4. EVALUACIÓN DEL TESTIMONIO ALFONSÍ
4. EVALUACIÓN DEL TESTIMONIO ALFONSÍ.
------Considerado en su totalidad, el testimonio alfonsí tiene un valor extraordinario. Gracias a sus declaraciones explícitas, sabemos que “oyó” “cantar” a los “juglares” un conjunto muy variado de “cantares de gesta”, y, por tanto, que su precepto, en la Partida IIª, de que los caballeros escucharan a los juglares cantares de gesta mientras comían no ha de ser tenido, simplemente, como una herencia textual de disposiciones dictadas en tiempos muy anteriores, sino como una costumbre realmente contemplada para el presente. Aunque la voz de los juglares le pareciese poco fiable como testimonio histórico, reconoció la imposibilidad de prescindir de la visión del pasado que la historia cantada venía proporcionando si en su Estoria pretendía contar exhaustivamente todos los “fechos” tocantes a España.
a. Cantares de gesta de temática franca.
------4.1. Según hemos visto, varios de los “cantares de gesta” que Alfonso X recuerda son de temática “franca”: las hazañas del joven Carlos Mainete en Toledo; la muerte de los pares en Roncesvalles y la conquista de Zaragoza por Carlomagno; la creación de una marca carolingia en el Pirineo central por Bernardo, sobrino de Carlos. Esta relativa abundancia nos debe llevar a pensar que Alfonso oiría también a los juglares cantar otras historias que, al no ser pertinentes a la Estoria de España, no tuvo por qué recordar. Las huellas dejadas por un amplio número de temas franceses en el Romancero tradicional (Chanson de Roland, Roncevaux y Ronsasvals, Chanson des Saisnes, Mort Aymeri, Beuve de Hantone, Floovant, Ogier li Danois, Maynet, Aïol, Enfances Vivien), la notable divergencia que esas tradiciones cantadas muestran respecto a los textos franceses conocidos y la libertad con que, ya en el s. XIII, se trataba en la epopeya española la materia épica francesa (según luego veremos), permiten pensar en una floreciente épica hispana de temática transpirenaica de la que no poseemos ni textos ni resúmenes (Menéndez Pidal, 1953a, págs. 246-263, y Armistead, 1981, págs. 380-384, en general; Menéndez Pidal, 1917 y 1951b, y Armistead/Silverman, 1976 y 1987, en particular)36.
------Aunque los “cantares de gesta” de tema francés pudieron ser mayoritarios en los repertorios épicos de la juglaría hispana, tal hecho no disminuiría la importancia ni la personalidad de la épica española, pues esos “cantares” debían estar, no ya sólo lingüísticamente y prosódicamente, sino incluso temáticamente, adaptados a las peculiaridades de la rama hispana de la épica románica, según nos revela el origen leonés del seductor de Timbor (la madre carolingia de Bernaldo) y la extraña lista de pares que combaten en Roncesvalles, y nos comprobará el fragmento conservado en forma poética de la gesta española sobre Roncesvalles.
b. Cantares de gesta de temática hispana.
------4.2. En cuanto a los “cantares de gesta” de tema netamente español, Los infantes de Salas, La muerte del infante García, Las particiones del rey don Fernando, Mio Cid, aunque no fueran muy numerosos, destacan, frente a los de tema francés, por desarrollar unas historias representativas de modelos épicos que, en el s. XIII, contrastan con los manifestados en el grupo de gestas de inspiración “francesa”. En estas gestas nativas llaman poderosamente la atención ciertos rasgos comunes: el planteamiento de conflictos políticos, relacionados con el funcionamiento del orden jurídico-social y del sistema de valores éticos en que la sociedad vasallático-feudal se fundamenta; un marco histórico temporalmente “próximo”, referente a los finales del s. X y al s. XI, y un conocimiento exacto de espacios geográficos reales (incluida la cambiante frontera con la España musulmana) y de personajes, muchos de ellos de segundo rango, que vivieron en esos tiempos; el limitado recurso a la fabulación “novelesca”. En fin, un alto grado de “verismo”, de voluntad de representar una realidad concreta. Más adelante ahondaré sobre esta caracterización.
c. Límites en nuestros conocimientos.
------4.3. Lo que el testimonio alfonsí nos dice sobre la épica medieval española es, pues, mucho; pero, también resulta claramente insuficiente en aspectos varios sobre los que quisiéramos saber algo. Por ejemplo, el estudio de los principios que rigen la adaptación por parte de Alfonso X de la información poética al género “estoria” me obliga a negar la posibilidad de medir, a partir de los resúmenes prosísticos de la Estoria de España, la extensión de los cantares de gesta utilizados37. Baste recordar que los vv. 15-392 del Mio Cid se despachan en el resumen alfonsí en 74 líneas (de la ed. Menéndez Pidal, 1908-1911, reprod. 1944-1946), mientras los siguientes 377 versos generan 452 líneas; o que el planto de Gonzalo Gustioz sobre las cabezas de sus hijos, desarrollado probablemente en más de 100 versos, se reduce a 4 líneas de prosa, y, en cambio la afrenta del cohombro henchido de sangre ocupa 83 líneas (de la ed. Menéndez Pidal, 1951). Tampoco es suficiente, como hemos visto, el testimonio de la Estoria de España para dar una contestación definitiva a la cuestión de si en Portugal se compusieron o no cantares de gesta análogos a los del centro de la Península.
d. Leyendas históricas de carácter no épico.
------4.4. Para rematar esta consideración final sobre el testimonio alfonsí creo preciso recordar, en una rápida enumeración, las tradiciones legendarias presentes en la Estoria de España que no son relevantes para el estudio de la épica medieval española o que no se basan en el conocimiento por los historiadores alfonsíes de cantares de gesta: Desde luego nada hay en ella que proceda de fuente épica respecto a Rodrigo-Vitiza, Teodomiro, Covadonga, la abdicación de Alfonso III el Magno, los condes de Castilla rebeldes, Fernan González, la condesa de Castilla traidora, la mora Zaida, la peregrinación del rey Luis. En la mayoría de estos temas, Alfonso no hace sino seguir a sus fuentes conocidas. El relato que incluye sobre Zaida y sus “amores” con Alfonso VI (que Menéndez Pidal, 1955d, págs. CLXXX-CLXXXII, atribuye al “Cantar de la mora Zaida”) es, a mi parecer, uno entre otros muchos ejemplos de desarrollo de un pasaje de la fuente según la técnica de coloración retórica empleada por la Versión amplificada de 1289. Lo mismo puede decirse, más adelante, con relación al relato del viaje del rey Luis de Francia a España, ampulosamente narrado sin recurrir a ninguna fuente nueva sino a la compilación del Toledano y del Tudense38. Finalmente, las adiciones tocantes a la historia castellana de tiempos de Garci Fernández, introducidas por una mano (o, quizá, varias), que enmienda y completa esta Versión en el manuscrito regio y que se reflejan (mejor o peor) en la tradición textual de la Versión concisa, pero no en la Versión crítica (Catalán, 1997a, cap. IV, § 20 y nn.), forman un conjunto narrativo de carácter claramente monacal que, a mi juicio, nada tiene que ver con la épica. No veo razón alguna para aislar entre sus componentes un cantar o cantares sobre la condesa de Castilla traidora, como supuso Menéndez Pidal (1930 y 1934b, págs. 1-27; cfr. 1992, cap. X) y, tras él, una mayoría de los estudiosos de la epopeya española. El relato de la “Leyenda de La condesa traidora” no debe separarse arbitrariamente del resto de los datos que fueron conjuntamente interpolados en la Estoria de España para construir la historia particular del conde Garci Fernández: a) Sucesión en el condado de Castilla. Buen gobierno de Garci Fernández; b) Conquista de San Esteban de Gormaz; c) Fazienda del Vado de Cascajar con los moros que atacan a San Esteban desde Gormaz: Milagro de Fernan Armentález, un caballero que permanece oyendo las ocho misas que dicen los ocho monjes caradignenses llevados por el conde a un monasterio próximo a San Esteban, mientras un ángel le substituye en la batalla; d) Casamiento del conde de las hermosas manos, Garci Fernández, con doña Argentina, condesa de Francia. Fuga de la condesa con un conde francés. Garci Fernández, disfrazado de peregrino a Rocamador, mata a los adúlteros con la ayuda de la propia hija del conde francés, doña Sancha. Casado con doña Sancha, la nueva condesa desea desembarazarse de él. Cómo lo mató se contará más adelante; e) Lid victoriosa de Garci Fernández con el rey de Navarra; f) Durante su ausencia de Castilla, Garci Fernández deja dos jueces, Gil Pérez de Barbadillo y Fernan Pérez. Los moros corren la tierra hasta Burgos. Matan trescientos monjes en San Pedro de Cardeña. Enterrados en el claustro, hace Dios milagros por ellos. Garci Fernández reconstruyó el monasterio y se enterró en él; g) Garci Fernández aumentó la caballería castellana de 300 hombres hasta 500 ó 600; h) con Garci Fernández cesa la hostilidad, que su padre creó, entre el condado y los reyes de León. Estos datos jamás han formado parte de un cantar de gesta. Las noticias más concisas (a, b, e, g, h) tienen todo el aspecto de basarse en la labor de escoliadores de manuscritos; los dos relatos piadosos (c, f) hacen, según creo, referencia a sucesos, sin duda históricos, de los últimos años de Garci Fernández: la batalla del Vado de Cascajares debe corresponder al infructuoso ataque de Almanzor contra San Esteban en mayo-junio de 989 y la razzia (aceifa) en que los moros destruyen el monasterio de Cardeña a la campaña del verano de 990, año en que se cumplen bien las precisiones “IIII. F. IDUS AG... DIE SS. MARTYRUM IUSTI ET PASTORIS” (Miércoles 6 de agosto) que sobre la matanza de los monjes proporciona la inscripción de Cardeña (con error en la era consignada y en el hecho de atribuir la matanza a un REGEM ZEPHAM”, por mala interpretación del nombre genérico azeipha; cfr. Dozy, 1881, I, págs. 152-156, quien propuso como fecha del suceso el año 934). Y la simple lectura de uno y otro bastan para convencernos del carácter monacal de la narración y de su origen caradignense (recuérdese, por otra parte, que el Cronicón de Cardeña se preocupó de consignar la muerte del caballero vinculado a la batalla del Vado de Cascajares: “Era de MVIIII fino Fernan Armentaliz”). La historia de la traicionera condesa doña Sancha (d), se complementa más adelante, según se había anunciado, mediante otras adiciones extrañas al texto primigenio de la Estoria de España; en la primera, el relato procedente de las fuentes estructurales relativo a la muerte de Garci Fernández se enriquece con la explicación de la culpa que cupo a doña Sancha en ella: la condesa alimentaba personalmente el caballo de su marido engordándolo con salvado, sin darle cebada, debido a lo cual la cabalgadura enflaqueció en medio del combate y cayó al suelo con su jinete; en una segunda interpolación, la historia heredada por la Estoria de España de sus fuentes estructurales sobre cómo el conde don Sancho de Castilla se salvó de ser envenenado por su madre gracias a la advertencia de una cobijera aparece complicada con la intervención de un nuevo personaje, un escudero natural de Espinosa con el que la cobijera mantenía relaciones ilícitas, para explicar a través de esa variante el origen de los monteros de Espinosa que guardan el palacio de los reyes de Castilla. Todos estos incidentes de la leyenda de “La condesa traidora” son tópicos pertenecientes a la cultura historiográfico-folklórica monacal y no guardan ninguna relación, a lo que creo, con los conflictos éticos del mundo vasallático-feudal que interesaron a la poesía épica.
Diego Catalán: "La épica española. Nueva documentación y nueva evaluación" (2001)
NOTAS
36 Horrent (1951a, págs. 421-423) se asombra de que en la poesía épica “la tradición española es de una pobreza notable al lado de la francesa... A juzgar por el número de cantares a los que hacen alusión los compiladores de la Crónica general, la vena heróica ha debido de ser incluso bastante rica y variada. ¿Por qué esta desaparición, tan en contraste con la proliferación de los manuscritos épicos en Francia?” (fr.). Pero el desequilibrio se da en cualquier género medieval que estudiemos, pues el panorama socio-cultural de la Edad Media española es muy distinto del centro-europeo. Por otra parte, la destrucción de lo escrito (exceptuados algunos archivos monacales o episcopales) alcanza en el reino castellano-leonés incluso a la documentación de la cámara regia; resulta, pues, inútil elucubrar acerca de por qué no se conservan determinados manuscritos literarios anteriores a la “explosión” de la industria del papel cuando lo que ha sobrevivido de todo lo escrito es tan poco.
37 Menéndez Pidal (1916a; 1992, pág. 196) establece, respecto a la presumible longitud de los poemas, cifras que no creo puedan aceptarse, ya que nada sabemos acerca de la extensión que tenían las diversas escenas de que los historiadores dan noticia.
38 Martin (1999a), aparte de constatar que el relato de la Versión de 1289 es una mera amplificación de lo narrado por las fuentes latinas, de acuerdo con lo aquí sostenido, comenta “políticamente” la escenificación del viaje propia de esta versión. Habida cuenta que la técnica empleada en el pasaje por el amplificador para “colorear” el relato es análoga a la que utiliza en muchos otros episodios, empezando por el de la mora Zaida que acabamos de citar, sólo subscribo a medias la substancia de los floridos comentarios de Martin acerca de los fundamentos políticos que en la amplificación cree descubrir.
ÍNDICE DEL CAPÍTULO I: TEMA I: LA ÉPICA EN LENGUA VULGAR AL SUR DE LOS PIRINEOS. TESTIMONIOS DEL SIGLO XIII
* 1. LA ÉPICA ESPAÑOLA. NUEVA DOCUMENTACIÓN Y NUEVA EVALUACIÓN (I)
* 2. EL TESTIMONIO ALFONSÍ. TEMAS CAROLINGIOS DE LA ÉPICA HISPANA
* 3. EL TESTIMONIO ALFONSÍ. TEMAS ESPAÑOLES DE LA ÉPICA HISPANA
* 4. EVALUACIÓN DEL TESTIMONIO ALFONSÍ
* 5. HUELLAS DE LA ÉPICA EN LOS DOS GRANDES HISTORIADORES LATINOS DE LA PRIMERA MITAD DEL S. XIII: EL ARZOBISPO DON RODRIGO Y DON LUCAS.
* 6. EL TESTIMONIO DE FRAY JUAN GIL DE ZAMORA: VERSIONES VARIAS DE UNA MISMA GESTA EN EL S. XIII
* 7. OTROS TESTIMONIOS DEL S. XIII. LOS POEMAS EN ROMANCE DEL MESTER DE CLERECÍA Y UNA CRÓNICA LOCAL
* 8. EVALUACIÓN DE LOS TESTIMONIOS DEL S. XIII COMPLEMENTARIOS DEL TESTIMONIO ALFONSÍ.
* 9. LAS COPIAS POÉTICAS TARDO-MEDIEVALES DE CANTARES DE GESTA A LA LUZ DE LOS TESTIMONIOS INDIRECTOS DEL S. XIII SOBRE LA EPOPEYA.
CAPÍTULO II: TEMA II: TESTIMONIOS DE LA POESÍA ÉPICA AL SUR DE LOS PIRINEOS ANTERIORES AL SIGLO XIII
* 10 II TESTIMONIOS DE LA POESÍA ÉPICA AL SUR DE LOS PIRINEOS ANTERIORES AL SIGLO XIII
* 11 2. LA HISTORIOGRAFÍA EN LATÍN EN EL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XII Y LA ÉPICA ORAL: LA HISTORIA DE CASTILLA EN LA CHRONICA NAIARENSIS.
* 12 3. ¿ALCANZÓ LA HISTORIOGRAFÍA ÁRABE DE LA PRIMERA MITAD DEL S. XII A CONOCER UN CANTO ÉPICO CASTELLANO?
* 13 4. LA ÉPICA CASTELLANA Y LA ÉPICA FRANCA EN LA ESPAÑA DE ALFONSO VII
* 14 5. LA PRESENCIA AL SUR DE LOS PIRINEOS DE LAS GESTAS FRANCESAS A MEDIADOS DEL S. XII Y LA TRADICIÓN ÉPICA DEL MEDIODÍA EUROPEO
* 15 6. LA GESTA DEI PER FRANCOS EN COMPOSTELA: EL IACOBUS.
* 16 7. LA ÉPICA CAROLINGIA AL SUR DE LOS PIRINEOS A PRINCIPIOS DEL S. XII
* 17 8. LA ÉPICA CAROLINGIA AL SUR DE LOS PIRINEOS EN EL S. XI.
* 18 9. EVALUACIÓN SUMARIA DE LOS TESTIMONIOS DE LOS SIGLOS XI Y XII.
CAPÍTULO III: TEMA III: LOS TESTIMONIOS POST-ALFONSÍES DE LA CONTINUIDAD DE LA EPOPEYA
* 19 III LOS TESTIMONIOS POST-ALFONSÍES DE LA CONTINUIDAD DE LA EPOPEYA
* 20 2. LA CRÓNICA DE CASTILLA SE HACE CIDIANA: LAS “ENFANCES” DE RODRIGO
* 21 3. LA CRÓNICA FRAGMENTARIA Y LAS LEYENDAS CAROLINGIAS.
* 22 4. LA OBRA HISTORIAL DEL CONDE DON PEDRO DE BARCELOS Y LA EPOPEYA
* 23 5. LA HISTORIOGRAFÍA POSTERIOR A 1344 Y LA SOBREVIVENCIA DE LOS CANTARES DE GESTA.
* 24 6. EVALUACIÓN SUMARIA DE LOS TESTIMONIOS TARDO-MEDIEVALES ACERCA DE LA LONGEVIDAD DE LA POESÍA ÉPICA
CAPÍTULO IV: TEMA IV: LA ÉPICA MEDIEVAL ESPAÑOLA Y ROMÁNICA. LA HERENCIA DE UNA ORALIDAD PRIMITIVA
* 25 1. ÉPICA DE ORÍGENES ORALES Y ÉPICA CULTA
* 26 2.LOS MODELOS CONTEMPORÁNEOS DE POESÍA NARRATIVA ORAL Y LA ÉPICA MEDIEVAL
* 27 3. EL MODO DRAMÁTICO DE LA NARRACIÓN ÉPICA
* 28 4. EL MOLDE PROSÓDICO Y LA GENERACIÓN DEL DISCURSO ÉPICO
* 29 5. LO FORMULARIO ÉPICO Y LA CREACIÓN ORAL
* 30 6. CREACIÓN Y REFUNDICIÓN
* 31 7. LA ETAPA ÁGRAFA DE LA PRODUCCIÓN ÉPICA. RAÍCES DEL GÉNERO.
* 32 8. LA ESCUELA ÉPICA ESPAÑOLA
* 33 9. CARACTERES DE LA ÉPICA ESPAÑOLA. LA VERSIFICACIÓN.
* 34 10. CARACTERES DE LA ÉPICA ESPAÑOLA. TEMAS Y CONTENIDOS IDEOLÓGICOS
* 35 11. LA INTEGRACIÓN DE LA TEMÁTICA CAROLINGIA EN LA TRADICIÓN ÉPICA ESPAÑOLA
CAPÍTULO V: TEMA V: EL MIO CID
* 36 1. EL MANUSCRITO DE VIVAR Y LA GESTA
* 37 2. EL MIO CID, GESTA CABEZA DE SERIE
* 38 3. EL POETA DEL “MIO CID” ANTE LAS CONVENCIONES FORMALES DEL GÉNERO
* 39 4. EL POETA DEL “MIO CID” ANTE LAS CONVENCIONES TEMÁTICAS DEL GÉNERO
* 40 5. EL POETA DEL “MIO CID” ANTE LA MEMORIA DE LAS GESTAS HISTÓRICAS DE RODRIGO
* 41 6. LA “PASIÓN” COMO FUERZA REESTRUCTURADORA DE LA HISTORIA. INTENCIONALIDAD POLÍTICA DEL CANTO ÉPICO
* 42 7. ¿DESDE CUÁNDO SE CANTÓ EL MIO CID?
CAPÍTULO VI: TEMA VI. FORMACIÓN Y DESARROLLO DEL CICLO CIDIANO
* 43 1. LA CREACIÓN DEL PERSONAJE LITERARIO. EL MIO CID Y LAS PARTICIONES DEL REY DON FERNANDO
* 44 2. LAS RECREACIONES JUGLARESCAS Y EL PASADO DE RODRIGO
Diseño gráfico:
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Imagen de portada: Codex Manesse, 1305-1340 (Heidelberg Universitätsbibliothek, Codex Palatinus Germanicus
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