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Obras de Diego Catalán

42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL

42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL

5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL. III. ESPAÑA EN LA ROMANIA

      En varias de las tierras peninsulares conquistadas en los siglos III y II a.C. se establecieron colonos venidos de la mitad meridional de Italia, no del Lacio.

      Escipión el Africano, en 204 a.C., fundó a Sevilla la co­lonia llamada Itálica, constituida por ítalos adscritos a la tribu Sergia 37, compuesta de sabinos, marsos y pelignos 38. Andando los siglos, después que en Itálica «rodaron de marfil y oro las cunas» de Trajano y de Hadriano, los mo­radores de ella (los coloni italicenses de las inscrip­ciones) no olvidaban su origen no latino, como nos prue­ba un legionario muerto en la región de Venecia, del que se dice en su epitafio 39 ser de Itálica y sabino de España, «Sabinus ex Hispania».

      Igualmente otras gentes del Sur de la Sabinia debieron de colonizar mucho en el Nordeste de España a partir de la cuenca baja del Ebro, conquistada por Gneo Cornelio Es­cipión en 206 a.C., hasta alcanzar el Pirineo aragonés, como lo indican bastantes topónimos repetidos ahí de antiguas poblaciones meridionales de Italia. Los nombres de Ausona, Suessa y Sinuessa, ciudades en el país de los ausones, gentes de estirpe osca de la Campania, y de los oscos auruncos en los confines de ella, se repiten en Ausona 40 (o Ausa), ciudad de los ausetani, hoy Vic; Suessa, hoy Prades, ciudad de los suessetani (Tarra­gona), al Sureste de los lacetanos, y Sinués (al Norte de Huesca); Lavernium 41 y Abella en la Campania, se repiten en Lavern 42 (al Oeste de Barcelona) y Abella (Léri­da 43, Huesca); Benauentum, la ciudad capital del Samnium, se repite en Benavent, Benavente (Lérida 44, Huesca); el río 45 de los sabinos Anio, Anione se recuerda en Añón (Zaragoza). Además, en el centro del territorio ocu­pado por estos poblados españoles se halla la ciudad de Osca > Huesca, cuyo nombre indica una colonización de oscos (gentes que ocupaban el Samnio, la Campania y otras tierras del Sur de Italia).

      De estos nombres hispanoitálicos citados, sólo el de Be­navente aparece muy repetido en otras comarcas de la Penín­sula Ibérica 46; fuera de ella sólo como excepción se halla en la Galia un Benévent (Dordogne), que se considera también procedente de la ilustre ciudad itálica 47. En el caso de la ciu­dad samnita, el nombre de Beneuĕntum fue sustitutivo de un ominoso nombre primitivo Maleuĕntum, Maluĕntum; y este eufemismo se repitió en la España medieval, al menos en el caso del Benauentum, Benavente zamorano, cuyo nombre primitivo anterior a la repoblación de esas tierras en 1167 era Malgradum, Malgrad 48. El nombre de Osca Ὄσκα (y Ὀσκοι 49) para Huesca, es el que dan ya a la ciudad (tanto en latín como en griego) Cé­sar, Estrabón, Plutarco, Plinio, etc. y el que se ve en el denario acuñado por Domicio Calvino, gobernador de Hispania citerior, 39-36 a.C.; tiene que tener origen latino 50, ya que en cientos y cientos de monedas de plata que probablemen­te hay que considerar coetáneas de la guerra de Sertorio 51, la ceca de Huesca, que ya a comienzos del s. II a.C. era la principal de Hispania 52, se halla inscrito en letras ibéricas el nombre prerromano de la ciudad Bolscan53. Parece que se trata de una de las muchísimas ciudades que (como aún ocu­rre hoy en territorio vasco) tenían un nombre indígena y otro latino: Hispalis = Romula, Salduba = Caesar Augusta, Tyris = Valentia, Iliberris = Florentia, Segida = Augurina, etc.54.

      En la parte más meridional de la Tarraconense y en la Cartaginense, conquistadas en los años 209 al 179 a.C., y Numancia en el 133 a.C., hallamos, en la provincia de Soria, hacia los orígenes del Duero, Vinuesa, que remonta, con perfecta evolución fonética romance, al nombre de Vĕnŭsĭa, la patria de Horacio, hoy Venosa, en los confines de la Lucania. En Soria también y en Cuenca se ha­llan dos localidades con el nombre de Caracena, probables colonias del pueblo samnita de los Abruzzos llamados Caracēni. Un conjunto de cortijos de la provincia de Al­bacete lleva el nombre de Bochorna, y han de ser restos de una extensa villa romana que tomó el nombre de sus fun­dadores, los uolturni, procedentes de la población Uulturnum (al norte de Nápoles), en la desembocadu­ra del río Uulturnus de la Campania 55.

      Estas gentes del Este y Sur de Italia, en especial los umbros, picenses, sabinos y samnitas, eran belicosos, prolíficos y emigrantes 56. Sabina es la leyenda del uer sacrum: los niños nacidos en primavera consagrados a los dioses y, excluidos de la comunidad, emigraban, guiados por un animal sagrado a fundar una colonia. Así se conta­ba que de un uer sacrum de los sabinos provenían los samnitas emigrados al Sur, al país de los opicos u opscos, llamados después oscos. Los tiempos de la primera conquis­ta romana en la Hispania Citerior ya no pueden producir leyendas que nos dijesen de cuáles gentes se desgajaron los emigrantes, pero que fueron de la tierra sabina, samnita y osca nos lo dicen los topónimos. El conjunto de ellos, aun­que individualmente alguno pueda ser impugnado, es im­presionante. Nada hay que se parezca a esta región de la Hispania Citerior, ni en el resto de la Península, ni en toda la Romania, indicándonos el localismo nacional que la pri­mitiva colonización tuvo, distinto del de las colonizaciones posteriores 57.

      De la toponimia inscripcional interesa citar en primer lu­gar la localidad de Palfuriana, inmediata a Tarragona, del Itinerario de Antonino, que deriva del nombre de un co­lono Palfurius, cuya terminación abunda en la tradición etrusca de la Campania 58; otro colono apulio-campano, más notable por su conexión con el nombre del famoso monte Uultur de la región osca, de nombre Uulturius, dio nombre, con sufijo céltico, a Uulturiacum, Buitrago (Ma­drid) 59. En fin, el estudio en conjunto de los varios cente­nares de nombres personales de origen no ibérico que fi­guran en las inscripciones del Corpus Inscriptionum Latinarum de Hispania permite afirmar que «la inmensa mayoría de los gentilicios latinos usados en España 60 provienen de la mitad sur de Italia, de la Campania en particular, de la Apulia también y del Bruttium; los gentilicios de la mitad norte son excepcionales»61.

      Cuando se produjo esta colonización, todos estos pueblos sud-itálicos hablaban dialectos afines osco-umbros, parien­tes muy próximos del latín, y como, según ya hemos co­mentado 62, la latinización de estos pueblos sólo se llevó a cabo después de la Guerra Social y de los duros castigos de Sila, es de presumir que los colonos del siglo III y II trajeran a España su dialecto osco, o un latín impregnado de dialectalismo osco.

      Además de la colonización, hay que tener en cuenta el ininterrumpido comercio marítimo. Según Estrabón 63, las naves mercantes de Turdetania eran los mayores navíos de carga que aportaban a la Campania y al Lacio 64, y consta que aun después de la Guerra Social el osco no desapare­ció por completo. De modo que, así como los fenómenos que unen la España a la Romania occidental responden a emigraciones y comercio de la Galia, así los fenómenos que agrupan a España en la Romania meridional responden a emigraciones y comercio marítimo del Sur de Italia; rela­ciones que no datan sólo de la época romana, sino de siem­pre, desde las prehistóricas en sentido inverso, que lleva­ron colonias íberas a Sicilia y a Cerdeña.

      Aparte de esa temprana colonización suditálica, quizá se produjo tardíamente una emigración de gentes itálicas a co­lonizar las estribaciones del mons Uindius, que habían servido de refugio a los huidos defensores de Bĕrgidum (el Bierzo) el año 26 a.C., en las guerras de Augusto y Agri­pa hasta lograr el sometimiento total de los astures (entre los años 29 y 19 a.C.)65, en vista de que en ambas vertien­tes de las altas cumbres de Degaña, Leitariegos y Somiedo se hallan los pueblos de Saliencia (en Somiedo) y Salentinos (en Palacios de Sil)66 que pudieran estar tomados de los Salentini de la Messapia Apulia, cuya ciudad se llama­ba Salentia, y que al N.O., en el alto río Navia, se halla un territorio de Oscos 67.

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

NOTAS

37  CIL, II, 1129.

38  Perin, Onomasticon totius latinitatis, II, p. 616 c.

39  El soldado perteneciente a la legión Xa se llamaba L. Rutius; su epitafio se halla en una inscripción de Aquilea, junto al puente de Lisarzo en región véneta (CIL, V. 932). Véase Mohl, Chronol, p. 244.

40  La forma Ausona es la que prevaleció, frente a Ausa en la Edad Media, desde los Anales regios carolingios, año 826.

41  Y Lavernae, pago de los pelignos, gentes del Samnium.

42  Y el apellido Lavernia de origen toponímico, que (según el Diccionari Aguiló, 1931) tiene su localización en Traiguera, pue­blo al Oeste de Vinaroz (Castellón).

43  Dos pueblos de ese nombre en la provincia de Lérida.

44  Otros dos pueblos.

45  Y acueducto.

46  En Ciudad Real, Toledo, Badajoz, Cáceres, Zamora, Coruña y Portugal. Parece propagado desde el Este al no haber diptongado la ĕ y habiendo perdido la -o en todas partes.

47  Longnon, Les noms de lieu, 1920-1929, § 2459. Yo hallo otro Bénévent.

48  Noticia transmitida hacia 1236 por Lucas en su Chronicon mundi (Hispania Illustrata, IV,  1608, p. 58, lín. 39).

49  Por tanto, con ŏ, de donde el diptongo romance.

50  Aunque algunos críticos piensen que Ŏsca < Bolscan. Véase Menéndez Pidal, «Dos problemas iniciales», en Enc. Ling. Hisp., I, 1960, pp. LXII-LXVI.

51  Pues son de época romana avanzada.

52  Tito Livio, refiriéndose a esos primeros tiempos, habla de tres triunfadores en las guerras de Hispania (uno de ellos Ca­tón), los cuales entre las riquezas entregadas al tesoro de Roma llevan monedas acuñadas solamente o principalmente en Osca (Oscense argentum): «Signati ... Oscensis argenti», Livio XXXIV, 10 y 46, ovación de M. Helvio 195 a.C. y triunfo de Catón, 194; «signati Oscensis [argenti] nummus», Livio, XL, 43, triunfo de Q. Fulvio Flaco, 179 a.C. Únicamente cita otra clase de monedas, signadas con una biga.

53  La importancia de la ceca de Bolscan (de la que proceden un 90 % de los denarios ibérico-latinos conocidos) explica que las monedas de otras varias ciudades lleven en su anverso la marca de esta ceca; entre ellas las de Segia y Scisars. La sílaba «Bo» se escribe  *o* (en unos pocos casos  | | ).

54  La explicación Itálica, colonia de ítalos (con su adjetivo Italicensis), Romula ’colonia de ciudadanos romanos’ (con su adjetivo Romulensis) y Osca ’colonia de oscos’ (con su ad­jetivo Oscensis), se impone, visto este paralelismo.

55  Menéndez Pidal, «Dos problemas iniciales», en Enc. Ling. Hisp., I, 1960, pp. LIX-LXVII.

56  G. Mohl, Chronologie,  1899, p.  144.

57  Menéndez Pidal, «Dos problemas iniciales», Enc. Ling. Hisp., II (1960), pp. LXI, LXVII.

58  Masurius, Baburius, etc. Bertoldi, Colonizzazioni, p. 197 y «Episodi dialettali nella Campania e n’ell Iberia», en Estudios Menéndez Pidal, III, 1952, pp. 37 ss. y 42 ss.

59  Véase atrás, cap. I, § 2.

60  Descontados los gentilicios que se encuentran por todas par­tes, como Pompeius, Cornelius, etc.

61  Palabras de P. Aebischer, tras hacer ese estudio exhaustivo, ci­tadas por Menéndez Pidal (en su original francés), en «A propósi­to de LL y L», Bol. Acad. Esp., XXXIV, 1954, pp. 198-199, n. 3.

62  Véase atrás, cap. I, § 1.

63 Geogr., III, 2, 6.

64 Compitiendo en número con los procedentes de África. Lle­vaban los múltiples productos (vino, aceite, trigo, miel, azafrán, sal) que España producía. Las ánforas enterradas en el monte Testaccio de Roma, originarias de la Bética y del Levante de España, comprueban el gran comercio indicado por Estrabón (CIL, XV, 1899, pars tertia, pp. 491 ss.). La llegada de este comercio hispano pesaba en la vida de la gran urbe: Horacio lo delata recordando al patrón de las naves ibéricas.

65  Menéndez Pidal, «A propósito de L- y -LL-», Bol. Acad. Esp. XXXIV, 1954, pp. 195, 197, 206-207 y «Dos problemas iniciales», en Enc. Ling. Hisp., I,  1960, pp. CXXIV-CXXVI.

66  Bien es verdad que se halla próximo el pueblo de Salientes (y que hay parejas de topónimos Anllares-Anllarinos, Gete-Getino, Ituero-Ituerino, etc.); pero el diptongo de Salientes situado al Oriente de Orense era latino, ya que así figura en el Itinerario Antonino, por lo cual no debiera faltar en un derivado.

67  En un documento de 972 figura ya San Martín de Oscos», «in territorio de Oscos» en otro de 1184; «Villa nova de Oscos» o «de Oscis» se cita en numerosos documentos del s. XII (Menéndez Pidal, Orígenes del esp., 3ª ed.  1950, § 55 bis3, p. 305).

CAPÍTULOS ANTERIORES:

PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES

CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

1.- 1.  LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS

2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS

4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA

5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA

6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA

7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA

*   8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES

*   9.- 6. LOS ILIRIOS

*   10.- 7. LOS CELTAS

*   11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)

12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS IN­DÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA

B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE

CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL

13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERRO­MANAS

14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL

15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA

16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO

PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA  LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN

CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA

* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE

18.- 2. LA ROMANIZACIÓN

19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO

20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO

CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN

21.- 1. ¿LATÍN VULGAR?

22.- 2. EL LATÍN NUEVO

23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO

24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO

25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLEC­TIVA

26.- 6. ACEPCIONES NUEVAS

27.- 7. FRASEOLOGÍA

28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMA­TICAL

29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE

30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SIN­TAXIS DEL VERBO

31.- 11. PREPOSICIONES Y ADVERBIOS

32.- 12. COLOCACIÓN DE LAS PALABRAS

*   33.- 13. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

34.- 14. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSO­NÁNTICO

*   35.- 15. OTRAS SIMPLIFICACIONES FONÉTICAS

*   36.- 16. LARGA LUCHA ENTRE INNOVACIÓN Y PURISMO

*   37.- 17. LAS INSCRIPCIONES

B. EL LATÍN DE HISPANIA

CAPÍTULO III. ESPAÑA EN LA ROMANIA

*   38.- 1. LA ROMANIA

*   39.- 2. CAUSAS DEL DIALECTALISMO RO­MÁNICO

*   40.- 3. ROMANIA OCCIDENTAL, ROMANIA MERIDIONAL

*   41.- 4. TRES ZONAS DE COLONIZACIÓN DE ESPAÑA

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