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Obras de Diego Catalán

50.- 3. REINO VISIGODO TOLEDANO

50.- 3. REINO VISIGODO TOLEDANO

3. REINO VISIGODO TOLEDANO. I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO

      Destruido el reino tolosano con la victoria de Vouillé que el rey de los francos Clodoveo obtiene con muerte del rey visigodo Alarico II (507), el reino visigodo se fija en Espa­ña, conservando en Galia sólo la Septimania Narbonense o Galia Gótica.

      Un decenio antes de la derrota de 507, ya los visigodos afluían de la Galia en España; su gran emigración la seña­la el Cronicón Cesaraugustano en 494 y 497: «Goti intra Hís­panlas sedes acceperunt». Aunque no existía ni sombra del Imperio desde 476 (en que fue destronado Rómulo Augústulo),el asentamiento de los godos se hizo continuando el procedimiento romano, según el cual el auxiliar germano recibía alojamiento u hospedaje del romano, cediéndole éste dos tercios de su casa, campos y siervos; no se trata de re­parto de tierras entre vencedores y vencidos, como suele decirse, sino entre huéspedes y hospedados, entre romanos, población civil, y godos, población militar. Los seis términos técnicos de aquel reparto dejaron rastros en la toponimia. Las «sortes Gotice et tertia Romanorum» 24, menciona­das por las leyes, son recordadas en pueblos que llevan nom­bre de Suertes, Sort, Tercia, y en Portugal, Terça, Terças 25, el terreno pro indiviso llamado consortis terra 26, da su nombre al pueblo Consortes en Burgos, con otro lugar próxi­mo llamado Huéspeda; y luego hasta unos 80 llamados Godos, Gudillos, Godinhos, Godones, Godón (< Gothones, pue­blo de Germania 27) frente a los cuales hay otros llamados Romanos, Romãs, Romanillos, Romanones 28. Villatoro, arrabal de Burgos, es Villa Gothorum > Villaotoro (en el Cartula­rio de Cardeña); la ciudad de Toro es Campi Gothorum (Campo)toro, como en Cariñena hay otro Campo Romano. Recesvinto hacia 655 abolió la prohibición que desde tiempos del bajo Imperio existía para el matrimonio entre romanos y germanos. No obstante, la distinción entre godos y romanos se recordaba aún en el siglo XI en ciertas frases fósiles usua­les en regiones arcaizantes como Santillana 29.

      La corte del segundo reino godo, primero en Barcelona, se fija en Toledo hacia 540. El uso del gótico se mantendría muy vivo hasta Leovigildo (571-586), el gran rey nacionalista y acérrimo defensor del arrianismo germánico. Su hijo Recaredo se convierte al catolicismo romano en el Concilio IIIo de Toledo (589). Todos los Concilios Toledanos, a partir del IIIo, establecen íntima compenetración de la Iglesia con el estado visigodo, y el reino godo se modela en un concepto estatal unitario, fundamentalmente romano, mientras los reyes merovingios se atenían más a las instituciones germá­nicas hasta considerar el reino como patrimonio personal divisible entre herederos, división que nunca hicieron los reyes godos 30; a la vez las clases altas visigodas se romanizaban hondamente, al revés de los francos cuyos nobles con­servaron más viva su germanidad. Así se observa que en la Lex Visigothorum, codificada bajo Recesvinto hacia 654 y am­pliada por Ervigio en 681, sólo se hallan cuatro palabras góticas: sagio, wardia (variante guardia), thiufadus, leudes, mientras abundan las palabras francas en la Lex Sálica para designar cargos e instituciones.

      En este período parece haberse introducido en el latín hablado de la Península la mayoría de las voces góticas que se hallan sólo en español y portugués o catalán, faltando en provenzal 31, como la primera citada de la Lex Visigothorum: sayón. El cargo palatino comes scanciarum, que figura en las actas de los Concilios, nos da la raíz del verbo escan­ciar, usado también en catalán y portugués 32, Tienen difu­sión, asimismo, en portugués y catalán las voces correspon­dientes a gana 33, ataviar, tapa, toldo y en el portugués las correspondientes a los antiguos lastar y lua (’guante’, voz ésta de origen franco) y a ganso, ganar (gañar ant.), cundir, ayo, aleve, hato ’rebaño, lío’, espeto... 34. Hay casos en que la Ga­lia Gótica tomó otra forma germánica, quedando la forma gótica relegada a la Península: el gótico raupa sobrevive en el esp. ropa, port, roupa, pero el cat. roba, prov. rauba, ital. roba, fr. robe derivan del germánico rauba. El gótico *sahrja ’cesto’ da sera, port. seira, pero el cat. y prov. usan otra forma germánica sarria. El gótico *spaurada espue­la, port, espora, mientras el catalán y prov. esporo, fr. éperon, ital. sperone vienen del franco *sporo(n). Las formas góti­cas tienen ĭ en vez de la ĕ indoeuropea conservada en los otros dialectos germánicos, y tenemos que el gótico trĭggwa da tregua, port, tregoa, mientras el provenzal tręga (trèvo en Mistral), cat. treva remontan al franco trĕuwa, lo mismo que el francés y el italiano; por otra parte, el gótico hĭlms dio en antiguo español elmo, igual que en port, e ital. lmo, pero la forma franca hĕlm se extendió al prov. elm, y además penetró también en España, yelmo, que aparece ya en el siglo X (Glosas Emilianenses)35.

      Otros germanismos, no específicamente góticos, se incor­poran desde antiguo a las lenguas románicas en general. Voces referentes a la vida militar 36, como guerra, talar, robar (’saquear’ en el Poema de Mió Cid), guía, huesa o uesa ’bota’ 37 < hŏsa, voz del germánico occidental incorporada al latín por los soldados romanos ya en el siglo IV y usada por san Isidoro 38; al vestuario, como falda, cofia 39; a la vida domés­tica y del campo 40, como rustir, sopa, brasa, raspar; y otras va­rias: buscar, ganar, guarir (y luego guarecer), guarnir (y luego guarnecer), escarnir (y luego escarnecer), galardón, guisa (y gui­sar), fresco, rico. Es de notar que las voces referentes a insti­tuciones son pocas, pues la nomenclatura política, adminis­trativa y jurídica fue latina, aun para las costumbres germánicas como el reto judicial, la prueba caldaria, etc.; es por eso notable una voz como aleve, que se introdujo por­que traía una noción nueva, distinta de la de «traición» 41.

      Algunos de estos vocablos germánicos no entraron direc­tamente en el español, sino a través del francés o el provenzal. Se ha señalado 42 que de los nombres de colores germá­nicos ninguno pasó al español; pero aún falta estudiar con detenimiento la historia de cada palabra. Es verdad que blon­do, gris, gualda, bruno parecen tardíos; no obstante, hovero, color de caballo, port, fouveiro, es derivado indígena del germánico *falw, y san Isidoro usa entre los colores de ves­tidos, blavum 43, del francés *blaw, *blao, prueba que ese vocablo se usaba en la Bética visigoda, aunque hoy sólo subsiste en el catalán (blau, blava) como en prov. y fr., ha­biendo sido después sustituido en España por el orientalismo azul. Se dice que blanco viene del francés o provenzal por conservar bl-, pero bl- no es signo cierto de extranjerismo, y si bien blanco no se une a los topónimos más viejos 44, sí aparece en otros posteriores aunque también antiguos: Castilblanco, Casablanca, Pozoblanco 45.

      La población románica recibió todos estos germanismos viejos cuando tenía su latín en período de grande evolución, así que les hizo sufrir los cambios fonéticos más viejos (siglos V-Vll) que se dieron en las voces latinas para hacerse romá­nicas, según veremos. Un influjo contrario, es decir, de la fonética germánica sobre la lengua romance, no se descubre en España; en Francia es probable se deba a los francos y en Italia a los longobardos la diferencia articulatoria de la vo­cal en silaba libre (larga) o en sílaba trabada (breve) 46, dife­rencia que el español desconoce. Se halla también alguna rara influencia sintáctica del franco sobre el francés 47. Res­pecto del español, sólo creo poder referir a influjo gótico el uso del genitivo por prefijación, común a las lenguas germá­nicas y que se ve en raros ejemplos toponímicos: Aguilafuente (Segovia); Aquilanido (año 1094) 48 > Aguilaníu > Aguinalíu (Huesca) ’nido de águila’; Babilafuente (Salamanca), del nombre germánico Babila; Ojacastro (Logroño) ’castro del río Oja’, Punicastro, año 1116, Nájera (para cuyo nombre pro­pio compárese Villapún < Villa de Pune, año 1053, Sahagún; Pinospuente es llamado La Puente de Pinos por el canciller Ayala 49. En Francia abundan Thionville, Bertrancourt, Hattonchâtel, Thiaumont, Renauval, siempre con antropónimo germánico, mientras los pocos casos de España son fundamentalmente románicos. Añádanse los compuestos gatuña (junto a uña gata), el andaluz casapuerta 50, el asturiano mesamantel ’man­tel de mesa’ (en Colunga), el palentino rigállaro ’polla de agua’ (río + gallo), los mozárabes gallocresta y colonbaeollo 52.

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

NOTAS

24  Lex Visigoth., X, 2° 1a y en el epígrafe «sortes Gotice vel Romane», «tertia Romani», X, 1°, 8a, etcétera.

25  Para el masculino Tierzo, Tercio suponemos otro origen (véa­se atrás, Parte IIa cap. I, § 1).

26  Leges Visigoth., X, 1° 6 y también «consortis portio».

27  Gotones es declinación débil Gotō, -onis, en vez de la fuerte Gotus, -i, Gamillscheg, en RFE, XIX, 1932, p. 127.

28  Véase Menéndez Pidal, Orígenes del esp., p. 532 (1950, p. 505) y E. Gamillscheg, Romania Germ., I, p. 359 (cuenta unos ochenta nombres en que entra la palabra Gothus).

29  Menéndez Pidal, Orígenes del esp., pp. 531-532 y 536-537 (1950, pp. 505 y 509-510).

30  Menéndez Pidal, España del Cid, I, 1929, p. 156.

31  Claro es que también estas voces pudieran haberse introdu­cido en período tolosano y haberse perdido después en la Aquitania y en la Narbonense.

32  Escançár, escancejar.

33  Palabra en que un ensayista moderno [Unamuno] ha queri­do ver la singular expresión de una peculiar modalidad de la voluntad hispánica.

34 Lista compilada por Gamillscheg, Romania Germánica, I, p. 382 ss.

35  Menéndez Pidal, Orígenes del esp., p. 214 (ed. 1950, p. 194).

36  Junto a las góticas ya citadas: tregua, guardia, espía, alberga­da, espuela, ant. elmo.

37  Menéndez Pidal, Cantar de Mio Cid, II, p. 896.

38  San Isidoro, Etym.  19.°, 34, 9.

39  Junto a las góticas: ropa, banda, lista, fieltro, ataviar, arrear ’aderezar’.

40  Junto a las góticas citadas: rapar, escanciar, adobar, ’preparar’, rueca, aspa, tapa, sera, toldo, parra, estaca, hato, ganso, belesa.

41  Véase el Fuero Real, citado en Cantar de Mio Cid, II, p. 450. La causa de la introducción de tal palabra no es meramente afectiva, como expresa Gamillscheg (RFE, XIX, 1932, p. 247), sino técnica.

42  Meyer-Lübke, Introducción, pp. 83-84 y 94.

43  San Isidoro, Etym.  19°, 28.

44  España Villalba, Italia Villabianca; España Grijalba, Italia Chiesabianca; España Torralba, Torroba, Italia Torrebianca; España Montalbo, Montovo, sólo Monblanquet, Italia Montebianco y Montalbo.

45  En Italia Castelbianco, en Francia Chatelblanc; en Italia Casablanca y Casalba (éste no existe en España).

46  W. von Wartburg en Zeit. f. rom. Phil., LVI, 1936, pp. 33 y 44.

47  A. Meillet, Scientia, 1932, pp. 92-93 y A. Dauzat, en Mél. van Ginneken,   1937.

48  Arch. Catedral de Roda, perg. 112.

49  Crón. de don Pedro, año XII, cap. 7° y Crón. Enrique II, año IV, cap. 2°.

50  Casapuerta es andaluz, según el Dicc. de Autoridades, 1729: «el portal de la calle que en Sevilla llaman casapuerta» (Cervantes, El celoso extremeño, ed. La Lectura, XXXVI, 1917, p. 97 con la nota 4).

51  Cfr. Bull. Hisp., XXVIII, p. 378 n.

52  Asín, Glosario,  1943, p. XIII.

CAPÍTULOS ANTERIORES:

PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES

CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

1.- 1.  LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS

2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS

4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA

5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA

6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA

7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA

*   8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES

*   9.- 6. LOS ILIRIOS

*   10.- 7. LOS CELTAS

*   11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)

12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS IN­DÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA

B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE

CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL

13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERRO­MANAS

14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL

15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA

16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO

PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA  LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN

CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA

* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE

18.- 2. LA ROMANIZACIÓN

19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO

20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO

CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN

21.- 1. ¿LATÍN VULGAR?

22.- 2. EL LATÍN NUEVO

23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO

24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO

25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLEC­TIVA

26.- 6. ACEPCIONES NUEVAS

27.- 7. FRASEOLOGÍA

28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMA­TICAL

29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE

30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SIN­TAXIS DEL VERBO

31.- 11. PREPOSICIONES Y ADVERBIOS

32.- 12. COLOCACIÓN DE LAS PALABRAS

*   33.- 13. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

34.- 14. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSO­NÁNTICO

*   35.- 15. OTRAS SIMPLIFICACIONES FONÉTICAS

*   36.- 16. LARGA LUCHA ENTRE INNOVACIÓN Y PURISMO

*   37.- 17. LAS INSCRIPCIONES

B. EL LATÍN DE HISPANIA

CAPÍTULO III. ESPAÑA EN LA ROMANIA

*   38.- 1. LA ROMANIA

*   39.- 2. CAUSAS DEL DIALECTALISMO RO­MÁNICO

*   40.- 3. ROMANIA OCCIDENTAL, ROMANIA MERIDIONAL

*   41.- 4. TRES ZONAS DE COLONIZACIÓN DE ESPAÑA

*   42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL

*   43.- 6. ARCAÍSMO PURISTA DEL LATÍN DE ESPAÑA

*   44.- 7. RELACIONES ENTRE EL LATÍN HISPA­NO Y EL DE LA ROMANIA MERIDIONAL: VOCABULARIO Y FORMACIÓN DE PALABRAS

45.- 8. FONÉTICA DIALECTAL EN EL LATÍN DEL SUR DE ITALIA Y DE LA HISPANIA CITERIOR

*   46.- 9. UNIDAD Y DIVERSIDAD EN EL LA­TÍN DE HISPANIA

*   47.- 10. TOPONIMIA CRISTIANA

PARTE TERCERA: HACIA LA NACIONALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE HISPANIA
A. DESMEMBRACIÓN DE LA ROMANIA. ÉPOCAS VISIGÓTICA Y ARÁBIGA

CAPÍTULO I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO

*   48.- 1. DISOLUCIÓN Y RUINA DEL IMPERIO DE OCCIDENTE. CRISIS DE ROMANIDAD

*   49.- 2. NACIONALIZACIÓN DEL REINO VISI­GODO

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Imagen: letra W, alfabeto anglosajón, siglo VIII-IX

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