30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL VERBO
10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL VERBO. II. EL NUEVO LATÍN
Nueva voz pasiva. ― La flexión pasiva, que no fue primitiva indo-europea sino desarrollo particular de las varias lenguas, era complicación excesiva para una expresión infrecuente. Tan poco se usaba que, a principios del siglo V, sus desinencias eran ininteligibles para el común de las gentes, cuando san Agustín, al encontrar en el texto bíblico el verbo deponente feneratur, se ve forzado a cambiarlo: «mas llanamente diremos fenerat, porque mejor es que nos entendáis con nuestro barbarismo, que no mostrarnos disertos dejando desierta vuestra inteligencia» 61. Añádase que en sí mismo el giro pasivo, al enunciar la acción sin pensar en el agente, sino atendiendo sólo al resultado de ella, o al objeto que la sufre, es concepción más impresionista que lógica y propende a la expresividad. Ya la flexión pasiva latina mezclaba con las formas sintéticas (amor, amaris, amamini, etc.) algunas analíticas (amatus sum, amatus erat...) y éstas, más claras y eficaces que las otras, sirvieron de punto de partida para rehacer toda la conjugación pasiva mediante el participio pasivo y el verbo sum. No es que la mentalidad del hablante vulgar careciese de aptitud para concebir el sentido de la voz pasiva, pues el latín hablado utilizó además una segunda forma de pasiva con el reflexivo se.
Nuevo futuro.―También varios autores dicen, F. Hanssen uno de ellos 62, que el futuro sintético latino se perdió a causa de no poseer el habla popular la idea abstracta de lo porvenir y expresarla por el presente: sólo las necesidades del estilo literario habrían abierto camino a un nuevo futuro románico. Pero es que el futuro románico presenta formas iguales a las que ya aparecen en la literatura latina, y entre unas y otras no es probada ni probable una solución de continuidad. Las razones tienen que ser otras, y la principal es que mientras el pretérito se presenta al hablante como realidad bien determinada, el porvenir incierto se concibe bajo una reacción subjetiva ante lo deseado o lo fatal, incitadora de expresividad, y así las lenguas modernas, aunque se han creado un futuro sintético, continúan usando perífrasis muy varias: deseo ver, quisiera ver, espero ver, debo ver, tengo que ver, etc., en vez de veré. Lo mismo el latín literario que el habla vulgar usaban, con significación próxima a la de futuro, perífrasis con uolo (ire uolo, uolo dicere 63) y más corrientemente con habeo en el sentido de ’debeo’: «habeo dicere» Cicerón: «mandare... habebam» Ovidio 64. Los escritores africanos desde comienzos del siglo III, desde Tertuliano hasta san Agustín, dan a esta perífrasis con habeo un desarrollo extraordinario 65; ya en la versión Ítala de la Biblia se observan bastantes casos como «occidere se habet» (Jo. VIII, 22), en español antiguo ’matar se ha’, ’se matará’, casos que la Vulgata sustituye por el futuro simple: «interficiet semetipsum» 66. Pronto desde África se propaga el gusto por esta perífrasis a los escritores de todas las provincias occidentales del Imperio. En España puede señalarse un ejemplo de Prudencio (hacia 400): «habet discernere» 67, con sentido más bien de ’discernirá’ que de ’ha de discernir’. En suma, durante la crisis renovadora del nuevo latín, sin que la idea del futuro desapareciese, la forma sintética fue muy competida por varias formas de perífrasis de las que surgieron diversos tipos románicos nuevos, con olvido del futuro latino: en español, el futuro cantar-he > cantaré, y el condicional cantar-hía > cantaría.
Juntamente con el futuro surge el condicional, compuesto con el imperfecto habebam más el participio. San Cipriano y san Hilario ofrecen ya ejemplos como «Herodes principes sacerdotum ubi nasci habebat Christus interrogat»68.
Nuevos tiempos del pretérito.― El perfecto latino se conservó, y sin embargo el nuevo latín creó también un perfecto perifrástico; buena confirmación de lo dicho respecto al futuro y a la pasiva. Al lado de feci, praeparaui, el tiempo propio para la narración de hechos realizados, el latín arcaico y el clásico podían insistir en el resultado de una acción pretérita disfrutado o poseído actualmente, para lo cual usaba habeo ’tener, poseer’ más el participio -tus 69. Tito Livio, contando el suicidio de Aníbal, escribe «uenenum quod multo antea praeparatum habebat»70; la preparación del veneno había sido hecha tiempo atrás, pero se tenía disponible ahora: ’el veneno que de mucho antes tenía preparado’, y por eso no escribe simplemente praeparauerat ’preparara, había preparado’. La frecuencia de esta perífrasis hace que habeo vaya desgastando u oscureciendo su sentido posesivo, y llegue a convertirse en mero verbo auxiliar, pudiéndose aplicar a cosas inmateriales o actos mentales, impropios para la idea de posesión: «spem positam habere in aliquo»71 scriptum habeo, cognitum habeo, giros que en Cicerón y César llegan a su máximo empleo. Después, la perífrasis decae y es evitada por los escritores de la época imperial, sin duda porque se prodigaba demasiado en la lengua hablada, como nos lo prueba el hecho de haberla heredado los varios romances. Sólo los jurisconsultos aún la utilizan bastante para dar claridad a su lenguaje profesional. Ulpiano escribe: «si miles, qui habebat iam factum testamentum, aliud fecisset...» 72, donde podía haber empleado el pluscuamperfecto simple fecerat, y en otro curioso pasaje se mete en distingos legales, discutiendo esa útil perífrasis 73. Pero en general, los siglos III, IV y V son refractarios a esta construcción: san Jerónimo quizá no la usa más que una vez; de Egeria, en su Peregrinatio (hacia 400) podemos citar «ubi ipsi castra posita habebant» y «castra ibi fixa habuissent»74; curioso estado semilatente después de un período de regular boga. Más tarde, en el siglo VI, vuelven de pronto a abundar los ejemplos, sobre todo en los escritores de la Galia 75, y la perífrasis se hace general. Nuevo caso en que las formaciones del llamado latín vulgar no son sino desarrollo natural de usos propios del latín escrito en todos los tiempos.
Recomposición de las formas verbales para mantener la identidad del tema y darles claridad etimológica.― Multitud de perfectos fuertes se hacían, a veces, débiles ya en latín clásico; salui > salīvi, praestĭti > praestavi, etc.76. No se consiente el acento en el prefijo, y la vocal temática inflexionada se reintegra a su estado etimológico rétĭnet > *retęnet, réfĭcit > refácit, défĭcit > desfácit, tendencia vulgar que no trasciende a la lengua escrita. Cuando la composición del vocablo no era percibida por no usarse el verbo simple, permanece siempre el estado antiguo: cómpŭto (esp. cuento) collŏco (esp. cuelgo), cónsuo (esp. coso).
Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)
NOTAS
61 In Psalm., 36, 26; cfr. Migne, Patrol. XXXVI, col. 386.
62 Gramática Histórica de la Lengua Castellana, Halle, 1913, § 575. También Vossler, Geist und Kultur, p. 67 supone que el latín vulgar perdió la noción del futuro.
63 La perífrasis de ire en Plauto; la de dicere en Thielman, «Habere», Arch. f. lat. Lex., II (1885), p. 168.
64 «In multis hoc rebus dicere habemus» Lucrecio, VI, 712. Véase Grandgent, Lat. Vulg., 127; Rönsch, Ital. und Vulg., p. 449.
65 Abundan con infinitivo pasivo. El primer ejemplo de la voz activa con clara significación de futuro aparece en un texto africano de hacia 300 (versión del griego del Pastor de Hermas): velle habetis ’querréis’ (citado por Thielman, «Habere», Arch, f. lat. Lex., II, 1885, p. 176).
66 Rönsch, Ital. und Vulg., p. 448.
67 Contra Symmach., 2, 795 (Arch. f. lat. Lexic, II, p. 184).
68 Grandgent, Lat. Vulg., § 130.
69 En Plauto se hallan ya varios casos, como «cibum coctum habeo», Thielman, «Habere», Arch. f. lat. Lexic, II, p. 394 (Grandgent, Lat. Vulg., § 121).
70 Thielman, «Habere», Arch. f. lat. Lex., II, p. 392.
71 Cicerón y Livio (Thielman, «Habere», Arch. f. lat. Lex., II, 408).
72 Digesto, 29º, 1, 19.
73 Ulpiano advierte que «is qui aliquid fecit» puede ser distinto de «is qui factum habet», cuando uno hizo una cosa y otro tiene lo hecho por él (Digesto, 43º, 8, 2, 27; y en 9º, 3, 5, 10 insiste en la diferencia de ponere y positum habere); es decir, el sujeto de habere puede ser distinto del sujeto del participio. Siendo esto excepcional, parece que esta explicación o distingo profesional se hace necesaria porque en el lenguaje cotidiano factum habet tenía ya corrientemente el significado de perfecto (Arch. f. lat. Lex., II, pp. 538 y 408 y E. Herzog, «Das -to Partizip im Altromanischen», Beiheft zur Zeit. f. rom. Phil. XXVI, 1910, pp. 120-121).
74 Ed. S. Silviae «Peregrinatio» por E. A. Bechtel, Chicago, 1902, pp. 25, 30 y 19,7.
75 Ph. Thielman, «Habere mit dem Part. Perf. Pass.», Arch. f. lat. Lexic, II, p. 540 ss.
76 Grandgent, Lat. Vulg, § 428 y 430.
CAPÍTULOS ANTERIORES:
PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES
CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.
* 1.- 1. LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS
* 2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA
* 3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS
CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS
* 4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA
* 5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA
* 6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA
* 7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA
* 8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES
* 11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)
* 12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS INDÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA
B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE
CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL
* 13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS
* 14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL
* 15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA
* 16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO
PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN
CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA
* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE
* 19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO
* 20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO
CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN
* 23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO
* 24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO
* 25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLECTIVA
* 28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMATICAL
* 29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE
Diseño gráfico:
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Imagen: letra R, siglo XVI
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