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Obras de Diego Catalán

228.- 2. PROPORCIÓN RELATIVA DE CASTELLA­NOS, ANDALUCES Y EXTREMEÑOS

228.- 2. PROPORCIÓN RELATIVA DE CASTELLA­NOS, ANDALUCES Y EXTREMEÑOS

2. PROPORCIÓN RELATIVA DE CASTELLA­NOS, ANDALUCES Y EXTREMEÑOS. IV. EL NUEVO MUNDO. GRAN EXPANSIÓN TERRITORIAL DEL IDIOMA

      Las cifras de pasajeros a Indias que acabamos de apun­tar acusan preponderancia de las gentes de las dos Casti­llas y de León. Pero si frente a ellas, que suman 3.458, po­nemos juntas las gentes de Andalucía y Extremadura, sumando 3.634, vemos que exceden en número; y más aún que en número, exceden en significación: los hombres de la España meridional, sobre todo los de la Andalucía baja u occidental y de la baja Extremadura son los que principalmente realizan el descubrimiento y la fundación de América. De Palos eran los tres Pinzones, alma del primer viaje de Colón, el principal de ellos Vicente Yáñez Pinzón, explorador de las costas de Venezuela (1499); de Triana, donde todos eran marinos para las Indias, procedía Rodri­go de Bastidas, descubridor del río Magdalena (1500); de Lebrija, Juan Díaz de Solís, primer explorador del Río de la Plata (1516); de Córdoba eran Sebastián de Belalcázar, fundador de Quito (1534), y Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de Bogotá (1538), de Jerez de la Frontera sale Alvar Núñez Cabeza de Vaca, explorador de la Florida (1527) y organizador del Paraguay (1542)... Más famosos aún que los andaluces son los nacidos en la Extremadura baja, comarca muy afín a Andalucía: de Jerez de los Caba­lleros era Vasco Núñez de Balboa, descubridor del Pacífico (1513); de Trujillo salen Francisco Pizarro, fundador de Lima (1536), y Francisco de Orellana, navegante del Ama­zonas (1540); de Medellín era el conquistador de Méjico (1521), Hernán Cortés; en Badajoz nace Pedro de Alvarado, conquistador de Guatemala (1524); en Barcarrota, Her­nando de Soto, explorador del Misisipi (1539); en Villanueva de la Serena, Pedro de Valdivia, fundador de Santiago de Chile (1541)... A la altura de éstos se pueden colocar pocos castellanos, como el explorador del Orinoco (1499), Alonso de Ojeda, natural de Cuenca; el fundador de Puer­to Rico (1508) y descubridor de la Florida (1513), Juan Ponce de León, nacido en tierra de Palencia; el explora­dor de Chile (1535), Diego de Almagro, nacido en la par­te de Ciudad Real próxima a Extremadura.

      Resultados análogos obtenemos considerando casos espe­ciales. Entre los primeros conquistadores y pobladores de la Nueva España o Méjico, hacia 1550 (los que fueron con Hernán Cortés en 1519, con Pánfilo de Narváez en 1520 y poco después) se apartan 1.174 cuya oriundez es conoci­da 7 y en ellos predominan los de los extremos territorios de las dos Castillas y de León, en número de 460, que hacen un 39% del total; siguen luego los andaluces, 379, un 32%; en tercer lugar los extremeños, 210, un 18%; y luego ya en proporciones muchísimo menores los vascon­gados 31, portugueses 33, aragoneses 19, murcianos y albaceteños 14, gallegos 11, catalanes y valencianos 9, cana­rios  4,   navarros  4,  más  algunos  criollos  de   Pánuco, Michoacán, Jamaica, Cuba y Santo Domingo. Si, como an­tes, frente a la suma de castellanos y leoneses sumamos andaluces y extremeños, representan una notable mayoría, un 50% del total, y en realidad los directores y principales actores de la conquista de Méjico fueron extremeños del Sur, como Hernán Cortés, Pedro de Alvarado, Gonzalo de Sandoval, o andaluces, como Cristóbal de Olid, Luis Ma­rín... La España del Sur, la Castilla novísima, pone en la empresa sus gentes más brillantes, en tanto que las Casti­llas Vieja y Nueva con León ponen hombres menos signifi­cados 8, siendo el más relevante de todos Panfilo de Narváez, que no es sino un desdichado antagonista de Cortés.

      Insistiendo en este examen de los elementos más influ­yentes, se han hecho varios recuentos de personas que atra­jeron la atención de los cronistas en los primeros tiempos de la colonización, y se han obtenido resultados muy discrepantes. Rufino José Cuervo esquilmó cinco historiado­res de los primeros tiempos de la conquista y halla en ellos nombradas 160 personas con expresión de su patria: 521 andaluces, 32% del total; 20 extremeños, 12%; 47 caste­llanos y leoneses, 29 % 9. Por el contrario, P. Henríquez Ureña recuenta hasta 2.774 personas, nombradas en unos 30 historiadores de los 150 primeros años de la época co­lonial (1492-1642), y halla 1.124 castellanos y leoneses, 40% del total; 688 andaluces, 25%; 388 extremeños, 14% 10.

      También se han comparado las personas mencionadas en las historias de regiones especiales, y también los resulta­dos son muy poco conformes. En la estadística referente a la primera colonización del Río de la Plata (Paraguay y Buenos Aires), los andaluces muestran gran superioridad, 48%, mientras los castellano-leoneses sólo son el 26% y los extremeños el 16% 11. Por el contrario, en la colonización de Chile, durante el siglo XVI (hasta 1630) los castellanos-leoneses llegan al 41 %, los andaluces sólo al 26% y los ex­tremeños 13 % 12. Pero aunque el Río de la Plata y Chile es­tán en oposición según estos datos, el hecho es que tanto una comarca como la otra hoy en su lenguaje son de los que más rasgos andaluces muestran entre los dialectos americanos, como adelante veremos, y hallaremos motivos para creer que las características lingüísticas se deben a influjos ejercidos ya durante el siglo XVI. Por otra parte, puede notarse el porcentaje de extremeños en Chile, infe­rior al de otras estadísticas de pasajeros en general o de conquistadores del Perú o de Méjico, siendo así que el ex­tremeño Pedro de Valdivia fue el descubridor de Chile, el fundador de sus ciudades, Santiago, La Serena (nombre extremeño), La Concepción, Valdivia, y que él a toda aque­lla tierra descubierta puso por nombre Nueva Extremadu­ra, en consideración a otro extremeño, el gobernador del Perú Francisco Pizarro 13.

      De tan discrepantes estadísticas podemos sin embargo sacar como resultado provisional: 1º, que los dos grupos principales de colonos son los castellanos y leoneses de una parte, y los andaluces y extremeños de otra; por lo común los andaluces y extremeños exceden mucho en número a los castellanos y leoneses 14; y más que por el número ex­ceden por la importancia de los descubridores y conquis­tadores, así que podemos sentar (dentro de lo provisional) que la conquista y población de América fue principalmente obra de la Castilla Novísima, la Extremadura y Andalucía occidental, reincorporadas al dominio del idioma español en el siglo XIII, más que de León y de la Castilla Vieja y Nueva. 2º, que los demás grupos de vascos, aragoneses, navarros, murcianos, gallegos, valencianos, catalanes, etc. son ya muy escasos; los canarios, creídos antes muy nume­rosos, son los que menos contingente dan a la emigración en estos datos que por el momento examinamos, pero es muy probable que muchos se embarcasen sin registrar sus nombres en la Casa de la Contratación sevillana, ya que las flotas hacían escala en la Gran Canaria, de lo cual vamos a aducir comprobación.

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

 NOTAS

7 Cifras provisionales obtenidas por Henríquez Ureña, Sobre el problema,  1932, pp.  106-107.

8  Puede recordarse también la enumeración de capitanes y soldados que hace Bernal Díaz en sus caps. 205º y 206º, donde entre unos 90, cuya patria se expresa, hay castellanos y leoneses un 43%; andaluces 26%; extremeños 18%; portugueses 8%; gallegos 2 %; vizcaínos 2 %. («BAE», XXVI, pp. 299-308). Proba­blemente Bernal Díaz concede más atención a la patria de sus conterráneos, los castellanos.

9  Siguen 10 vascongados, 6 %; 4 gallegos, 2 %; 3 navarros y aragoneses, 3 valencianos y catalanes, 1 murciano, 1 canario y 20 portugueses (Bull. Hisp., III,  1901, p. 41).

10  Siguen 199 vascongados, 157 portugueses, 59 gallegos, 38 canarios, 36 aragoneses, 32 valencianos, 22 catalanes y baleares, 20 navarros, 11 murcianos y albaceteños (Sobre el problema, p. 79).

11  M. de Toro,  L'évolution de la langue espagnole en Argentine, 1927, pp. 9-11. En el Río de Plata a los extremeños siguen los vascos, 6 %, y en proporción mucho menor los canarios, nava­rros y valencianos. Para Chile, en todo el siglo XVI, obtiene Toro: castellano-leoneses 50%, andaluces 25%, extremeños 12%, vas­cos 8 %, y de otras provincias 5 %. Para los comienzos del Perú con el Tucumán registra castellanos, leoneses y murcianos 36 %, andaluces 35 %, extremeños 20 %; y luego, en proporción mu­cho menor, vascos, catalanes-valencianos, gallegos, aragoneses y navarros.

12  Siguen los de las provincias vascongadas 5 % (L. Thayer Ojeda, Elementos étnicos que han intervenido en la población de Chi­le, 1919, p. 52. P. Henríquez Ureña, Sobre el problema, 1926, pp. 107-108,  127,  130).

13  Cartas de Pedro de Valdivia, publ. por José Toribio Medina, Sevilla, 1929, p. 55. A toda la tierra descubierta llamó «la Nueva Extremadura, por ser el Marqués della y yo su hechura», carta a Hernando Pizarro, 1545. Quizá más que las estadísticas, el gran historiador chileno Barros Arana se acerca a la verdad íntima de las cosas, cuando, cometiendo un error material, afirma que casi todos los conquistadores y la mayoría de su séquito procedían de Extremadura, y algunos de Andalucía (citado por R. Lenz en la Z.f.r. Ph., XVII, 1893, p. 212); Barros añadía con demasiado error que el resto de las provincias de España casi no estuvieron re­presentadas en los siglos XVI y XVII. Lenz sugería, en consecuen­cia, el buscar extremeñismos en el hispanoamericano. Respecto al Perú, García Calderón (Le Péru contemporain, 1907, p. 278) dice: «en nuestra constitución étnica ha predominado el elemento andaluz y castellano»; la estadística que apuntamos en nota an­terior le da la razón, si bien acusa una ligera superioridad de los castellanos sobre los andaluces.

14 En cuatro de las seis estadísticas arriba reseñadas, los anda­luces y extremeños predominan, en tres de las cuales el predo­minio es muy grande (en una es mucho más del doble); en las otras dos estadísticas en que no predominan, su inferioridad es realmente insignificante.

CAPÍTULOS ANTERIORES:

PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES

CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

1.- 1.  LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS

2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS

4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA

5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA

6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA

7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA

*   8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES

*   9.- 6. LOS ILIRIOS

*   10.- 7. LOS CELTAS

*   11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)

12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS IN­DÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA

B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE

CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL

13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERRO­MANAS

14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL

15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA

16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO

PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA  LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN

CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA

* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE

18.- 2. LA ROMANIZACIÓN

19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO

20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO

CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN

21.- 1. ¿LATÍN VULGAR?

22.- 2. EL LATÍN NUEVO

23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO

24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO

25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLEC­TIVA

26.- 6. ACEPCIONES NUEVAS

27.- 7. FRASEOLOGÍA

28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMA­TICAL

29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE

30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SIN­TAXIS DEL VERBO

31.- 11. PREPOSICIONES Y ADVERBIOS

32.- 12. COLOCACIÓN DE LAS PALABRAS

*   33.- 13. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

34.- 14. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSO­NÁNTICO

*   35.- 15. OTRAS SIMPLIFICACIONES FONÉTICAS

*   36.- 16. LARGA LUCHA ENTRE INNOVACIÓN Y PURISMO

*   37.- 17. LAS INSCRIPCIONES

B. EL LATÍN DE HISPANIA

CAPÍTULO III. ESPAÑA EN LA ROMANIA

*   38.- 1. LA ROMANIA

*   39.- 2. CAUSAS DEL DIALECTALISMO RO­MÁNICO

*   40.- 3. ROMANIA OCCIDENTAL, ROMANIA MERIDIONAL

*   41.- 4. TRES ZONAS DE COLONIZACIÓN DE ESPAÑA

*   42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL

*   43.- 6. ARCAÍSMO PURISTA DEL LATÍN DE ESPAÑA

*   44.- 7. RELACIONES ENTRE EL LATÍN HISPA­NO Y EL DE LA ROMANIA MERIDIONAL: VOCABULARIO Y FORMACIÓN DE PALABRAS

45.- 8. FONÉTICA DIALECTAL EN EL LATÍN DEL SUR DE ITALIA Y DE LA HISPANIA CITERIOR

*   46.- 9. UNIDAD Y DIVERSIDAD EN EL LA­TÍN DE HISPANIA

*   47.- 10. TOPONIMIA CRISTIANA

PARTE TERCERA: HACIA LA NACIONALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE HISPANIA
A. DESMEMBRACIÓN DE LA ROMANIA. ÉPOCAS VISIGÓTICA Y ARÁBIGA

CAPÍTULO I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO

*   48.- 1. DISOLUCIÓN Y RUINA DEL IMPERIO DE OCCIDENTE. CRISIS DE ROMANIDAD

*   49.- 2. NACIONALIZACIÓN DEL REINO VISI­GODO

*   50.- 3. REINO VISIGODO TOLEDANO

*   51.- 4. ONOMÁSTICA GERMÁNICA

*   52.- 5. CAUSAS DE LA FRAGMENTACIÓN ROMÁNICA

*   53.- 6. LA LENGUA COMÚN QUE NO SE ESCRIBE

*   54.- 7. CENTROS DIRECTIVOS DE LA HISPANIA VISIGÓTICA

*   55.- 8. LENGUA CORTESANA VISIGODA

*   56.- 9. EL MAPA LINGÜÍSTICO DEL REINO GODO

*   57.- 10. ORÓSPEDA, CANTABRIA Y VASCONIA

*   58.- 11. NACIONALIZACIÓN LITERARIA. SAN ISIDORO

*   59.- 12. LA ESCUELA ISIDORIANA

CAPÍTULO II.  AL-ANDALUS. EL ÁRABE Y LA ALJAMÍA

*   60.- 1. LA ARABIZACIÓN DE HISPANIA

*   61.- 2. LOS MOZÁRABES EN SU ÉPOCA HE­ROICA

*   62.- 3. MUSULMANES DE HABLA ROMANCE

*   63.- 4. LA ALJAMÍA O LENGUA ROMANCE HABLADA EN AL-ANDALUS

*   64.- 5. TOPONIMIA ÁRABE

*   65.- 6. TOPONIMIA MOZÁRABE

*   66.- 7. TOPONIMIA LATINA EN BOCA ÁRABE

CAPÍTULO III. LOS PUEBLOS INDOCTOS DEL NORTE

*   67.- 1. UNA NUEVA BASE PARA LA NUE­VA ROMANIDAD HISPANA

*   68.- 2. GRANDES TRASIEGOS DE POBLACIÓN

*   69.- 3. TOLEDANISMO OVETENSE. EL DIALEC­TO ASTURIANO Y LEONÉS

*   70.- 4. ONOMÁSTICA NUEVA

*   71.- 5. EL PATRONÍMICO EN -Z

CAPÍTULO IV. EL IMPERIO LEONÉS Y SU FRONTERA VÁRDULO-VASCONA

*   72.- 1. ORÍGENES DEL REINO DE NAVARRA Y DEL «IMPERIO» LEONÉS

*   73.- 2. FORMACIÓN DEL GRAN CONDADO DE CASTILLA

*   74.- 3. LA RIOJA

*   75.- 4. REPOBLACIÓN AL SUR DEL DUERO

*   76.- 5. PREPONDERANTE INFLUJO ÁRABE Y MOZÁRABE

B. PRIMEROS BALBUCEOS DEL IDIOMA (960-1065)
GLOSAS Y CANTARES ÉPICOS

CAPITULO V.  LA LENGUA ESCRITA

*   77.- 1. LATÍN DOCTO Y LATÍN ARROMANZADO

*   78.- 2. LAS GLOSAS EMILIANENSES

*   79.- 3. LAS GLOSAS SILENSES

*   80.- 4. DIFICULTAD DE LA ESCRITURA

*   81.- 5. LOS DIPTONGOS

*   82.- 6. LA Ñ Y LA LL

*   83.- 7. REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE OTROS SONIDOS ROMÁNICOS

*   84.- 8. GRAFÍAS PARA SONIDOS ESPECIAL­MENTE CASTELLANOS

*   85.- 9. RESUMEN ORTOGRÁFICO

CAPÍTULO VI.  EL HABLA ROMANCE

*   86.- 1. FALTA DE FIJACIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

*   87.- 2. SONORIZACIÓN DE LA CONSONANTE SORDA

*   88.- 3. VACILACIÓN EN LA PÉRDIDA DE LA VOCAL INTERTÓNICA

*   89.- 4. FECHA RELATIVA DE LA SONORIZA­CIÓN Y DE LA SÍNCOPA VOCÁLICA

*   90.- 5. UNA ÉPOCA DE MÚLTIPLES SINCRE­TISMOS

*   91.- 6. CONTIENDA ENTRE LLANOS Y CULTOS

*   92.- 7. ARCAIZANTES Y NEOLOGISTAS

*   93.- 8. AFECTACIÓN ULTRACORRECTA

CAPITULO VII. EL CASTELLANO ENTRE LOS DEMÁS DIALECTOS ROMANCES HISPÁNICOS

*   94.- 1. CARÁCTER DIFERENCIAL DE CASTILLA

*   95.- 2. RASGOS PRIMITIVOS DEL CASTELLANO FRENTE AL LEONÉS, AL ARAGONÉS Y A LA ALJAMÍA

*   96.- 3. CASTILLA SE ADELANTA A LOS OTROS DIALECTOS AFINES

*   97.- 4. EL CASTELLANO CON EL LEONÉS Y EL GALLEGO-PORTUGUÉS

98.- 5. EL CASTELLANO CON EL ARAGONÉS Y EL CATALÁN

CAPÍTULO VIII. LA LITERATURA DEL MILENIO

*   99.- 1. CLÉRIGOS Y JUGLARES

*   100.- 2. CANCIONES ANDALUSÍES. EL LEN­GUAJE DE ESTOS CANTARCILLOS ROMÁNICOS

*   101.- 3. ESTADO LATENTE DE UNA POESÍA ÉPICA

*   102.- 4. ¿HUBO UNA ÉPICA MOZÁRABE?

*   103.- 5. CANTARES DE GESTA BREVES EN CASTILLA

*   104.- 6. EL ASONANTE EN LA POESÍA JUGLA­RESCA

C. LA LENGUA Y LA LITERATURA CASTELLANA
SE ABREN PASO EN UNA ESPAÑA NUEVA

CAPITULO IX. EL INFLUJO FRANCO Y LA EMANCIPACIÓN DEL ROMANCE

*   105.- 1. LA DINASTÍA NAVARRA. CASTILLA HECHA REINO

*   106.- 2. ALFONSO VI; RUPTURA CON LA TRA­DICIÓN MOZÁRABE

*   107.- 3. RECONQUISTA DE TOLEDO. DECA­DENCIA MOZÁRABE

*   108.- 4. LA EXTREMADURA AL SUR DEL DUERO. DESAPARICIÓN DE LOS DIALECTOS ROMANCES PRIMITIVOS

*   109.- 5. EL CID Y LOS ALMORÁVIDES

*   110.- 6. LA CUÑA CASTELLANA

*   111.- 7. ARROLLADOR AVANCE DE LA APÓCOPE

*   112.- 8. FIJACIÓN DEL RITMO ACENTUAL DE LA PALABRA

*   113.- 9. EL CATALÁN

*   114.- 10. EL PORTUGUÉS

CAPITULO X. ESPLENDOR DE LA LITERATURA DIALECTAL (1140-1180)

*   115.- 1. RESURGIMIENTO DE TOLEDO. LA HERENCIA CULTURAL ÁRABE

*   116.- 2. LA POESÍA BILINGÜE CONTINÚA TRIUNFANDO EN AL-ANDALUS

*   117.- 3. LA TOLEDO ROMÁNICA FRONTERIZA; SU MEZCLA DIALECTAL

*   118.- 4. EL POEMA DE «MIO CID»

*   119.- 5. EL LENGUAJE VERSIFICADO. EL MONORRIMO Y EL PAREADO ANISOSÍLABO

*   120.- 6. LA VERSIFICACIÓN: EL ASONANTE Y LA LLAMADA -E PARAGÓGICA

*   121.- 7. PRIMITIVISMO DEL LENGUAJE LITE­RARIO

*   122.- 8. CARÁCTER DIALECTAL DE LA LITERA­TURA

*   123.- 9. PRIMER ELOGIO DE LA LENGUA CAS­TELLANA. LA LITERATURA DE CASTILLA

CAPÍTULO XI. SINCRETISMO EN LA LENGUA LITERARIA DE LA ESPAÑA DE LOS CINCO REINOS (1180-1230)

*   124.- 1. PREPONDERANCIA CASTELLANA

*   125.- 2. INFLUJO DE LA LITERATURA GALLEGA

*   126.- 3. CONTINÚA EL INFLUJO PROVENZAL

*   127.- 4. SANTO DOMINGO DE GUZMÁN Y LA LLANEZA DE EXPRESIÓN

*   128.- 5. «SIESTA DE ABRIL»

*   129.- 6. CONVIVENCIA Y MIXTURA DE DIA­LECTOS

*   130.- 7. CASTELLANIZACIÓN DE LA LENGUA LITERARIA

*   131.- 8. DIALECTALISMO CANCILLERESCO Y NOTARIAL

PARTE CUARTA:  EL ESPAÑOL ANTIGUO
A. RENOVACIÓN ERUDITA DEL IDIOMA (1230-1293)

CAPÍTULO I. NUEVAS CONDICIONES DE VIDA

*   132.- 1. UNA NUEVA EDAD

*   133.- 2. EXPANSIÓN DE LOS DIALECTOS DEL NORTE

*   134.- 3. MODO DE LA PROPAGACIÓN LIN­GÜÍSTICA POR RECONQUISTA

*   135.- 4. «YA HAY PIRINEOS»

CAPITULO II. LOS PRIMEROS  POEMAS DE CLERECÍA

*   136.- 1. DIALECTALISMO ATENUADO

*   137.- 2. CLERECÍA Y JUGLARÍA. EL LATINISMO

*   138.- 3. VERSO «A SÍLABAS CONTADAS»

*   139.- 4. LENGUAJE VECINAL DE BERCEO

CAPITULO III. ALFONSO X EL SABIO Y LA ESCUELA DIDÁCTICA (1252-1295)

*   140.- 1. FEDERICO II Y ALFONSO X

*   141.- 2. CREACIÓN DE LA PROSA LITERARIA

*    142.- 3. TRABAJO DIRECTIVO DEL REY SABIO

*   143.- 4. EL ARABISMO

*   144.- 5. LA ESCOLÁSTICA Y LA ANTIGÜEDAD

*   145.- 6. TENDENCIA ETIMOLÓGICA

*   146.- 7. NEOLOGISMO LATINISTA

*   147.- 8. NEOLOGISMO ROMÁNICO

*   148.- 9. IDEA ESTILÍSTICA DE ALFONSO EL SABIO

149.- 10. CUESTIÓN DEL IDIOMA: «CASTELLA­NO DERECHO»

150.- 11. CASTELLANO, LEONÉS, ARAGONÉS

151.- 12. ESPAÑOL, LENGUAJE DE ESPAÑA

152.- 13. LA ORTOGRAFÍA ALFONSÍ

*   153.- 14. EL CASTELLANO EN LA NUEVA POE­SÍA DE CLERECÍA

*   154.- 15. PREPONDERANCIA DEL CASTELLANO

CAPÍTULO IV. LA LENGUA COMÚN. RELACIONES EXTRANJERAS

*   155.- 1. INTERCAMBIOS DE VOCABULARIO ENTRE FRANCIA Y ESPAÑA

*   156.- 2. LA APÓCOPE POTESTATIVA DE -E; GEOGRAFÍA Y CRONOLOGÍA

*   157.- 3. LA APÓCOPE EN LOS TEXTOS LITERA­RIOS

B. LOS DOS PRINCIPALES ESTILISTAS DE LA EDAD MEDIA.
APOGEO DE LA ESCUELA DIDÁCTICA (1205-1370)

CAPITULO V. LA LENGUA LITERARIA

*   158.- 1. SANCHO IV SE APARTA DE LOS GUSTOS DE ALFONSO X

*   159.- 2. LA ESCUELA ALFONSÍ. CULMINACIÓN DE LA LITERATURA

*   160.- 3. PROPÓSITO ESTILÍSTICO DE DON JUAN MANUEL

*   161.- 4. LENGUA RACIONAL Y LÓGICA

*   162.- 5. INTENTO FALLIDO DE OSCURIDAD

*   163.- 6. EL ARCIPRESTE DE HITA. «RAZONES ENCUBIERTAS»

*   164.- 7. LO IRRACIONAL

*   165.- 8. VOCABULARIO Y FRASEOLOGÍA

*      166.- 9. EL VERSO Y LAS «SERRANILLAS»

CAPITULO VI. ESTADO DE LA LENGUA COMÚN

*   167.- 1. RELATIVA ESTABILIDAD

*   168.- 2. LA LENGUA COMÚN. TOLEDO Y SEVILLA

*   169.- 3. APÓCOPE POTESTATIVA DE LA -E

*   170.- 4. LOS DIALECTOS LATERALES Y EL DIA­LECTO CENTRAL

*   171.- 5. TENDENCIAS CASTICISTAS

*   172.- 6. RELACIONES EXTERNAS

C. ARTIFICIOSIDAD RENACENTISTA.
PRERRENACIMIENTO RETÓRICO

CAPÍTULO VII.  PERÍODO DE TRANSICIÓN, 1370-1400

*   173.- 1. INFLUJO GALAICO-LEONÉS. ROMAN­CES Y ARTE MAYOR

*   174.- 2. ENSAYOS HUMANÍSTICOS EN ARAGO­NÉS. FERNÁNDEZ DE HEREDIA

*   175.- 3. DON PEDRO LÓPEZ DE AYALA

CAPITULO VIII. ALEGORÍA, OSCURIDAD. RETÓRICA ELOCUENCIA (1400-1450)

*   176.- 1. PRIMERA APARICIÓN DE UNA ES­CUELA SEVILLANA. DECIRES ALEGÓRICOS Y OSCUROS (1395-1415)

*   177.- 2. LA PROSA. DON ENRIQUE DE VILLENA (1417-28)

*   178.- 3. LA POESÍA. SANTULARIA Y MENA (1429-1456)

*   179.- 4. NUEVAS ORIENTACIONES

*   180.- 5. LO LIBRESCO

*   181.- 6. DENOMINACIONES METAFÓRICAS

*   182.- 7. LOS NEOLOGISMOS «LECTOR» Y «POETA»

*   183.- 8. LA RETÓRICA Y EL DESPRECIO DE LA LENGUA COMÚN

*   184.- 9. LATINISMO POR RAZONES ESTÉTICAS

*   185.- 10. SINTAXIS ARTIFICIOSA. HIPÉRBATON

*   186.- 11. LA POESÍA COMO CIENCIA

*   187.- 12. NUEVA VIDA CORTESANA. OSTEN­TACIÓN Y LUJO

*   188.- 13. GUSTO POR LO INUSITADO. LO IRREVERENTE, LO OBSCENO

*   189.- 14. RETÓRICA Y NATURALIDAD. FER­NÁN PÉREZ DE GUZMÁN

*   190.- 15. DECADENCIA DE LA ARTIFICIOSIDAD Y TRANSICIÓN (1458-1475). JUAN DE LUCENA

*   191.- 16. GÓMEZ MANRIQUE. VUELTA A LA NATURALIDAD

CAPÍTULO IX. ESTADO DE LA LENGUA COMÚN (1370-1470) Y RELACIONES EXTERIORES DEL CASTELLANO

*   192.- 1. RACHAS DE ARTIFICIOSIDAD

*   193.- 2. FONÉTICA DEL LATINISMO LÉXICO

*   194.- 3. SIMILICADENCIAS Y RIMAS EN LA LENGUA CONVERSACIONAL

*   195.- 4. NEOLOGISMOS MORFOLÓGICOS

*   196.- 5. EXTINCIÓN DE LA APÓCOPE POTES­TATIVA DE -E

*   197.- 6. ARAGÓN Y CATALUÑA. CORTE DE ALFONSO V

*   198.- 7. LAS CANARIAS Y PORTUGAL

*   199.- 8. EL ÁRABE Y EL ROMANCE

*   200.- 9. ITALIA

*   201.- 10. FRANCIA

PARTE QUINTA. EL ESPAÑOL ÁUREO
A. RENACIMIENTO HUMANÍSTICO (1474-1554)

CAPITULO I. DEL RETORICISMO AL HUMANISMO: LOS REYES CATÓLICOS (1474-1516)

*   202.- 1. SIGNIFICACIÓN DEL NUEVO REINADO

*   203.- 2. JORGE MANRIQUE

*   204.- 3. LA CELESTINA

*   205.- 4. CONCEPTISMO POÉTICO DEL CANCIO­NERO GENERAL

*   206.- 5. LA REINA ISABEL Y EL HUMANISMO

*   207.- 6. NEBRIJA

*   208.- 7. LA LENGUA, LA UNIDAD NACIONAL, EL IMPERIO

*   209.- 8. FRUTOS TARDÍOS MEDIEVALES

*   210.- 9. LOS ROMANCES

CAPITULO II. LOS DIALECTOS VIEJOS COMPLETAN SU NACIONALIZACIÓN

*   211.- 1. OJEADA GENERAL

*   212.- 2. LA UNIDAD POLÍTICA Y EL REINO DE ARAGÓN

*   213.- 3. EL REINO DE LEÓN

*   214.- 4. CASTILLA LA NUEVA. TOLEDO Y LA CORTE COMO NORMAS UNIFORMADORAS

CAPÍTULO III. UN DIALECTO NUEVO. EXPANSIÓN DEL ANDALUZ. EL CECEO/SESEO

*   215.- 1. PROSPERIDAD DE ANDALUCÍA

*   216.- 2. ANDALUCÍA Y TOLEDO EN CONTIENDA

*   217.- 3. EXPLICACIÓN HISTÓRICA DE LA CON­FUSIÓN DE LAS SIBILANTES ALVEOLARES Y DENTALES

*   218.- 4. DIGRESIÓN SOBRE LOS VERBOS «CE­CEAR» Y «SESEAR»

*   219.- 5. PRIMERAS NOTICIAS DEL «CECEO»

*   220.- 6. EL «CECEO» EN EL USO CORTESANO

*   221.- 7. EL SECECEO SEVILLANO

*   222.- 8. EL «SECECEO» EN CÓRDOBA

*   223.- 9. LA NORMA TOLEDANA AÚN VIGEN­TE PESE A LA GRAN DIFUSIÓN DEL «CE­CEO» EN ANDALUCÍA

*   224.- 10. LA RECONQUISTA DE GRANADA Y LA EXPANSIÓN DEL «SECECEO»

*   225.- 11. NUEVA REPOBLACIÓN DEL REINO DE GRANADA

*   226.- 12. RESUMEN SOBRE ORÍGENES DEL DIALECTO GRANADINO

CAPITULO IV. EL NUEVO MUNDO. GRAN EXPANSIÓN TERRITORIAL DEL IDIOMA

*   227.- 1. LA POBLACIÓN ESPAÑOLA DE AMÉ­RICA

Diseño gráfico:
 
La Garduña Ilustrada

Imagen: letra 20ª del alfabeto fenicio, roš   Diseño basado en Luca/ Wikipedia.

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