemoriales vicisitudes históricas, porque esos nombres vienen, por densa tradición, de boca en boca, desde los labios de aquellos antepasados prehistóricos hasta nuestros oídos. La toponimia será recurso casi único para descubrir algo de la relación que el idioma de hoy guarda con el de nuestros antepasados más remotos.
Estos primitivos habitantes de España formaban parte de un conjunto de pueblos extendidos por las tierras continentales e insulares del Mediterráneo cuyos antecesores precedieron en varios milenios a los indoeuropeos que invadieron las tierras septentrionales de la cuenca mediterránea. Sus lenguas desconocidas son de interés para las dos grandes lenguas indoeuropeas de cultura que a ellas se superpusieron, el griego y el latín, porque influyeron en la de los arios invasores. Por ejemplo, la civilización mediterránea del olivo y de la vid impuso su nomenclatura agrícola y naturalista a ítalos y helenos: ŏlĕum, vīnum, fīcus, rŏsa, vĭŏla, līlĭum, cupressus, ăsĭnus, no son voces indoeuropeas, sino préstamos de las lenguas mediterráneas al latín y asimismo al griego, con muchas otras, a veces portadoras de un sufijo común, como īlex, -ĭcis (de donde deriva el romance encina), fĭlix, -ĭcis (de donde helecho), cimex, -ĭcis (de donde chinche), camox, -ōcis (relacionado con gamuza) 1.
Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)
NOTAS
1 Véase B. A. Terracini, en Studi Etruschi, III, 1929, p. 212 ss.
PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES
CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.
1.- 1. LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS
Diseño gráfico:
La Garduña Ilustrada
Imagen: letra Z, variaciones sobre el alfabeto Holbein.
0 comentarios