45.- 3. LAS MOCEDADES DE RODRIGO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD DEL HÉROE: EL SOBERBIO CASTELLANO
3. LAS MOCEDADES DE RODRIGO Y LA TRANSFORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD DEL HÉROE: EL SOBERBIO CASTELLANO
------3.1. Al margen de esta activa participación de los cronistas en la estructuración de las alusiones al pasado, contenidas en la gesta de Las particiones del rey don Fernando, para formar una “historia” de Rodrigo desde su niñez, un juglar de epopeya cantada acometió, por su cuenta, la tarea de dotar al héroe de unos orígenes, de unas enfances, del mismo modo que otros juglares de la vecina Francia habían hecho respecto a otros protagonistas de chansons de geste. Como todo relato de “mocedades” de un héroe, el referente a Rodrigo no es memoria anovelada de hechos remotos retenidos por tradición, sino construcción basada en esquemas de raíz mítica (“mitotemas”, si se quiere), comunes a muchos pueblos, relativos a la “iniciación” o “prueba” del varón (como guerrero y como macho), que sólo adquieren cuerpo como narraciones al ser utilizados literariamente en determinados tiempos y espacios históricos. Ahora bién, pretender reducir todos los relatos épicos de “iniciación” a tradición única (identificable con el modelo “Cúchulainn/Tristán”), según hace Montgomery (1998), ni es admisible ni resulta verisímil si de la génesis de los textos literarios se pretende hablar; en el caso particular de las Mocedades de Rodrigo, las propias aproximaciones temáticas que Montgomery comenta (págs. 29-41) ponen bien en evidencia que las aguas tradicionales de que bebe el juglar hispano no vienen en concreto de esas fuentes propuestas y, por tanto, sobra el intento de inventar cauces para que históricamente resulte posible que alcanzara a catarlas.
------Según desde antiguo destacó Menéndez Pidal (1910, pág. 123), la gesta de las Mocedades de Rodrigo “lleva en sí todas las marcas de la epopeya de la decadencia” (fr.). Como todos los poemas de enfances, su creación tiene como punto de partida la curiosidad del público auditor de los cantares de gesta por saber, respecto a los héroes consagrados, cómo se formaron y por qué llegaron a serlo:
“Es una ley general para todos los ciclos épicos, en España y en Francia y también entre los pueblos del Norte, su desarrollo temporal en sentido inverso al de la vida humana... Nos muestran primero a los héroes en su madurez, en su vejez o a la hora de la muerte, sólo después nos cuentan su nacimiento y su juventud” (fr., Menéndez Pidal, 1910, pág. 132).
------Tanto el Mio Cid como Las particiones del rey don Fernando, de acuerdo con la estructura habitual de “los poemas primitivos”, “comenzaban la narración ex abrupto” y, “desde sus primeros versos colocaban al auditorio in medias res, sin preocuparse de presentarle los personajes” (fr.); las Mocedades de Rodrigo nacieron para dar respuesta a las cuestiones que el auditorio, familiarizado con la leyenda cidiana a través de esos poemas, había podido hacerse. La contestación a esas preguntas fue, en verdad, muy atrevida, pues el nuevo poeta aprovechó la ocasión para dar un vuelco a la personalidad del vasallo modélico. Aunque identificado con el personaje que la vieja epopeya había hecho famoso, este Rodrigo, este “mio Cid”, de la nueva creación épica nada tiene en común con el del poema de Mio Cid de 1144. Las virtudes originarias del Rodrigo Díaz de Vivar poético, mesura y prudencia, fidelidad como vasallo, artería en la guerra, conocimientos de derecho, y fe en una ley igual para todos, amor familiar, sentido del humor, son valores ajenos al nuevo canon: únicamente importa el arrojo y la arrogancia sin limitaciones, el desprecio a cualquier ley o norma que interfiera con el desarrollo de la persona, la insolencia del individuo, que sólo depende de sí mismo, frente a cualquier autoridad instituida. La mayor alabanza que en la nueva gesta se hace del héroe es considerarle (Rodrigo, vv. 426, 443, en boca del rey don Fernando; vv. 950, 1022, en boca del Conde de Saboya) no hombre, sino “pecado”, “diablo” (Menéndez Pidal, 1910, págs. 137-141).
------La soberbia de “el Castellano” le agiganta en la concepción del juglar de las Mocedades de Rodrigo de tal forma que, al presentarse el rey y su vasallo ante el Papa, ante el Rey de Francia y ante el Emperador alemán, estos (según los versos del Rodrigo):
Non sabían quál era el rey, ------nin quál era el Castella
nosinon quando descavalgó el rey---- [e] al Papa bessó la mano
(vv. 1096-1097).
Es más, la grandeza del buen rey don Fernando es, en realidad, tan sólo reflejo de la de Rodrigo, quien, desde antes de reconocerse su vasallo, le patrocina abiertamente. Don Fernando llega a prometer a Rodrigo , de forma repetida, “te non salir de mandado” (v. 658 y, semejante, 774) y se muestra complacido de delegar su autoridad: “commo tú ordenares mis reynos, en tanto seré folgado” (v. 1063). Acomodándose a órdenes (más que consejos) recibidas de Rodrigo, el rey va a armarse caballero a Santiago y embarragana a Francia, preñando a la heredera del Conde de Saboya. Cuando Rodrigo está ausente, el rey se siente impotente y sin amparo; por más que le besen la mano “los cinco reinos de España” (v. 1107), el gran rey don Fernando, par de Emperador, es un pobre pelele:
Batiendo va amas las palmas------ la faze( ) quebrantando:
¡Peccador sin ventura, ------a qué tiempo so llegado!
Quantos en España visquieron------ nunca’ s( ) llamaron tributarios,
a mi véenme niño e sin sesso ------et vanme soberviando,
¡más me valdría la muerte------ que la vida que yo fago!
(vv. 761-765)
------El carácter altanero, siempre desafiante, de “Rodrigo el Castellano”, capaz de someter a su voluntad a un rey pusilánime, después de humillar a los condes del reino, no es, como se ha creído, una invención tardía del s. XV 25, sino la razón de ser de la gesta. Sin ese personaje así diseñado, las enfances de Rodrigo carecerían de sentido. Es esta profunda distorsión de la caracterización hasta entonces dominante del héroe (creada conjuntamente por el Mio Cid y Las particiones del rey don Fernando) la gran aportación al ciclo cidiano de este poeta de la “decadencia” de la epopeya perteneciente al tránsito del s. XIII al s. XIV.
Diego Catalán: "La épica española. Nueva documentación y nueva evaluación" (2001)
NOTAS
25 Menéndez Pidal, desorientado por la actitud del cronista que incorporó los episodios de la gesta de las Mocedades de Rodrigo a la Estoria de España alfonsí, creyó (ya en 1910, págs. 138-141) que la modificación del carácter del héroe era propia de la refundición del s. XV. Como he explicado más arriba (cap. III, §§ 2. d, e), el Rodrigo conservado en forma poética mantuvo fielmente, en éste y en otros aspectos, el sentido de la gesta original. Martin (1992, pp. 442-446) se opone también (y por razones basadas en criterios filológicos que coinciden con los míos) a considerar la versión cronística de la Crónica de Castilla como “la primera redacción del poema de Rodrigo, libre de las deformaciones de todo estilo que revelan la decadencia de la epopeya”, según había supuesto Menéndez Pidal y, tras él, el conjunto de la crítica, y denuncia, no sin razón, que los orígenes de la hipótesis se hallan en los prejuicios de una “moral estética” asumida por Menéndez Pidal (yo añadiría de una “moral estética” común al conjunto de la crítica medievalista decimonónica inventora del carácter “épico” —en sentido aristotélico— de las chansons de geste y “cantares de gesta” de la Edad Media romano-germánica; baste recordar a Gautier como ejemplo supremo de ese prejuicio).
ÍNDICE DEL CAPÍTULO I: TEMA I: LA ÉPICA EN LENGUA VULGAR AL SUR DE LOS PIRINEOS. TESTIMONIOS DEL SIGLO XIII
* 1. LA ÉPICA ESPAÑOLA. NUEVA DOCUMENTACIÓN Y NUEVA EVALUACIÓN (I)
* 2. EL TESTIMONIO ALFONSÍ. TEMAS CAROLINGIOS DE LA ÉPICA HISPANA
* 3. EL TESTIMONIO ALFONSÍ. TEMAS ESPAÑOLES DE LA ÉPICA HISPANA
* 4. EVALUACIÓN DEL TESTIMONIO ALFONSÍ
* 5. HUELLAS DE LA ÉPICA EN LOS DOS GRANDES HISTORIADORES LATINOS DE LA PRIMERA MITAD DEL S. XIII: EL ARZOBISPO DON RODRIGO Y DON LUCAS.
* 6. EL TESTIMONIO DE FRAY JUAN GIL DE ZAMORA: VERSIONES VARIAS DE UNA MISMA GESTA EN EL S. XIII
* 7. OTROS TESTIMONIOS DEL S. XIII. LOS POEMAS EN ROMANCE DEL MESTER DE CLERECÍA Y UNA CRÓNICA LOCAL
* 8. EVALUACIÓN DE LOS TESTIMONIOS DEL S. XIII COMPLEMENTARIOS DEL TESTIMONIO ALFONSÍ.
* 9. LAS COPIAS POÉTICAS TARDO-MEDIEVALES DE CANTARES DE GESTA A LA LUZ DE LOS TESTIMONIOS INDIRECTOS DEL S. XIII SOBRE LA EPOPEYA.
CAPÍTULO II: TEMA II: TESTIMONIOS DE LA POESÍA ÉPICA AL SUR DE LOS PIRINEOS ANTERIORES AL SIGLO XIII
* 10 II TESTIMONIOS DE LA POESÍA ÉPICA AL SUR DE LOS PIRINEOS ANTERIORES AL SIGLO XIII
* 11 2. LA HISTORIOGRAFÍA EN LATÍN EN EL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XII Y LA ÉPICA ORAL: LA HISTORIA DE CASTILLA EN LA CHRONICA NAIARENSIS.
* 12 3. ¿ALCANZÓ LA HISTORIOGRAFÍA ÁRABE DE LA PRIMERA MITAD DEL S. XII A CONOCER UN CANTO ÉPICO CASTELLANO?
* 13 4. LA ÉPICA CASTELLANA Y LA ÉPICA FRANCA EN LA ESPAÑA DE ALFONSO VII
* 14 5. LA PRESENCIA AL SUR DE LOS PIRINEOS DE LAS GESTAS FRANCESAS A MEDIADOS DEL S. XII Y LA TRADICIÓN ÉPICA DEL MEDIODÍA EUROPEO
* 15 6. LA GESTA DEI PER FRANCOS EN COMPOSTELA: EL IACOBUS.
* 16 7. LA ÉPICA CAROLINGIA AL SUR DE LOS PIRINEOS A PRINCIPIOS DEL S. XII
* 17 8. LA ÉPICA CAROLINGIA AL SUR DE LOS PIRINEOS EN EL S. XI.
* 18 9. EVALUACIÓN SUMARIA DE LOS TESTIMONIOS DE LOS SIGLOS XI Y XII.
CAPÍTULO III: TEMA III: LOS TESTIMONIOS POST-ALFONSÍES DE LA CONTINUIDAD DE LA EPOPEYA
* 19 III LOS TESTIMONIOS POST-ALFONSÍES DE LA CONTINUIDAD DE LA EPOPEYA
* 20 2. LA CRÓNICA DE CASTILLA SE HACE CIDIANA: LAS “ENFANCES” DE RODRIGO
* 21 3. LA CRÓNICA FRAGMENTARIA Y LAS LEYENDAS CAROLINGIAS.
* 22 4. LA OBRA HISTORIAL DEL CONDE DON PEDRO DE BARCELOS Y LA EPOPEYA
* 23 5. LA HISTORIOGRAFÍA POSTERIOR A 1344 Y LA SOBREVIVENCIA DE LOS CANTARES DE GESTA.
* 24 6. EVALUACIÓN SUMARIA DE LOS TESTIMONIOS TARDO-MEDIEVALES ACERCA DE LA LONGEVIDAD DE LA POESÍA ÉPICA
CAPÍTULO IV: TEMA IV: LA ÉPICA MEDIEVAL ESPAÑOLA Y ROMÁNICA. LA HERENCIA DE UNA ORALIDAD PRIMITIVA
* 25 1. ÉPICA DE ORÍGENES ORALES Y ÉPICA CULTA
* 26 2.LOS MODELOS CONTEMPORÁNEOS DE POESÍA NARRATIVA ORAL Y LA ÉPICA MEDIEVAL
* 27 3. EL MODO DRAMÁTICO DE LA NARRACIÓN ÉPICA
* 28 4. EL MOLDE PROSÓDICO Y LA GENERACIÓN DEL DISCURSO ÉPICO
* 29 5. LO FORMULARIO ÉPICO Y LA CREACIÓN ORAL
* 30 6. CREACIÓN Y REFUNDICIÓN
* 31 7. LA ETAPA ÁGRAFA DE LA PRODUCCIÓN ÉPICA. RAÍCES DEL GÉNERO.
* 32 8. LA ESCUELA ÉPICA ESPAÑOLA
* 33 9. CARACTERES DE LA ÉPICA ESPAÑOLA. LA VERSIFICACIÓN.
* 34 10. CARACTERES DE LA ÉPICA ESPAÑOLA. TEMAS Y CONTENIDOS IDEOLÓGICOS
* 35 11. LA INTEGRACIÓN DE LA TEMÁTICA CAROLINGIA EN LA TRADICIÓN ÉPICA ESPAÑOLA
CAPÍTULO V: TEMA V: EL MIO CID
* 36 1. EL MANUSCRITO DE VIVAR Y LA GESTA
* 37 2. EL MIO CID, GESTA CABEZA DE SERIE
* 38 3. EL POETA DEL “MIO CID” ANTE LAS CONVENCIONES FORMALES DEL GÉNERO
* 39 4. EL POETA DEL “MIO CID” ANTE LAS CONVENCIONES TEMÁTICAS DEL GÉNERO
* 40 5. EL POETA DEL “MIO CID” ANTE LA MEMORIA DE LAS GESTAS HISTÓRICAS DE RODRIGO
* 41 6. LA “PASIÓN” COMO FUERZA REESTRUCTURADORA DE LA HISTORIA. INTENCIONALIDAD POLÍTICA DEL CANTO ÉPICO
* 42 7. ¿DESDE CUÁNDO SE CANTÓ EL MIO CID?
CAPÍTULO VI: TEMA VI. FORMACIÓN Y DESARROLLO DEL CICLO CIDIANO
* 43 1. LA CREACIÓN DEL PERSONAJE LITERARIO. EL MIO CID Y LAS PARTICIONES DEL REY DON FERNANDO
* 44 2. LAS RECREACIONES JUGLARESCAS Y EL PASADO DE RODRIGO
Diseño gráfico:
La Garduña ilustrada
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