209.- 8. FRUTOS TARDÍOS MEDIEVALES

11 de julio de 2012 - 14:06 - I.- HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

8. FRUTOS TARDÍOS MEDIEVALES. I. DEL RETORICISMO AL HUMANISMO: LOS REYES CATÓLICOS (1474-1516)

En el reinado de los Reyes Católicos, que hemos escogido como punto de partida, comienza a manifestarse el carácter particular del renacimiento español. El Renacimiento, creando nuevos ideales de vida en que la virtud y la noble formación del ánimo buscaba sus modelos en las literaturas clásicas, entroncaba con la lejana Antigüedad la vida presente, haciendo caso omiso de la bárbara Edad Media. Esta ruptura con el pasado próximo fue general en los pueblos de Occidente, y en España se hace ya manifiesta en el olvido de muchos grandes temas medievales, observable en varios autores de la época anterior. Pero al final del siglo XV se inicia una reacción de tradicionalismo que sacaba sus fuerzas en parte del mismo principio renacentista del arte natural. Desde entonces fue empresa peculiar de España el reanimar con espíritu nuevo todo lo que debía salvarse del pasado para los tiempos modernos, todo lo valioso contenido en los muchos elementos medievales, que el Renacimiento no podía eliminar, pero que prolongaban su existencia en los otros países con la inutilidad de un peso muerto. España, así, no ahondando la grieta de ruptura con el pasado, pudo, en plena evolución renacentista, dar vida nueva a muchas concepciones medievales, cuando ya estas se habían amortecido en las demás partes. De este modo se renovaron, con el concurso de ideas modernas, las viejas creaciones de la poesía heroico-popular, las ficciones caballerescas, el teatro popular profano, los autos religiosos, la ascética y la mística, la filosofía escolástica. La Edad Media no supo de sí misma todo lo que España acertó a extraer de ella en estos frutos tardíos, producidos en estación avanzada, cuando ya la savia propia para alimentarlos se había secado en las otras tierras. Y los pueblos de mayor olvido y ruptura recibieron estos frutos de tardía sazón como cosa gustosa, dejándose influir por las producciones del pueblo tradicionalista. La ponderación de estas dos fuerzas, tradición y renacimiento, produce en la literatura española cierta continuidad de inspiración que le imprime un profundo carácter nacional muy notable, y a la vez determina en el lenguaje una especial estabilidad en su desarrollo que no era de esperar durante la revolución retoricista. Si el olvido de la Edad Media y el gusto neológico hubieran proseguido desde tiempos de Santillana, como prosiguió en Francia, el Poema del Cid sería tan incomprensible para el español de hoy como lo es la Chanson de Roland para un francés moderno. Pero el español fue, en general, menos evolutivo que el francés, lo mismo que el italiano, a lo que contribuyó mucho el tardío medievismo del uno en pleno Renacimiento y el temprano renacentismo del otro en plena Edad Media, con lo cual ambos salvaron la crisis de la ruptura del 1500.

209.- 8. FRUTOS TARDÍOS MEDIEVALES

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