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Obras de Diego Catalán

II EL «IHANTE» QUE QUEMÓ LA MEZQUITA DE ELVIRA Y LA CRISIS DE NAVARRA EN EL SIGLO XI

II EL «IHANTE» QUE QUEMÓ LA MEZQUITA DE ELVIRA Y LA CRISIS DE NAVARRA EN EL SIGLO XI (EL CONSUEGRO DEL CID)

 a. Un «ihante» navarro desterrado, muerto en Rueda

      En un fragmento de al-Bayān al-mugrib fi ajbār mulūk al-Andalus wa-l-Magrib, hallado en la mezquita de al-Qarawiyyīn en Fez (puesto al alcance de la erudición por A. Huici Miranda 1), Abū-l ’Abbās Ah̣mad b. Muh̣ammad ibn Iḏarī, cuando refiere la muerte de Alfonso VI, traza la ascendencia del conquistador de Toledo y se ocupa de los tres hermanos García, Fernando y Ramiro, hijos de Sancho el Mayor. Con respecto al rey García de Nájera, el muerto en la batalla de Atapuerca (1054), aduce un curioso pasaje de Abū Bakr b.  ’Abd al-Rahmān 2:

 (‘Dice Abū Bakr b. ‘Abd al-Rahmān: Era García más valiente que sus hermanos y lo mató su hermano Fernando en una guerra que tuvieron ambos y dejó dos hijos, uno de los cuales se alzó con el reino y fue Sancho; el otro salió para el país del Islam y fue el “ilfant(e)” que prendió fuego a la mezquita de Elvira y fue muerto en Rueda por un motivo largo de explicar aquí. El nombre de “ilfant(e)” lo pronuncian “ilhant(e)” cambiando la f en h, al hablar y su significado entre ellos es hijo de rey como entre los persas Sābūr’) 3. 

      Al tropezar por primera vez con este pasaje 4, en que se señala, de pasada, una característica del habla riojana del siglo XI que había sido reconstruida por la crítica filológica (la pronunciación [h] por /f/ en la foz iffante), me propuse llamar la atención de los romanistas hacia este testimonio lingüístico y, a la vez, situar el dato dialectológico en el tiempo y el espacio, tratando de identificar al infante cristiano, a quien los suyos llamaron «Ilhante» o, mejor, «Ihante». Pero la cuestión resultó ser demasiado compleja para desarrollada conjuntamente, pues la historia personal de los hijos del rey García de Nájera se halla conexionada íntimamente con la crisis y desintegración del gran reino najerense creado por Sancho el Mayor y con la ulterior restauración de la pequeña Navarra del siglo XII. Consecuentemente decidí desglosar las anotaciones históricas 5 de las anotaciones lingüísticas 6.

b. Los hijos del rey García de Nájera

     Abū Bakr b. ‘Abd al-Raḥmān presenta un esquema muy simplificado de la descendencia del rey García de Nájera, ya que sólo conoce un hermano del rey don Sancho (1054-1076): el «Ihante» famoso por sus hechos en al-Andalus. Las fuentes cristianas nos dan a conocer varios infantes, hijos de este rey García de Nájera. En el testamento de la reina doña Estefanía (la mujer del rey don García)7 se nombran, aparte del rey don Sancho, otros tres hijos: don Ramiro, don Fernando y don Ramón 8; y en los diplomas de Sancho Garcés confirman de ordinario esos mismos tres hermanos 9. Además de estos hijos habidos en la reina, don García tuvo un hijo no legítimo: otro don Sancho 10. Interesa, por tanto, precisar a cuál de los hermanos del rey don Sancho el Menor se refieren las observaciones del historiador árabe.

c. El infante don Ramiro, muerto en la traición de Rueda

     Uno de los rasgos más sobresalientes en la biografía del «Ihante», tal como la esboza Abū Bakr b. Abd al-Raḥmān, es su muerte violenta en Rueda. Seguramente, en la sonada traición de 1083, que costó la vida a varios muy altos personajes al servicio de Alfonso VI, el Emperador.
      Gracias al detallado relato de la acción de Rueda que nos da la Historia Roderici (anterior a 1110 11), sabemos que el infante navarro don Ramiro tuvo en ella un importante papel: 

 «... accidit ut quidam homo ignobilis, nomine Albolfalac, qui tunc tenebat castrum Rote, quod est uicinum Cesaraguste, substraxit se cum predicto castro de iure et de dominio Almuctaman regis, et rebellauit in eo pro nomine Adafir, qui fuit patruus Almuctaman, qui intrusus erat a fratre suo Almuctadir in predicto castro. Ob autem hanc causam, predictus Adafir rogauit imperatorem Aldefonsum multis precibus ut auxiliaretur sibi. Quo audito, imperator Aldefonsus misit ad eum Ranimirum infantem et comitem Gundissaluum et alias quam plures potestates cum ingenti exercitu, ut subueniret ei. Illi autem uenientes ad eum, cum eo inierunt consilium quod mitterent ad imperatorem, rogantes eum ut ipsimet ueniret, quod ita factum est. Qui cum exercitu suo statim uenit ad eos et mansit illuc paucis diebus. Interea uero mortuus est Adefir. Albolfalac autem rebellis castri Rote habuit consilium cum infante Ranimiro, quod traderent Rotam imperatori Aldefonso. Predictus uero Albolfalac illico ad imperatorem uenit et locutus est cum eo uerba pacifica in dolo, supplicans ei multis precibus ut ueniret ad predictum castrum et intraret illum. Sed antequam imperator ad castrum accederet, permisit Albofalac principes imperatoris prius castrum intrarent, ipso autem prope stante; at ubi ingressi sunt, dolus et proditio Albolfalac statim cognita uidetur: milites autem et pedites qui custodiebant castrum, percusserunt principes imperatoris lapidius et saxis, et multos de illis nobilibus occiderunt. Imperator autem reuersus est ad castra nimium tristis» 12.

(‘... Sucedió que cierto hombre de oscuro linaje llamado Albolfalac, que entonces tenía el castillo de Rueda, situado cerca de Zaragoza, se substrajo, con el dicho castillo, del homenaje y señorío del rey Almuctamán y se alzó en nombre de Adafir, que era el tío paterno de Almuctamán, a quien su hermano Almuctadir había recluido en dicho castillo. En esta circunstancia, el dicho Adafir rogó al emperador don Alfonso con grandes súplicas que le auxiliara. Oído esto, el emperador don Alfonso envió en su ayuda con una gran hueste al infante don Ramiro, al conde don Gonzalo y a otros varios magnates. Llegados junto a él, acordaron en su consejo enviar mensaje al emperador rogándole que acudiera en persona. Él vino prontamente con su hueste y acampó durante unos pocos días allí. Entre tanto murió Adefir. Albofalac, rebelado en el castillo de Rueda, se aconsejó con el infante don Ramiro para entregar Rueda al emperador don Alfonso y el propio Albolfalac vino junto al emperador y en su entrevista le engañó con palabras zalameras y le rogó con grandes súplicas que viniera al propio castillo y entrara a tomar posesión de él. Pero antes de que el emperador accediera al castillo, Albolfalac permitió que fueran entrando en él los ricos hombres del emperador mientras él permanecía allí cerca , y cuando entraron se hizo manifiesto el engaño y traición de Albolfalac, pues los caballeros y peones que custodiaban el castillo apedrearon a los ricos hombres del emperador dando muerte a muchos de aquellos nobles. El emperador entonces regresó a su campamento muy pesaroso’).

      La Historia Roderici, cuya atención está enfocada en las relaciones del Cid con Alfonso VI, no se preocupa de especificar quienes fueron los muertos, y los Anales del Tumbo negro compostelano (de raíz castellana, más que riojana 13), sólo registran la muerte del conde (de Castilla, Tedeja, Caderechas y Poza) don Gonzalo Salvadórez 14; pero la Crónica najerense (hacia 1185/90) 15 afirma que pereció también el Infante, y sin duda no se engaña 16:

«Inter hec era MCXXIª missi sunt ab eo ad recipiendam Rodam, quam Rex ei dandam promiserat in dolo, Infans Ranimirus Aldefonsi Regis consanguineus, germanus Garsie Pampilonensis Regis filius, et Comes Gundissaluus et multi alii de nobilioribus Castelle. Qui fraude parata cum diuisim unus post alium introirent omnes fere ibidem interfecti sunt. Inde ducti Ranimirus in ecclesia Sancte Marie Naiarensis, quam pater eius Rex Garsias edificauerat et ipse Infans magnis ditauerat honoribus, iuxta patrem a dextero latere requiescit. Comes uero Gundisaluus et alii apud Oniam sunt sepulti» 17.

(‘Por entonces, en la era 1121ª fueron enviados por él para recibir Rueda, que el rey de ella había prometido engañosamente entregarle, el infante don Ramiro, primo hermano del rey don Alfonso, hijo del rey don García de Pamplona, y el conde don Gonzalo y muchos otros de los más nobles de Castilla. Los cuales, como había traicioneramente sido dispuesto, según iban entrando separados uno tras otro, fueron todos muertos. Trasladados de allí sus cuerpos, el infante don Ramiro yace, a la derecha de su padre, en la iglesia de Santa María de Nájera, que el rey García su padre había edificado y a la cual el propio infante había dotado espléndidamente; el conde don Gonzalo y otros se hallan sepultados en Oña’).

      La doble muerte del Conde y del Infante, se consigna también (tomándola, creo, de fuente analística) en la Estoria de España de Alfonso X 18 (anterior a 1271)19, cuando cuenta el suceso de Rueda siguiendo a la Historia Roderici:

«Et murio y ell inffant don Ramiro et el conde don Gonçalo» 20.

      Este infante don Ramiro, muerto en Rueda, era el segundo hijo varón de don García y doña Estefanía 21 y recibió de sus padres el señorío de Calahorra 22; sin embargo, al morir el rey don García (1054), era aún muy niño para alimentar ambiciones que le obligasen a buscar refugio en el país del Islam 23. La reina doña Estefanía logró entonces, tras la tragedia de Atapuerca, mantener el reino para el mayor de sus hijos, don Sancho, que todavía era un adolescente, mientras los demás infantes se criaban a su sombra: el 11 de marzo de 1055, «Ranimirus et Fredinandus et Remondus germanos regi» confirman una carta del rey don Sancho («anno mei regiminis primo»), otorgada «una cum matre mea Stefania regina» 24, los tres infantes siguen confirmando el 19 de marzo de 1058 otro documento regio de Albelda 25.
      La muerte de la reina madre, que vino pronto (25 de mayo de 1058) a acrecentar la debilidad del reino navarro 26, no parece haber alterado tampoco la posición de don Ramiro (ni de los restantes hijos de doña Estefanía) en la corte de Sancho Garcés 27: el 13 de julio de 1059, el infante don Ramiro, señor de Calahorra, extiende un documento que confirman sus hermanos don Fernando y don Ramón; y el 11 de diciembre de 1059, los tres infantes, hijos de la reina, confirman una carta de su hermano el rey don Sancho 28.
      En fin, los documentos navarros muestran, según creo, que si don Ramiro se hubiera visto alguna vez forzado a salir para tierra de moros, ello no podría haber ocurrido sino en los dos últimos años del reinado de su hermano: los documentos de Sancho Garcés posteriores a 1060, procedentes de San Millán, llevan la confirmación del infante don Ramiro en 1063, 1-nov.-1065, 1067, 1068; más tarde sólo figuran don Ramón y doña Ermesind (y, alguna vez, doña Ximena y doña Mayor), pero en 25 de abril de 1072, «Ranimirus, regis Garsiae et Stefanie regine filius» hace una donación a San Millán» 29. En los documentos procedentes de Irache, don Ramiro, hermano del rey, figura como dominante en San Esteban de Deyo en 1069 (?) 30 y, con gran regularidad, desde 1072 a 1074 (6-ag.-1072, 23-nov.-1072, 1072, 1074) 31. Entre 1074 y enero de 1075, Sancho Garcés reemplazó a la mayor parte o quizá a todos los oficiales de palacio: cons tan los cambios de alférez, mayordomo, estabulario y furturario 32. Coincidiendo con esta renovación de la corte, desaparece el infante don Ramiro como «dominator» de San Esteban, y en su lugar hallamos al señor García Sanchóiz 33. En Calahorra no se percibe cambio alguno: en 1070 y el 1 de enero de 1071, figura como tenente el señor Fortún Garcés; en 6-ag.-1072, 1074, 12-en.-1076, 1076, aparece Íñigo Aznar 34.
      El rey don Sancho fue asesinado en Peñalén el 14 de junio de 1076 35, por sus hermanos don Ramón y doña Ermesinda y por los mayores nobles del reino, según hacen constar noticias contemporáneas registradas en documentos del reino de Sancho Ramírez de Aragón (primo hermano del rey muerto tanto por parte de madre como de padre):

«Sancius Rex... qui interfectus est a fratre suo, et a sorore, uel a maioribus patrie sue»,

recuerda San Veremundo, abad de Irache, en el preámbulo de una permuta, 23-feb.-1082;

 «...a rege dompno Santio, prole Garssie regis, quem interfecerunt frater suus Regimundus et soror Ermisenda, necnon et principes eius infidissimi»,

 denuncia igualmente en 1079 una donación al monasterio de Leyre (Becerro de Leyre, p. 227) 36.
      Ni estos documentos, ni otras referencias de aquellos tiempos explican el porqué ni el para qué del regidicio, ni dicen nada respecto a la actitud de los otros hermanos del rey muerto; sin embargo, atendiendo al «cui prodest» y al comportamiento ulterior de la familia real navarra, cabe pensar que los artífices de la muerte de don Sancho obraron movidos por una conjura de raíces amplísimas.
      Aunque el rey asesinado dejaba hijos, que andado el tiempo harán su aparición en la documentación de la corte de Alfonso VI 37, el rey de León y Castilla se apresuró a ocupar Nájera. El Chronicon naiarensis, escrito en el folio 231 del Códice de Roda cuando el códice se hallaba en Nájera, consigna:

 «Item filius eius Sancius rex regnauit annos XXII. In era TCXIIII occisus est in Penalene a fraude de frater eius Regimundus; et in ipsa era TCXIIII venit Alefonsus rex de Legion ad Nagera, et Pampilona suo iuri subdidit» 38

 (‘Item, su hijo el rey Sancho reinó veintidós años. En la era de 1114 [a. 1076] fue asesinado en Peñalén por traición de su hermano Raimundo; y en esa misma era de 1114 vino el rey Alfonso de León a Nájera y sometió bajo su dominio a Pamplona’).

       [Según el propio Alfonso VI explica, en la versión extensa del fuero que concedió a Nájera al tomar posesión del reino en 1076 39, su entrada pacífica en la ciudad se produjo como resultado de negociaciones del señor Diego Álvarez, quien en 1075, bajo el rey de León y Castilla, era señor de Ibrillos (frente a la fortaleza navarra de Grañón) 40, con su yerno Lope Íñiguez 41, tenente de Alberite por Sancho Garcés, hijo del poderoso conde de Vizcaya Íñigo López, que tenía Nájera por el rey navarro 42:]

 «Postquam rex Sancius, congermanus meus, fuit interffectus a fratre suo Raymundo, venit ad me senior Didacus Aluares cum genero suo comite dompno Lupo ad Naiaram quatinus esset in dominacione mea. Ipsi, preuidentes honorem meum et meum seruicium et meum amorem, iurauerunt mihi ambo coram omnibus meis primatibus quod hec ciuitas cum omnibus in ea habitantibus et cum toto quod ad eandem ciuitatem pertinebat, in tali fuero steterat in tempore aui mei Sancii regis et in tempore Garsiani regis similiter; et ille iurauerunt eis quod omni tempore essent fidelis. Et pro auctoritate quam senior Didacus Aluarez dixit mihi, mando et concedo et confirmo...»

 (‘Después que el rey Sancho, mi primo, fue muerto por su hermano don Raimundo, vino ante mí el señor Diego Álvarez con su yerno el conde don Lope a fin de que Nájera estuviese bajo mi dominio. Ambos señores, en previsión de mi honor, mi servicio y mi amor, me juraron en presencia de todos mis magnates que esta ciudad, con todos sus habitantes y con cuanto a ella pertenecía, se ha atenido a tal fuero, en tiempo de mi abuelo el rey don Sancho y asimismo en tiempo del rey García; y juraron que ellos me serían fieles en todo tiempo. Y según el autorizado testimonio de lo que me dijo el señor Diego Álvarez, mando, otorgo y confirmo...’).

      La defección del tenente de Nájera, don Íñigo, «gratia Dei totius Vizkahie comes» 43, resulta patente al ver que, en aquel mismo año del asesinato de Sancho Garcés (1076), hace una donación a San Millán (en unión de su hijo Lope Íñiguez y los hermanos de éste), en que reconoce el señorío de Alfonso VI dándole una significativa y pomposa titulación: «totius Ispanie obtinente principe Adefonso» 44, fórmula precursora del título que, desde 1077, asumirá Alfonso VI en la intitulatio y la corroboratio de sus diplomas: «Adefonsus imperator totius Hispanie» 45.
      Asegurado el dominio de Nájera, Alfonso VI se dirigió a Calahorra, de la que era señor el infante don Ramiro, el hermano del rey asesinado. Se hallaba ya en ella el 10 de julio de 1076 46. [No debió de pasar el Ebro, pues] Sancho Ramírez de Aragón, habiendo sido reconocido en Ujué como heredero del rey muerto, se apresuró a entrar en Pamplona (1 de julio de 1076) 47 [y, hábilmente, aseguró la ampliación de su reino pactando, en cuanto rey de Pamplona, una relación vasallática con Alfonso VI (que justifica la afirmación de la apostilla emilianense arriba citada acerca del rey de León: «et Pampilona suo iuri subdidit»)].
      Teniendo en cuenta estos hechos, no puedo por menos de considerar significativo que en la corte de Alfonso VI vengan pronto a ocupar un lugar destacadísimo el infante don Ramiro y dos de sus hermanas, doña Urraca y doña Ermesinda (la fratricida), y que estos tres hermanos figuren íntimamente asociados en los años que [preceden y] siguen al regicidio.
      Cuando en 1079 (3-set.), transcurridos apenas tres años desde el suceso de Peñalén, Alfonso VI hace solemne donación de Santa María de Nájera al abad de Cluny, el infante don Ramiro encabeza la lista de confirmantes, seguido de las dos hermanas de Alfonso VI y de dos de las hermanas del rey muerto, la regicida doña Ermesinda y doña Ximena 48. [El hecho de que la mayor de las infantas navarras, doña Urraca, que no mucho después sería condesa de Nájera, no figure entre los confirmantes, nos asegura que aún no lo era en aquella fecha y que, por entonces, no seguía la corte de Alfonso VI, al igual que no había seguido la de Sancho Garcés en los años que preceden al regicidio, en contraste con sus hermanos don Ramiro, don Ramón y doña Ermesinda. Pero su «lejanía» respecto a la anexión de La Rioja por Alfonso VI es sólo aparente. Así nos lo permite intuir un curioso dato proporcionado por una fuente de carácter narrativo, la Historia Roderici].
      Entre los sucesos de la vida de Rodrigo Díaz previos a su primer destierro no podía faltar en esta Historia la referencia a su victoria campal en Cabra, en tierras de al-Andalus, cuando hizo prisionero a García Ordóñez. [Fue un hecho muy sonado que cantarían independientemente los poetas adictos al infanzón de Vivar, tanto en latín 49:]

 Hec namque pugna fuerat secunda
in qua cum multis captus est Garsia
Capream vocant locum ubi castra
simul sunt capta,

como en lengua vulgar 50:

Essora el Campeador      prísos’ a la barba:
—¡Grado a Dios      que cielo e tierra manda
por esso es luenga     que a deliçio fue criada!
¿Qué avedes vos, conde,      por rretraer la mi barba?
ca de quando nasco      a delicio fue criada
ca non me priso a ella      fijo de muger nada,
nimbla messó      fijo de moro nin de christiana,
commo a vos, conde,      en el castiello de Cabra,
quando pris’ a Cabra     e a vos por la barba,
non ý ovo rrapaz      que non messó su pulgada,
¡la que yo messé      aún no es eguada!]

       La Historia Roderici (§§ 7-8) explica cómo Rodrigo, enviado a cobrar las parias al reino de Sevilla y Córdoba, hallándose junto a al-Mu‘tamid, se vio constreñido a hacer frente al rey Abd Allāh de Granada y a un conjunto de próceres navarros y castellanos que le ayudaban en su guerra con el rey de Sevilla y habían penetrado por el Sur del reino de Córdoba hasta Cabra. La Historia Roderici identifica así a los auxiliares cristianos de Abd Allāh:

«...Garsias Ordonii et Fortunius Sanctii gener Garsie regis Pampilonensis, et Lupus Sanctii frater Fortunii Saggez, et Didacus Petriz, unus ex maioribus Castelle»,

      La Historia Roderici no precisa el nombre de la hija del rey don García «de Nájera» casada con Fortun Sánchez; pero tenemos noticia documental de que era doña Ermesinda, la infanta fratricida 51.
      Aunque Rodrigo Díaz, antes de entrar en batalla con los auxiliares cristianos del rey de Granada les conmina en nombre de su rey Alfonso VI a que cesen en su ataque al rey de Sevilla, es obvio que la presencia de esos auxiliares en el reino granadino no era ajena a la política del rey de León en al-Andalus. García Ordóñez era o llegaría a ser cuñado de Fortún Sánchez, ya que estuvo casado con la hija mayor del rey García, la infanta doña Urraca 52; pero su vinculación al reino castellano es indiscutible: [con Sancho de Castilla, había sido (1070) tenente de la plaza fronteriza de Pancorvo (frente al reino de Sancho Garcés 53)], y en 1074 Alfonso VI, rey de León y Castilla, le dio el cargo de alférez; enseguida, debió de hacerle conde 54. Los hermanos Fortún y Lope Sánchez, en los años de 1067-1070, habían ocupado altos cargos palatinos en el reino de Sancho Garcés 55; pero cuando se hallaban en Granada actuaban ya como fautores de la política del rey de León y Castilla.
      [La Historia Roderici no data la batalla de Cabra, y a su autor no le interesan para nada los sucesos político-militares de al-Andalus en que se encuadra; sólo le importa la rotundidad de la victoria de Rodrigo frente a los próceres cristianos auxiliares del rey de Granada 56. Menéndez Pidal (Esp. Cid 5, 1956, pp. 257-259) la situó, después del regicidio de Peñalén y la anexión de La Rioja por Alfonso VI, en el año 1080, pues la consideró posterior a la expedición de Alfonso en compañía de Ibn  ‘Ammār, el visir de al-Mu‘tamid de Sevilla, contra Granada. Pero el propio rey  ‘Abd Allāh, en sus «Memorias», hace hincapié en que aquella expedición, emprendida con el propósito pactado de acabar con el reino zirí de Granada y entregarle la ciudad a al-Mu‘tamid, desembocó, tras su entrevista personal ante Granada con Alfonso VI, en una paz, costosa pero permanente, entre los dos reyes de Taifas, impuesta por el rey cristiano al tiempo que obtenía del granadino una mayor tributación (Al-Andalus, XIV, 1936, pp. 34-40); y Abd Allāh subraya insistentemente que, cuando Ibn ‘Ammār emprendió a continuación la conquista de Murcia (1078) y dejó de dirigir desde Sevilla la política de al-Mutamid, no hubo más conflictos entre Sevilla y Granada (pp. 40, 48). Siendo así, es preciso retrotraer en el tiempo el ataque contra las fronteras meridionales del reino de Córdoba hecho por ‘Abd Allāh aprovechando el concurso de los poderosos guerreros cristianos nombrados en la Historia Roderici.
      De acuerdo con la exposición de las «Memorias», fue la mediación interesada de al-Mamūn de Toledo, que aspiraba a adueñarse de Córdoba, lo que permitió a Abd Allāh obtener mercenarios cristianos de Alfonso VI para hacer frente al casi cerco de Granada que desde la fortaleza de Valillos, en la Vega granadina, mantenía al-Mutamid (p. 32), y ello fue posible porque Alfonso deseaba presionar a Ibn ‘Ammār que trataba de diferir los cuantiosos pagos a que se había comprometido cuando obtuvo el apoyo del rey de León para construir Valillos frente a Granada (cfr. p. 38). Pero la situación sufrió un súbito cambio cuando el aventurero Ibn ‘Ukāša se apoderó de Córdoba, dando muerte al hijo de al-Mutamid y al general Ibn Martīn que la defendían (enero, 1075), pues, tras la entrada en ella de al-Ma’ mūn, los sevillanos abandonaron precipitadamente Valillos. Sólo en esa circunstancia cabe la acción de los auxiliares cristianos de ‘Abd Allāh desde Lucena contra las plazas que aún ocupaban los sevillanos en el Sur del reino de Córdoba y la ida previa de Rodrigo a las cortes abbadíes de Sevilla y Córdoba con fuerzas militares capaces de amedrentar a Ibn ‘Ammār, si no pagaba, o de auxiliarle, como hizo en Cabra. Creo que la batalla se dio en los primeros meses de 1075 (antes del asesinato de al-Mamūn el 28-jun-1075 en Córdoba, que volvería a alterar profundamente la situación en aquellas comarcas de al-Andalus).
      Esta nueva fechación de la batalla de Cabra 57 encaja muy bien en la biografía del conde Garcí Ordóñez que perfilan los documentos]: tras pasar por el cargo de alférez (feb./jul.-1074) y ser nombrado conde (jul. 1074) partiría para Granada. Cuando en jul.-1076 Alfonso VI entró en Nájera y Calahorra, como heredero de Sancho Garcés, García Ordóñez debía de hallarse fuera de Castilla, pues no figura entre los expedicionarios, ni entre los conjuradores de los fueros de Nájera, que fueron los condes Pedro Ansúrez y Gonzalo Salvadórez y los señores Diego Álvarez, Martín Sánchez y Vermudo Gutiérrez (S. Mill., 233-234); en agosto y noviembre tampoco acompañaba al rey en tierras de Sepúlveda (Esp. Cid  5, pp. 855-856). En 20 de julio y 3 de setiembre de 1079, continuaba ausente (según ya indica Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, p. 715); pero el 8 de mayo de 1080 asistió al Concilio de Burgos (Esp. Cid  5, p. 857) y desde entonces su nombre no falta de los documentos.
      Fue después de vuelto el conde don García a tierra cristiana, cuando Alfonso VI premió a su antiguo alférez y a su mujer la infanta doña Urraca con el mejor despojo del reino anexionado en 1076: el señorío de Nájera (la antigua capital de la gran Navarra) 58.
      Los documentos de Valbanera no consignan el señorío del conde en Nájera hasta 6-dic.-1081; anteriormente, el gobierno de Nájera estuvo a cargo de uno de los señores que se hallaban con Alfonso VI en Nájera al ocupar el reino (jul.-1076), Martín Sánchez, que confirma como «dominante Nagera», 1077, 1078, o «in Nagera», 14-may.-1078, o «merino in Naiera et in Calahorra», 1081 59; después, aparece Pedro Iváñez como «dominante Naiara», 1081, o «merino en Nagera», 14-may.-1081, 1082 («Petro Johannes, qui hactenus illud rexit, merino in Naiera») [posiblemente ya bajo el señorío del conde]. Durante todo este período, Martín Sánchez es, además, merino en Burgos y Cerezo (1077, 1078, 14-may.-1081, 1082) [o «in Castella»] 60.
      Ya el 18 de abril de 1081, encontramos significativamente juntos a los condes don García y doña Urraca, y a doña Ermesinda, «soror ejus», confirmando una donación del infante don Ramiro «pro remedium anime mee atque requiem parentum meorum, Garsie... et Stephanie, nec non et pro salutem domini mei Adefonsi regis...», en presencia de Alfonso VI 61.
      En fin, estos datos que he venido aduciendo, acerca de los comportamientos de los familiares del rey de Navarra asesinado en 1076 y de la trama política que permitió a Alfonso VI titularse rey y emperador de España, en modo alguno prueban que el infante don Ramiro tuviera que irse a ganar el pan a tierra de moros con anterioridad al regicidio de Peñalén; pero, al arrojar una sombra de duda sobre su fidelidad a Sancho Garcés, hacen creíble que, con anterioridad al regicidio, el infante se hubiera visto forzado, en 1075-1076, a abandonar sus posesiones en el reino navarro.

d. El infante don Sancho «expulsus a regno»

      No obstante, antes de dar por buena la identificación del «Ihante» nombrado por Abū Bakr b. Abd-al-Ramān con don Ramiro, importa recordar que el arzobispo don Rodrigo Ximénez de Rada (antes de 1243) consideraba como muerto en la traición de Rueda a otro hijo del rey García de Nájera muy diverso: al infante don Sancho.

«Sancius dictus Maior... suscepit ex ea duos filius Garsiam et Fernandum. Et Rex Garsias habuit duos filios, Regem Sancium quem sibi ordinauerat successorem, set fuit occisus in Pennaleni, et alium qui Sancius similiter est uocatus, qui apud Rodam fuit prodicionaliter interfectus. Hic habuit filium Ranimirum Infantem, qui Ranimirus duxit uxorem filiam Roderici Didaci, cum Valencie morabatur, et suscepit ex ea filium Garsiam Ranimiri, qui primus regnauit in Nauarra...» 62.

(‘Sancho llamado el Mayor... engendró en ella dos hijos García y Fernando. El rey García tuvo dos hijos, el rey don Sancho a quien nombró heredero, pero que fue asesinado en Peñalén, y otro que fue llamado igualmente don Sancho, que fue muerto traicioneramente en Rueda. Éste tuvo un hijo, el infante don Ramiro, y este don Ramiro tomó por mujer a una hija de Rodrigo Díaz cuando moraba en Valencia, en la cual engendró un hijo, García Ramírez que fue el primer rey de Navarra’).

      Este infante, abuelo de García Ramírez el restaurador del reino de Navarra (1134-1150) y por tanto consuegro del Cid, habría sido expulsado violentamente del reino por Alfonso VI (en 1076), si damos fe a la tesis oficial navarra expuesta ante Enrique II de Inglaterra, en 1177, por los comisionados de Sancho el Sabio de Navarra (1150-1194), el hijo del Restaurador, biznieto de ese hijo del rey don García de Nájera.

«Hec omnia ad regnum suum spectantia possedit et habuit in pace et quiete abavus hujus regis Sancci, Garsias, scilicet, rex Navarre et Nagere, et proavus eius per violentiam fuit expulsus ab hoc regno propter imbecillitatem suam per Aldefonsum regem Castelle, consanguineum suum; procedente autem tempore rex Garsias, nepos eius et pater huius, inclite memorie, divina voluntate et fide naturalium suorum exhibita recuperavit regnum suum licet non integrum» 63.

(‘Todo cuanto correspondía a su reino, poseyó y mantuvo pacíficamente y sin alteraciones el tatarabuelo del rey don Sancho, don García rey de Navarra y de Nájera, pero su bisabuelo, por pusilanimidad suya, fue expulsado con violencia del reino por el rey de Castilla don Alfonso su pariente; pasado el tiempo, el rey don García, nieto suyo y padre de él [de don Sancho el Sabio], de ínclita memoria, por voluntad divina y hecha patente la fidelidad de sus naturales, recobró el reino, si bien no íntegramente’).

      La semejanza de este esquema genealógico con el que nos transmite Abū Bakr b.Abd-al-Raḥmān es tan notable que nos obliga a considerar atentamente la posibilidad de que el abuelo de García Ramírez «expulsus a regno» y el «Ihante» que salió para el país del Islam sean el mismo personaje.
      El problema que planteamos sería de muy sencilla solución si aceptásemos, siguiendo a Menéndez Pidal 64, la identificación del abuelo de García Ramírez con el infante don Ramiro, señor de Calahorra. Pero tal identificación me parece imposible, en vista del testimonio coincidente e independiente de varios textos.
      El esquema genealógico del Toledano está tomado del Libro de las generaciones o Liber regum, que en su redacción navarra original (de 1194/96) decía: 

«...et ouo en ella dos fillos, el rei don Ferrando e el rei don García de Nágera. Lidioron amos en Atapuerca, e murié hí el rei don García. Est rei don García ouo dos fillos: el rey don Sancho, que matoron en Pennalén, e l’ifant don Sancho. Est ifant don Sancho ouo fillo al ifant don Remiro, al que dixieron Remir Sánchez. Est ifant Remir Sánchez priso muller la filla de mio Çith el Campiador e ouo fillo en ella al rey don García de Nauarra, al que dixieron García Remírez» 65.

      También da el nombre de Sancho al abuelo del Restaurador, la Chronica latina regum Castellae (acabada en 1236), cuyo autor sabía un detalle ignorado o dejado de lado por las relaciones genealógicas anteriormente citadas, la ilegitimidad del infante progenitor de la nueva dinastía navarra:

«Rex Nauarre [Garsias] Ramiri, filius infantis Ramiri, qui fuit filius Sancii infantis, de quadam domina filii regis Garsie, qui fuit occisus iuxta Ataporcam...» 66.

(‘El rey de Navarra [García] Ramírez, hijo del infante don Ramiro que fue hijo del infante don Sancho, hijo del rey don García, el que fue muerto cerca de Atapuerca, engendrado en cierta señora...’).

      Finalmente, el patronímico «Sánchez» que el Libro de las generaciones (o Liber Regum) da al infante don Ramiro, yerno del Cid y padre de García Ramírez, viene a ser confirmado por una subscripción del propio don Ramiro en un documento de Alfonso I datado en Monzón en julio de 1105: 

«Don Rainimiro Sangiz in supradicto Montson» 67.

       [Que se trata del padre del Restaurador no puede dudarse, ya que don Ramiro confirma documentos como señor de Monzón en 1104 (dic.), 1105, 1106, 1115, 1116, año éste en que comienza a figurar García Ramírez como señor de Monzón, donde continuará gobernando en los años 20 y 30, hasta que, en 1134 (tras la batalla de Fraga, 7-set.-114), fue allí proclamado rey de Pamplona, Nájera, Álava, Vizcaya, Tudela y el propio Monzón 68].
      Una vez comprobado que el infante don Sancho y el infante don Ramiro no son un solo personaje, queda por resolver la cuestión de si el abuelo de García Ramírez murió en la de Rueda, junto a su hermano, el señor de Calahorra, o si la noticia de su muerte es el resultado de una confusión del Arzobispo.
      Según hemos visto, tal precisión es ajena a la primitiva redacción del Libro de las generaciones o Liber regum (de 1194/96). Pero estas genealogías navarras fueron conocidas en Toledo, donde se elaboró una refundición de ellas entre 1217 y 1223 (Liber regum 2), precisamente durante el pontificado de don Rodrigo Ximénez de Rada 69. Y en esa refundición el originario esquema genalógico lleva interpolada una frase alusiva a la traición de Rueda que además obliga al refundidor a introducir otra aclaración. Para mayor facilidad en la confrontación de la Versión toledana con la navarra anteriormente citada destaco en cursiva lo interpolado al texto de 1194/96:

«...este Rey don García dexó dos fillos, al Rey don Sancho que mataron en Peñalén et el Infant don Sancho. El Rey don Sancho el que mataron en Pennalén ovo fillo al Infant don Ramiro el que mataron en Rueda a trayzón. El Infant don Sancho fillo del Rey don García de Nagera ovo fillo al Infant don Ramiro. Este Infant don Ramiro tomó por mugier la filla de mio Çid Campiador...» 70.

      Podríamos pensar que el pasaje de la Historia Gothica del Toledano se basa en la lectura de esta genealogía retocada. Pero esa suposición me parece inadmisible: la Versión toledana del Libro de las generaciones o Liber regum erróneamente hace al infante don Ramiro, muerto en Rueda, hijo (en vez de hermano) del rey don Sancho, desatino que no se halla en la Historia del arzobispo don Rodrigo, y es patente que el corrector de las genealogías no introdujo la mención del infante don Ramiro (muerto en Rueda) por considerar incompleta la nómina de los hijos del rey García de Nájera que figuraba en el texto navarro (pues continuó diciendo que don García tuvo «dos fillos», don Sancho el rey y don Sancho el infante, progenitor de la nueva dinastía); por tanto, si recordó la noticia de la muerte en Rueda del infante don Ramiro, ello tuvo que ser debido a que en el texto base figuraba ya una frase (* et el ifant don Sancho, que matoron en Rueda a trayçón) análoga a la que recogió el Arzobispo, «et alium qui Sancius similiter est uocatus, qui apud Rodam fuit proditionaliter interfectus», frase que le pareció errónea por tener conocimiento (sea a través de unos anales o de la Historia Roderici 71) de que en Rueda había muerto el infante navarro don Ramiro. En suma, la Versión toledana de las genealogías navarras, lejos de explicar la noticia del Arzobispo, parece exigir la preexistencia de un texto en que se consignaba ya la muerte del infante don Sancho en la traición de Rueda tal como don Rodrigo Ximénez de Rada la cuenta.
      [Esta relación entre el Libro de las generaciones o Liber regum toledano de entre 1217 y 1223 y la Historia Gothica de 1243 resulta muy natural si creemos con Ambrosio de Morales 72, como pienso que debemos creer, que el propio arzobispo don Rodrigo fue quien importó el texto genealógico navarro a Toledo y quien promocionó su refundición]. En efecto, la redacción navarra del Libro de las generaciones o Liber regum de 1194/96 y los Anales navarro-aragoneses, incluidos en los Fueros de Sobrarbe-Navarra, se incorporaron a la historiografía castellana a través, respectivamente, de Liber regum refundido en Toledo entre 1217 y 1223 y de los Anales toledanos I, redactados durante el arzobispado de don Rodrigo. Los dos textos navarros circulaban ya juntos en Navarra; y juntos hallamos también (en el «libro harto antiguo del archivo de la ciudad de Toledo») a los dos textos castellanos que de ellos derivan. Todo parece indicar que la castellanización de estas fuentes navarras se debió a la iniciativa del propio arzobispo toledano don Rodrigo Ximénez de Rada, navarro por nacimiento 73.
      En suma: La crítica textual no nos permite rechazar el testimonio de don Rodrigo Ximénez de Rada (navarro él, y que alcanzó el tiempo de Sancho el Sabio). Interesa, por tanto, examinar las noticias que de la vida del infante don Sancho podamos reunir 74, ya que este hijo ilegítimo del rey García de Nájera podría ser el «Ihante» que quemó la mezquita de Elvira.
     Indudablemente, fue el hijo primgénito del rey García. Nos lo prueba el nombre de Sancho, que le puso su padre en memoria de su abuelo (igual que al primer hijo legítimo de la reina doña Estefanía) 75 y el hallarle ejerciendo acciones de varón no mucho después de 1050 76, cuando su hermano, el futuro rey don Sancho, aún no había llegado a la pubertad 77. Muerto el rey su padre en la de Atapuerca (1054), el infante don Sancho permaneció al lado de la reina viuda doña Estefanía y del joven rey Sancho Garcés, ocupando en la corte un lugar sobresaliente; se hallaba ya casado, mientras el rey su hermano permanecía soltero (7-dic.-1057) 78. Pero esta situación no fue duradera: después de la muerte de la reina (1058), la firma del infante don Sancho desaparece de los documentos navarros.
      La muerte de doña Estefanía (como en su día lo sería para los reinos de Castilla, León y Galicia la de la reina doña Sancha, en 1067) constituyó un momento histórico para el reino de Navarra tan crítico como la famosa batalla de Atapuerca, en que murió el rey don García de Nájera al enfrentarse con su hermano don Fernando. Creo de interés recordar aquí (o reconstruir) las varias etapas de la desmembración del gran reino navarro heredado por el rey don García.
     Don García, el primogénito de Sancho el Mayor, fue, mientras vivió, rey de Pamplona, de Nájera y de Castilla (y su hermano don Fernando, de Burgos y León); sus dominios comprendían, al Norte del Ebro, todos los territorios castellanos desde Castro Cudeyo y las Asturias de Laredo o Trasmiera, Soba, Castilla Vieja (incluso Sotoscueva y Árreba «usque in Briciam»), hacia Oriente; consta que don García ejercía su autoridad incluso en Paredes Rubias (Alhania, Villanueva, Villagarcía, Polientes, Mata 79); más al Sur, Urbel y Ubierna fueron navarras 80, y los tenentes del rey de Nájera gobernaban Poza, Monasterio de Rodilla y Arlanzón («usque in Burgis»), así como Oca y Pedroso, con todos los territorios al Oriente de estas tenencias 81.
      Después de la batalla de Atapuerca (1-set.-1054), que costó la vida al rey don García, don Fernando agregó a su reino buena parte de los territorios castellanos de su hermano: La Piedra, Urbel y Ubierna fueron cobrados de los navarros por Diego Laínez 82; en 16-nov.-1055, Ubierna y Sedano eran ya del reino de Fernando I 83, y Aznar García, que permaneció fiel a Sancho Garcés, no vuelve a figurar como señor de Árreba. Fernando I ocupó Valdivielso (Condado, ya en 1-jn.-1057 84) y Oña y Cornudilla (ya en 31-ag.-1056 85). Al Sur de Oña, Fernando I se apoderó del alfoz de Briviesca (Prádanos de Bureba, ya en 13-set.-1056 86; contra lo que afirma Pérez de Urbel 87, por haber localizado mal los palacios de Zambrana, Álava, que Sancho Garcés dio en 1058 a Fortún Sánchez 88). Naturalmente, Poza no siguió siendo navarra (a pesar de lo que afirma, con ligereza, Pérez de Urbel 89, basándose en un documento de Leire, 18-nov.-1057, en que confirma «Senior Sanctio Lopiz dominator Poza» 90; este documento es del rey García, † 1054, y se halla correctamente fechado en 18-nov.-1051 por Moret 91). Al Norte del Ebro, uno de los hermanos Lope y Galindo Bellacoz o Velázquez, que en 1040 tenían las Encartaciones (Colindres, Ugarte, Mena, Tudela y Llanteno) por el rey don García, pasó al servicio de Fernando I (1055, 1056, 1057 92), quien le premió espléndidamente, según vemos por un doc. del sábado 24-jn.-1055, donde consta «Ego denique senior Galindo Bellacoç qui sub domino meo Fredinando rege rego Tetelia et totam Castellam Uetulam...» 93; este documento nos prueba que (contra lo supuesto por Menéndez Pidal 94), Fernando I anexionó a su reino Tedeja y Mijangos (con Trespaderne, Riba y Nofuentes) en Castilla Vieja y también Cillaperlata 95.
      La nueva crisis del reino navarro-castellano de Nájera a la muerte de la reina doña Estefanía se halla expresamente enunciada en los Anales del Tumbo negro compostelano (véase atrás n. 26). En efecto, fue después del 25-my.-1058 (en que los Anales dan como acaecida la muerte de la reina), cuando Fernando I ocupó los pasos de los montes Obarenes que flanquean a Pancorvo. El 1-mz.-1058, Sancho Garcés regía aún en Santa María de Ribarredonda, en Bureba, y bajo él, Sancho Fortúñez, el señor de Pancorvo; pero el 31-oct.-1058, Santa María de Ribarredonda se halla ya en el reino de Fernando I (y el dominio de Sancho Fortúñez pertenece al pasado), y con ella Ventosa (Bureba), Orbañanos (Tovalina) y Villasemplún 96. Quizá haya que anticipar a este año la anexión de Valpuesta, navarra en 1057 y castellana en 1063 97. [De acuerdo con la nueva demarcación de los reinos, Sancho se titulará rey «in Pampilona et in Alava et in Ponticurvo» y reconocerá que su «avunculus» el rey Fernando lo es «in Castella»].
      No sería de extrañar que en aquella crítica coyuntura el infante don Sancho, hombre ya hecho y derecho, hubiera aspirado a dominar como «régulo» alguna «partícula» del reino paterno (repitiendo la afortunada historia de su tío, Ramiro el de Aragón), y que, fracasado en sus ambiciones, se hubiera visto oligado a salir para tierra de moros, como del «Ihante» cuenta Abū Bakr b. ‘Abd al-Raḥmān. La única mención que del infante don Sancho encontramos en Navarra con posterioridad a 1058 nos evidencia, cuando menos, que ha perdido el amor regio. En una apostilla de 27-dic.-1073 a un documento de 1050 98, el rey don Sancho acusa a su hermano el infante don Sancho, con expresiones notablemente duras, de haber tenido ocupado un palacio en Tricio (con todas sus heredades), que en derecho pertenecía a San Millán, y hace constar que lo ha expulsado de él:

«Paucis admodum temporibus transactis, ob quandam cupiditatis rapacitate, omnibus ab hac possessione remotis iure dominandi, accessit in ea Sancio Garseanis, et aliquantis per annis dominator extitit huius possessionis. Sed posteaquam ab ore predicte Mentie ego Sancius rex, germanus eius, omni veritate agnovi, per mea manu fratri meo abstulit, et pro mee anime remedio iterum ad honorem beati Emiliani eodem palatio cum omni sua hereditate redire feci...»

 (‘Transcurrido muy poco tiempo, Sancho García, movido por un deseo rapaz de enseñorearse de estas apartadas posesiones, accedió a ellas y durante bastantes años ejerció el dominio sobre esas posesiones. Pero, más tarde, yo el rey don Sancho, su hermano, tuve conocimiento por boca de la dicha Mencía de toda la verdad, y por mi mano expulsé a mi hermano y, para remedio de mi alma, hice entregar de nuevo ese palacio con todas sus heredades en honor de San Millán’).

      Según el monje redactor de la Chronica naiarensis (escrita hacia 1185/1190), el infante don Sancho habría tenido, efectivamente, que abandonar el reino de su hermano algún tiempo antes de 1063, a causa de un amor incestuoso hacia una de sus medio hermanas, que había sido dada por esposa a don Sancho, el heredero del reino castellano:

«Inter hoc Santius rex desponsauerat sibi filiam regine Stephanie. Que cum ad ipsum duceretur, infans domnus Santius, quem rex Garsias Pampilonensis ex concubina habuerat, saltum in uiam dedit quia nuntii amoris celo truciabantur. Rapuit eam et cum ipsa ad regem maurorum Cesaraugustanum se contulit et ad patruum suum regem Ranimirum, qui eum pro sua probitate et armorum nobilitate quasi filium diligebat. Quod rex Santius ulcisci desiderans Caesaraugustam cum suo perrexit exercitu. Cui Ranimirus rex cum suis in loco qui Gradus dicitur occurrens ab eo in bello interfectus est» 99.

(‘Entre tanto, el rey Sancho se desposó con una hija de la reina Estefanía. Cuando la conducían a su encuentro, el infante don Sancho, que el rey García de Pamplona tuvo en una concubina, teniendo de ello noticia, la asaltó en el camino, pues le mataban los celos. La raptó y se refugió con ella junto al rey moro de Zaragoza y junto a su tío paterno el rey Ramiro, que le quería casi como a un hijo por su entereza y valor en las armas. El rey Sancho, deseando vengarse, se dirigió con su ejército a Zaragoza. El rey Ramiro fue muerto en el combate cuando le salió al encuentro con los suyos en un lugar que llaman Grados’).

      Los historiadores modernos han dado completamente de lado esta narración considerándola puramente legendaria 100. Pero, en principio, no veo por qué un rapto y un incesto han de considerarse propios sólo de una invención literaria, y en modo alguno parte de la realidad vital del siglo XI en que la amplísima concepción eclesiástica del «incesto» desdibujaba la frontera del tabú 101. En un documento de 1054 (Cartulario de Irache, f. 4a) se da noticia de otro incesto entre hermanos, contemporáneo al denunciado por la Chronica naiarensis, ocurrido en la propia familia real navarra:

«Hec est carta donationis, quam ego Fronilla Garsie regis filia et regine domne Tote facio... Ego Froni(l)la mos [= moriente] uiuenteque matre mea absenteque sorore mea, que peccauit et fornicata est cum fratre suo...» 102.

(‘Ésta es una carta de donación que yo, Fronilda, hija del rey García y de la reina doña Tota hago... Yo Fronilda en la hora de la muerte y siendo viva mi madre y estando ausente mi hermana, que pecó fornicando con su hermano...’).

      Risco cree que el rey don García nombrado en este documento es el de Nájera, y supone que la reina doña Tota sería la madre del infante don Sancho (y de doña Mencía y doña Sancha); en tal caso, el incesto a que alude doña Fronilda sería el mismo que cuenta la Chronica naiarensis 103. Pero creo que el rey García de Nájera no tuvo más mujer legítima que doña Estefanía, y, por  tanto, sospecho que el padre de doña Fronilda (y de su hermana incestuosa) es García Ramírez, el hijo del régulo de Viguera don Ramiro, llamado en alguna ocasión rey por sus descendientes 104. [Queda, pues, el dato como muestra de que en la familia real navarra podían darse tales relaciones entre hermanos, en la «realidad» y no solamente en la «literatura»].
      El relato de la Chronica naiarensis contiene varias precisiones históricas comprobables, junto a otras noticias cuya historicidad no nos consta, pero que no repugnan a nuestros conocimientos históricos: Don Sancho, el hijo de Fernando I de León, cruzó con una hueste por Zaragoza y combatió en Graus, 8-may.-1063, con el rey Ramiro de Aragón (confederado a la sazón con su sobrino el rey Sancho de Navarra); en la batalla fue muerto el rey aragonés 105. Por esas fechas, Sancho Fernández, a quien su padre tenía reservado, como herencia, el reino de Castilla, con las parias de Zaragoza 106, tenía ya unos veinticuatro o veinticinco años 107, pero estaba por casar 108, en el vecino reino de Nájera y Pamplona las cuatro hijas de la reina Estefanía, hermanas del joven rey Sancho Garcés, ocupaban una posición política muy destacada 109; la permanente rivalidad entre Burgos y Nájera por el dominio del valle del Ebro, pudo aconsejar hacia 1059-1062 110, el concertar el enlace matrimonial de Sancho Fernández con una de sus primas, sin atender a las exigencias eclesiásticas que obstaculizaban tales pactos considerados «incestuosos». Por otra parte, nos consta que si en 1057 el infante don Sancho, hijo primogénito del rey don García habido en una concubina, se hallaba en la Navarra del Ebro, honrado y poderoso, en compañía de su hermano el rey y de la infanta doña Mayor, una de las hijas de doña Estefanía 111, después de esa fecha no vuelve a confirmar los documentos de Sancho Garcés.
      En fin, las noticias que he podido reunir sobre este infante don Sancho «expulsus a regno», no desentonan respecto al esquema biográfico del «Ihante» que salió para al-Andalus trazado por Abū Bakr b. Abd al-Rah̣mān. Si la muerte en Rueda de este infante, consuegro del Cid y abuelo de García Ramírez el Restaurador, reseñada por el arzobispo don Rodrigo fuera segura como la de su hermano el infante don Ramiro, señor de Calahorra, no dudaría en atribuirle la famosa quema de la mezquita de Elvira.

Diego Catalán, "El Cid en la historia y sus inventores."(2002)

NOTAS

1 Huici Miranda, «Un fragmento inédito de Ibn ‘Idarī sobre los almorávides», Hespéris-Tamuda, II (1961), 43-111 (el texto árabe en las pp. 46-111); e Ibn ‘Idarī, al-Bayān al-Mugrib. Nuevos fragmentos almorávides y almohades. Traducidos y anotados por A. Huici Miranda, «Textos Medievales» 8, Valencia 1963 (cita abr.: Nuevos fragmentos).

2 Desconozco la biografía de este historiador. Inicialmente, pensé que se trataría de Abū Bakr Ah̣̣̣̣mad b. Abd al-Rah̣mān, maestro kairuanés del siglo XI, muy relacionado (a través de sus propios maestros y de sus discípulos) con al-Andalus (cfr. H. R. Idrīs, «Deux maîtres de l’école juridique Kairouanaise sous les Zirides –XI siècle– Abū Bakr b.Abd al-Rah̣mān et Abū Imrān al-Fāsi», Annales de l’Institut d’Études Orientales, XIII, 1955, 30-60); pero este personaje murió, al parecer, en 432 ó 435 (=1040 ó 1043), con anterioridad a los sucesos reseñados en el pasaje citado a continuación.

3 Reproduzco básicamente la versión castellana del pasaje que da Huici, Nuevos fragm., p. 112. Huici traduce «infante», «inhante»; pero tanto la transcripción árabe hecha por el propio Huici, como la fotocopia del ms. original (que poseo gracias a la amabilidad de Huici), obligan a transliterar «ilfant(e)», «ilhant(e)».

4 La Laguna de Tenerife, 1963; en el curso de mis trabajos sobre historia de la historiografía.

5 En que procuré situar al «Ihante» en el escenario político de la España de Alfonso VI, o, si se prefiere, de la España del Cid («Sobre el ihante», Al-Andalus, XXXI, 1966, 209-235).

6 Catalán, «La pronunciación [ihante] por /iffante/ en la Rioja del siglo XI. Anotaciones a una observación dialectológica de un historiador árabe», RPh, XXI (1967-68), 410-485 [reed. en Catalán, El español. Orígenes de su diversidad (1989), pp. 267-295, con un mapa].

7 Moret, Annales, lib. XIV, c. II, §§ 21-22.

8 En este orden. Más las infantas doña Urraca, doña Ermesinda, doña Ximena y doña Mayor.

9 Así, por ejemplo, en docs. de S. Mill. de 1055 (11-mz.) 13-jul.- 1059, 1063, nov.-1065. Posteriormente se hallan también confirmaciones de las infantas (doña Ermesinda, doña Ximena y doña Mayor).

10 Y otras dos hijas: doña Mencía (casada con Lope Fortúnez, que fue dominante en Nájera y Calahorra, hijo de Fortún Ochoiz), S. Mill., pp. 155-156 (17-feb.-1050 y 27-dic.-1073), y doña Sancha (señora de varios monasterios), S. Mill., pp. 170-172 (1058).

11 [Acerca de la controvertida fecha de composición de la Historia Roderici, véase el Apéndice I].

12 Ms. I, fol. 78 r y v. Ed. Menéndez Pidal, en Esp. Cid 5 (1956), II, «Fuentes históricas» 5, § 18 [o ed. Falque, et alii, 1990, § 18].

13 Gómez Moreno, «Anales castellanos», en Discursos leídos ante la R.A.H. el día 27 de mayo de 1917, Madrid, 1917, pp. 9 y 21-22, consideró que los Annales compostellani y el Chronicon burgensis remontaban a unas *Efemérides riojanas, localizables en la Calzada y escritas bajo dominio navarro. [Pero, después de estimar nuevamente los datos analísticos comunes a las dos series analísticas, insisto en mi disentimiento respecto a la autorizada opinión de don Manuel].

14 Ed. Flórez, Esp. Sagr., XXIII, p. 321: «Era MCXXI. Fuit interfectio apud Rodam: ubi & Gondesalvus Comes interfectus».

15 [Corrijo la fecha que en la 1.a ed. de este trabajo consignaba. Véase el Apéndice n.o II acerca de esta cuestión].

16 La Crónica najerense estaba bien informada sobre la conexión del infante don Ramiro con el monasterio najerense: «Iste Aldefonsus sub era MCXVIIa dedit monasterium Naiarum cluniacensibus monachis et sub era MCXIXa infans Ramirus dedit Uillam Auream et cetera» [ed. Estévez, 1995, lib. III, § 19], ed. Cirot, en BHi, XI (1909), pp. 277-278. Sobre la donación a Cluny en 3-set.-1079, vide Fita, «Nájera», 261-264; y respecto a la donación por el infante de Villoria, con Torrecilla y Trevijano, a Santa María de Nájera, 18-ab.-1081, Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, pp. 821-822.

17 Eds. Cirot, BHi, XI (1909), 278 [y Estévez, 1995, lib. III, § 20].

18 Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, II, p. 739. piensa que la noticia figuraba en el texto de la Historia Roderici manejado por los compiladores alfonsíes. Yo la creo («El Mio Cid de Alfonso X», 1963, p. 208, n. 49) fruto del trabajo compilatorio de los redactores de la Estoria de España, que tuvieron repetidamente en cuenta los datos de un texto analístico desconocido, especialmente interesado en los sucesos navarro-aragoneses [puede verse aquí adelante, cap. IV del presente libro, n. 49].

19 Sobre la fecha de composición de esta parte de la Estoria de España, véase Catalán, De Alfonso X, 97-203. En la sección que ahora nos interesa, la Primera crónica (PCG) editada por Menéndez Pidal refleja bien el proyecto alfonsí de Estoria de España (Catalán, «El taller alfonsí» (1963), p. 373 [o La Estoria de Esp. de Alf. X, cap. II, p. 53]).

20
El pasaje figura, tanto en la Primera crónica general (cap. 864), como en la Crónica de veinte reyes [que hereda la redacción de 1282/84 o Versión crítica de la Estoria de España].

21 Doña Estefanía lo nombra a continuación del rey don Sancho, en su testamento arriba citado. En los documentos, la firma de don Ramiro precede siempre a las de don Fernando y don Ramón.

22 «Ego igitur Ranimirus, prolis Garseani regis, a parentibus meis me concessa urbe Kalahurra...», 13-jl.-1059, S. Mill., p. 174.

23 Su madre, doña Estefanía, vino en 1038 a Navarra, traída desde Barcelona por el rey don García (según doc. fechado en Tiermas, 1038. ed. Ubieto, Estudios, pp. 227-228). La carta de arras se fecha en 1040 (¿habría ya nacido el heredero?). Don Sancho, si nació antes que ninguna de sus hermanas, andaría por los catorce años al heredar el reino. Y don Ramiro sería, claro está, aún menor.

24 S. Mill., p. 166.

25 Moret, Annales, lib. XIV, c. I, § 22.

26 Según los Annales compostellani (del Tumbo Negro), «Era MXCVI. VIII Kal. Jun. Regina Stephania, uxor jam dicti Regis Garsiae, cui non successit filius postea in omni Castella» (ed. Flórez, Esp. Sagr., XXIII, p. 319). Moret, Annales, lib. XIV, c. I, §§ 32-34, cita un doc. de Nájera, era 1098, día antes de los Idus de Mayo, en la luna octava (14-may.-1060), de la reina doña Estefanía, muy problemático.

27 En su testamento (sin fecha), doña Estefanía repartió las posesiones que tenía al Sur del Ebro, entre sus hijos e hijas; don Ramiro recibió Leza, Soto, Ciellas, Alficero, Torrecilla de Cameros y Larraga.

28 S. Mill., pp. 174 y 175.

29 S. Mill., pp. 189, 193, 197, 203, 214.

30 «Frater regis Ranimirus dominator Sancti Stephani» (Irache, p. 61). Cabe dudar de la fecha, en vista de que el 5-mz.-1069 y en 1-en.-1071 figura como tenente de San Esteban Ximeno Garcés (Irache, pp. 59 y 64). Según destacó ya Serrano, S. Mill., p. LVII, n. 4, las confirmaciones en docs. de Irache del infante don Ramiro ocurren desde 1071 a 1074. [Ubieto, Los tenentes (1973), no es consistente en su intento de adscribir a una tenencia diversa, que sitúa en «San Esteban de Resa», parte de las confirmaciones que consignan el nombre de «Sancti Stephani», cfr. sus pp. 11, 24 y 37 y sus pp. 158-159].

31 Irache, pp. 65-73.

32 El equipo saliente estaba constituido por el alférez Fortún Íñiguez (6-ag.-1072-1074), el mayordomo García Fortún (1-en.-1071-1074), el estabulario Lope Vélaz (1-en.-1071-1074), el pincernario Íñigo Fortún (1072), el forturario Sancho Pérez (1072) y el botiller Lope Mómez (1064-1074). El 12-en.-1076 figuran como alférez Íñigo Sánchez, como mayordomo Lope Belascóiz, como estabulario Lope Íñiguez y como forturario García Argentero; en otro documento de 1076 aparecen estos mismos oficiales, pero se precisa que Lope Belascóiz es, además de mayordomo, botiller; [en un doc. de 1074, sin mes, de Valv., núm. 70, ya figuran el alférez, mayordomo y estabulario del nuevo equipo]. Anteriormente, Sancho Garcés había renovado profundamente los oficios de su corte entre 1070 y 1071, entre 1066 y 1067, entre 1064 y 1065 y entre 1060 y 1063.

33 En 1074 aparece aún «Infans domnus Ranimirus dominator Sancti Stefani»; el martes 12-en.-1076 figura ya «Senior Garcia Sansoiz in Sancto Stephano» y lo mismo en otro documento de 1076, sin mes. Después del regicidio de Peñalén, este personaje continuó con la tenencia de San Esteban, bajo Sancho Ramírez de Aragón, 1078, 1080, etc. (Irache, pp. 73, 74, 76, 79, 80).

34 En 1070 y 1-en.-1071 tenía la tenencia de Calahorra el señor Fortún Garcés (Irache, pp. 63, 66); en 6-ag.-1072 y en. 1074 (dos docs.), mientras el infante don Ramiro aparece como «dominator» de San Esteban, el «dominator» de Calahorra es el señor Íñigo Aznar (Irache, pp. 66 y 73, «Valb.» p. 510); después, en 12-en.-1076 y 1076 sin mes, cuando García Sanchóiz es el tenente de San Esteban, Íñigo Aznar continúa con Calahorra (Irache, pp. 74, 75, 76).

35 La fecha del regicidio consta en el Calendario de Leyre (Moret, Investig., libro III, c. IV, § 26): «II. Nonas Iunii. Sancius Rex minor. Era M.C.XIIII».

36 Véase: Irache, p. 82, y Moret, Investig., lib. III, c. IV, §§ 20 y 28 [ahora mejor, Martín Duque, Leire, § 106, p. 157].

37 En la expedición de socorro a Aledo, acompañaba a Alfonso VI el «Infante Garsea prolis Sancio Naiarense in Toleto sedentem», quien confirma, el primero de todos los confirmantes, un documento datado en el campo de Chinchilla, 25-nov.-1089 (S. Mill., pp. 275-276). [En la misma posición destacada confirma el fuero otorgado por Alfonso VI a Logroño estando en Alberite, a donde ha acudido en ayuda del conde García Ordóñez, mal fechado en la copia conservada en el año 1095, que habrá que corregir en 1092 (Gambra, Alf. VI. Dipl., núm. 134): «Domnus Garsias ynfans filius domni Ssançi regis»]. En una carta de Oña, 1-my.-1092 (Oña, 127-129), de Alfonso VI, consta: «Garsea et alter Garsea, germani filii Sanctii regis Naiarensis. Fredinandus et Reymundus, confirmans» [por más que Gambra, Alf. VI. Dipl. (1998), p. 308, tilde de «falso» a este documento, su nómina de confirmantes tiene que proceder de un documento auténtico, según deja ver el propio Gambra en el uso que de este documento hace en 1997, Alf. VI. Est., pp. 495-496). Es de creer que uno de los dos García sea legítimo (Gambra, Alf. VI. Est., p. 495, lo identifica como hijo de la reina Placencia) y el otro ilegítimo, para que lleven igual nombre]. También quedó en el reino de Alfonso VI la reina navarra, doña Placencia, que en 1077 confirma un doc. de Diego Álvarez, señor castellano dominante en el río Tirón [y en Oca].

38 Ed. Lacarra, «Textos navarros en el Códice de Roda», EEMCA, I (1945), 260 y foto. El escoliador que consignó estas efemérides es el mismo que escribió la famosa Nota emilianense rolandiana; cfr. G.Menéndez Pidal, «Sobre el escritorio emilianense en los siglos X a XI», BRAH, CXLIII (1958), 12-18, y R. Menéndez Pidal, La Chanson de Roland y el neotradicionalismo, 1959, p. 355). Ocupada Nájera, Alfonso VI hace constar (al tiempo que restaura los antiguos fueros de la ciudad, 1076): «Impiissima fraude interfecto rege Sancio, Garsie strenuissimi regis filio, ego Adefonsus, filius Fredilandi regis, successi in regno...» (S. Mill., p. 233).

39 [Ed. Gambra, Alf. VI. Dipl., núm. 41].

40 [Doc. del 1-mar.-1075 «regnante rex Aldefonsus in Castella et in Legione, et sub eius imperio dominans in Cereso Pedro Iohannes et sub ille Domingo Iohannes, et in Ibriellos senior Didago Alvareç et sub ille Didago Gudistioç» («Valb.», pp. 511-512, núm. 69; Valv., núm. 72). En otro doc. de 1073 («Valb.», p. 509, núm. 66; Valv., núm. 68) figuran «dominans in Cereso senior Peitro Morielleç et in Ibriellos senior Didak Albariç et sub ille senior Didaco Gudistioz»].

41 [Estuvo casado con Ticlo Díaz, hija de Diego Álvarez y hermana de Alvar Díaz, el cuñado de Garcí Ordóñez: «Ego igitur domna Ticlo, filia de senior Didaco Albarez... cum consensu domnu meo comite Lope Ennecones...», 14-mar.-1079 (S. Mill., núm. 239, p. 245)].

42 [En 1074, «Sancius, rex in Nagera et in Pampilona (siendo «Adefonsus rex in tota Castella et in Legione» y «Sancio Ranimiriz in Ripacurcia et in Aragone») hace una donación a Valbanera («Valb.», pp. 509-510, núm. 67; Valv., núm. 70), confirmada por su hermano «Reimundus» y su hermana «Ermisenda» y por el «Comes Enneco Lopez dominator Nagera» e «illius filius Lope Ennecones dominator Alberiti» encabezando la lista de magnates. En otro documento (S. Mill., pp. 234-236) fechado en la «era millessima centessima quarta decima» (a. 1076), junto a Íñigo López «senior et consul», confirman el «senior Lope Ennecones filius eius et Garcia Ennecones et Galindo Ennecones et domna Mencia germani eius» y, tras el «comite domno Gunsalbo», «Didaco Albarez».

43 [Íñigo López, al casarse con Tota Fortuniones» hija de Fortun Sánchez, el colactáneo de Sancho el Mayor y aitano o bonopater del rey García de Nájera (que fue tenente de Nájera y murió junto a su rey en la batalla de Atapuerca) vino a formar parte de la más poderosa familia nobiliaria del reino navarro]. Íñigo López tuvo Nájera por Sancho Garcés durante la mayor parte del reinado: según documentos de

Valbanera, desde 1064 (7 abr.) hasta 1075 (10 en.).

44 «Enneco Lopez... totius Vizkahie comes» (con la confirmación de sus hijos Lope, García, Galindo y Mencía) dona Camprobín a San Millán en la era 1114 «pro anima uxoris mee domne Tote» (S. Mill., núm. 227, pp. 234-236, doc. ya cit. en la n. 42) reconociendo con esa fórmula el señorío de Alfonso VI.

45 Se ha observado (Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, pp. 726-727, [y, con mayores precisiones, Gambra, Alf. VI. Est., pp. 671-702]), que desde 1077 Alfonso VI comienza a titularse «totius Hispanie imperator»; creo que la causa inmediata del nuevo título fue la anexión del reino de Nájera y el vasallaje del rey aragonés (cfr. García Gallo, «El imperio med.», 1945, y Ubieto, «Homenaje de Aragón a Cast.», EEMCA, III, 1947-48, 7-28); Menéndez Pidal (Esp. Cid 5, pp. 234-235) consideró determinante para la introducción de esa titulación la política papal de reivindicar para la sede de San Pedro la propiedad de todo el reino de España (28-jun.-1077) [y Bishko, «Fernando I y Cluny», 1969, reelaboró esa tesis considerando que Alfonso VI contrarrestó la ofensiva de Gregorio VII renovando la vinculación de su reino a la abadía de Cluny (10-jul.-1077) y adoptando el título imperial. Gambra (Alf. VI. Est., pp. 696-702), razona en favor de una hipótesis ecléctica, comentando «la complejidad de la coyuntura interna y externa» en que «precisamente en 1077» se hallaba el rey leonés y su ambiciosa política pan-hispánica. Es de notar que en la documentación particular de Tobía, «Belasio scriba» acepta el 14-oct.-1078 la fórmula «regnante rex Adefonsus in Spania» en substitución de «regnante rex Alfonsus in Leione et in Castilla et in Naggara», que venía usando hasta el 5-jun.-1078].

46 Moret, Annales, lib. XIV, c. IV, § 81.

47 Moret, Annales, lib. XIV, c. IV, § 82.

48 Fita, «Nájera», pp. 261-264 [Gambra, Alf. VI. Dipl., núm. 65].

49 [El Carmen Campidoctoris, que recuerda esta «segunda» lid campal del Campeador consignando sólo la prisión de don García («...comitem superbum») (ed. Menéndez Pidal, en Esp. Cid 5, cap. XX.2)].

50 [El juglar del Mio Cid hace que sea el propio Rodrigo quien recuerde al conde burlonamente, en el curso de las Cortes de Toledo, su deshonrosa prisión en Cabra].

51 El nombre de la infanta casada con Fortún Sánchez consta en un doc. de 1100 por el que ambos cónyuges («ego Fortunio Sangiz et uxor mea infante donna Ermisenda») hacen una donación en Huesca, bajo Pedro I, antes de partir para Tierra Santa (R. del Arco, Huesca en el siglo XII, Huesca, 1921, p. 130).

52 No me consta si su casamiento con la infanta doña Urraca tuvo lugar en vida de Sancho Garcés o después de la anexión del reino de Nájera por Alfonso VI [Gambra, Alf. VI. Est., p. 598, sospecha que fue después de la anexión, y el hecho de que la Historia Roderici sólo considere yerno del rey don García a Fortun Sánchez en el relato de la batalla de Cabra favorece esa hipótesis]. No obstante, sorprende que doña Urraca nunca aparezca confirmando junto a sus hermanas los documentos de Sancho Garcés, lo cual se explicaría mejor suponiéndola casada fuera del reino navarro.

53 [Doc. fechado el lunes, 18 de enero de 1070 (S. Mill., núm. 197, pp. 204-205)].

54 Según ya hizo constar Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, 714 y 839, García Ordóñez figura como «armiger regis» el 24-jn.-1074. [Gambra, Alf. VI. Est., p. 566, comprueba que en el puesto de «armiger» (‘alférez’), sólo se le documenta desde 20-feb. a 1-jul.-1074 (no lo era aún en 10- nov.-1073; no lo era ya en 1-en.-1075)]. La primera vez que se titula «comes» es como uno de los dos «fidei jusores» (junto con el conde Pedro Ansúrez) en la carta de arras del Cid a doña Ximena, 19-jul.-1074 [En el cursus honorum de los magnates es habitual que el paso por la alferecía regia preceda inmediatamente a la concesión del título de conde]. Frente a lo que suele creerse no era «comes in Nazara» en 1077 (véase n. 58).

55 Ya Menéndez Pidal (Esp. Cid 5, pp. 731-734) intentó reunir las noticias documentales referentes a los hermanos nombrados por la Historia Roderici, pero no acertó bien a distinguirlos de otros personajes homónimos contemporáneos [; menos afortunado es aún en el tratamiento de la cuestión Ubieto, Los tenentes, s.v., ya que llega incluso a mezclar al famoso «nutritius regi» de García Sánchez, muerto con su ahijado en Atapuerca, con varios personajes que le sobrevivieron]. Bajo Sancho Garcés, tres Fortún Sánchez tenían respectivamente a Buradón, Falces y Esleves (1065). El señor de Buradón (1063 y 1065) lo era ya con el rey García (así como de Portilla, Marañón y Laquión, 1040); quizá tuvo en alguna ocasión a San Esteban (1044); probablemente es el premiado en 1058 (?) por el rey don Sancho («propter fidelem servitium quod fecisti mihi») con unos solares en Zambrana (Alava) y el que en 1083 donaba unos palacios en este mismo lugar; y pudiera ser el casado con Tota Fortúñez de Cillegieta y muerto antes de 1088 (año en que su viuda hace donaciones por su alma). Por otra parte un Fortún Sánchez y un Lope Sánchez ocupan puestos palatinos simultáneamente: En los documentos de Irache (Irache, pp. 19-76) Fortún Sánchez figura, sin solución de continuidad, como mayordomo, en 10-en.-1067, 1067, 1068, 5 y 22-mz. 1069, 1070 (antes lo habían sido: Ximeno Manzones 1054, 1060, 1060; García Íñiguez 7-feb.-1063, 1063, varios de 1063 que Lacarra, razonablemente, fecha en 1064 y otro de ese año 1064, e Íñigo Sánchez 13-abr.-1066, 21-jl.-1066; después lo serán García Fortún 1-en.-1071, 6-ag.-1072, 1072, 1072 y Lope Belascóiz 12-en.-1076, 1076) y Lope Sánchez como estabulario en 5-mz.-1069 y en 1070 (antes lo habían sido: García Garcés 1054, 1060, 1060, 7-feb.-1063; García Sanchóiz 1063, varios de 1063 que deben fecharse en 1064 y otro de ese año 1064 y Fortún Álvarez 13-abr.-1066, 21-jl.-1066, 1-en.-1067; luego lo serán: Lope Vélaz 1-en.-1071, 6-ag.-1072, 1072, 1074 y Lope Íñiguez 12-en.-1076, 1076). Son problemáticos otros documentos anteriores en que figura Fortún Sánchez como oficial del rey: Por ejemplo, el doc. de S. Millán de 1058 en que aparecen un mayordomo y un señor Fortún Sánchez ofrece una lista de confirmantes que sólo corresponde a 1068-1070; también es dudosa la fecha 1058 de un doc. en que se premia a un Fortún Sánchez y en que otro aparece como alférez. Menéndez Pidal supone que nuestros hermanos son el mayordomo y el estabulario de en torno a 1070, lo cual es muy probable; en cambio, no es cronológicamente aceptable la identificación del marido de doña Ermesinda (que en 1100 se preparaba para ir en peregrinación, cfr. n. 51), con el Fortún Sánchez que fue alférez (1040, 1043, 1049, 1050) del rey García de Nájera.

56 La Historia Roderici, §§ 7-9 (ed. Menéndez Pidal en Esp. Cid 5, pp. 921-922) [o ed. Falque, et alii, 1990], hace constar: «Captus est igitur in eodem bello comes Garsias Ordonii et Lupus Sanctii et Didacus Petri et alii quam plures illorum millites. Habito itaque triumpho, Rodericus Didaci tenuit eos captos tribus diebus. Tandem abstulit eis temptoria et omnia eorum spolia et sic permisit eos absolute abire».

57 [En «Sobre el ihante», 1966, p. 218, di por buena la datación tradicional de la batalla de Cabra, considerándola, por tanto, posterior al regicidio de Peñalén].

58 Creo que García Ordóñez no recibió el gobierno de Nájera hasta regresar de tierra de moros. El doc. de 1077 de San Millán, citado por Menéndez Pidal (Esp. Cid 5, p. 714), en que figura «Garseas comes in Nazara» (S. Mill., 239-240), hay que fecharlo mucho después, en vista de los confirmantes. [Sorprende que Gambra, Alf. VI. Dipl., núm. 52, nada objete a su datación, ya que en otras ocasiones hace constar que el hijo del conde Gonzalo Salvadórez «Gomessanus comes in Borouia» que confirma ese documento «no accedió a la dignidad condal antes de 1099» (p. 411) y que el «senior Garsia Alvares», que también confirma tras «Alvaro Didaz» y se señala que es «suus filius», sólo se documenta en los diplomas reales «a partir de la década de los noventa» (p. 126); en fin, el merino de Castilla Tello Díaz, que asimismo confirma, obliga también a llevar la lista de confirmantes a ese tiempo. En cuanto al «Blasconi abbati» nombrado resulta obvio que no es aquel cuya última aparición es de 1093, sino el sucesor de García (éste figura hasta 7-abr.-1098), que aparece en docs. de may.-1102, 1103, 1106, 1108 (S. Mill., núms. 290-295)].

59 Es de notar que en 1078 hay un señor Vermudo Echavídaz, merino en Nájera, bajo Martín Sánchez.

60 Véase «Valb.», pp. 515, 523, 530, 577; S. Mill., pp. 239, 244, 250, 251, 253, 254; Irache, p. 81; Esp. Cid 5, pp. 714-715; [Gambra, Alf. VI. Dipl., núm. 67].

61 Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, pp. 715, 821-822.

62 Historia Gothica o De rebus Hispaniae, Lib. V, cap. XXIIII, (eds. en P. P. Toletanorum... Tomus tertius. Roderici Ximenii de Rada, Toletanae ecclesiae praesulis, opera ... Em. Dom. Francisci Cardinalis de Lorenzana... Matriti, 1793 [y por Fernández Valverde, en «CChCM», LXXII, 1987].

63 British Museum, Cotton Ms. Julius A. XI, f. 89-97. Ed. J. González, El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, II, p. 458.

64 Esp. Cid 5, pp. 820-822.

65 Crónicon Villarense, ed. M. Serrano y Sanz, en BRAE, VI (1919), 210; y L. Cooper, El Liber Regum, Zaragoza, 1960. [Acerca del contenido y de la fecha en que se redactó el Liber regum original, vide Catalán, La épica española, II, n. 1 (pp. 123-124)].

66 Ed. G. Cirot, «Une Chronique latine inédite des Rois de Castille (1236)», BHi, XIV (1912), 115-116; o ed. M. D. Cabanes, Crónica latina de los Reyes de Castilla, Valencia, 1964, p. 21. [Véase ahora, ed. Charlo, 1997, § 5, p. 39].

67 R. del Arco, «Dos infantes de Navarra señores de Monzón», Príncipe de Viana, X (1949), 249-274, adujo ya esta donación de Alfonso I a Saint Pons de Tomières, hecha en Monzón, jl.-1105, en que aparece el patronímico de don Ramiro haciendo notar que el documento es una copia, «hecha entre 1160 y 1170, con todos los caracteres de autenticidad». La confirmación fue asimismo comentada por G. de Pamplona, «La filiación y derechos al trono de Navarra de García Ramírez el Restaurador», Príncipe de Viana, X (1949), 275-283.

68 [Cfr. Moret, Investig., p. 679; Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, p. 824; Ubieto, Los tenentes s.v. Monzón; Lacarra, Doc. reconq., § 336].

69 Ed. en Flórez, Reynas, I, pp. 481-494, «conforme se halla en un Ms. de San Martín de Madrid, de letra de Juan Vázquez de Mármol, y en otros de Toledo, y de la Real Bibliotheca de esta Corte, aunque en éstos no tan completa» (p. 188). Otra ed., menos fidedigna, en Semanario Pintoresco Español, 35, 1-set.-1850, 283-285. En los mss. L.j.12 de El Escorial y 1376 de la Bibl. Nacional se hallan sendas copias del siglo XVI, debidas a Ambrosio de Morales, de «un libro (h)arto antiguo del archivo de la ciudad de Toledo... (y parece por el tiempo que los escribió don Rodrigo Ximénez, Arçobispo de Toledo)», el cual incluía un fragmento del Libro de las generaciones refundido c. 1220 en Toledo o Liber regum 2, junto con los Anales toledanos I y II [al igual que en la copia de Juan Vázquez].

70 Sigo la ed. Flórez (p. 488). En el Semanario falta lo comprendido entre un «ovo fillo al Infant don Ramiro» y otro. A su vez, Mor. 1 (ms. L.I.12, f. 238 ó mod. 239) y Mor. 2 (ms. 1376, f. 386 v ó mod. 388 v) duplican la frase «el rey don Sancho» anticipándola inicialmente entre «al r. d. S.» y «el q. m. en Penialosa»; la segunda vez que aparece va seguida de «el q. m. en Peñafiel» (en Mor. 1 lo comprendido entre «Penialosa» y «Peñafiel» va interlineado). El conde don Pedro de Barcelos utilizó en su Livro das Linhagens (hacia 1340-1344) un Libro de las generaciones (o Liber Regum) que contenía este pasaje exactamente como los textos castellanos (si salvamos las lagunas por homoioteleuton): «... e elrrei dom Garçia de Nauarra ouue dous filhos, elrrey dom Sancho [...] o que mataram em Penella, ouue filho o iffante dom Rramiro o que matarom em Roda a traiçam. E o iffante dom Samcho filho delrrey dom Garçia de Nagera ouue filho o iffante dom Ramiro, e filhou por molher a filha de mey Çide o campeador...» (ms.da Torre do Tombo, Casa Forte E. 3, P. 8, n.o 144, f. 26). El Libro de las generaciones navarro de hacia 1260, derivado directo del Liber regum 1, no sabemos cómo diría en su original, pues sólo lo conocemos en la copia de Martín de Larraya (s. XV; ms. Esc. N-I-13) que ofrece en este punto una enorme laguna, ya que salta desde un «infant» a otro bastante lejano: «Este rrey don Garcia de Nauarra ouo dos fijos, al rrey don Sancho que mataron en Peyñaloem en hera mil CLXXIIIIº. E el infant don Remiro caso con la fija de meo Çid...» (f. 20 v ant., 27 v mod.). Sobre la relación de estos diversos textos con el que contiene el códice villarense y entre sí, véase D. Catalán, De Alfonso X, 365-408; [hoy creo preciso suponer que el Conde de Barcelos utilizó conjuntamente un Libro de las generaciones de c. 1260 similar al copiado por Larraya (ya que ambos contienen la misma Historia de los reyes de Bretaña basada en el Brut de Wace) y un manuscrito de la Refundición toledana o Liber regum 2].

71 Cfr. atrás, n. 18.

72 Véase n. 69.

73 La primitiva redacción navarra del Libro de las generaciones o Liber regum, incluía ya la genealogía de la madre de García Ramírez, Christina, hija del Cid y descendiente de Laín Calvo (Catalán, «El Toledano romanzado», 1966, p. 21, n. 50 [o La Estoria de Esp. de Alf. X, 1992, cap. III, n. 97; y La épica española, 2000, cap. II, nn. 1, 2]. De los Anales navarro-aragoneses hay ed. antigua del ms. n.o 1 del Arch. General de Navarra, s. XIV, en P. Ilarregui y S. Lapuerta, Fuero General de Navarra, 1869, pp. 144-146; Ubieto, Corónicas navarras, 1964, lo reeditó utilizando el mismo ms. y otro, también del s. XIV, del Arch. de la Catedral de Pamplona; convendría tener presentes otros mss. que mejoran el texto publicado (cfr. la n. 50 de «El Toledano romanzado» [o la n. 97 de La Estoria de Esp. de Alf. X]).

74 Las noticias documentales son escasas. Las reunió ya Moret, quien cita (Annales, lib. XIII, c. 3, § 37) tres «instrumentos de San Millán, Yrache y Alvelda» (pero no veo que utilice el doc. de Irache).

75 El comportamiento del rey don García coincide con el de su hermano Ramiro I de Aragón, quien puso también el nombre de su padre, Sancho, tanto al primogénito, habido en una concubina (doña Amuña), como al primer hijo de la reina doña Ermesinda (o Gisberga).

76 Reinando el rey don García, el 17-feb.-1050, su hija (ilegítima) doña Mencía, juntamente con su marido Lope Fortúñez (hijo del señor de Viguera), habían dado a San Millán su propio palacio en Tricio (y heredades de él dependientes); pero poco tiempo después, Sancho Garcés (hijo del rey) se apoderó violentamente de tales posesiones, reteniéndolas durante largos años (véase adelante, p. 80 y n. 98).

77 Véase atrás n. 23.

78 El domingo 7-dic.-1057, el rey don Sancho dona a Sancho Fortúñez el monasterio de San Miguel de Bihurco: «Infante Domno Sancio testis, et uxor eius Dona Gontanza testis». A continuación confirma la infanta doña Mayor y detrás varios señores (S. Martín de Alvelda; Arch. de la Igl. Colegial de Logroño, 1 g. 3, núm. 12; «parece sin duda original», Moret, Investig., lib. III, V, § 12).

79 Cf. Oña, I, pp. 65-66 y López Mata, Geogr., pp. 85-86.

80 Historia Roderici, § 3.

81 Cfr. la carta de arras a doña Estefanía, en Moret, Investig., lib. III, c. II, § 5, y Annales, lib. XIII, c. 1, §§ 47-51; la dotación de Santa María de Nájera, en Fita, «Nájera. Est. cr.», pp. 164-170; docs. de S. Mill., 149, 151, 158; López Mata, Geogr., pp. 80, 98; Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, mapa «España en 1050»; Balparda, Hist. crít., II, pp. 109-147.

82 Historia Roderici, § 3

83 Cfr. Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, pp. 121 y 676.

84 Oña, I, pp. 75-76.

85 Oña, I, pp. 72-73. Cfr. Menéndez Pidal, Doc. Ling., p. 8, n. 1, Esp. Cid 5, p. 123.

86 Oña, I, pp. 73-74.

87 Pérez de Urbel, Sancho May., p. 256.

88 S. Mill., p. 173; cfr. S. Mill., pp. 257 y 260.

89 Pérez de Urbel, Sancho May., p. 256.

90 Ed. por Balparda, Hist. crít., II, p. 131.

91 Annales, I, lib. XIII, c. 3, §§ 11-15.

92 Oña, I, pp. 53-54, 73, 75.

93 Oña, I, pp. 52, 54. La copia confunde la equis aspada de la era M.LXL.III por dos equis, M.LXX.III —era 1073, año 1035—; pero la corrección es obvia, según nota ya Ubieto, Estudios, p. 33 [ó 37].

94 Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, p. 123.

95 Cfr. Balparda, Hist. crít., II, pp. 245-250.

96 S. Mill., pp. 155-171. Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, pp. 676-677.

97 Pues el doc. fechado el 1-feb.-1064, referente a Bóveda de Valdegovia, que suele aducirse entre los calendados «por los reyes de Pamplona» da como reinante a don García (!), no a Sancho Garcés. «Valpuesta», pp. 374-375.

98 Se trata de una carta de donación, hecha a San Millán en 17-feb.-1050, por Lope Fortúñez y su mujer doña Mencía (hija ilegítima del rey don García) de un palacio que tenían en Tricio (y heredades dependientes). A continuación de esa carta el rey don Sancho (hallándose en compañía de su hermana doña Ermesinda y de la propia doña Mencía) hizo anotar, el 27-dic.-1073, la recapitulación de hechos que citamos en texto, S. Mill., pp. 155-156.

99 Ed. Cirot, BHi, XI, 1909, 270-271; [ed. Estévez (1995), lib. III, § 14, p. 171].

100 Véase, por ejemplo, Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, p. 133 [El posible origen épico del relato najerense, que admito en La épica española (2000), cap. I.6.a, no desautoriza el «hecho» relatado, aunque no sirva para documentarlo].

101 Recuérdese, como ejemplo sobresaliente contemporáneo, el incesto (en 1072-1074) de Alfonso VI con su hermana mayor, la infanta doña Urraca, de que nos hablan por separado Abū Bakr ibn al- S̣̣̣ayrafī(† 1161), al-Anwār al-Yaliyya (en Ibn Idarī, al-Bayān al-Mugrib), considerándolo un comportamiento comparable a las costumbres persas, y fray Juan Gil de Zamora (en 1282), en su versión anti-castellana del regicidio ocurrido en Zamora (De praeconiis Hispaniae, ms. 6353 de la Bibl. Nacional, Madrid, f. 56v); también este incesto regio se venía considerando como una «desvergonzada hablilla» o «calumniosa inculpación» hasta la aparición de la referencia árabe contemporánea (cfr. E. Lévi-Provençal y R. Menéndez Pidal, «Alfonso VI y su hermana la infanta doña Urraca», en Al-Andalus, XIII, 1948, 157-166; Huici, Nuevos fragm., 120-121), [y aún hoy los historiadores presuntamente científicos lo consideran una «infamia» atribuible a unos desconocidos enemigos de Alfonso VI, sin tener en cuenta cómo juzgan el caso las fuentes medievales que aportan la información]. Como testimonio de la relativa frecuencia de incestos entre hermanos en las familias poderosas, puede citarse la «burla» (comentada por Cirot, en BHi, XIII, 1911, p. 437) que en el siglo anterior hicieron Céntulo Aznar y su hermana Matrona al marido de ésta, García el Malo, «in orreo in diem Sancti Iohannis» y la venganza que tomó el burlado, según las Genealogías del Códice de Roda (ed. Lacarra, en EEMCA, I, 1945, p. 241); así como los casos reseñados en el Livro antigo o primeiro (hacia 1270) y en el Livro velho do Deão (en torno a 1340) das linhagens (según la ed. en PMH, libros II y I, respectivamente): «D. Mor Garcia ouve hum filho de seu irmão D. Pero Garcia que ouve nome Martim Tavaya...» (II, 176 10-11) ~ «D. Pero Garcia... emprenhou sa irmã D. Maria Garcia e ouve ende hum filho...» (I, 165 35-36); «E esta Maria Mendes rouçoulha seu irmão Gonçalo Mendes e despois leixoua ca lha filhou o arcebispo D. João Ayras de Santiago e casoua como D. Lourenço Soares de Valladares» (I, 152 7-9).

102 Eds. Pérez de Urbel, Sancho May., p. 452, Ubieto, en Hispania- Madrid, X, 1950, p. 19, n. 57, y Lacarra, Irache, pp. 18-19.

103 Esp. Sagr., XXXIII, 247-248. En favor de esta identificación cabría aducir ciertas observaciones geográficas: Las propiedades donadas a Irache por doña Fronilda (hallándose ausente su hermana) se hallaban en Torrillas, junto al Iregua, entre Logroño, Varea y Villamediana; y en esa misma comarca sabemos que dejaría heredadas la reina doña Estefanía a dos de sus hijas, a doña Ermesinda con Villamediana y Matres y a doña Urraca, con Alberite, Lardero y Mugrones.

104 En el año 1050: Fortún Sánchez [el bonopater del rey García de Nájera], con su mujer doña Tota, «pro anima de socer meus regi Garsea Ranimiriz», S. Mill., p. 159. Cfr. Ubieto, «Monarcas navarros olvidados:   Los reyes de Viguera», Hispania-Madrid, X, 1950, 3-24.

105 Menéndez Pidal, Esp. Cid 5, pp. 133-134 y 684-685. La muerte de Ramiro I en la batalla de Graus es indudable, en vista del testimonio concorde de las fuentes árabes y cristianas. El día y el mes constan en el epitafio de San Juan de la Peña (Moret, Investig., lib. III, c. 2, § 59). La batalla se dio en la era MCI, según fuentes varias. Sin embargo, Ubieto (Estudios, pp. 44 [ó 48], 68 [ó 178], n. 34 y 89-90 [ó 199-200]) considera que la muerte del rey debe retrasarse, pues encuentra un documento de Ramiro I, al que califica como «original», fechado en marzo de 1064. La alianza navarro-aragonesa se confirmó en una entrevista de don Sancho y don Ramiro (acompañados de los señores de sus respectivos reinos) en que se hicieron fuertes juramentos; es de notar, que el joven rey navarro dio a su tío, «per amicitatem et fidelitatem et adiutorium et consilium cum Deo mihi detis», el castillo de Sangüesa y las villas de Lerda y Undués, jurando no arrebatarle jamás estas ni otras donaciones anteriores, mientras Ramiro I se limitó a jurar que no pediría más villas o tierras a su sobrino (Ubieto, Estudios, 88-90 y 119 [ó 198-200 y 229]. Las conclusiones de este autor basadas en los tenentes de Sangüesa exigen revisión, pues el Fortún Sánchez que en 1040 tenía ese castillo es el famoso ayo del rey García de Nájera, que murió con su criado en Atapuerca, 1054).

106 Según el Chronicon ex Historiae Compostellanae codice (Esp. Sagr., XXIII, p. 326): «Fredenandus... in vita sua... ipsum Regnum inter tres filios... divisit: & Sancio primogenito totam Castellam cum Asturiis Sanctae Julianae & cum Caesaraugusta Civitate, & cum omnibus suis appendentiis (quae tunc Sarraceni obtinebant, unde tunc temporis ipsi Mauri tributum annuatim illi serviendo reddebant) in proprium reddit».

107 Esp. Cid 5, p. 707.

108 La reina Alberta figura en docs. de 26-mz.-1071 y 10-my.-1071 (Flórez, Reynas, I, pp. 152-154), y no en los del anterior (18-en.; 26-ag.), donde sólo confirman dos o una de las hermanas del rey.

109 Por el testamento de la reina doña Estefanía sabemos que las infantas fueron heredadas por su madre en las fértiles y estratégicas tierras al Sur del Ebro: doña Urraca con Alberite, Lardero y Mugrones; doña Ermesinda con Villamediana y Matres; doña Ximena con Orcuetos, Hornos y Daroca; doña Mayor con Yanguas, Atayo y Villela. Acerca de su desigual participación en los actos públicos de Sancho Garcés, véase n. 111.

110 Burgos y Nájera, además de disputarse el dominio de las tierras castellanas del alto Ebro, al Norte de una y otra ciudad, competían en el lucrativo negocio de proteger al reino moro de Zaragoza, amenazado por los propósitos cruzados de los señores cis- y trans-pirenaicos. No es, pues, extraño que, con posterioridad a 1058, las relaciones del joven Sancho Garcés con su tío, el rey de Castilla y León, fueran variables: En 1062, don Fernando, rey de Castilla, se halla presente y confirma una donación del rey de Pamplona a su fiel vasallo («namque ob tuum utile et fidele servitium...») García Garcés (S. Mill., 182-183). Pero en el siguiente año el rey navarro obtiene la ayuda de su otro tío, Ramiro I de Aragón (al cual cede Sangüesa, en pago de su amistad; véase n. 105), probablemente para librarse de la tutela de Fernando I; por entonces, su situación debía de ser bastante crítica, pues en mz.-1063 hallamos, en Monasterio de Rodilla, bajo el imperio del rey castellano (Orígenes del esp.3, pp. 38-39) a varios señores navarros, antes vasallos de los reyes de Pamplona y Nájera (García Oriólez, que en 1040 tenía Herrera y Briviesca; Aznar Sánchez, que en 1048 tenía Arlanzón; Fortún Sánchez); poco después el infante don Sancho de Castilla, apoyando a Muqtadir de Zaragoza, hacía la guerra en la frontera de Aragón (Graus, 8-my.-1063). Quizá entonces Castilla se anexionó Valpuesta, navarra en 1057 y castellana en 1065 (según arriba he comentado). Ya el 1-nov.-1065 la paz reina de nuevo entre Navarra y Castilla, pues en una solemne donación hecha por el rey don Sancho, en compañía de sus hermanos, volvemos a hallar a «Fredinandus, horum avunculus, Castelle Vetule, Legioni, et Gallecie dominans» (S. Mill., p. 193).

111 Al recordar este hecho no quiero sugerir que doña Mayor fuera quien suscitó la pasión incestuosa de don Sancho. Nos faltan datos para proponer el nombre de la infanta desposada con don Sancho de Castilla: ¿Sería doña Urraca, cuyo nombre falta en los documentos de Sancho Garcés? Dadas las costumbres de la época, el haber sido raptada por su hermano hacia 1060 no sería un obstáculo para que, andando el tiempo, se casara con el conde García Ordóñez y llegara a ser señora de Nájera bajo Alfonso VI. ¿O fue doña Ermesinda, la hija de doña Estefanía de personalidad pública más acusada? Su temprana aparición, confirmando en 1052 un documento de sus padres (Fita, «Nájera», p. 236), su constante participación entre 1067 y 1075, en los actos púlicos de Sancho Garcés, su responsabilidad en el regicidio de 1076, su destacada posición en la corte de Alfonso VI en 1079, su casamiento con Fortún Sánchez (1079-1080, 1100), sus propiedades en la Huesca de Pedro I, vendidas al disponerse a peregrinar a Tierra Santa (1100), perfilan una biografía (cfr. n. 41) en que el desposorio hacia 1060 con Sancho Fernández de Castilla, frustrado por un incesto, vendría a ser el broche de oro. ¿O, por el contrario, hemos de buscar a la protagonista de hacia 1060 entre las dos infantas doña Ximena y doña Mayor de biografía más borrosa? Doña Ximena confirma, junto a su hermana doña Ermesinda, tres documentos de Sancho Garcés en 1071 y 1075 y la donación de Santa María de Nájera a Cluny, hecha en 1079 por Alfonso VI; doña Mayor, además de refrendar con su firma, tras las del infante don Sancho y su esposa, el documento de 1057, confirma en 1070 y 1071 otros documentos de Sancho Garcés.

Índice de capítulos:

* PRESENTACIÓN

* I REALIDAD HISTÓRICA Y LEYENDA EN LA FIGURA DEL CID (1)
   a. La realidad se forja en los relatos

* I REALIDAD HISTÓRICA Y LEYENDA EN LA FIGURA DEL CID (2)
    b. Rodrigo, Campeador invicto para sus coetáneos

* I REALIDAD HISTÓRICA Y LEYENDA EN LA FIGURA DEL CID (3)
   c. Del Campeador al Mio Cid. Los nietos del Cid y la herencia cidiana

* I REALIDAD HISTÓRICA Y LEYENDA EN LA FIGURA DEL CID (4)
   d. Rodrigo, el vasallo leal, a prueba

* I REALIDAD HISTÓRICA Y LEYENDA EN LA FIGURA DEL CID (5)
   e. El Soberbio Castellano

* I REALIDAD HISTÓRICA Y LEYENDA EN LA FIGURA DEL CID (6)
   f. El Cid se adueña de la Historia y la Historia anquilosa la figura del  Cid

* I REALIDAD HISTÓRICA Y LEYENDA EN LA FIGURA DEL CID (7)
   g. El Cid del Romancero salva al personaje literario del corsé historiográfico

* II EL «IHANTE» QUE QUEMÓ LA MEZQUITA DE ELVIRA Y LA CRISIS DE NAVARRA EN EL SIGLO XI

*  III LA NAVARRA NAJERENSE Y SU FRONTERA CON AL-ANDALUS

*   IV EL MIO CID Y SU INTENCIONALIDAD HISTÓRICA

V EL MIO CID DE ALFONSO X Y EL DEL PSEUDO IBN AL-FARAŶ

VI RODRIGO EN LA CRÓNICA DE CASTILLA. MONARQUÍA ARISTOCRÁTICA Y MANIPULACIÓN DE LAS FUENTES POR LA HISTORIA

* VII LA HISTORIA NACIONAL ANTE EL CID

* APÉNDICE I.  SOBRE LA FECHA DE LA HISTORIA RODERICI

* APÉNDICE II. SOBRE LA FECHA DE LA CHRONICA NAIARENSIS

* ÍNDICE DE REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (Y CLAVE DE SIGLAS)

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