100.- 2. CANCIONES ANDALUSÍES. EL LENGUAJE DE ESTOS CANTARCILLOS ROMÁNICOS
2. CANCIONES ANDALUSÍES. EL LENGUAJE DE ESTOS CANTARCILLOS ROMÁNICOS. VIII. LA LITERATURA DEL MILENIO
Sin duda, todos los pueblos hispánicos tuvieron en la alta Edad Media cantos líricos populares, aunque no se conserven; el canto es recreo necesario, tanto en las fiestas como en los trabajos de la vida, tanto en el descanso como en el cansancio. Estos cantos, indudablemente, nacieron en toda la Romania a la vez que las lenguas romances nacían diferenciándose cada vez más del latín escrito. Y fueron cantores espontáneos los que primero se aventuraron a expresar íntimas emociones con formas lingüísticas extrañas al latín oficial.
Esta literatura oral y popular, que por necesidad hay que suponer existía aunque viviera en «estado latente», esto es, indocumentada por ser oral, es olvidada, a menudo, por los eruditos, que la califican como hipótesis verosímil pero sin fundamento tangible. Pero atenerse sólo a la literatura escrita para explicar la formación de las literaturas románicas es como pretender que las lenguas romances, cuando empiezan a documentarse escritas, son transformaciones súbitas del latín culto, del latín postclásico escrito. Igual que la romanística da por evidente que el latín popular vivió en «estado latente» muchos siglos y que durante largo tiempo nadie se atrevió ni supo escribirlo tal como se hablaba, los historiadores de la literatura deben aceptar que hubo una lírica en lengua latina vulgar y románica primitiva, poesía cantada por el pueblo iletrado, lírica que nadie pensaba escribir, tanto a causa de su lengua indómita para la pluma, por sus sonidos ajenos al alfabeto latino, como a causa de sus temas, desconocidos también dentro de la secular práctica latina clásica 10.
Todo esto no es hipótesis, es simple postulado de sentido común. Es una realidad lógica, tan tangible como la existencia de un latín hablado proto-romance. Pero además, por una causa singular y extraordinaria (la superposición de una cultura islámica, en lengua árabe y hebrea, en la población de lengua romance de España), es también una realidad documentada: podemos leer esa lírica oral, transcrita en caracteres semíticos, aunque no en los más antiguos textos utilizados por los poetas arábigo-andaluces a finales del siglo IX, en el siglo X y en el primer cuarto del siglo XI 11, sino en los que siguieron glosando los poetas arábigo-andaluces y judeo-andaluces de mediados del siglo XI y comienzos del siglo XII 12.
Según ya hemos tenido ocasión de comentar 13, en tiempos de Abdállah (889-912) y Abderrahman III (912-961), superado el período de las grandes agitaciones de muladíes y mozárabes por el califato cordobés, nació y se desarrolló en la España islámica una nueva forma poética, la muwaššaha, que tomaba como modelo estrófico la estructura de una cancioncilla en la lengua vulgar utilizada por la población bilingüe andaluza y que iba rematada con la inclusión de ese pequeño poema lírico (al que se denominaba jardya 14). La jardya, explica el preceptista Ibn Saná al- Mulk 15, debe contener versos puestos en boca de otro que no sea el poeta, preferentemente una mujer que canta o también una paloma en la enramada o un objeto inanimado; y esos versos deben estar enlazados con el asunto del poema mediante la primera parte de la última estrofa que los explicará y anunciará con palabras como «él dijo», «ella dijo», «ella cantó»; la jardya debe estar compuesta en estilo callejero, en lenguaje vulgar, tal vez desatinado como el de un niño o un borracho, o bien puede estar en lengua aljamiada, pero siempre incorrecta; la jardya es el aroma de la muwaššaha, es su sal, su ámbar, su azúcar; ella resume el contenido del poema en una expresión quintaesenciada 16.
No conocemos las jardyas del inventor del género, el famoso ciego de Cabra, ni de los primeros que tras él lo perfeccionaron; pero la lengua exótica de la jardya, su autonomía poética respecto al poema, que sólo enlaza con ella mediante una explicación en la última estrofa, indican que, en sus orígenes, y, después, en la mayoría de los casos, esos versos finales eran una canción popular. Aunque hay jardyas inventadas al tiempo de la composición del poema, las más veces son textos preexistentes 17 y a menudo carecen de relación directa con el asunto tratado en el poema, de modo que la muwaššaha escrita en honor de una persona puede llevar en su final una canción de amor femenino que el poeta aplica a su tema, con mejor o peor arte, para resumir la expresión de su particular sentimiento respecto al personaje a que va enderezado el panegírico 18.
Esta autonomía de la jardya respecto a la muwaššaha, señalada por los tratadistas y bien ejemplificada por los textos descubiertos, es especialmente notable en las de lengua aljamiada. Abundan entre ellas, a lo largo de los tiempos, las puestas en boca de doncellas enamoradas, en las cuales la doncella nombra siempre al amado con el arabismo al-ḥabib, ḥabibi, adaptación propia de muladíes y mozárabes bilingües del vocablo románico «amigo», con su doble sentido de la noción de amistad, tal cual reaparecerá en las «canciones de amigo» de la lírica medieval gallego-portuguesa 19. En la más antigua jardya romance llegada a nuestro conocimiento, incluida en un poema de Yosef el Escriba anterior a 1042 hallamos ya testimonio de este subgénero de canción andalusí:
tnt ’m’ry tnt ’m’ry ḥbyb tnt ’m’ry
’nfrmyrwn wlywš gydš y dwln tn m’ly 20
«¡Tant’amare, tant’amare
ḥabib, tant’amare!
Enfermiron uelyos [n]idios
y duelen tan male 21.
y las muestras de su continuidad en la tradición poética de la muwaššaha se sucederán en la segunda mitad del siglo XI, en el XII y aún en el XIII. Volveremos a tratar del tema más adelante 22.
Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)
NOTAS
10 Menéndez Pidal, «Cantos rom. andalusíes», 1951, pp. 264-266.
11 Nombrados por Ibn Bassām. Véase Parte IIa, cap. II, § 3 y n. 24.
12 Sobre el progresivo descubrimiento de muwaššahas, en hebreo y en árabe, con canciones románicas, véase Parte IIa, cap. II, § 3, notas 27 y 28.
13 Parte IIa, cap. II, § 3.
14 La muwaššaha está por completo supeditada a la jardya, ya que el markaz o «cabeza» de la composición reproduce la estructura y las rimas todas de la cancioncilla final y esas mismas rimas son repetidas en el qufl o «vuelta» que remata el ŷuz o «mudanza» de cada estrofa. Y esta repetición de la estructura de la cancioncilla final (que se incorpora como qufl o «vuelta» de la última estrofa) no sólo calca las rimas, sino inclusive las terminaciones de los hemistiquios o versos libres no rimados de la jardya o de los versos que en la canción romance eran meramente asonantados. Véase Menéndez Pidal, «Cantos rom. and.», pp. 210-214.
15 Ibn Sanā escribía en Egipto a fines del s. XII (1155-1211); formó una famosa antología de muwaššahas precedida de un arte poética, cuya parte interesante para nosotros es la que da preceptos sobre el final de la composición.
16 Sin duda «el lenguaje de los niños pequeños» que nombra Ibn Sanā se debe a una incomprensión del egipcio ante el repetido uso, en docenas de jardyas de la voz «mamma» en las canciones de amor de las doncellas que toman a su madre como confidente. Su conclusión de que la aljamía utilizada debe ser «ampulosa, petulante, ininteligible» parece mostrar que las canciones de habib sólo eran para él una jerigonza sonora cuya gracia estribaba en ser incomprensible para un árabe no hispano (Menéndez Pidal, «La primitiva lírica», pp. 323-324).
17 Al no ser tenido por cosa propia, vino a ser costumbre extendida la de utilizar jardyas compuestas (o ya utilizadas) por otro poeta.
18 Sirva de ejemplo la muwaššaha del gran poeta hebreo Judá ha-Leví en que expresa su sentimiento por la muerte del hermano de Mosé b. Ezra. La transición a la jardya anuncia (en hebreo, claro): «el canto del hermano solitario abrasa mi corazón, como el canto de la doncella cuyo corazón late agitado porque llega el plazo de la cita y el amado no viene», y el cantar de la doncella: «Vienid la Pasca, ed yieu sin ellu, / ¡com’ caned mieu coradyón por ellu!» (’Viene la Pascua y yo sin él, / ¡cómo arde mi corazón por ello!’ o ’él!’).
19 Menéndez Pidal, «Cantos román, andalusíes», Bol. Acad. Esp., XXXI, 1951, pp. 229-231.
20 Stern, Les chansons mozárabes (1953), pp. 18-19. Muwaššaha num. 18, en la cual se celebra a un visir del rey de Granada.
21 Son también posibles otras lecturas: amaray ~ rey; uolyoš, ualyoš, olyoš; [n]edoš, gay[o]š; duolen, dolen.
22 Véase cap. IX, § 3.
CAPÍTULOS ANTERIORES:
PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES
CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.
* 1.- 1. LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS
* 2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA
* 3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS
CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS
* 4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA
* 5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA
* 6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA
* 7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA
* 8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES
* 11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)
* 12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS INDÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA
B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE
CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL
* 13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS
* 14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL
* 15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA
* 16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO
PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN
CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA
* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE
* 19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO
* 20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO
CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN
* 23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO
* 24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO
* 25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLECTIVA
* 28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMATICAL
* 29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE
* 30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL VERBO
* 31.- 11. PREPOSICIONES Y ADVERBIOS
* 32.- 12. COLOCACIÓN DE LAS PALABRAS
* 33.- 13. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO
* 34.- 14. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSONÁNTICO
* 35.- 15. OTRAS SIMPLIFICACIONES FONÉTICAS
* 36.- 16. LARGA LUCHA ENTRE INNOVACIÓN Y PURISMO
B. EL LATÍN DE HISPANIA
CAPÍTULO III. ESPAÑA EN LA ROMANIA
* 39.- 2. CAUSAS DEL DIALECTALISMO ROMÁNICO
* 40.- 3. ROMANIA OCCIDENTAL, ROMANIA MERIDIONAL
* 41.- 4. TRES ZONAS DE COLONIZACIÓN DE ESPAÑA
* 42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL
* 43.- 6. ARCAÍSMO PURISTA DEL LATÍN DE ESPAÑA
* 45.- 8. FONÉTICA DIALECTAL EN EL LATÍN DEL SUR DE ITALIA Y DE LA HISPANIA CITERIOR
* 46.- 9. UNIDAD Y DIVERSIDAD EN EL LATÍN DE HISPANIA
* 47.- 10. TOPONIMIA CRISTIANA
PARTE TERCERA: HACIA LA NACIONALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE HISPANIA
A. DESMEMBRACIÓN DE LA ROMANIA. ÉPOCAS VISIGÓTICA Y ARÁBIGA
CAPÍTULO I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO
* 48.- 1. DISOLUCIÓN Y RUINA DEL IMPERIO DE OCCIDENTE. CRISIS DE ROMANIDAD
* 49.- 2. NACIONALIZACIÓN DEL REINO VISIGODO
* 50.- 3. REINO VISIGODO TOLEDANO
* 51.- 4. ONOMÁSTICA GERMÁNICA
* 52.- 5. CAUSAS DE LA FRAGMENTACIÓN ROMÁNICA
* 53.- 6. LA LENGUA COMÚN QUE NO SE ESCRIBE
* 54.- 7. CENTROS DIRECTIVOS DE LA HISPANIA VISIGÓTICA
* 55.- 8. LENGUA CORTESANA VISIGODA
* 56.- 9. EL MAPA LINGÜÍSTICO DEL REINO GODO
* 57.- 10. ORÓSPEDA, CANTABRIA Y VASCONIA
* 58.- 11. NACIONALIZACIÓN LITERARIA. SAN ISIDORO
* 59.- 12. LA ESCUELA ISIDORIANA
CAPÍTULO II. AL-ANDALUS. EL ÁRABE Y LA ALJAMÍA
* 60.- 1. LA ARABIZACIÓN DE HISPANIA
* 61.- 2. LOS MOZÁRABES EN SU ÉPOCA HEROICA
* 62.- 3. MUSULMANES DE HABLA ROMANCE
* 63.- 4. LA ALJAMÍA O LENGUA ROMANCE HABLADA EN AL-ANDALUS
* 66.- 7. TOPONIMIA LATINA EN BOCA ÁRABE
CAPÍTULO III. LOS PUEBLOS INDOCTOS DEL NORTE
* 67.- 1. UNA NUEVA BASE PARA LA NUEVA ROMANIDAD HISPANA
* 68.- 2. GRANDES TRASIEGOS DE POBLACIÓN
* 69.- 3. TOLEDANISMO OVETENSE. EL DIALECTO ASTURIANO Y LEONÉS
* 71.- 5. EL PATRONÍMICO EN -Z
CAPÍTULO IV. EL IMPERIO LEONÉS Y SU FRONTERA VÁRDULO-VASCONA
* 72.- 1. ORÍGENES DEL REINO DE NAVARRA Y DEL «IMPERIO» LEONÉS
* 73.- 2. FORMACIÓN DEL GRAN CONDADO DE CASTILLA
* 75.- 4. REPOBLACIÓN AL SUR DEL DUERO
* 76.- 5. PREPONDERANTE INFLUJO ÁRABE Y MOZÁRABE
B. PRIMEROS BALBUCEOS DEL IDIOMA —960-1065—
GLOSAS Y CANTARES ÉPICOS
CAPITULO V. LA LENGUA ESCRITA
* 77.- 1. LATÍN DOCTO Y LATÍN ARROMANZADO
* 78.- 2. LAS GLOSAS EMILIANENSES
* 80.- 4. DIFICULTAD DE LA ESCRITURA
* 83.- 7. REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE OTROS SONIDOS ROMÁNICOS
* 84.- 8. GRAFÍAS PARA SONIDOS ESPECIALMENTE CASTELLANOS
CAPÍTULO VI. EL HABLA ROMANCE
* 86.- 1. FALTA DE FIJACIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO
* 87.- 2. SONORIZACIÓN DE LA CONSONANTE SORDA
* 88.- 3. VACILACIÓN EN LA PÉRDIDA DE LA VOCAL INTERTÓNICA
* 89.- 4. FECHA RELATIVA DE LA SONORIZACIÓN Y DE LA SÍNCOPA VOCÁLICA
* 90.- 5. UNA ÉPOCA DE MÚLTIPLES SINCRETISMOS
* 91.- 6. CONTIENDA ENTRE LLANOS Y CULTOS
* 92.- 7. ARCAIZANTES Y NEOLOGISTAS
* 93.- 8. AFECTACIÓN ULTRACORRECTA
CAPITULO VII. EL CASTELLANO ENTRE LOS DEMÁS DIALECTOS ROMANCES HISPÁNICOS
* 94.- 1. CARÁCTER DIFERENCIAL DE CASTILLA
* 95.- 2. RASGOS PRIMITIVOS DEL CASTELLANO FRENTE AL LEONÉS, AL ARAGONÉS Y A LA ALJAMÍA
* 96.- 3. CASTILLA SE ADELANTA A LOS OTROS DIALECTOS AFINES
* 97.- 4. EL CASTELLANO CON EL LEONÉS Y EL GALLEGO-PORTUGUÉS
* 98.- 5. EL CASTELLANO CON EL ARAGONÉS Y EL CATALÁN
CAPÍTULO VIII. LA LITERATURA DEL MILENIO
Diseño gráfico:
La Garduña Ilustrada
Imagen: letra minúscula x, siglo XII. British Museum
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