105.- 2. LA INCORPORACIÓN DEL ROMANCE DE CIEGO A LA TRADICIÓN
2. LA INCORPORACIÓN DEL ROMANCE DE CIEGO A LA TRADICIÓN. XIII. EL ROMANCE DE CIEGO Y EL SUBGÉNERO «ROMANCERO TRADICIONAL VULGAR»
rente a los romances, coplas y narraciones de pliego de cordel con un vocabulario florido, una sintaxis compleja, una visión estrictamente narrativa de los sucesivos detalles del caso admirable de que se informa, faltos de variación creativa, hallamos en la tradición oral moderna algunos romances basados en antiguas narraciones «de ciego» en que el proceso de adaptación del texto al lenguaje de la poesía popular tradicional es ya patente y que poseen la propiedad más definitoria de todo relato tradicionalizado: la apertura textual. Ello no es de sorprender. Aunque la transmisión y divulgación de romances por la imprenta y la transmisión oral son, por lo general, dos procesos independientes y ajenos uno al otro 24, ocasionalmente se producen encuentros o cruces entre las dos. Todas las modalidades «letradas» de romances han dejado alguna huella en el repertorio tradicional. Hay romances tradicionales basados en romances trovadorescos de comienzos del siglo XVI (tanto Gil Vicente como Juan del Encina han contribuido con creaciones suyas al repertorio actual 25), basados en romances «cronísticos» y «eruditos» de mediados de siglo 26, basados en romances «nuevos» de fínales del siglo XVI y principios del siglo XVII (incluidos romances de Lope 27) y basados en los arreglos de los antólogos del romancero de fines del siglo XVII (como Tortajada 28) y también hay romances hoy tradicionalizados que tuvieron antecesores escritos divulgados por los ciegos de los siglos XVI, XVII y XVIII.
Estos romances, derivados de los pliegos de cordel, que se han integrado en el Romancero tradicional moderno conservan huellas del lenguaje original del romance de ciego y heredan rasgos propios de su organización expositiva, pero han introducido en los textos expresiones típicas del lenguaje poético del romancero de tradición oral y han renovado la intriga heredada de las impresiones con motivos tradicionales e invenciones dramáticas. La variación creadora se manifiesta de forma suficiente como para que el texto sea manifiestamente «abierto».
Como ejemplo, citaré dos versiones canarias de El capitán burlado:
Doña Antonia de la Rosa, de la hacienda monedada,
va montada en su alcarroza, cuatro caballos la halan,
cuatro caballos mermejos, que el alto cielo arrodeaban.
Han entrado por la iglesia, hizo reverencia llada,
cogiendo el agua bendita por mano de una criada.
Y el general de Opinión, que dentro la iglesia estaba
.................................. le preguntó a la criada:
— ¿Dónde es aquella hermosura y aquella linda zagala?
— Es hija de un tal don Pedro, que en la ciudad tiene fama.
—Pronto quiero yo a don Pedro, pronto escribirle una carta,
que a la hora de la una voy a comer a su casa.
— La niña dijo que sí, aunque no es de buena gana.
Aún no es la mesa pronta, ya el general está en casa
Tratan de poner la mesa, el mantel de fina grana,
en cada punta un pañuelo, también un cuchillo en vaina.
En [el] medio de comer, el general preguntaba:
—¿Dónde está la dueña Antonia, que a esta mesa no se hallaba?
—La dueña Antonia es muy chica, a esta mesa no alcanzaba.
—¡Juro por el alto cielo y por la cruz de mi espada,
que ha de ir en mi retaguardia si la muerte no me ataja!
—De allí se salió don Pedro lleno de color y rabia,
allá dentro el aposento a donde su hija estaba:
—¡Oh Antonia de mi vida, lindo espejo de mi casa,
el general de Opinión y el mercader, que está en casa,
jura por el alto cielo y por la cruz de su espada
que has de ir en su retaguardia, si la muerte no l’ataja!
— No tenga pena, mi padre, de eso no se le dé nada;
váyase usté a la cocina y tráigame una criada,
la más bien hecha de cuerpo y la más bonita de cara;
yo le pongo de mis ropas y le pongo de mis galas,
le pongo mantos de seda que a doblón costó la vara;
yo me pongo toca sucia y camisa remendada
y zapatos de dos suelas, como moza de soldada,
me pongo a fregar mi loza, también a barrer mi casa,
también a servir (a) la mesa como una humilde criada.
—Allí caminan los dos en su carro que llevaba;
caminaban siete leguas, no se dijeron palabra;
y al cabo las siete leguas, el general preguntaba:
— ¿Qué lleνa, la doña Antonia, que del color va mudada?
— Yo no soy la doña Antonia, doña Antonia llaman mi ama,
yo vengo a servir a usted como una humilde criada.
—¡Vuelva atrás, la soldadesca, vuelva atrás, la retraguarda,
que el que mantiene a la hija, que mantenga a la criada!
Dígale usté a doña Antonia que se vaya enhoramala,
que se vaya a roer huesos y cáscaras de granada.—
Que la que quiere ser buena no le falta modo y maña.
Icod el Alto (Tenerife) 29
En esta ciudad vivía un caballero de fama
y a él lo llaman don Pedro y a su mujer doña Juana
y una hija que tenía doña Antonia se llamaba.
Yéndose un día pa misa con una de sus criadas,
el general preguntó y el general preguntaba:
— ¿Quién es esa niña linda, quién es esa linda dama?
—Esta es hija de don Pedro, que en la ciudad tiene fama. —
Y él, como sabía hacerlo, y al pronto escribe una carta:
que si quería que fuera un día a comer a su casa.
Tratan de poner la mesa y en una sala adornada,
la mesa era de bronce y el mantel de fina grana,
una botella con vino y una garrafa con agua.
El general preguntó y el general preguntaba:
—¿Dónde está la doña Antonia que a esta mesa no llegaba?
— Doña Antonia es tan pequeña que a esta mesa no alcanzaba.
— Pues nada más que por eso la tengo ’e llevar pa España.
Se levanta de la mesa lleno de cólera y rabia
y se va, paso entre paso, donde doña Antonia estaba.
— ¿Qué trae, mi padre querido, qué trae, mi padre del alma?
—Lo que traigo es, mi hija, que te quie(re)n llevar pa España.
—Cállese, padre querido, de eso no se le dé nada,
que la que quiere ser buena no le falta modo y maña:
Váyase usté a la cocina, coja una de las criadas,
póngale mi ropa de oro pa que reluciendo vaya,
yo me pondré ropas sucias y camisa remendada
y le serviré a la mesa como una de las criadas.
Ya la niña está compuesta, ya el general caminaba;
miró el general pa atrás, la vido muy agoniada:
—¿Lo qué trae, la doña Antonia, que viene tan agoniada?
—Yo no soy la doña Antonia, doña Antonia llaman mi ama.
— Pues, si usted no es doña Antonia, yo de usted no quiero nada,
que el que mantiene a la hija, que mantenga a la criada.
Se montó en un pino verde, por ver si la divisaba
y lo que vido fue el polvo del carro que la llevaba.
Las Mercedes (Tenerife) 30
Este romancero vulgar vive ya mezclado con el romancero viejo en todas las comarcas de la tradición española, americana e incluso entre los sefardíes de Marruecos. Algunos de sus antecesores literarios son de finales del siglo XVI (como ocurre con La fratricida por amor 31 o con Diego de León 32), los más del siglo XVII, algunos posteriores.
Diego Catalán: "Arte poética del romancero oral. Los textos abiertos de creación colectiva"
24 Ilustres eruditos, buenos conocedores de las producciones impresas —cultas o vulgares—, como Antonio Rodríguez Moñino y Julio Caro Baroja, se muestran refractarios a aceptar que exista una transmisión oral plurisecular de «textos» al margen de la transmisión escrita y, sin creer siquiera necesario estudiar detenidamente los textos recogidos de las memorias de miles de informantes encuestados en los siglos XIX y XX, pueden llegar a pontificar desde su ignorancia de ese campo de la literatura concluyendo que la sobrevivencia del romancero en estos siglos depende de la letra impresa. Sirva de ejemplo el siguiente párrafo de Caro Baroja:
«Hay que distinguir entre épocas y épocas, también, porque aquella facilidad con que las sociedades antiguas se transmitían los romances, de generación en generación, sometiéndolos a unos procesos selectivos de gran valor estético, ha cesado ya hace mucho y, por otra parte, habría que precisar en qué relación está ese portentoso proceso de conservación de los romances tradicionales en Asturias y León, en Portugal y en América, con un orden de hechos que no gira en torno a la transmisión oral, ágrafa, sino alrededor de la transmisión escrita» (Ensayo sobre la literatura de cordel, pp. 433-434).
La transmisión plurisecular de múltiples textos romancísticοs de memoria en memoria sin interferencia de los textos transmitidos por la escritura es innegable, sin que ello excluya, claro está, que, en todos los tiempos, haya ocasionales transferencias de textos y aún de «motivos» sueltos de una tradición textual a la otra (en las dos direcciones posibles). Los que estudiamos la tradición oral lo tenemos muy en cuenta.
25 Respecto a Gil Vicente recuérdese la presencia en la tradición oral de Flérida y don Duardos (IGR 0431), tanto entre los judíos sefardíes de Marruecos, como en Portugal (peninsular e insular), como en Asturias (véase R. Menéndez Pidal, «Los Estudos sobre o Romanceiro Peninsular de doña Carolina», en Miscelanea ... Carolina Michaëlis de Vasconcelos, Coimbra, 1933, pp. 493-500 y Romancero hispánico, Madrid, 1963, II, pp. 216-217), así como de las composiciones estróficas El falso hortelano (IGR 0714), entre los sefardíes de Oriente, y el Hortelão das frores (IGR 3015), en Portugal (R. Menéndez Pidal, Romancero hispánico II, p. 216 y n. 27, S. G. Armistead y J. H. Silverman, The Judeo-Spanish ballad chapbooks of Yacob Abraham Yoná, Berkeley, Los Angeles, London: Univ. of California, 1971, pp. 274-293) que derivan de la Tragicomedia de Don Duardos (cfr. sobre el romance vicentino I. S. Révah, «Edition critique du romance de don Duardos et Flérida», BHTP, III, 1952, 107-139). En cuanto a Juan del Enzina, remito a mi estudio sobre «El Enamorado y la Muerte. De romance trovadoresco a romance novelesco», cap. I de Por campos (1970), pp. 13-55, en que muestro cómo el «romance» Yo me estava reposando se tradicionalizó, dejando descendientes orales en Cataluña, Zamora y comunidades sefardíes de Grecia (IGR 0081). Acerca de otros textos trovadorescos que han dejado huellas en la tradición oral, véase el cap. XII del presente libro.
26 Sirvan de ejemplo el romance del Nacimiento de Bernardo del Carpio (IGR 0013), tradicional en Madrid (recogido en Montejo de la Sierra por Julio Camarena, Paloma Esteban y Antonio Lorenzo Vélez, 1982; cfr. la ed. de J. M. Fraile en «Crónica de una recolección romancística en la provincia de Madrid», Actes del Col.loqui sobre canço traditional, ed. Rebés, Barcelona: Abadía de Montserrat, 1993, 535-549: 546) y entre los judíos sefardíes de Marruecos (CGR 2, n° 4 y RTLH, I, 1957, pp. 182-183); el del Ardid de la condesa castellana para liberar a su marido o Fernán González liberado por su esposa (IGR 0050), tradicional en el Alto Aragón (CGR 2, n° 9 y RTLH, II, 1963, p. 36); el de El conde don Pero Vélez (IGR 0117), tradicional en Canarias y entre los judíos sefardíes de Marruecos (CGR 2, ñ 34 y D. Catalán, Por campos, pp. 167-185); el de El sacrificio de Abraham o de Isaac (IGR 0201), tradicional en Zamora, León, Palencia, Burgos y Cantabria, así como entre los judíos sefardíes de Marruecos (D. Catalán, Por campos, pp. 56-75).
27 «Mira, Zaide, que te aviso» (IGR 0063), tradicionalizado entre los judíos sefardíes de Marruecos, en combinación con «Por la calle de su dama» (IGR 0091) y «Sale la estrella de Venus» (IGR 0097), entre los gitanos bajo-andaluces, incorporado también a «Por la calle de su dama». Cfr. CGR 2, n°’ 58, 61 y 60.
28 Véase D. Catalán, «Hallazgo de una poesía marginada: El Romancero de tradición oral». En Estudios de folklore y Literatura dedicados a Mercedes Díaz Roig. México: El Colegio de México, 1992, pp. 53-94; reed. en el vol. II de la presente obra, cap. I.
29 Dicha en 1953 por Mercedes Suárez López, 82 a., a María Jesús López de Vergara, y nuevamente en 1954, con 83 a., a Mercedes Morales. Ambos textos fueron publicados en La flor de la marañuela, ed. D. Catalán et al (1969 y 1986), I, pp. 211-212 (n° 205) y pp. 301-302 (n° 313). Utilizo ambas recitaciones.
30 Dicha por seña Victoria, recogida por María Jesús López de Vergara, 1954. Publicada en La flor de la marañuela, ed. D. Catalán et al (1969 y 1986), I, p. 210 (nº 204).
31 Que fue incorporado (con otros 20), tras la advertencia «Síguense los romances y letras añadidos en esta postrera impresión», en la Flor de varios Romances Nueuos. Primera, y Segunda parte, del Bachiller Pedro de Moncayo, natural de Borja. Agora nueuamente en esta postrera impression añadidos otros muchos Romances, y letras, que se han cantado despues de las otras impressiones y hasta aquí sacados a luz, Barcelona: Iayme Cendrat, 1591 («Α costa de Onoffre Gori» ), ej. en Bibl. A. Rodríguez Moñino (ed. en «Joyas Bibliográficas», Pliegos poéticos de la Bibl. Rodríguez Moñino (facsimil), Madrid 1981) y en la impresión idéntica hecha «A costa de Arnau Garrich», ej. en The Hispanic Society of New York. Dadas las relaciones textuales entre las varias ediciones de la Flor, es seguro que el romance se incorporó en 1591.
32 Que fue incluido en Xocaras y romances varios compuestos de diversos autores que por lo deleytable causara apacible gusto a los que lo leyeran, Málaga: Pedro Costera, 1668. Véase S. G. Armistead y J. H. Silverman, «Sobre el romance En una villa pequeña (Xocaras y romances varios, Málaga, 1668)», Sef, XXXI (1971), 184-186.
CAPÍTULOS ANTERIORES:
ADVERTENCIA Y PRÓLOGO
* 2.- A MODO DE PRÓLOGO. EL ROMANCERO TRADICIONAL MODERNO COMO GÉNERO CON AUTONOMÍA LITERARIA
I. EL MOTIVO Y LA VARIACIÓN EXPRESIVA EN LA TRANSMISIÓN TRADICIONAL DEL ROMANCERO (1959)
* 3.- I. EL MOTIVO Y LA VARIACIÓN EXPRESIVA EN LA TRANSMISIÓN TRADICIONAL DEL ROMANCERO (1959)
* 4.- II. EL «MOTIVO» Y LA «VARIACIÓN EXPRESIVA» SON OBRA COLECTIVA
* 5.- 3. LOS «MOTIVOS» Y LAS VARIACIONES DISCURSIVAS SE PROPAGAN DE VERSIÓN EN VERSIÓN
* 6.- 4. CADA MOTIVO Y CADA VARIACIÓN EXPRESIVA TIENEN UN ÁREA DE EXPANSIÓN PARTICULAR
II. MEMORIA E INVENCIÓN EN EL ROMANCERO DE TRADICIÓN ORAL. RESEÑA CRÍTICA DE PUBLICACIONES DE LOS AÑOS 60 (1970-1971)
* 8.- 1. INTRODUCCIÓN. RENOVADA ACTIVIDAD EN EL CAMPO DE INVESTIGACIÓN DEL ROMANCERO TRADICIONAL
* 9.- 2. MEMORIA Y CREACIÓN EN EL ROMANCERO SEFARDÍ
* 10.- 3. NUEVOS ESTUDIOS ACERCA DE LA CREACIÓN POÉTICA TRADICIONAL
* 11.- 4. EL ROMANCE COMO TRADICIÓN ESTRUCTURADA Y CΟΜO ESTRUCTURA TRADICIONAL
* 12.- 5. EL EJEMPLO DE EL MORO QUE RETA A VALENCIA
* 13.- 6. LA OBRA POÉTICA DEL AUTOR-LEGΙÓΝ
* 14.- 7. CAPACIDAD RETENTIVA, SELECTIVA E INVENTIVA DE LA TRADICIÓN ORAL MODERNA
* 15.- 8. LOS ESTUDIOS CUANTITATIVOS Y LA CREACIÓN COLECTIVA
* 16.- 9. ÉPICA O ROMANCERO. CONTINUIDAD TEMÁTICA Y DISCONTINUIDAD TIPOLÓGICA
* 17.- 10. EL ROMANCE TRADICIONAL Y LA REELABORACIÓN ORAL COLECTIVA
III. EL ROMANCE TRADICIONAL, UN SISTEMA ABIERTO (1971)
* 18.- III. EL ROMANCE TRADICIONAL, UN SISTEMA ABIERTO
* 19.- 1. EL ESTUDIO SINCRÓNICO
* 20.- 2. EL ESTUDIO DIACRÓNICO
* 22.- 4. NUEVAS CONSIDERACIONES ANTE EL CRECIMIENTO DEL CORPUS (1996)
IV POÉTICA Y MECANISMO REPRODUCTIVO DE UN ROMANCE. ANÁLISIS ELECTRÓNICO (1971-1973)
* 23.- IV POÉTICA Y MECANISMO REPRODUCTIVO DE UN ROMANCE. ANÁLISIS ELECTRÓNICO (1971-1973)
* 24.- 1. DEFINICIÓN DEL MODELO DE LENGUAJE OBJETO DE ESTUDIO
* 26.- 3. EL CORPUS: LAS VERSIONES DEL ROMANCE DE LA CONDESITA
* 27.- 4. LA CODIFICACIÓN DE LOS DATOS PRIMARIOS
* 28.- 5. DATOS INDUCIDOS: LA VARIACIÓN VERBAL EN CADA HEMISTIQUIO INVARIANT
* 29.- 6. ALGUNAS CONSIDERACIONES ACERCA DE LOS CAMBIOS LÉXICOS
* 30.- 7. OBSERVACIONES RESPECTO A LA CONSTRUCCIÓN VARIABLE DE LOS HEMISTIQUIOS ARQUETIPO
* 31.- 8. DATOS INDUCIDOS: OBSERVACIÓN DE LA VARIACION EN LA SINTAGMÁTICA NARRATIVA
* 32.- 9. DATOS INDUCIDOS: CAMBIOS EN LA FUNCIÓN NARRATIVA DE UN HEMISTIQUIO ARQUETIPO
* 33.- 10. RIQUEZA DE LOS DATOS INDUCIBLES
V. ANÁLISIS SEMIÓTICO DE ESTRUCTURAS ABIERTAS: EL MODELO «ROMANCERO» (1977)
* 34.- V. ANÁLISIS SEMIÓTICO DE ESTRUCTURAS ABIERTAS: EL MODELO «ROMANCERO» (1977)
* 35.- 1. LA ESTRUCTURA VERBAL
* 37.- 3. LA INTRIGA Y LA FÁBULA
* 38.- 4. LA FÁBULA Y LA ESTRUCTURA FUNCIONAL
* 39.- 5. LA «LECTURA» SINTAGMÁTICA ES INSUFICIENTE
VI. LOS MODOS DE PRODUCCIÓN Y «REPRODUCCIÓN» DEL TEXTO LITERARIO Y LA NOCIÓN DE APERTURA (1978)
* 40.- VI. LOS MODOS DE PRODUCCIÓN Y «REPRODUCCIÓN» DEL TEXTO LITERARIO Y LA NOCIÓN DE APERTURA
* 41.- 1. LA «APERTURA» DEL SIGNIFICANTE Y DEL SIGNIFICADO EN LAS OBRAS MEDIEVALES
* 43.- 3. LA «APERTURA» DE LA ESTRUCTURA VERBAL
* 44.- 4. LA «APERTURA» DEL DISCURSO POÉTICO
* 45.- 5. LA «APERTURA» DE LA ΙΝTRIGΑ
* 46.- 6. LA «ΑPERTURA» DE LA FÁBULA
* 47.- 7. LA «APERTURA» DEL MODELO FUNCIONAL
* 48.- 8. LA «APERTURA» DE LOS SIGNIFICADOS EN LOS VARIOS «NIVELES» DE ARTICULACIÓN DEL RELATO
* 49.- 9. EL MODELO DINÁMICO DEL ROMANCERO TRADICIONAL Y EL ESTUDIO DE LA LITERATURA MEDIEVAL
* VII. LA DESCRIPCIÓN DE MODELOS POÉTICOS DINÁMICOS EN EL CATÁLOGO GENERAL DEL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO (1981)
* 51.- 2. CADA ROMANCE, DESCRIΤΟ EΝ UNA «ENTRADA» DEL CGR
* 52.- 3.«CAMPOS» DESCRIPTIVOS EN CADA «ENTRADA» DEL CGR
* 53.- 4. LA NARRACIÓN, SUBDIVIDIDA EN SECUENCIAS
* 54.- 5. VARIANTES DE INTRIGA
* 54.- 5. VARIANTES DE INTRIGA
* 55.- 6. VARIANTES EN LΑ FÁBULA
* 56.- 7. VARIANTES EN EL DISCURSO POÉTICO
* 57.- 8. EL CGR Y EL ESTUDIO DE LAS ESTRUCTURAS ABIERTAS DEL «LENGUAJE» DEL ROMANCERO
* 58.- 9. EL ESTUDIO SINCRÓNICO DE MODELOS DINÁMICOS
VIII. LA EXPERIENCIA DEL ACTO RECOLECTOR Y LA COΜΡΑRACΙÓΝ INTERTEXTUAL EN LOS ESTUDIOS DEL ROMANCERO (1983)
* 60.- 1. EL ROMANCERO, EΝ LA MEMORIA COLECTIVA. LOS TEXTOS DE TRANSMISIÓN ORAL COΜO OBJEΤO DE ESTUDIO
* 61.- 2. LA EXPERIENCIA DEL ACTO RECOLECTOR
* 62.- 3. LA COMPARACIÓN INTERTEXTUAL
IX EL ROMANCERO MEDIEVAL (1983)
* 64.- 1. SOBRE LA DOCUMENTACIÓN DE TEXTOS ORALES ANTIGUOS
* 65.- 2. LOS ROMANCES CANTADOS EN LA EDAD MEDIA Y SU INTEGRACIÓN EN LA LITERATURA ESCRITA
* 66.- 3. ESPINELO. LA VERSIÓN DE LA FLOR DE ENAMORADOS Y DE LA ROSA DE AMORES
* 67.- 4. «MENSAJE» Y «FÁBULA» DE ESPINELO EN LA VERSIÓN DEL SIGLO XVΙ
* 68.- 5. «FÁBULA» E «INTRIGA» DE ESPINELO EN LA VERSIÓN DEL SIGLO XVI
* 69.- 6. EL «MODELO NARRATIVO» DE ESPINELO EN LA VERSIÓN DEL SIGLO XVI. DESEQUILIBRIO ESTRUCTURAL
* 70.- 7. EL «DISCURSO» DE ESPINELO EN LA VERSIÓN DEL SIGLO XVI. ANOMALÍAS PROSÓDICAS
* 71.- 8. EL «DISCURSO» DE ESPINELO EN LA VERSIÓN DEL SIGLO XVI. LENGUAJE FIGURATIVO
* 72.- 9. LA TRANSMISIÓN DEL ROMANCE POR VÍA ESCRITA Y POR VÍA ORAL
* 73.- 10. EL ROMANCE ORAL MODERNO. SU PROSODIA
* 74.- 11. LA «FÁBULA» ANTE EL ANÁLISIS COMPARATISTA
* 76.- 13. LA «INTRIGA» EN EL ROMANCE ORAL
* 77.- 14. LA APERTURA DE LA «FÁBULA»
* 78.- 15. A MODO DE CONCLUSIÓN
X. LA DESCODIFICACIÓN DE LAS FÁBULAS ROMANCÍSTICAS (1983)
* 79.- 1. LOS ROMANCES, «EJEMPLOS» DE VIDA
* 80.- 2. SOLUCIONES VARIABLES ANTE UN INCESTO ENTRE HERMANOS
* 81.- 3. LA DONCELLA QUE DEFIENDE SU VIRGINIDAD: ¿VIRTUD EJEMPLAR O FATAL OCASIÓN?
* 83.- 5. LA IDEOLOGÍA DEL ROMANCERO TRADICIONAL NO ES CONFORMISTA
* 84.- 6. SUBVERSIÓN DE VALORES EN EL CURSO DE LA TRANSMISIÓN DE UN TEMA
* 86.- 8. EL ROMANCERO DE TRANSMISIÓN ORAL PERTENECE A LA LITERATURA MODERNA
XI. EL ROMANCERO ESPIRITUAL EN LA TRADICIÓN ORAL (1985)
* 87.- XI. EL ROMANCERO ESPIRITUAL EN LA TRADICIÓN ORAL (1985)
* 88.- 1. LOS ROMANCES «ESPIRITUALES» DE ÚBEDA
* 89.- 2. CONTRAFACTA «ESPIRITUALES» DE ROMANCES VIEJOS NO IMPRESOS
* 90.- 3. CONTRAFACTA «ESPIRITUALES» DE ROMANCES DE GERMANÍA
* 91.- 4. COΝTRAFΑCTΑ «ESPIRITUALES» DE ROMANCES NUEVOS
* 92.- 5. TRADICIONALIZACIÓN DE LOS CONTRAFACTA «ESPIRITUALES»
* 93.- 6. ANTIGÜEDAD DE LOS ROMANCES «A LO DIVINO» DE LA TRADICIÓN ORAL
* 94.- 7. LOS CONTRAFACTA «A LO DIVINO» UTILIZARON EL ROMANCERO PROFANO ORAL
* 95.- 8. EL LENGUAJE POÉTICO DE LOS ROMANCES «A LO DIVINO»
* 96.- 9. LOS ROMANCES SACROS Y EL FORMULISMO DISCURSIVO DEL ROMANCERO
* 97.- 10. LA DESINTEGRACIÓN DE LAS FÁBULAS «SACRAS». DE ROMANCE A «REZADO»
XII. ROMANCES TROVADORESCOS INCORPORADOS AL ROMANCERO TRADICIONAL MODERNO
* 99.- XII. ROMANCES TROVADORESCOS INCORPORADOS AL ROMANCERO TRADICIONAL MODERNO
* 100.- 1. NO ME ENTIERREN EN SAGRADO
* 101.- 2. POR LA RIΒΕRA DE TURIA (O LLANTO DEL PASTOR ENAMORADO)
* 102.- 3. GRITANDO VA EL CABALLERO Y AMΑRA YO UNA SEÑORA
XIII. EL ROMANCE DE CIEGO Y EL SUBGÉNERO «ROMANCERO TRADICIONAL VULGAR»
* 104.- 1. EL ROMANCE DE CAÑA Y CORDEL, VULGARIZACIÓN DE LA IDEOLOGÍA Y ARTE DEL BARROCO
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