175.- 3. DON PEDRO LÓPEZ DE AYALA

05 de julio de 2012 - 16:25 - I.- HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

3. DON PEDRO LÓPEZ DE AYALA. VII. PERÍODO DE TRANSICIÓN, 1370-1400

En Castilla el escritor representativo del cambio que en este período sufren las ideas y los gustos es el noble alavés Pedro López de Ayala (1332-1407). Se suele distinguir diciendo que el Canciller Ayala es medieval en su verso y prerrenacentista en su prosa. Pero no es esto, sino que en él se cumple una evolución de edad, lo mismo en la prosa que en el verso. La prosa de su mejor crónica, la del rey don Pedro, que es la más antigua (hacia 1375), con ser tan superior a las de los reyes anteriores, levantada por el trágico interés de la vida que historia, es del todo medieval por su andadura lenta, más que la de la prosa de don Juan Manuel, con insistente duplicación de ideas, con repetición épica de mensajes y discursos, con cuentecillos intercalados (no se le puede comparar a Tácito sino en muy pocos aspectos). En los frecuentes trozos con parejas de vocablos sinónimos hasta muestra dejos de la lengua notarial, propia del Canciller, en emparejar dos variantes del mismo verbo: «le avía echado e desapoderado, e le requiriera e ficiera requerir que le ayudasen a tornar e cobrar sus regnos» _⁵. Siempre aficionado al latín, Ayala muestra poca diferencia en su estilo entre la época en que traduce autores eclesiásticos, San Isidoro o Gregorio Magno, y la época posterior en que traduce el De Casibus illustrium virorum de Boccaccio, y las Decadas de Tito Livio (después de 1398), asociándose así en su vejez al movimiento renacentista de traducciones que en Francia se despierta hacia 1360 y en Aragón hacia 1385.

En verso, el Rimado de Palacio, empezado al frisar Ayala en los 50 años, es continuación y fin de la vieja cuaderna vía, literatura para legos. Ayala, como don Juan Manuel, aunque más latinista, repite Yo so un omne simple e de poco saber (214a), emplea un estilo siempre llano, habitualmente seco. Sólo rara vez ofrece algún asomo de artificio, como el de apurar consonantes difíciles, beneficiando formas raras de derivación: alegrança _⁶ : tribulança : olvidança, hasta 14 -ança (estrs. 863-868); o el de extremar el refuerzo familiar por repetición: «plañendo plango, ca devo plañer» (estr. 810)_⁷, me vale, valió e valdría (estr. 828). Pero es que Ayala en sus postrimerías, en su vejez ágil y asimilativa, al tiempo mismo que traduce a Tito Livio, adopta en el Rimado el metro nuevo del Arte Mayor, escribiendo en octavas el Deitado del Cisma (estrs. 794-829) en los años 1398 y 1403, donde, como incansable peregrino a todos los santuarios de la Virgen, hasta se adorna con la escarapela dantista del Ave mariánico, puesta de moda por Francisco Imperial en Sevilla _⁸: «Esta es la Virgen a quien dixo Ave Gabriel, con otras palabras fermosas» (estr. 826).

Entonces el Canciller Ayala reconoce y acata el triunfo de la escuela nueva, calificando de grueso stilo su propia cuaderna vía _⁹ (estr. 829). Pero es más un vencido que un convencido de la moda; los rudos vérsetes de antiguo rimar _¹⁰, con sus vocablos monótonos, versetes compuestos apares _¹¹, le parecen de mayor gravedad que la nueva octava en que versifica, la cual, con sus sotilezas de rima,

a las veces pierde por sus agudezas
piedras preciosas, robíes, diamantes,
e cobra buscando estos consonantes
un vidrio rafez de valor cativo _¹².

Pero estos desahogos, esta repulsión con que un hombre de la época de sencillez lingüística ve aparecer los primeros síntomas de agudeza y sutileza, estas protestas del vencido no convencido serán inútiles; el estilo llano y declarado de don Juan Manuel había consumido sus recursos. Ya no se escribirá para los legos y rudos. En adelante un buen escritor no podrá decir como Ayala dice con simplicidad vasca: sçiençia ninguna non cabe en mi cabeça _¹³; el escritor tendrá que afirmar su superioridad erudita.

175.- 3. DON PEDRO LÓPEZ DE AYALA

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