10.- II TESTIMONIOS DE LA POESÍA ÉPICA AL SUR DE LOS PIRINEOS ANTERIORES AL SIGLO XIII
II TESTIMONIOS DE LA POESÍA ÉPICA AL SUR DE LOS PIRINEOS ANTERIORES AL SIGLO XIII
------La rica documentación que las obras literarias del s. XIII pertenecientes a géneros varios nos han proporcionado acerca de los temas tratados por los juglares dedicados al canto épico en los “cantares de gesta” no tiene paralelo en siglos anteriores. Ello no se debe a que en el s. XIII se incrementara grandemente una precaria actividad épica anterior, sino al desarrollo alcanzado por los géneros literarios en que hemos hallado las referencias a la épica cantada. En los siglos anteriores, las fuentes indirectas sobre la poesía épica no sólo son más escasas, sino mucho menos informativas. Con todo, aún resulta posible, con ayuda de ellas, adentrarse a través del obligado silencio, impuesto por la lejanía, hasta un lugar privilegiado desde donde oír las voces que en los siglos XII y XI transmitieron la poesía cantada.
1. DATOS ÉPICOS EN UNA HISTORIA GENEALÓGICA NAVARRA DE FINES DEL S. XII.
------En los últimos años del s. XII (entre 1194 y 1196 1) se escribe uno de los primeros textos de contenido historiográfico en lengua vulgar: el Libro de las generaciones (Liber regum), procedente de la Rioja navarra. No pertenece al género cronístico, sino que es una compilación genealógica de ambición universal, cuyo interés preferente es colocar al recientemente restaurado reino de Navarra, en que reina una dinastía entroncada por línea bastarda con la del rey García de Nájera y por línea femenina con el Cid, en un pie de igualdad con los reinos vecinos2. Por ello, tiene interés en afirmar en dos lugares, a propósito de los reyes de Castilla y a propósito del Cid, que:
“Del lignage de Nunno Rasuera vino l’emperador de Castiella; e del lignage de Lain Calbo vino mio Çith el Campiador”3.
------Esta afirmación, introductoria de sendos linajes, cobra toda su importancia al observar que para el autor de la compilación genealógica los reyes “godos” asturianos se agotan en Alfonso II el Casto:
“Est rei don Alfonso non lexó fillo nenguno, nin non remaso omne de so linage qui mantoviesse el reismo, et estido la tierra assí luengos tiempos”,
y que los orígenes de la monarquía castellano-leonesa sólo se remontan a la elección de esos dos jueces, Nuño Rasura y Laín
Calvo, por los naturales de la tierra:
“E pues acordoron se e eslieron dos iudices porques’ cabdellassen d’estos iudices: el uno ovo nomne Nunno Rasuera e el otro ovo nomne Lain Calbo”.
------Vemos, pues, que frente a la tradicional afirmación leonesa del carácter neo-gótico de la monarquía hispana, el genealogista navarro defiende una refundación castellana de España, apoyada en la leyenda de Los jueces de Castilla, leyenda ciertamente de origen castellano (frente a lo sostenido por Martin, 1992, impresionado por hallar en las genealogías navarras la primera referencia clara a ella), pero que el genealogista utiliza para exaltar la figura del Cid y, a través del Cid, la de su nieto García Ramírez el Restaurador de Navarra (Catalán, 1970a, pág. LV; 1982, págs. 24-26; Martin, 1992, págs. 135-153 y nn.).
a. Los jueces de Castilla, cabezas de sendas genealogías.
------1.1. Los datos que siguen a continuación de las dos referencias hechas en el Liber regum o Libro de las generaciones a los jueces de Castilla tienen fuentes conocidas: la genealogía del emperador Alfonso VII se atiene a la Chronica naiarensis (de c. 1185-1190), pues se inicia con Nuño Bellídez, nombre escrito, como en su fuente, “Belchidez”, por mala transliteración en letra carolina de un *Belgidez en letra visigótica (en la cual lg era grafía del fonema lateral palatal posteriormente grafiado ll, Menéndez Pidal, 1992, pág. 405); la genealogía de Rodrigo Díaz procede, en todos sus detalles, de la incluida en la Historia
Roderici (c. 1110)4. En consecuencia, no hay en el texto navarro rastro alguno de un posible relato histórico-novelesco sobre uno y otro juez. Lo cual no quiere decir que c. 1196, e incluso c. 1110, ese relato no existiera, pues sólo siendo universalmente conocidos esos jueces tiene explicación el interés en hacer remontar a ellos las genealogías de personajes históricos tan sobresalientes por sí mismos como García Ramírez el Restaurador de Navarra (a ocho o nueve generaciones de distancia) y Alfonso VII el Emperador (a nueve generaciones) o mio Cid (a seis o siete generaciones). Con Menéndez Pidal (1992, pág. 405) y frente a Martin (1992, págs. 81-82) tenemos que admitir que la genealogía, tan compleja, de Rodrigo Díaz dada por la Historia Roderici sólo tiene explicación si consideramos famosos ya por entonces (c. 1110) a los dos jueces castellanos refundadores de España. De la “leyenda” el genealogista navarro heredó únicamente (aparte de los dos nombres) la idea de que los “iudices” fueron elegidos por los castellanos debido a que la tierra carecía de un dominante o señor natural que la rigiera. La vinculación del acto fundacional a la falta de descendencia del rey “Casto” es, indudablemente, una precisión historiográfica atribuible al genealogista, que a través del Chronicon albeldensis, conocía la genealogía de los reyes asturianos hasta ese punto. Más adelante tendremos ocasión de comprobar este importante detalle.
b. Huellas de tres poemas: Las particiones,
el Mio Cid y Los hijos de Sancho el Mayor.
------1.2. El interés del genealogista navarro por la figura del Cid se manifiesta no sólo en la inclusión de su genealogía tomándola de la Historia Roderici, sino en el diseño de una rápida biografía basada en esta misma obra 5. La importancia de este complemento biográfico es, sin embargo, para nosotros grande, pues, al lado de los elementos claramente sacados de la Historia Roderici, el genealogista coloca otros de diverso carácter: algunos son de evidente origen historiográfico (nombres del hijo e hijas, muerte en Consuegra de Diego, bodas de Cristina y María Rodríguez y descendientes de doña Cristina; naturaleza de Xemen Garceíz y resultado del combate con este campeón navarro); pero otros parecen procedentes de tradición legendaria.
------Dos noticias adicionadas a esa reseña biográfica tienen muy exacta correspondencia con episodios que figuran en relatos posteriores de clara ascendencia épica:
"Et quoando conbatió el rey don Sancho con el rey don García su hermano en Sanct Arén no vió millor cavero de Rodric Díaz, et socorió su seynor que levavan
preso, et preso Rodric Díaz al rey don García con sus ombres”;
“Et quando mató Belid Alfóns el rey don Sancho a tradición, encalçó Rodric Díaz entro a que lo metió por la puerta de la çiptat de Çamora et dioli una lançada”.
------Sin duda alguna, el genealogista recordó aquí dos escenas famosas de la gesta de Las particiones del rey don Fernando, pues una y otra tienen su paralelo en el relato derivado de la gesta que figura en la Estoria de España de Alfonso X (si bien el testimonio alfonsí ha de analizarse minuciosamente para separar de la información directamente heredada del relato juglaresco las adiciones tomadas del propio Liber regum o Libro de las generaciones,
en el primer episodio, y del Toledano, en el segundo) 6.
------1.3. El otro rasgo de la biografía cidiana que podría tener origen épico (directo o indirecto) es el uso del título honorífico “meo Çith” para designar a “Rodric Díaz el Campiador”, ya que la popularización de esa designación antonomásica parece estar vinculada al éxito del poema del Mio Cid 7. También es posible que la precisión del lugar en que se produjo la prisión del conde de Barcelona (“Tévar”) deba su presencia al Mio Cid (si bien es dato que podría tener una procedencia diversa).
------En favor de la utilización del poema para precisar este topónimo puede aducirse la observación, hecha por Martin (1992, pág. 81), de que, precisamente, “en el curso de una frase en que se narra el encuentro de Tévar, Rodric Diaz se convierte en meo Cid”. En cuanto a los catorce reyes vencidos por el Cid en su batalla con los marroquíes, no creo que provengan de un dato que se hallara en el Mio Cid 8.
------1.4. Otra narración poética de origen juglaresco conocida por el genealogista es, según ya señaló Ramos y Loscertales (1948), el tercer cantar (“La reina calumniada”) de Los hijos de Sancho el Mayor, cantar que en fecha posterior vimos aprovechar y manipular al arzobispo don Rodrigo Ximénez de Rada (véase supra, cap. I, § 5). Al explicar el origen de los reyes de Aragón, el Libro de las generaciones (Liber regum) de c. 1194 aclara sobre Sancho el Mayor:
“Est rei don Sancho ovo un fillo d’otra muller, qui ovo nomne l’ifant don Remiro, e fo muit bueno e muit esforçado, e por el salvamiento que fizo a so madrastra, la reina dona Albira, la muller del rei don Sancho padre, diol ella sos arras, et el rei atorgó las, e ovo el reismo d’Aragón e fo rei”
------La forma de aludir al “salvamiento” que de su madrastra hizo don Ramiro y el dato de haberle heredado en “sos arras” prueban que el genealogista consideraba famosa la historia y que su referencia no es un mero resumen de lo que leía en la Chronica naiarensis.
c. Bertha con los grandes pedes y Floris y Blanchaflor.
------1.5. Aparte de estas muestras de conocimiento de la épica hispana referente a temas peninsulares, el genealogista navarro incluye un dato referente a los reyes francos que revela su familiaridad con las leyendas épicas francesas. Al tratar de “el lignage de los reies de França”, consigna:
“El rei Charle Marthel ovo fillo a Pepín lo Petit. Est rei Pepín lo Petit priso muller la reina Bertha con los grandes pedes, qui fo filla de Floris e de Blancha Flor et ovo en ella fillo a Charle Mayne l’enperador de França. Charle Mayne ovo dos fillos el rei Lodoís et el otro Loís qui fo emperador de Roma”.
------Los detalles que destaco en cursiva evidencian el conocimiento de los temas épico-legendarios de Floire et Blancheflore y de Berte aus grans piés (Lacarra, M. E. / López Estrada, 1993, pág. 17), formando ya un todo, mucho antes de la composición (c. 1275) del poema de Adenet le Roi (Catalán, 1997a, c. IV, n. 287).
Diego Catalán: "La épica española. Nueva documentación y nueva evaluación" (2001)
NOTAS CAPÍTULO II
1 La versión original navarra del Libro de las generaciones (Liber regum) se redactó desde 1194 (antes de morir Sancho VI de Navarra) a 1196 (comienzo del reinado de Pedro II de Aragón), con anterioridad a la muerte (1204 ó 1205) de Imre o Emerico rey de Hungría y a 1203 (casamiento del Conde de Tolosa con la infanta aragonesa doña Leonor), según muestran los límites cronológicos y referencias de los linajes que el libro contiene. Aunque la mutilación del manuscrito villarense de esta obra (el más antiguo entre los conservados) haya desorientado a algunos estudiosos, podemos reconstruir perfectamente las secciones que en él faltan (fin de los reyes aragoneses; genealogía del Cid) gracias al fragmento de esa redacción original (“linage de los reyes d’Espayna”) incluido en los Fueros de Sobrarbe y Navarra (de los que hay una pluralidad de manuscritos). Véase Catalán 1966 (n. 50); 1970a (págs. LIII-LIV y nn. 2-8); 1995 (nn. 124-128) y Martin 1992 (págs. 27-110). Frente a Martin (págs. 72-73) no creo necesaria la existencia de dos “redacciones” del Libro de las generaciones o Liber regum distintas, una de poco antes de 1194 (anterior a la muerte de Sancho VI de Navarra), reflejada en el fragmento de los Fueros y otra ligeramente posterior, quizá posterior a 1196 pero anterior a 1209, conservada en el ms. villarense, ya que, si bien en el fragmento de los Fueros la genealogía de los reyes navarros descendientes del Cid da a Sancho VI como vivo, la genealogía adjunta de los reyes de Aragón nombra, entre los hijos de Alfonso II, “al yfant don Pedro, rey d’Aragon”, el cual heredó el trono en 1196 (pero, puesto que se le llama “yfant”, su reconocimiento como “rey” no supone necesariamente la muerte del padre). Creo que basta con pensar en la existencia de un solo libro navarro redactado c. 1194 al que se le hicieron ligeras actualizaciones, de forma no sistemática, en 1196. De ese libro redactado c. 1194 y retocado en mínimos detalles en los años inmediatos derivan, independientemente, el Libro de las generaciones interpolado entre 1260 y 1269 y el Liber regum toletanus de entre 1217 y 1223.
2 Sobre el infante don Sancho, hijo primogénito bastardo del rey don García de Nájera y abuelo de García Ramírez el Restaurador, véase Catalán, 1966.
3 El anuncio que encabeza la historia de los reyes de Castilla figura en el manuscrito villarense; el que se incluye al consignar la genealogía cidiana sólo nos es conocido a través del fragmento del Libro de las generaciones de c. 1194-96 incluido en los Fueros de Sobrarbe y Navarra (también lo conservan las refundiciones de la versión original navarra: el Libro de las generaciones interpolado de entre 1260 y 1269 y la Refundición del Libro de las generaciones de entre 1217 y 1223 hecha en Toledo o Liber regum toletanus).
4 Sobre la fecha de la Chron. naiarensis véase la Disq. 5ª y sobre la de la Historia Roderici, véase la Disq. 4ª.
5 Lo tomado de la Historia Roderici, sea calcando la redacción de la fuente, sea resumiéndola rápidamente, abarca: la crianza de Rodrigo con el rey don Sancho, su participación en la expedición sobre Zaragoza, su valía en la batalla de Graus, el nombramiento de alférez, su valía en Golpejera, el combate con un grupo de caballeros ante Zamora, la lid con Xemen Garceíz en representación de Alfonso VI, su destierro por haber sido mesturado con el rey don Alfonso, sus grandes trabajos en el exilio, su victoria sobre el Conde de Barcelona, la generosa liberación de los prisioneros hechos en esa batalla, el cerco de Valencia y victorias sobre ella, la derrota del ejército transmarino, la toma de Valencia, el origen familiar de Ximena, su sepultura en Cardeña. Recientemente, Martin 1992 (págs. 46-110) ha comprobado, en un minucioso análisis, el “parentesco”, tanto temático, como discursivo (e, incluso, textual), como codicológico, como léxico, del libro genealógico navarro y la Historia Roderici.
6 En PCG, p. 501a37-502a26 se cuenta la prisión del rey don Sancho por el rey don García, la liberación del rey preso por Alvar Háñez, la tardía llegada del Cid a la batalla y el acorro que presta al rey castellano, la nueva batalla en que el Cid prende al rey don García y se lo entrega a su señor. La versión alternativa, “pero dize la estoria en otro logar que el Çid fue aquel cauallero que allí acorrió et libró de la prisión al rey don Sancho”, está tomada del Libro de las generaciones o Liber regum. En PCG, p. 511a30-b14 se relata como Vellid Adolfo, tras herir mortalmente al rey don Sancho, pasa fugitivo ante el Cid y no contesta a sus preguntas, por lo que el Cid cabalga tras él intentando vanamente darle alcance antes de que logre entrar en Zamora; al ver que el fugitivo se le escapa, le arroja una lanza “et dizen quel’ mató ´y el cavallo, et oviera ´y muerto a él si las espuelas oviesse tenidas”. La versión alfonsí combina este detalle épico con la declaración del arzobispo don Rodrigo (Tol., Lib. IV, § 18a), de que Vellido escapó, no a través del postigo de la traición, sino por “las puertas de la villa” hasta las cuales le siguió el Cid.
7 Martin, 1992 (págs. 73-81 y nn.) destaca el “desdoblamiento” onomástico de las genealogías navarras del Liber regum, en las que se retiene la denominación tradicional “Rodric Diaz el Campeador” en la información apoyada por las fuentes historiográficas y se comienza a hablar de “Meo Cid” cuando surgen elementos narrativos ajenos a ellas (aunque en modo alguno de forma sistemática). En su revisión de la documentación de una y otra denominación resulta claro que el comienzo de la difusión del famoso nombre ocurre c. 1150. Las elucubraciones posteriores de Martin (1993) en torno a la “discriminación
onomástica” (fr.) Rodericus (Diaz) Campidoctor versus Meo Cidi creo que extrapolan en exceso las conclusiones a que cabe llegar por ese camino, aunque algunas de sus intuiciones vengan a reforzar (sin hacerse eco de ellas) mis suposiciones anteriores (1985; véase ahora 1995) acerca de la vinculación a Navarra del creador de la gesta de Mio Cid (cfr. adelante, cap. V, § 7).
8 No hay huella de ellos en el resumen de la Versión crítica de la Estoria de España a través del cual conocemos el contenido de la página perdida en el ms. de Vivar entre el v. 2337 y el v. 2338.
ÍNDICE DEL CAPÍTULO I: TEMA I: LA ÉPICA EN LENGUA VULGAR AL SUR DE LOS PIRINEOS. TESTIMONIOS DEL SIGLO XIII
* 1. LA ÉPICA ESPAÑOLA. NUEVA DOCUMENTACIÓN Y NUEVA EVALUACIÓN (I)
* 2. EL TESTIMONIO ALFONSÍ. TEMAS CAROLINGIOS DE LA ÉPICA HISPANA
* 3. EL TESTIMONIO ALFONSÍ. TEMAS ESPAÑOLES DE LA ÉPICA HISPANA
* 4. EVALUACIÓN DEL TESTIMONIO ALFONSÍ
* 5. HUELLAS DE LA ÉPICA EN LOS DOS GRANDES HISTORIADORES LATINOS DE LA PRIMERA MITAD DEL S. XIII: EL ARZOBISPO DON RODRIGO Y DON LUCAS.
* 6. EL TESTIMONIO DE FRAY JUAN GIL DE ZAMORA: VERSIONES VARIAS DE UNA MISMA GESTA EN EL S. XIII
* 7. OTROS TESTIMONIOS DEL S. XIII. LOS POEMAS EN ROMANCE DEL MESTER DE CLERECÍA Y UNA CRÓNICA LOCAL
* 8. EVALUACIÓN DE LOS TESTIMONIOS DEL S. XIII COMPLEMENTARIOS DEL TESTIMONIO ALFONSÍ.
* 9. LAS COPIAS POÉTICAS TARDO-MEDIEVALES DE CANTARES DE GESTA A LA LUZ DE LOS TESTIMONIOS INDIRECTOS DEL S. XIII SOBRE LA EPOPEYA.
CAPÍTULO II: TEMA II: TESTIMONIOS DE LA POESÍA ÉPICA AL SUR DE LOS PIRINEOS ANTERIORES AL SIGLO XIII
* 10 II TESTIMONIOS DE LA POESÍA ÉPICA AL SUR DE LOS PIRINEOS ANTERIORES AL SIGLO XIII
* 11 2. LA HISTORIOGRAFÍA EN LATÍN EN EL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XII Y LA ÉPICA ORAL: LA HISTORIA DE CASTILLA EN LA CHRONICA NAIARENSIS.
* 12 3. ¿ALCANZÓ LA HISTORIOGRAFÍA ÁRABE DE LA PRIMERA MITAD DEL S. XII A CONOCER UN CANTO ÉPICO CASTELLANO?
* 13 4. LA ÉPICA CASTELLANA Y LA ÉPICA FRANCA EN LA ESPAÑA DE ALFONSO VII
* 14 5. LA PRESENCIA AL SUR DE LOS PIRINEOS DE LAS GESTAS FRANCESAS A MEDIADOS DEL S. XII Y LA TRADICIÓN ÉPICA DEL MEDIODÍA EUROPEO
* 15 6. LA GESTA DEI PER FRANCOS EN COMPOSTELA: EL IACOBUS.
* 16 7. LA ÉPICA CAROLINGIA AL SUR DE LOS PIRINEOS A PRINCIPIOS DEL S. XII
* 17 8. LA ÉPICA CAROLINGIA AL SUR DE LOS PIRINEOS EN EL S. XI.
* 18 9. EVALUACIÓN SUMARIA DE LOS TESTIMONIOS DE LOS SIGLOS XI Y XII.
CAPÍTULO III: TEMA III: LOS TESTIMONIOS POST-ALFONSÍES DE LA CONTINUIDAD DE LA EPOPEYA
* 19 III LOS TESTIMONIOS POST-ALFONSÍES DE LA CONTINUIDAD DE LA EPOPEYA
* 20 2. LA CRÓNICA DE CASTILLA SE HACE CIDIANA: LAS “ENFANCES” DE RODRIGO
* 21 3. LA CRÓNICA FRAGMENTARIA Y LAS LEYENDAS CAROLINGIAS.
* 22 4. LA OBRA HISTORIAL DEL CONDE DON PEDRO DE BARCELOS Y LA EPOPEYA
* 23 5. LA HISTORIOGRAFÍA POSTERIOR A 1344 Y LA SOBREVIVENCIA DE LOS CANTARES DE GESTA.
* 24 6. EVALUACIÓN SUMARIA DE LOS TESTIMONIOS TARDO-MEDIEVALES ACERCA DE LA LONGEVIDAD DE LA POESÍA ÉPICA
CAPÍTULO IV: TEMA IV: LA ÉPICA MEDIEVAL ESPAÑOLA Y ROMÁNICA. LA HERENCIA DE UNA ORALIDAD PRIMITIVA
* 25 1. ÉPICA DE ORÍGENES ORALES Y ÉPICA CULTA
* 26 2.LOS MODELOS CONTEMPORÁNEOS DE POESÍA NARRATIVA ORAL Y LA ÉPICA MEDIEVAL
* 27 3. EL MODO DRAMÁTICO DE LA NARRACIÓN ÉPICA
* 28 4. EL MOLDE PROSÓDICO Y LA GENERACIÓN DEL DISCURSO ÉPICO
* 29 5. LO FORMULARIO ÉPICO Y LA CREACIÓN ORAL
* 30 6. CREACIÓN Y REFUNDICIÓN
* 31 7. LA ETAPA ÁGRAFA DE LA PRODUCCIÓN ÉPICA. RAÍCES DEL GÉNERO.
* 32 8. LA ESCUELA ÉPICA ESPAÑOLA
* 33 9. CARACTERES DE LA ÉPICA ESPAÑOLA. LA VERSIFICACIÓN.
* 34 10. CARACTERES DE LA ÉPICA ESPAÑOLA. TEMAS Y CONTENIDOS IDEOLÓGICOS
* 35 11. LA INTEGRACIÓN DE LA TEMÁTICA CAROLINGIA EN LA TRADICIÓN ÉPICA ESPAÑOLA
CAPÍTULO V: TEMA V: EL MIO CID
* 36 1. EL MANUSCRITO DE VIVAR Y LA GESTA
* 37 2. EL MIO CID, GESTA CABEZA DE SERIE
* 38 3. EL POETA DEL “MIO CID” ANTE LAS CONVENCIONES FORMALES DEL GÉNERO
* 39 4. EL POETA DEL “MIO CID” ANTE LAS CONVENCIONES TEMÁTICAS DEL GÉNERO
* 40 5. EL POETA DEL “MIO CID” ANTE LA MEMORIA DE LAS GESTAS HISTÓRICAS DE RODRIGO
* 41 6. LA “PASIÓN” COMO FUERZA REESTRUCTURADORA DE LA HISTORIA. INTENCIONALIDAD POLÍTICA DEL CANTO ÉPICO
* 42 7. ¿DESDE CUÁNDO SE CANTÓ EL MIO CID?
CAPÍTULO VI: TEMA VI. FORMACIÓN Y DESARROLLO DEL CICLO CIDIANO
* 43 1. LA CREACIÓN DEL PERSONAJE LITERARIO. EL MIO CID Y LAS PARTICIONES DEL REY DON FERNANDO
* 44 2. LAS RECREACIONES JUGLARESCAS Y EL PASADO DE RODRIGO
Diseño gráfico :
La Garduña ilustrada
y retrokat.com
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