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Obras de Diego Catalán

204.- 3. LA CELESTINA

204.- 3. LA CELESTINA

3. LA CELESTINA. I. DEL RETORICISMO AL HUMANISMO: LOS REYES CATÓLICOS (1474-1516)

      Otra obra capital en que comienza a manifestarse el es­pañol clásico es la Celestina. Su primer acto, casi una quin­ta parte del total, es obra de un anónimo que escribe a fines del siglo XV; los autos 2º a 16º están redactados después de 1497 por Fernando de Rojas, quien, ocultando su nom­bre, publica la comedia en 1499; Rojas mismo añadió cin­co autos más en 1502; otro anónimo agregó más tarde el llamado auto de Trasso.

      Es una arbitrariedad hipercrítica el seguir hoy negando la diversidad de autor para el primer auto, cuando está decla­rada en el prólogo de Rojas, cuando se halla confirmada por un experto en estilos tan fino como Juan de Valdés, contem­poráneo y coterráneo de Rojas, y cuando se ve reafirmada modernamente por el examen comparativo de las fuentes literarias y del lenguaje 4. El autor del primer auto tenía otras preocupaciones estilísticas que Rojas, y usaba ciertas formas de lenguaje que se iban anticuando, empleadas por algunos todavía en los primeros decenios del siglo XVI, pero extrañas a los autos segundo y siguientes de la Celestina; tales son el grupo de los pronombres enclíticos gelo por 'selo' («yo gelo dixe» era para Nebrija, IV, 6º, desacostumbrado, pero tole­rable), el neutro ál 'otra cosa', la conjunción adversativa ma­guera 'aunque'. Peculiares también al auto primero son los adjetivos adverbiales latinos como misto 'mezcladamente', impervio 'descaminadamente', inmérito 'sin merecerlo', especial 'especialmente', en lo que el autor anónimo se muestra más ligado al periodo retoricista. Por su parte, Rojas ofrece otros rasgos lingüísticos ajenos al auto primero, sobre todo el de usar en oraciones subordinadas el futuro indicativo con sen­tido hipotético, en vez del subjuntivo: «pide lo que querrás», giro muy propio de tierra toledana, de donde Rojas era, ca­racterístico también de Juan de Valdés, nacido asimismo en el reino de Toledo 5. Usa varias veces el participio analógico, vulgar toledano-aragonés (?)6 quesido en los tiempos com­puestos del verbo, al lado de querido. En suma, el auto prime­ro pertenece a un autor de región arcaizante, probablemen­te de Salamanca, donde Rojas halló el manuscrito de ese auto, y el resto de la obra responde al habla de la tierra de Toledo.

      Así, esta comedia genial, que en el siglo XVI formó es­cuela y en su turbia profundidad fue admirada universalmente, se publica como obra anónima y escrita en colabo­ración, al igual de otras producciones españolas que, a pesar de una poderosa fuerza creadora, aparecen ligadas a la es­tilística colectiva. En lo que toca a la Celestina, su fuerte uni­dad de concepción artística (argumento único de los que impugnan la multiplicidad de autores) se explica bien porque en el auto primero está, como en semilla, la obra entera, siendo probable además que ese auto fuese acom­pañado del argumento general de la comedia. Un rótulo de la edición de 1501 declara el propósito general de la obra «en reprehensión de los locos enamorados que, ven­cidos en su desordenado apetito, a sus amigas llaman e dizen ser su dios», y en las escenas iniciales del auto pri­mero Rojas había recibido ya del autor anónimo esta divi­nización del amor, cuyo supremo deleite en la contempla­ción de la amada sólo es comparable al que promete la bienaventuranza celestial. Las blasfemias de Calisto y Meli­bea, que las primera escenas contienen, no son sino deri­vación de las que acostumbraban los poetas del período retoricista, y cuyo rastro conserva el idioma en varios trans­plantes del vocabulario religioso al profano, comenzando por la palabra gloria, que Calisto y Melibea, lo mismo que los poetas del Cancionero General, usan en el sentido de placer vehemente, acepción que la voz no desarrolló en francés ni en italiano.

      De igual modo que la idea directriz, el autor anónimo del primer auto impone un estilo al autor medio anónimo de los autos restantes. El encubierto Rojas admira el auto primero por su «estilo elegante, jamás en nuestra castella­na lengua visto ni oído», y esa elegancia guía al continua­dor para reflejar, aunque muy literalizada, el habla conver­sacional de los varios círculos de una sociedad entre cortesana y universitaria, cual era la de la docta Salaman­ca. Como el verso de Jorge Manrique frente al de los poe­tas de Juan II, la prosa de la Celestina representa un gran cambio frente a la prosa retoricista, aunque no tan radical. Es obra de transición a la sencillez. Razón tenía Valdés, para su tiempo, en decir que como la Celestina «ningún libro hay escrito en castellano donde la lengua esté más natural, más propia, ni más elegante»; su diálogo inaugura esa naturali­dad y cristalina transparencia que caracteriza el lenguaje del siglo XVI. Contra el encumbramiento de antes deseoso de oscuridad, muestra una pasión de claridad aun en medio de los muchos restos de retoricismo que conserva, y aun a riesgo de caer a cada paso en la redundancia de «amonto­nar vocablos», censurada por Valdés 7; pero esa misma re­dundancia no es especial de Rojas, pues en forma depura­da viene a ser nota estilística de todo el siglo XVI, como que su germen está en los autores latinos, según luego hemos de ver.

      La gran novedad de la Celestina (por más que sea come­dia irrepresentable, como tantas otras de la latinidad me­dieval y del Renacimiento) fue la de crear el diálogo pro­sístico. En el precursor inmediato, el Corbacho del Arcipreste de Talavera, sólo hallamos aislados monólogos del habla familiar; el hilo dialogal que reúna y avive esos trozos suel­tos, formando interlocución, sólo aparece en la Celestina. En ese diálogo ciertos procedimientos estilísticos, ya usados en el Corbacho, reciben ahora el pulimiento y gracia con que se transmiten a los periodos siguientes. La aludida ampli­tud redundante que toma el discurso cuando llega a una extrema animación busca en la Celestina, más que en el Corbacho, ameno interés sentencioso («La vejez no es sino mesón de enfermedades, posada de pensamientos... manzilla de lo pasado, pena de lo presente, cuidado triste de lo porvenir... choza sin rama que se llueve por cada par­te...», Auto IV). Otro procedimiento utilizado antes por el Arcipreste de Talavera, el de las similicadencias gramatica­les, tiene en la Celestina muy poco uso (dotasse... alcançasse, etc., comienzo del Auto I); lo mismo la verdadera prosa rimada, muy en el gusto del Corbacho, ofrece pocos casos en Rojas: «Por Dios que sin más dilatar me digas quién es esse doliente que de mal tan perplexo se siente, que su pa­sión y remedio salen de una mesma fuente» (Auto IV), y luego: «Tú lloras de tristeza juzgándome cruel, yo lloro de plazer viéndote tan fiel» (Auto XII); los dos ejemplos per­tenecen al habla elegante de Melibea, en momentos de exaltación, y no son ornato literario de extravagante irrea­lidad, como la crítica los juzga 8, sino estilo realmente usual en la conversación de las damas y caballeros de aquel tiem­po en que la afición a los cancioneros y el arte de trobar formaban parte de las buenas maneras, y en que alguna afectación artificiosa de la época anterior se prolongaba con tenacidad, llegando su boga hasta cuarenta años más tar­de, cuando don Luis Milán pone semejantes periodos rimados en las conversaciones cruzadas entre los cortesanos de la virreina de Valencia doña Germana de Foix 9.

      También el latinismo, tan censurado en la Celestina, te­nía uso conversacional muchos años antes, cuando rabí Mosé nos dijo que los caballeros y escuderos habían deja­do «el puro castellano», y, considerado así dentro de su momento histórico, vemos que Rojas representa siempre una fundamental atenuación de la anterior artificiosidad. Algunos de los latinismos de la Celestina han sido desecha­dos por el idioma: cliéntula (III), la «novedad incogitada» (VI), «los rayos ilustrantes de tu claro gesto» (XII); pero muchos han prevalecido: súbito, perplexo, ilícito, flutuoso, etc. Los elementos librescos del lenguaje, que tanto desborda­ban en el periodo anterior, aparecen ahora reducidos a un mínimo. Melibea, al morir, quisiera decir a su padre «con­solatorias palabras... coligidas e sacadas de aquellos antiguos libros que tú, por más aclarar mi ingenio, me mandavas leer» 10, pero no incurre en ningún recuerdo erudito. En cambio, las alusiones mitológico-historiales a la Antigüedad se hallan no sólo en el lamento de Pleberio, sino a veces en boca de la alcahueta y de los criados; ahora nace el tipo del sirviente docto que luego hace tanto papel en la comedía nacional y que, sin duda, tiene también fundamento real en el criado del caballero estudiante en Salamanca. Estas citas histórico-clásicas propias de toda la edad renacentista aparecen pocas veces en boca de los personajes nobles. Hasta en alguna ocasión, como arrastre de la época ante­rior, reaparece el metaforizar libresco, que mantiene el len­guaje en la esfera de lo no sentido sino a través de la lite­ratura. Calisto describe a su criado Sempronio los cabellos de Melibea: «¿Ves tú las madexas de oro delgado que hi­lan en Arabia? Más lindos son y no resplandecen menos» (Auto I), es decir, hace comparación con cosa que ni el amo ni el criado vieron en su vida. En otra ocasión, en un esta­do de desvarío, el habla de Calisto choca con la de su cria­do, empleando una designación mitológica de la hora del día: «... ni comeré hasta entonces, aunque primero sean los caballos de Febo apacentados en aquellos verdes prados que suelen, quando han dado fin a su jornada», y Sempronio: «Dexa, señor, essos rodeos, dexa essas poesías, que no es fabla conveniente la que a todos no es común, la que to­dos no participan, la que pocos entienden. Di: aunque se ponga el sol, e sabrán todos lo que dizes» (Auto VIII). El criado, usando hasta una triple reiteración, impone la cla­ridad a la oscuridad remontada del señor, afirmando que un nuevo gusto viene a imperar en el lenguaje literario.

      El momento de transición hacia una nueva edad del idio­ma es visible, tanto como en el estilo de la Celestina, en sus formas gramaticales. Una obra maestra como esta comedia aparece escrita en una lengua indecisa, llena de sincretis­mos hasta en sus formas fonéticas, mezcla de formas tan notables como la f- inicial alternando con la h-, los grupos de consonantes simplificados o no, el timbre de la vocal protónica, abierto o cerrado; usos en que continuamente vacilan tanto el autor como las primeras ediciones conoci­das, desde la de 1499 a la de 1502, según veremos al tra­tar de la lengua común.

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

NOTAS

4  «Celestina, me contenta el ingenio del autor que la començó, y no tanto del que la acabó», Valdés, Diálogo de la lengua, ed. 1928, p. 176, F. Castro Guisasola, Fuentes literarias de «La Celesti­na», 1924, pp. 188-189 y passim. J. Vallejo, F. C. Guisasola y M. Herrero García, «Notas sobre La Celestina ¿Uno o dos autores?», RFE, XI, 1924, pp. 402-412.

5  Véase adelante cap. VIII, § 4.

6 En Aragón es muy frecuente. Valdés, en el Diálogo de la len­gua, admite como posible quesido, aunque prefiere querido.

7 El agotar la expresión en un derroche de claridad es el ras­go más peculiar de la Celestina, que aparece en cuanto el discur­so toma algún vuelo. Celestina habla a Pármeno «en mi volun­tad, en mi ánima, en mi consejo... desagradecen, injurian, olvidan servicios, niegan galardón» (Auto I); Calisto a Melibea: «dieron luz en mis ojos, encendieron mi coraçón, despertaron mi lengua, estendieron mi merescer, acortaron mi covardía, destorcieron mi encogimiento, doblaron mis fuerças, desadormecieron mis pies e manos, finalmente, me dieron tal osadía que...» (Auto XII).

8 El primer ejemplo fue ya notado por Menéndez Pelayo en su precioso estudio sobre la Celestina (Orígenes de la novela, III, 1910, p. CXXII), junto a otro ejemplo en boca de Areúsa que es algo distinto (más parecido a los del Corbacho, que creo más usua­les en la conversación plebeya; véase Parte IVª, cap. IX, § 3), pues consta de rimas a más corto intervalo, sin la majestuosa ampli­tud de las de Melibea.

9  «Dixo don Francisco... sus pensamientos van volando como mariposas que se queman tras hermosas, de gran lumbre por rodar por alta cumbre...», El Cortesano de don Luis Milán escrito entre 1534-1536 (ed. «Libros raros», 1874, p. 294); «Dixo don Francis­co Fenollet: aquel es mentir bestial qu'es causador de mucho mal, y el que mal no puede hacer es mentir para placer» (p. 352); y así multitud de ejemplos.

10  Auto XV. La señora erudita en humanidades es tipo renacentista común en Europa en tiempo de la ideal Melibea. Las hijas de Isabel la Católica hablaban latín, según Vives, y muchas damas coetáneas eran doctas en latín y griego (D. Clemencín, Elogio de la Reina Católica, 1821, pp. 397 y 411). De las dos hermanas de don Diego Hurtado de Mendoza, la marquesa de Zenete y la heroica mujer del comunero Padilla, trata Morel-Fatio (Bull. Hisp., V,  1903, pp. 301 ss.).

CAPÍTULOS ANTERIORES:

PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES

CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

1.- 1.  LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS

2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS

4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA

5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA

6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA

7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA

*   8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES

*   9.- 6. LOS ILIRIOS

*   10.- 7. LOS CELTAS

*   11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)

12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS IN­DÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA

B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE

CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL

13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERRO­MANAS

14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL

15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA

16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO

PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA  LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN

CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA

* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE

18.- 2. LA ROMANIZACIÓN

19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO

20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO

CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN

21.- 1. ¿LATÍN VULGAR?

22.- 2. EL LATÍN NUEVO

23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO

24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO

25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLEC­TIVA

26.- 6. ACEPCIONES NUEVAS

27.- 7. FRASEOLOGÍA

28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMA­TICAL

29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE

30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SIN­TAXIS DEL VERBO

31.- 11. PREPOSICIONES Y ADVERBIOS

32.- 12. COLOCACIÓN DE LAS PALABRAS

*   33.- 13. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

34.- 14. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSO­NÁNTICO

*   35.- 15. OTRAS SIMPLIFICACIONES FONÉTICAS

*   36.- 16. LARGA LUCHA ENTRE INNOVACIÓN Y PURISMO

*   37.- 17. LAS INSCRIPCIONES

B. EL LATÍN DE HISPANIA

CAPÍTULO III. ESPAÑA EN LA ROMANIA

*   38.- 1. LA ROMANIA

*   39.- 2. CAUSAS DEL DIALECTALISMO RO­MÁNICO

*   40.- 3. ROMANIA OCCIDENTAL, ROMANIA MERIDIONAL

*   41.- 4. TRES ZONAS DE COLONIZACIÓN DE ESPAÑA

*   42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL

*   43.- 6. ARCAÍSMO PURISTA DEL LATÍN DE ESPAÑA

*   44.- 7. RELACIONES ENTRE EL LATÍN HISPA­NO Y EL DE LA ROMANIA MERIDIONAL: VOCABULARIO Y FORMACIÓN DE PALABRAS

45.- 8. FONÉTICA DIALECTAL EN EL LATÍN DEL SUR DE ITALIA Y DE LA HISPANIA CITERIOR

*   46.- 9. UNIDAD Y DIVERSIDAD EN EL LA­TÍN DE HISPANIA

*   47.- 10. TOPONIMIA CRISTIANA

PARTE TERCERA: HACIA LA NACIONALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE HISPANIA
A. DESMEMBRACIÓN DE LA ROMANIA. ÉPOCAS VISIGÓTICA Y ARÁBIGA

CAPÍTULO I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO

*   48.- 1. DISOLUCIÓN Y RUINA DEL IMPERIO DE OCCIDENTE. CRISIS DE ROMANIDAD

*   49.- 2. NACIONALIZACIÓN DEL REINO VISI­GODO

*   50.- 3. REINO VISIGODO TOLEDANO

*   51.- 4. ONOMÁSTICA GERMÁNICA

*   52.- 5. CAUSAS DE LA FRAGMENTACIÓN ROMÁNICA

*   53.- 6. LA LENGUA COMÚN QUE NO SE ESCRIBE

*   54.- 7. CENTROS DIRECTIVOS DE LA HISPANIA VISIGÓTICA

*   55.- 8. LENGUA CORTESANA VISIGODA

*   56.- 9. EL MAPA LINGÜÍSTICO DEL REINO GODO

*   57.- 10. ORÓSPEDA, CANTABRIA Y VASCONIA

*   58.- 11. NACIONALIZACIÓN LITERARIA. SAN ISIDORO

*   59.- 12. LA ESCUELA ISIDORIANA

CAPÍTULO II.  AL-ANDALUS. EL ÁRABE Y LA ALJAMÍA

*   60.- 1. LA ARABIZACIÓN DE HISPANIA

*   61.- 2. LOS MOZÁRABES EN SU ÉPOCA HE­ROICA

*   62.- 3. MUSULMANES DE HABLA ROMANCE

*   63.- 4. LA ALJAMÍA O LENGUA ROMANCE HABLADA EN AL-ANDALUS

*   64.- 5. TOPONIMIA ÁRABE

*   65.- 6. TOPONIMIA MOZÁRABE

*   66.- 7. TOPONIMIA LATINA EN BOCA ÁRABE

CAPÍTULO III. LOS PUEBLOS INDOCTOS DEL NORTE

*   67.- 1. UNA NUEVA BASE PARA LA NUE­VA ROMANIDAD HISPANA

*   68.- 2. GRANDES TRASIEGOS DE POBLACIÓN

*   69.- 3. TOLEDANISMO OVETENSE. EL DIALEC­TO ASTURIANO Y LEONÉS

*   70.- 4. ONOMÁSTICA NUEVA

*   71.- 5. EL PATRONÍMICO EN -Z

CAPÍTULO IV. EL IMPERIO LEONÉS Y SU FRONTERA VÁRDULO-VASCONA

*   72.- 1. ORÍGENES DEL REINO DE NAVARRA Y DEL «IMPERIO» LEONÉS

*   73.- 2. FORMACIÓN DEL GRAN CONDADO DE CASTILLA

*   74.- 3. LA RIOJA

*   75.- 4. REPOBLACIÓN AL SUR DEL DUERO

*   76.- 5. PREPONDERANTE INFLUJO ÁRABE Y MOZÁRABE

B. PRIMEROS BALBUCEOS DEL IDIOMA (960-1065)
GLOSAS Y CANTARES ÉPICOS

CAPITULO V.  LA LENGUA ESCRITA

*   77.- 1. LATÍN DOCTO Y LATÍN ARROMANZADO

*   78.- 2. LAS GLOSAS EMILIANENSES

*   79.- 3. LAS GLOSAS SILENSES

*   80.- 4. DIFICULTAD DE LA ESCRITURA

*   81.- 5. LOS DIPTONGOS

*   82.- 6. LA Ñ Y LA LL

*   83.- 7. REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE OTROS SONIDOS ROMÁNICOS

*   84.- 8. GRAFÍAS PARA SONIDOS ESPECIAL­MENTE CASTELLANOS

*   85.- 9. RESUMEN ORTOGRÁFICO

CAPÍTULO VI.  EL HABLA ROMANCE

*   86.- 1. FALTA DE FIJACIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

*   87.- 2. SONORIZACIÓN DE LA CONSONANTE SORDA

*   88.- 3. VACILACIÓN EN LA PÉRDIDA DE LA VOCAL INTERTÓNICA

*   89.- 4. FECHA RELATIVA DE LA SONORIZA­CIÓN Y DE LA SÍNCOPA VOCÁLICA

*   90.- 5. UNA ÉPOCA DE MÚLTIPLES SINCRE­TISMOS

*   91.- 6. CONTIENDA ENTRE LLANOS Y CULTOS

*   92.- 7. ARCAIZANTES Y NEOLOGISTAS

*   93.- 8. AFECTACIÓN ULTRACORRECTA

CAPITULO VII. EL CASTELLANO ENTRE LOS DEMÁS DIALECTOS ROMANCES HISPÁNICOS

*   94.- 1. CARÁCTER DIFERENCIAL DE CASTILLA

*   95.- 2. RASGOS PRIMITIVOS DEL CASTELLANO FRENTE AL LEONÉS, AL ARAGONÉS Y A LA ALJAMÍA

*   96.- 3. CASTILLA SE ADELANTA A LOS OTROS DIALECTOS AFINES

*   97.- 4. EL CASTELLANO CON EL LEONÉS Y EL GALLEGO-PORTUGUÉS

98.- 5. EL CASTELLANO CON EL ARAGONÉS Y EL CATALÁN

CAPÍTULO VIII. LA LITERATURA DEL MILENIO

*   99.- 1. CLÉRIGOS Y JUGLARES

*   100.- 2. CANCIONES ANDALUSÍES. EL LEN­GUAJE DE ESTOS CANTARCILLOS ROMÁNICOS

*   101.- 3. ESTADO LATENTE DE UNA POESÍA ÉPICA

*   102.- 4. ¿HUBO UNA ÉPICA MOZÁRABE?

*   103.- 5. CANTARES DE GESTA BREVES EN CASTILLA

*   104.- 6. EL ASONANTE EN LA POESÍA JUGLA­RESCA

C. LA LENGUA Y LA LITERATURA CASTELLANA
SE ABREN PASO EN UNA ESPAÑA NUEVA

CAPITULO IX. EL INFLUJO FRANCO Y LA EMANCIPACIÓN DEL ROMANCE

*   105.- 1. LA DINASTÍA NAVARRA. CASTILLA HECHA REINO

*   106.- 2. ALFONSO VI; RUPTURA CON LA TRA­DICIÓN MOZÁRABE

*   107.- 3. RECONQUISTA DE TOLEDO. DECA­DENCIA MOZÁRABE

*   108.- 4. LA EXTREMADURA AL SUR DEL DUERO. DESAPARICIÓN DE LOS DIALECTOS ROMANCES PRIMITIVOS

*   109.- 5. EL CID Y LOS ALMORÁVIDES

*   110.- 6. LA CUÑA CASTELLANA

*   111.- 7. ARROLLADOR AVANCE DE LA APÓCOPE

*   112.- 8. FIJACIÓN DEL RITMO ACENTUAL DE LA PALABRA

*   113.- 9. EL CATALÁN

*   114.- 10. EL PORTUGUÉS

CAPITULO X. ESPLENDOR DE LA LITERATURA DIALECTAL (1140-1180)

*   115.- 1. RESURGIMIENTO DE TOLEDO. LA HERENCIA CULTURAL ÁRABE

*   116.- 2. LA POESÍA BILINGÜE CONTINÚA TRIUNFANDO EN AL-ANDALUS

*   117.- 3. LA TOLEDO ROMÁNICA FRONTERIZA; SU MEZCLA DIALECTAL

*   118.- 4. EL POEMA DE «MIO CID»

*   119.- 5. EL LENGUAJE VERSIFICADO. EL MONORRIMO Y EL PAREADO ANISOSÍLABO

*   120.- 6. LA VERSIFICACIÓN: EL ASONANTE Y LA LLAMADA -E PARAGÓGICA

*   121.- 7. PRIMITIVISMO DEL LENGUAJE LITE­RARIO

*   122.- 8. CARÁCTER DIALECTAL DE LA LITERA­TURA

*   123.- 9. PRIMER ELOGIO DE LA LENGUA CAS­TELLANA. LA LITERATURA DE CASTILLA

CAPÍTULO XI. SINCRETISMO EN LA LENGUA LITERARIA DE LA ESPAÑA DE LOS CINCO REINOS (1180-1230)

*   124.- 1. PREPONDERANCIA CASTELLANA

*   125.- 2. INFLUJO DE LA LITERATURA GALLEGA

*   126.- 3. CONTINÚA EL INFLUJO PROVENZAL

*   127.- 4. SANTO DOMINGO DE GUZMÁN Y LA LLANEZA DE EXPRESIÓN

*   128.- 5. «SIESTA DE ABRIL»

*   129.- 6. CONVIVENCIA Y MIXTURA DE DIA­LECTOS

*   130.- 7. CASTELLANIZACIÓN DE LA LENGUA LITERARIA

*   131.- 8. DIALECTALISMO CANCILLERESCO Y NOTARIAL

PARTE CUARTA:  EL ESPAÑOL ANTIGUO
A. RENOVACIÓN ERUDITA DEL IDIOMA (1230-1293)

CAPÍTULO I. NUEVAS CONDICIONES DE VIDA

*   132.- 1. UNA NUEVA EDAD

*   133.- 2. EXPANSIÓN DE LOS DIALECTOS DEL NORTE

*   134.- 3. MODO DE LA PROPAGACIÓN LIN­GÜÍSTICA POR RECONQUISTA

*   135.- 4. «YA HAY PIRINEOS»

CAPITULO II. LOS PRIMEROS  POEMAS DE CLERECÍA

*   136.- 1. DIALECTALISMO ATENUADO

*   137.- 2. CLERECÍA Y JUGLARÍA. EL LATINISMO

*   138.- 3. VERSO «A SÍLABAS CONTADAS»

*   139.- 4. LENGUAJE VECINAL DE BERCEO

CAPITULO III. ALFONSO X EL SABIO Y LA ESCUELA DIDÁCTICA (1252-1295)

*   140.- 1. FEDERICO II Y ALFONSO X

*   141.- 2. CREACIÓN DE LA PROSA LITERARIA

*    142.- 3. TRABAJO DIRECTIVO DEL REY SABIO

*   143.- 4. EL ARABISMO

*   144.- 5. LA ESCOLÁSTICA Y LA ANTIGÜEDAD

*   145.- 6. TENDENCIA ETIMOLÓGICA

*   146.- 7. NEOLOGISMO LATINISTA

*   147.- 8. NEOLOGISMO ROMÁNICO

*   148.- 9. IDEA ESTILÍSTICA DE ALFONSO EL SABIO

149.- 10. CUESTIÓN DEL IDIOMA: «CASTELLA­NO DERECHO»

150.- 11. CASTELLANO, LEONÉS, ARAGONÉS

151.- 12. ESPAÑOL, LENGUAJE DE ESPAÑA

152.- 13. LA ORTOGRAFÍA ALFONSÍ

*   153.- 14. EL CASTELLANO EN LA NUEVA POE­SÍA DE CLERECÍA

*   154.- 15. PREPONDERANCIA DEL CASTELLANO

CAPÍTULO IV. LA LENGUA COMÚN. RELACIONES EXTRANJERAS

*   155.- 1. INTERCAMBIOS DE VOCABULARIO ENTRE FRANCIA Y ESPAÑA

*   156.- 2. LA APÓCOPE POTESTATIVA DE -E; GEOGRAFÍA Y CRONOLOGÍA

*   157.- 3. LA APÓCOPE EN LOS TEXTOS LITERA­RIOS

B. LOS DOS PRINCIPALES ESTILISTAS DE LA EDAD MEDIA.
APOGEO DE LA ESCUELA DIDÁCTICA (1205-1370)

CAPITULO V. LA LENGUA LITERARIA

*   158.- 1. SANCHO IV SE APARTA DE LOS GUSTOS DE ALFONSO X

*   159.- 2. LA ESCUELA ALFONSÍ. CULMINACIÓN DE LA LITERATURA

*   160.- 3. PROPÓSITO ESTILÍSTICO DE DON JUAN MANUEL

*   161.- 4. LENGUA RACIONAL Y LÓGICA

*   162.- 5. INTENTO FALLIDO DE OSCURIDAD

*   163.- 6. EL ARCIPRESTE DE HITA. «RAZONES ENCUBIERTAS»

*   164.- 7. LO IRRACIONAL

*   165.- 8. VOCABULARIO Y FRASEOLOGÍA

*      166.- 9. EL VERSO Y LAS «SERRANILLAS»

CAPITULO VI. ESTADO DE LA LENGUA COMÚN

*   167.- 1. RELATIVA ESTABILIDAD

*   168.- 2. LA LENGUA COMÚN. TOLEDO Y SEVILLA

*   169.- 3. APÓCOPE POTESTATIVA DE LA -E

*   170.- 4. LOS DIALECTOS LATERALES Y EL DIA­LECTO CENTRAL

*   171.- 5. TENDENCIAS CASTICISTAS

*   172.- 6. RELACIONES EXTERNAS

C. ARTIFICIOSIDAD RENACENTISTA.
PRERRENACIMIENTO RETÓRICO

CAPÍTULO VII.  PERÍODO DE TRANSICIÓN, 1370-1400

*   173.- 1. INFLUJO GALAICO-LEONÉS. ROMAN­CES Y ARTE MAYOR

*   174.- 2. ENSAYOS HUMANÍSTICOS EN ARAGO­NÉS. FERNÁNDEZ DE HEREDIA

*   175.- 3. DON PEDRO LÓPEZ DE AYALA

CAPITULO VIII. ALEGORÍA, OSCURIDAD. RETÓRICA ELOCUENCIA (1400-1450)

*   176.- 1. PRIMERA APARICIÓN DE UNA ES­CUELA SEVILLANA. DECIRES ALEGÓRICOS Y OSCUROS (1395-1415)

*   177.- 2. LA PROSA. DON ENRIQUE DE VILLENA (1417-28)

*   178.- 3. LA POESÍA. SANTULARIA Y MENA (1429-1456)

*   179.- 4. NUEVAS ORIENTACIONES

*   180.- 5. LO LIBRESCO

*   181.- 6. DENOMINACIONES METAFÓRICAS

*   182.- 7. LOS NEOLOGISMOS «LECTOR» Y «POETA»

*   183.- 8. LA RETÓRICA Y EL DESPRECIO DE LA LENGUA COMÚN

*   184.- 9. LATINISMO POR RAZONES ESTÉTICAS

*   185.- 10. SINTAXIS ARTIFICIOSA. HIPÉRBATON

*   186.- 11. LA POESÍA COMO CIENCIA

*   187.- 12. NUEVA VIDA CORTESANA. OSTEN­TACIÓN Y LUJO

*   188.- 13. GUSTO POR LO INUSITADO. LO IRREVERENTE, LO OBSCENO

*   189.- 14. RETÓRICA Y NATURALIDAD. FER­NÁN PÉREZ DE GUZMÁN

*   190.- 15. DECADENCIA DE LA ARTIFICIOSIDAD Y TRANSICIÓN (1458-1475). JUAN DE LUCENA

*   191.- 16. GÓMEZ MANRIQUE. VUELTA A LA NATURALIDAD

CAPÍTULO IX. ESTADO DE LA LENGUA COMÚN (1370-1470) Y RELACIONES EXTERIORES DEL CASTELLANO

*   192.- 1. RACHAS DE ARTIFICIOSIDAD

*   193.- 2. FONÉTICA DEL LATINISMO LÉXICO

*   194.- 3. SIMILICADENCIAS Y RIMAS EN LA LENGUA CONVERSACIONAL

*   195.- 4. NEOLOGISMOS MORFOLÓGICOS

*   196.- 5. EXTINCIÓN DE LA APÓCOPE POTES­TATIVA DE -E

*   197.- 6. ARAGÓN Y CATALUÑA. CORTE DE ALFONSO V

*   198.- 7. LAS CANARIAS Y PORTUGAL

*   199.- 8. EL ÁRABE Y EL ROMANCE

*   200.- 9. ITALIA

*   201.- 10. FRANCIA

PARTE QUINTA. EL ESPAÑOL ÁUREO
A. RENACIMIENTO HUMANÍSTICO (1474-1554)

CAPITULO I. DEL RETORICISMO AL HUMANISMO: LOS REYES CATÓLICOS (1474-1516)

*   202.- 1. SIGNIFICACIÓN DEL NUEVO REINADO

*   203.- 2. JORGE MANRIQUE

Diseño gráfico:
 
La Garduña Ilustrada

Imagen: alfabeto griego: letra mayúscula  Χ, Ji (χι)

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