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Obras de Diego Catalán

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS. I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

      Desde antes que sobreviniese en el planeta el estado geo­lógico actual, el clima, fauna y flora actuales, desde la edad paleolítica, coexistían en la Península dos grandes grupos ét­nicos diversos. Uno, procedente de Europa, se extendía des­de el Suroeste de Francia (desde el Ariège y la Dordogne) por el Pirineo occidental y por la costa cántabro-asturiana; es el que dio lugar a la cultura llamada franco-cantábrica (la que, más de cien siglos hace, dio arcana inspiración a las pinturas de la cueva de Altamira); es el precursor de los vascones y de los astures 22. Otro, partícipe de la civilización capsiense (así llamada por los hallazgos arqueológicos de Capsa, al Sur de Túnez), procedía del África, era afín a to­das las demás gentes de raza camítica que poblaban las tie­rras en torno al Mediterráneo; ocupaba la mayor parte de España. Entre estos pueblos sin nombre en la historia, las tribus más adelantadas tenían su centro en la región de Al­mería y se propagaban al Norte por las playas de Levante y del Sur; eran pueblo emprendedor, el que primero se arro­jó a la navegación del Atlántico, ya en el tercer milenio an­tes de Cristo, en busca de los metales de las Islas Británicas y que luego, de otra parte, colonizó en Sicilia y Cerdeña, siendo antecesor de los que, en tiempos históricos, fueron llamados íberos y tartesios o turdetanos.

      En la edad eneolítica, o edad del cobre (3.000 a.C.?), ya este pueblo de la cultura almeriense se extendía por Valen­cia y Cataluña23, y de él recibían los pueblos pirenaicos señaladas influencias (puntas de saeta, cobre, vaso campa­niforme)24. Al comenzar la edad del bronce (2.500 a.C?) el pueblo almeriense o proto-íbero proseguía su expansión, Jalón arriba hacia la meseta del Tajo, y Ebro arriba por entre los pueblos pirenaicos25, mientras en el Sur pasaba a Andalucía y a Portugal hasta el Tajo inferior26, formándo­se allí el pueblo tartesio, que fue el primero de la Penínsu­la conocido en el Oriente.

      Así, en las tierras mediterráneas de la parte europea, al llegar los tiempos históricos, se destacaba ya en Occidente un tercer foco cultural, que, sin llegar al desarrollo de la cultura de los grandes palacios y del arte cretense vetustísi­mo en el Egeo, ni al desarrollo político y edílico de los tirrenos o etruscos, abría nuevos caminos a la comunicación co­mercial hacia el Norte europeo, gracias a que los pueblos del Sur de la Península Ibérica por él alumbrados se habían arrojado tempranamente a la navegación del Atlántico.

 Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

NOTAS

22  Sigo las más completas exposiciones del problema etnológico hechas por Obermeier y Bosch-Gimpera. Véase a éste en su Et­nología de la Península Ibérica, 1932, pp. 15, 63, 119, etc. Para Schulten, el Norte de la Península está habitado por lígures, en Pauly-Wissowa, Real Encyclopädie. Para Gómez-Moreno, los astures con los cántabros, vetones, etc., son lígures, pero los vascones son íberos: «El plomo de Alcoy», RFE, IX, 1922, p. 344; «Sobre los íberos y su lengua», Homenaje Menéndez Pidal, III, 1925, p. 494; La Novela de España,  1928, p. 399.

23  Bosch, Etnología, pp.  154-155.

24  Bosch, Etnología, p.  128.  

25  Bosch, Etnología, p.  174.

26  Bosch, Etnología, pp.  175-176.

 

CAPÍTULOS ANTERIORES:

PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES

CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

1.- 1.  LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS

2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA

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