Blogia
Obras de Diego Catalán

58.- 11. NACIONALIZACIÓN LITERARIA. SAN ISIDORO

58.- 11. NACIONALIZACIÓN LITERARIA. SAN ISIDORO

11. NACIONALIZACIÓN LITERARIA. SAN ISIDORO. I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO

      En el reino toledano se produce el postrer florecimiento de la literatura post-imperio. Cuando los últimos represen­tantes de esa literatura imperial póstuma habían desapare­cido lo mismo en África que en Galia o en Italia 137, cuan­do en todas partes el cultivo de la lengua literaria cesa, mostrando los romanos provinciales un general agotamien­to, cuando los germanos invasores permanecen en todas partes ajenos a la vida intelectual latina, España se distin­gue por la colaboración de los visigodos que tan romani­zados llegaron a la Península. Cuando aún los invasores germanos se mantenían extraños a la mortecina literatura latina, hallamos ya en España una excepción en el abad de familia goda Juan de Bíclaro, «el Biclarense»: es el primer germano que en el Occidente escribe en latín. Educado en Constantinopla hasta 575, aprende de otro godo, el bizan­tino Jordanes, el culto de la historia de la nación goda y escribe, desde Béjar, una continuación de la crónica univer­sal de San Jerónimo hasta el año 590, en que, junto al imperio de los romanos en Oriente, sólo tiene una relevan­cia en Occidente el reino de los godos. Este nacionalismo godo, que en Juan de Bíclaro no nos sorprende, se mani­fiesta de forma nunca antes vista en un hispano-romano (ya del s. VII), san Isidoro, el primer escritor que, al lado de una historia universal de las seis edades del mundo, conci­be, segregada de ella, una historia nacional de un pueblo, el godo, lo cual viene a ser una historia de Hispania, pues considera que esta «reina de todas las provincias» tuvo per­sonalidad preexistente a Roma. Es ésta su obra más original, pues pone en ella la teoría providencialista judeo-cristiana al servicio de una nación nueva.

      La obra principal de Isidoro fue, sin embargo, las Etymologiae (627-630). Es un esfuerzo inmenso por refrescar el vigor de las palabras evocando su sentido originario; la eti­mología es necesaria para interpretar rectamente el vocablo y para penetrar la esencia de las cosas: «nam cum uideris unde ortum est nomen, citius uim ejus intelligis». Entre la multitud de etimologías exac­tas (negotium de nec-otium, accusator que lleva a otro a la causa judicial, etc.) merecen notarse aquellas en que la relación exacta de las dos palabras es violentada en algo para obtener la explicación filosófica, «homo quiasit ex humo», «uir a uirtute», etimologías aproximativas, alguna de las cuales impone rígidos principios éticos a Isi­doro: «reges a recte agendo uocati sunt» y, por lo tanto, no obrando rectamente, se pierde el nombre de rey («peccarrdo regis nomen amittitur»)138, sentencia aplicada en el Concilio IVo Toledano, del año 633, presidi­do por el mismo Isidoro, que sancionó como destronamiento por respetos etimológicos la singular deposición del rey Suíntila «quien temiendo sus propios delitos se privó a sí mismo del reino». Claro que en muchos casos la etimología isidoriana es impresionista, es lo que la voz puede sugerir al hablante, no lo que el lingüista descubre con su linterna: semĭta 'medio camino' «a semi itu»; vinum porque al beberlo se dilatan las venas llenándose de sangre; «solem dixerunt quasi  solum» juego de palabras que aún  puede repetir Gracián: «él solo campea» 139. Estas interpreta­ciones isidorianas, sean exactas, sean erróneas pero sugesti­vas, aplicadas a todas las cosas divinas y humanas, ordena­das por materias en gigantesco conjunto, fueron guía semántica de todos los pueblos durante toda la Edad Media. No hay novedad en nada de lo que compiló; pero fue mucha novedad el concebir la necesidad de tender hacia el pasado un vínculo que sólo él podía tender como estudioso de tantas materias que hacía mucho habían caído en olvido y ser capaz de organizar ingentes masas de nociones que habían tenido expresión en las tres lenguas (hebrea, griega y latina) de la Antigüedad: artes liberales, medicina, leyes, religiones, santos padres, herejías, libros y bibliotecas, escue­las filosóficas, poetas, historia natural, cosmografía, agricul­tura, milicia, navegación, trajes, comidas, juegos... Su curio­sidad por el extinguido mundo antiguo nada excluye: informa sobre los dioses de los gentiles, sobre los atroces juegos circenses, sobre los lupanarios teatros, las lascivas comedias, aunque añada, claro es, alguna precautoria adver­tencia: «cristiano, debes odiar estos espectáculos de los de­monios», «los pronósticos de los astros son supersticiosos y los cristianos deben ignorarlos».

      Entre las otras obras de san Isidoro tiene también ten­dencia lexicográfica, a la vez que estilística singular, la de Synonyma. De lamentatione animae peccatricis, toda escrita a fuerza de sinonimias, de tautologías y de frases similicadentes o paronomásticas. «Quaes o te, anima, obsecro te, deprecor te, imploro te, ne quid ultra leviter agas, ne quid inconsulte geras...»; «O mors, quam suavis es amare viventibus! quam jocunda es, o mors, tristibus atque moerentibus!»140. Este estilo de excepción, no usado en las de­más obras isidorianas, fue imitado enseguida por san Ilde­fonso, metropolitano de Toledo (657-667), en su libro De virginitate Sanctae Mariae («more synonymorum conscriptus») y fue admiradísimo en la Edad Media, llamán­dolo «estilo isidoriano», aunque lo habían usado otros an­tes, empezando por san Agustín, sobre todo en sus sermones 141. Como las de Isidoro, algunas similicadencias de Ildefonso parecen guevarescas, hasta en la mayor lon­gitud del último período; así por ejemplo describe a la Vir­gen ante el ángel «turbata in sermone, attonita in cogitation e, stupefacta in salutatione, admirata in dictorum enuntiatione» 142. No que­remos con esto decir que Guevara imitase concretamente a san Ildefonso o a san Isidoro, aunque ello es, desde luego, posible.

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

NOTAS

137  Véase atrás, § 5 y mi artículo en «La Nación» de Buenos Aires, 15-dic.-1963, «San Isidoro, lazo de unión entre la cultura antigua y la moderna».

138 Sentent., III. 48.

139 Criticón, 1ª, 2ª. Según nota L. Spitzer, en RFE, XVII, 1930, p. 179.

140 Synonyma, I, 19.

141  E. Norden, Die antike Kuntsprose, 2ª ed., 1909, pp. 622, 626, etc. A. Schiaffini, Tradizione e Poesía nella prosa d'arte italiana, 1930, p. 30 ss.

142  Véase la edición de San Ildefonso, De Virginitate, por Blan­co García, 1937, pp. 4 y 251.

 CAPÍTULOS ANTERIORES:

PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES

CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

1.- 1.  LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS

2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS

4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA

5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA

6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA

7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA

*   8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES

*   9.- 6. LOS ILIRIOS

*   10.- 7. LOS CELTAS

*   11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)

12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS IN­DÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA

B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE

CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL

13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERRO­MANAS

14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL

15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA

16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO

PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA  LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN

CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA

* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE

18.- 2. LA ROMANIZACIÓN

19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO

20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO

CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN

21.- 1. ¿LATÍN VULGAR?

22.- 2. EL LATÍN NUEVO

23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO

24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO

25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLEC­TIVA

26.- 6. ACEPCIONES NUEVAS

27.- 7. FRASEOLOGÍA

28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMA­TICAL

29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE

30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SIN­TAXIS DEL VERBO

31.- 11. PREPOSICIONES Y ADVERBIOS

32.- 12. COLOCACIÓN DE LAS PALABRAS

*   33.- 13. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

34.- 14. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSO­NÁNTICO

*   35.- 15. OTRAS SIMPLIFICACIONES FONÉTICAS

*   36.- 16. LARGA LUCHA ENTRE INNOVACIÓN Y PURISMO

*   37.- 17. LAS INSCRIPCIONES

B. EL LATÍN DE HISPANIA

CAPÍTULO III. ESPAÑA EN LA ROMANIA

*   38.- 1. LA ROMANIA

*   39.- 2. CAUSAS DEL DIALECTALISMO RO­MÁNICO

*   40.- 3. ROMANIA OCCIDENTAL, ROMANIA MERIDIONAL

*   41.- 4. TRES ZONAS DE COLONIZACIÓN DE ESPAÑA

*   42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL

*   43.- 6. ARCAÍSMO PURISTA DEL LATÍN DE ESPAÑA

*   44.- 7. RELACIONES ENTRE EL LATÍN HISPA­NO Y EL DE LA ROMANIA MERIDIONAL: VOCABULARIO Y FORMACIÓN DE PALABRAS

45.- 8. FONÉTICA DIALECTAL EN EL LATÍN DEL SUR DE ITALIA Y DE LA HISPANIA CITERIOR

*   46.- 9. UNIDAD Y DIVERSIDAD EN EL LA­TÍN DE HISPANIA

*   47.- 10. TOPONIMIA CRISTIANA

PARTE TERCERA: HACIA LA NACIONALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE HISPANIA
A. DESMEMBRACIÓN DE LA ROMANIA. ÉPOCAS VISIGÓTICA Y ARÁBIGA

CAPÍTULO I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO

*   48.- 1. DISOLUCIÓN Y RUINA DEL IMPERIO DE OCCIDENTE. CRISIS DE ROMANIDAD

*   49.- 2. NACIONALIZACIÓN DEL REINO VISI­GODO

*   50.- 3. REINO VISIGODO TOLEDANO

*   51.- 4. ONOMÁSTICA GERMÁNICA

*   52.- 5. CAUSAS DE LA FRAGMENTACIÓN ROMÁNICA

*   53.- 6. LA LENGUA COMÚN QUE NO SE ESCRIBE

*   54.- 7. CENTROS DIRECTIVOS DE LA HISPANIA VISIGÓTICA

*   55.- 8. LENGUA CORTESANA VISIGODA

*   56.- 9. EL MAPA LINGÜÍSTICO DEL REINO GODO

*   57.- 10. ORÓSPEDA, CANTABRIA Y VASCONIA

Diseño gráfico:
 
La Garduña Ilustrada

Imagen: letra O, alfabeto anglosajón, siglo VIII-IX

0 comentarios