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Obras de Diego Catalán

117.- 3. LA TOLEDO ROMÁNICA FRONTERIZA; SU MEZCLA DIALECTAL

117.- 3. LA TOLEDO ROMÁNICA FRONTERIZA; SU MEZCLA DIALECTAL

 

3. LA TOLEDO ROMÁNICA FRONTERIZA; SU MEZCLA DIALECTAL. X. ESPLENDOR DE LA LITERATURA DIALECTAL (1140-1180)

      Durante el reinado del Emperador, Alfonso VII, florecía ya en Toledo la poesía en lengua vulgar, mezclada a prin­cipales actos de la vida; por eso nos da repetida noticia de ella la Chronica Adephonsi Imperatoris: En las calles de Toledo, durante las fiestas de las victorias militares, se oyen los cantos de los soldados y los de los vecinos cristianos, sarra­cenos y judíos que, en romance, en árabe y en hebreo, entonan acompañados de instrumentos músicos 40. La em­peratriz Berenguela con sus damas, que cantan al son de cítaras, salterios y panderos, apareciendo en la torre del alcázar, deslumbra entre aquella pompa lírica a los almo­rávides sitiadores, a quienes envía un mensaje y obtiene de ellos la paz (1139) 41. Las viudas toledanas cantan en el cementerio de la Catedral endechas sobre la desastrada muerte del alcaide de la ciudad Munio Alfonso (1143), el heroico exaltador de todos los sentimientos nacionales, exaltador trágico del honor familiar, que él venga despiadadamente en su hija 42.

      No sabemos cómo eran sus textos, ni los metros utiliza­dos. También ignoramos la variedad dialectal, dentro de las varias tradiciones lingüísticas que por entonces convivían en la ciudad, en que se cantaba. De nada de esto nos infor­ma, desde luego, el cronista imperial. Sólo es notable que su autor, aunque escriba en latín, considere como «lingua nostra» no la latina en que se expresa, sino la romanzada, con sus particulares arabismos: «et quotidie exibant de castris magnae turbae militum, quod nostra lingua dicimus al­garas» 43; «ad quadam civitatem opulentissimam quam antiqui dicebant Tucci, nostra lingua Xerez» 44; «sed fortissimae turres, quae lingua nostra alcazares vocantur» 45; «et miserunt insidias, quas nostra lingua dicit celatas, in quodam loco abscondito» 46.

      Sociológicamente, como ya había ocurrido en otras ciu­dades fronterizas 47, los mozárabes de Toledo (y de otras ciudades del reino toledano 48) conservaron cierta cohesión nacional, continuando en el uso oficial de la lengua y la escritura árabe para documentos notariales e inscripciones, continuaron también rigiéndose por su legislación visigóti­ca del Fuero Juzgo, practicando su rito visigótico (a pesar de la introducción del rito romano) y manteniendo el uso de moneda cristiana de tipo árabe aún en el siglo XIII 49. Ade­más, en el siglo XII recibieron refuerzo con la inmigración de otros mozárabes: en 1150, muchos miles de mozárabes andaluces, que habían formado en Marruecos una milicia al servicio de los almorávides, al derrumbarse el imperio de éstos, regresaron, con su obispo y su clero, a la Penín­sula y se establecieron en Toledo 50.

      Respecto al habla de los mozárabes toledanos en los si­glos XII y XIII tenemos alguna documentación. Aunque nos resulte escasa para definir sus características, sabemos que, incluso gente notable, como don Pedro Apolechén y su notario 51, empleaban en sus escritos la ll (y no la j del castellano) en «con suas mulleres e con sos fillos», pero es­cribían ch en barvecho (no it); repugnaban el diptongo ue, aunque admitían el ie: «dola ad atal foro», «a est foro», «a foro de Toledo», «foras end a los que vinieren», «de diestro», «ke lo lieven al lugar», «sos nietos»; conservaban o añadían la i en varias terminaciones: «e non cambien la morancia, e si cambiaren la morancia...». Otros mozárabes distinguidos de Toledo usan la -u final: «sobrinu de don Tome» (1157), «Muniu Micael» (1173)52; formas no castellanas en el artí­culo: «de les meas kasas», «les maiolos» (1146) en que un plural les se aplica indistintamente a masculino y femeni­no 53; casos de r agrupada por l: «Pedro Arbarez» 54; cons­trucciones como «Dominico filio Guniz» (sin preposición)55. En muchos de estos rasgos los mozárabes toledanos coin­cidían con el habla leonesa, frente a la castellana.

      Junto a los mozárabes (y los musulmanes y judíos, que en el reino toledano permanecieron o que concurrieron a él) se establecieron, desde la conquista, como pobladores diferenciados, los «castellanos» (nombre bajo el cual se in­cluían ya indistintamente tanto a los procedentes del reino de León como a los procedentes del reino de Castilla y a los de las Extremaduras) y los «francos». Con el paso del tiempo, la legislación mozárabe del Fuero Juzgo, rechazada al principio por los pobladores castellanos, se fue generali­zando en el curso de los siglos XII y XIII para todos. En cuanto al lenguaje ocurrió lo contrario, la lengua vulgar fue unificándose sobre una base castellana 56.

      En los documentos toledanos en romance de los siglos XII y XIII (que al no estar escritos en árabe pertenecerán por lo común a otros grupos de población que el mozárabe) domi­nan las formas completamente castellanas. No obstante, se dejan ver en ellos algunos «toledanismos», sea por influjo de la tradición mozárabe, sea por influjo de la población leonesa establecida en Toledo. Junto al común -mbr-, se documentan semnadura, nomne 57; es frecuente la i en las terminaciones: demandancia (1210), «su fincancia (’morada’) dellos en aquel lugar» (1236), marcio (1228), setembrio (1246)58; también se hallan cambios de l agrupada en r: preyto, arcalde junto a alcalde (1246) 59; casos de cerrazón de o en u: riu, curazon, «de ssu una» (’de so uno’) en documento de 1215 60; comde, comdesa, bizcomde (1239, 1242, 1256), limderos (1258). También asoman rasgos que recuerdan a los dialectos orientales, ara­goneses: la d conservada en «ad ela» 61 (que vimos utilizada por el mozárabe don Pedro Apolechén), la -i- antiática: «Mont Reial» (1207), maiestro (1223), maiestre (1186) 62. Quizá otros rasgos que pueden reputarse de aragonesizantes sean propios de un escribano aragonés: allenar ’enajenar’ (usado junto a mulier, muger, ovejas), la expresión «devant dita» y la preposi­ción ad aparecen en un documento de 1212 que a la vez uti­liza grafías aragonesas en faillaren, enpeinnar, engainno 63.

      La influencia mozárabe es visible en un rasgo de estilo procedente de un uso general en árabe: los incisos de ben­dición tras los nombres de persona y de ciudades («las al­deas de Toledo, que Deus salvet», 1206; «en termino de Toledo, que Deus defenda», 1207; «arzobispo de Toledo e primat de las Españas, que Dios mantenga», 1221, 1236)64.

      Muy curiosos son, bajo el aspecto dialectal, algunos fue­ros de la región. En el de Valfermoso de las Monjas (pueblo cercano a Brihuega), dado en 1189 por don Juan Pascasio y doña Flambla (vecinos de la villa de Ledanca), se escribe no sólo ovella, parello, sino también oitavas, dreitero, dreiteras 65. En el Fuero de Madrid de 1202 66 se halla proueio, eiar, eia (del verbo ’echar’), dereio, sospeia, «prado de Toia», «arroio de Tocha» (por ’Atocha’) y a su lado conechos y coneios, acoianlo, taiar, trebeiar, moion, etc., confundiendo las grafías de las africadas sorda (procedente de -CT- en castellano) y sono­ra (procedente de -Ll̯̯̯-, -CL- en castellano)67; pero las pro­nunciaciones a la castellana, que esas grafías revelan, con­viven con las no castellanas, pues, junto a eiar (’echar’), se escribe getar, iectar (< jectare), junto a dereio, directo, y, junto a pecha, pecta (’pecha, pago’) y siempre cutello (’cuchi­llo’), seis veces, también en contraste con coneios, conechos 68.

      La importancia adquirida por la Extremadura castellana y por la Transierra no sólo se manifiesta en la Crónica del Emperador. Obra fronteriza es también 69 el poema de Mio Cid,  hacia 1140, primera obra literaria de gran aliento nacional, famosa ya para el poeta áulico del Emperador en 1147/48 («Rodericus mio Cidi saepe vocatus, de quo cantatur...» 70). Después, hacia 1170, se escribe en la Catedral de Toledo el Auto de los Magos 71; y por entonces también, en el barrio de la Catedral, en la «calle de francos», habitaba sin duda el anónimo poeta francés que escribió el poema de las mocedades de Carlo Magno, el Mainet, destinado a gran celebridad en toda Europa 72.

      Las dos únicas obras de esta época en español que cono­cemos, ambas no castellanas, postulan una elaboración de escuela en la época anterior, de la cual nada conservamos. El poema de Mio Cid supone, por la sabia disposición de su plan y por su ejecución, una larga tradición juglaresca formativa de un estilo épico bien desarrollado 73. Igualmente el Auto de los Magos, en que un clérigo toledano santifica los juegos de escarnio juglarescos, no parece un primer ensayo de drama litúrgico en romance; el autor, parafraseando la sencilla pauta de los modelos latinos, ejercita el diálogo en un lenguaje de nuevo dramatismo, especialmente para apo­yar la fe de los tres reyes sobre fundamentos de raciocinio y de ciencia, mérito realzado por Arturo Graf 74 como singu­lar novedad, importante no sólo para la historia del diálo­go teatral español, sino «per tutta, in generale, la storia della dramatica cristiana primitiva».

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

NOTAS

40  Véase atrás, cap. IX, § 3.

41  Historia o Chronica Adefonsi Imperatoris, ed. Sánchez Belda, 1950, pp. 116-117.

42  Hist. (Chron.) Adefonsi Imper., ed. Sánchez Belda, 1950, pp.  144-145.

43  Chron. Adefonsi Imper., ed. en Esp. Sagr., XXI, 1766, p. 334.

44  Chron. Adefonsi Imper., ed. en Esp. Sagr., XXI, 1766, pp. 334-335.

45  Chron. Adefonsi Imper., ed. en Esp. Sagr., XXI, 1766, pp. 358-359, y la explicación «excelsam turrem, quae nostra lingua dicitur alcazar», «in turribus excelsis Cordubae, quas nostra lingua dicit alcazar» se repite de forma reiterada (Esp. Sagr., pp. 377, 393).

46  Esp. Sagr., XXI, 1766, p. 362.

47  Todavía en los siglos XIII y XIV, en Salamanca (cuya última repoblación fue bajo Alfonso VI) se mantenían distintos los va­rios «linages» que en ella habitaban. El Fuero de Salamanca, en su manuscrito del siglo XIII, los enumera repetidas veces: «serra­nos, castellanos, mozárabes, portugaleses, francos, toreses», y el manuscrito del siglo XIV añade los «bragancianos» (o de Braganza), ed. en Fueros Leoneses por A. Castro y F. de Onís, 1916, pp. 1834, 19910, 1747. Véase Menéndez Pidal, Orígenes del esp., § 923 y nota.

48  Guadalajara, Zorita, Madrid, Talavera, Maqueda, Santa Olalla, Alhamín.

49  Menéndez Pidal, Orígenes del esp., § 914.

50  Chron. Adefonsi Imper., § 101 (Esp. Sagr., XXI, p. 399). Poco después, en 1156, la población mozárabe de Zorita fue reforza­da por un considerable número de mozárabes venidos de Calatayud, de Zaragoza y de otras partes de Aragón (Simonet, Hist, de los mozár., pp. 754 y 826; Menéndez Pidal, Docum. ling. Castilla, p. 34837).

51  Menéndez Pidal, Docum. ling. Castilla, 261°.

52  Menéndez Pidal, Docum. ling. Castilla, p. 35028 y 17.

53  Menéndez Pidal, Docum. ling. Castilla, 259°4 y 5; Orígenes del

esp., § 65.

54  Menéndez Pidal, Docum.  ling.  Castilla, p. 35015.

55  Menéndez Pidal, Docum.  ling.  Castilla, p. 35010.

56  Menéndez Pidal, Docum.  ling.  Castilla, pp. 348-349.

57  En mis Documentos lingüísticos los casos de -mbr- en la región toledana son el 58 %, los casos con -mn- el 29 % y los casos con -mr- el 13% (Orígenes del esp., § 581).

58  Menéndez Pidal, Docum. ling. Castilla, 268°42, 278°33, 276°30, 322°.

59  Menéndez Pidal, Docum. ling. Castilla, 322°.

60  Menéndez Pidal, Docum. ling. Castilla, 273°.

61  Más de 11 veces limderos en documento de 1258; comde en 1239; «yo comdessa don Elo ... de mio fijo el comde don Ponz ... la comdessa», en 1242; comde, bizcomde, en 1256 (Documentos ling. Castilla, 285°, 279°6, 251°5, 25> 29, 284°43, 46).

62  En mis Documentos lingüísticos, hallo ad en Toledo en 119111,

121021, 30,42. Véase Orígenes del esp., §§ 781, 914.

63  Menéndez Pidal, Orígenes del esp., cfr. los §§ 914, 502 y 512. Se trata del doc. 270° de Documentos ling. Castilla.

64  Aunque expresiones análogas («que Dios guarde», «que san­ta gloria haya») se usaron hasta tiempos modernos, cuando se nombraba oficialmente a un rey o en estilo elevado a un difun­to, incisos como los que son frecuentes en las escrituras toleda­nas no son corrientes en los de otras regiones, castellanas o leonesas, y sí en otros documentos medievales de origen mozárabe (Menéndez Pidal, Orígenes del esp., § 914).

65  Ed. J. Catalina García, Disc, ante la Acad. de la Hist., 1894, p.  122 (Menéndez Pidal, Orígenes del esp., §§ 914, 514).

66  Cfr. R. Lapesa, nota preliminar a la ed. del Fuero de Madrid del Archivo de la Villa de Madrid, 1932.

67  Menéndez Pidal, Orígenes del esp., § 81; en el Fuero (ed. 1932), pp. 72a, 68b, 46, 39, etc.

68  Cfr. Menéndez Pidal, Orígenes del esp., § 514.

69  Dado que, en los itinerarios de los personajes del Mio Cid, únicamente se describen con gran pormenor toponímico y con innecesaria alusión a detalles sólo conocibles por los habitantes locales dos comarcas vecinas entre sí (la de San Esteban de Gormaz y la de Medinaceli) situadas en la frontera entre la Extremadura soriana y el arzobispado de Toledo, a jornada y media una de otra (Menéndez Pidal, Cantar de Mio Cid, 1908-1911, pp. 68-73; Poema de Mio Cid,  1913, pp. 27-31).

70  Poema de Almería, ed. Sánchez Belda, Chron. Adefonsi Imperatoris, 1950, § vv. 220-224. Sobre la necesidad de conside­rar este pasaje como alusivo a la gesta de Mio Cid, véase Menéndez Pidal, Cantar de Mio Cid, I (1908), § 83.

71  Véase Menéndez Pidal, en Rev. Arch., Bibl. y Mus., 3a épo­ca, II, 1900, pp. 453 y ss.

72  Véase Menéndez Pidal, Hist. y epop., 1934, pp. 272-284.

73  Véase atrás, cap. VIII, § 6.

74  Graf, Studi Drammatici,  1878, p. 276.

CAPÍTULOS ANTERIORES:

PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES

CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

1.- 1.  LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS

2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS

4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA

5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA

6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA

7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA

*   8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES

*   9.- 6. LOS ILIRIOS

*   10.- 7. LOS CELTAS

*   11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)

12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS IN­DÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA

B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE

CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL

13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERRO­MANAS

14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL

15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA

16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO

PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA  LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN

CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA

* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE

18.- 2. LA ROMANIZACIÓN

19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO

20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO

CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN

21.- 1. ¿LATÍN VULGAR?

22.- 2. EL LATÍN NUEVO

23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO

24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO

25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLEC­TIVA

26.- 6. ACEPCIONES NUEVAS

27.- 7. FRASEOLOGÍA

28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMA­TICAL

29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE

30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SIN­TAXIS DEL VERBO

31.- 11. PREPOSICIONES Y ADVERBIOS

32.- 12. COLOCACIÓN DE LAS PALABRAS

*   33.- 13. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

34.- 14. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSO­NÁNTICO

*   35.- 15. OTRAS SIMPLIFICACIONES FONÉTICAS

*   36.- 16. LARGA LUCHA ENTRE INNOVACIÓN Y PURISMO

*   37.- 17. LAS INSCRIPCIONES

B. EL LATÍN DE HISPANIA

CAPÍTULO III. ESPAÑA EN LA ROMANIA

*   38.- 1. LA ROMANIA

*   39.- 2. CAUSAS DEL DIALECTALISMO RO­MÁNICO

*   40.- 3. ROMANIA OCCIDENTAL, ROMANIA MERIDIONAL

*   41.- 4. TRES ZONAS DE COLONIZACIÓN DE ESPAÑA

*   42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL

*   43.- 6. ARCAÍSMO PURISTA DEL LATÍN DE ESPAÑA

*   44.- 7. RELACIONES ENTRE EL LATÍN HISPA­NO Y EL DE LA ROMANIA MERIDIONAL: VOCABULARIO Y FORMACIÓN DE PALABRAS

45.- 8. FONÉTICA DIALECTAL EN EL LATÍN DEL SUR DE ITALIA Y DE LA HISPANIA CITERIOR

*   46.- 9. UNIDAD Y DIVERSIDAD EN EL LA­TÍN DE HISPANIA

*   47.- 10. TOPONIMIA CRISTIANA

PARTE TERCERA: HACIA LA NACIONALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE HISPANIA
A. DESMEMBRACIÓN DE LA ROMANIA. ÉPOCAS VISIGÓTICA Y ARÁBIGA

CAPÍTULO I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO

*   48.- 1. DISOLUCIÓN Y RUINA DEL IMPERIO DE OCCIDENTE. CRISIS DE ROMANIDAD

*   49.- 2. NACIONALIZACIÓN DEL REINO VISI­GODO

*   50.- 3. REINO VISIGODO TOLEDANO

*   51.- 4. ONOMÁSTICA GERMÁNICA

*   52.- 5. CAUSAS DE LA FRAGMENTACIÓN ROMÁNICA

*   53.- 6. LA LENGUA COMÚN QUE NO SE ESCRIBE

*   54.- 7. CENTROS DIRECTIVOS DE LA HISPANIA VISIGÓTICA

*   55.- 8. LENGUA CORTESANA VISIGODA

*   56.- 9. EL MAPA LINGÜÍSTICO DEL REINO GODO

*   57.- 10. ORÓSPEDA, CANTABRIA Y VASCONIA

*   58.- 11. NACIONALIZACIÓN LITERARIA. SAN ISIDORO

*   59.- 12. LA ESCUELA ISIDORIANA

CAPÍTULO II.  AL-ANDALUS. EL ÁRABE Y LA ALJAMÍA

*   60.- 1. LA ARABIZACIÓN DE HISPANIA

*   61.- 2. LOS MOZÁRABES EN SU ÉPOCA HE­ROICA

*   62.- 3. MUSULMANES DE HABLA ROMANCE

*   63.- 4. LA ALJAMÍA O LENGUA ROMANCE HABLADA EN AL-ANDALUS

*   64.- 5. TOPONIMIA ÁRABE

*   65.- 6. TOPONIMIA MOZÁRABE

*   66.- 7. TOPONIMIA LATINA EN BOCA ÁRABE

CAPÍTULO III. LOS PUEBLOS INDOCTOS DEL NORTE

*   67.- 1. UNA NUEVA BASE PARA LA NUE­VA ROMANIDAD HISPANA

*   68.- 2. GRANDES TRASIEGOS DE POBLACIÓN

*   69.- 3. TOLEDANISMO OVETENSE. EL DIALEC­TO ASTURIANO Y LEONÉS

*   70.- 4. ONOMÁSTICA NUEVA

*   71.- 5. EL PATRONÍMICO EN -Z

CAPÍTULO IV. EL IMPERIO LEONÉS Y SU FRONTERA VÁRDULO-VASCONA

*   72.- 1. ORÍGENES DEL REINO DE NAVARRA Y DEL «IMPERIO» LEONÉS

*   73.- 2. FORMACIÓN DEL GRAN CONDADO DE CASTILLA

*   74.- 3. LA RIOJA

*   75.- 4. REPOBLACIÓN AL SUR DEL DUERO

*   76.- 5. PREPONDERANTE INFLUJO ÁRABE Y MOZÁRABE

B. PRIMEROS BALBUCEOS DEL IDIOMA960-1065—
GLOSAS Y CANTARES ÉPICOS

CAPITULO V.  LA LENGUA ESCRITA

*   77.- 1. LATÍN DOCTO Y LATÍN ARROMANZADO

*   78.- 2. LAS GLOSAS EMILIANENSES

*   79.- 3. LAS GLOSAS SILENSES

*   80.- 4. DIFICULTAD DE LA ESCRITURA

*   81.- 5. LOS DIPTONGOS

*   82.- 6. LA Ñ Y LA LL

*   83.- 7. REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE OTROS SONIDOS ROMÁNICOS

*   84.- 8. GRAFÍAS PARA SONIDOS ESPECIAL­MENTE CASTELLANOS

*   85.- 9. RESUMEN ORTOGRÁFICO

CAPÍTULO VI.  EL HABLA ROMANCE

*   86.- 1. FALTA DE FIJACIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

*   87.- 2. SONORIZACIÓN DE LA CONSONANTE SORDA

*   88.- 3. VACILACIÓN EN LA PÉRDIDA DE LA VOCAL INTERTÓNICA

*   89.- 4. FECHA RELATIVA DE LA SONORIZA­CIÓN Y DE LA SÍNCOPA VOCÁLICA

*   90.- 5. UNA ÉPOCA DE MÚLTIPLES SINCRE­TISMOS

*   91.- 6. CONTIENDA ENTRE LLANOS Y CULTOS

*   92.- 7. ARCAIZANTES Y NEOLOGISTAS

*   93.- 8. AFECTACIÓN ULTRACORRECTA

CAPITULO VII. EL CASTELLANO ENTRE LOS DEMÁS DIALECTOS ROMANCES HISPÁNICOS

*   94.- 1. CARÁCTER DIFERENCIAL DE CASTILLA

*   95.- 2. RASGOS PRIMITIVOS DEL CASTELLANO FRENTE AL LEONÉS, AL ARAGONÉS Y A LA ALJAMÍA

*   96.- 3. CASTILLA SE ADELANTA A LOS OTROS DIALECTOS AFINES

*   97.- 4. EL CASTELLANO CON EL LEONÉS Y EL GALLEGO-PORTUGUÉS

98.- 5. EL CASTELLANO CON EL ARAGONÉS Y EL CATALÁN

CAPÍTULO VIII. LA LITERATURA DEL MILENIO

*   99.- 1. CLÉRIGOS Y JUGLARES

*   100.- 2. CANCIONES ANDALUSÍES. EL LEN­GUAJE DE ESTOS CANTARCILLOS ROMÁNICOS

*   101.- 3. ESTADO LATENTE DE UNA POESÍA ÉPICA

*   102.- 4. ¿HUBO UNA ÉPICA MOZÁRABE?

*   103.- 5. CANTARES DE GESTA BREVES EN CASTILLA

*   104.- 6. EL ASONANTE EN LA POESÍA JUGLA­RESCA

C. LA LENGUA Y LA LITERATURA CASTELLANA
SE ABREN PASO EN UNA ESPAÑA NUEVA

CAPITULO IX. EL INFLUJO FRANCO Y LA EMANCIPACIÓN DEL ROMANCE

*   105.- 1. LA DINASTÍA NAVARRA. CASTILLA HECHA REINO

*   106.- 2. ALFONSO VI; RUPTURA CON LA TRA­DICIÓN MOZÁRABE

*   107.- 3. RECONQUISTA DE TOLEDO. DECA­DENCIA MOZÁRABE

*   108.- 4. LA EXTREMADURA AL SUR DEL DUERO. DESAPARICIÓN DE LOS DIALECTOS ROMANCES PRIMITIVOS

*   109.- 5. EL CID Y LOS ALMORÁVIDES

*   110.- 6. LA CUÑA CASTELLANA

*   111.- 7. ARROLLADOR AVANCE DE LA APÓCOPE

*   112.- 8. FIJACIÓN DEL RITMO ACENTUAL DE LA PALABRA

*   113.- 9. EL CATALÁN

*   114.- 10. EL PORTUGUÉS

CAPITULO X. ESPLENDOR DE LA LITERATURA DIALECTAL (1140-1180)

*   115.- 1. RESURGIMIENTO DE TOLEDO. LA HERENCIA CULTURAL ÁRABE

*   116.- 2. LA POESÍA BILINGÜE CONTINÚA TRIUNFANDO EN AL-ANDALUS

Diseño gráfico:
 
La Garduña Ilustrada

Imagen: letra minúscula g, siglo XII. British Museum

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