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Obras de Diego Catalán

245.- 5. GARCILASO Y LA TEORÍA DE LA IMI­TACIÓN

245.- 5. GARCILASO Y LA TEORÍA DE LA IMI­TACIÓN

5. GARCILASO Y LA TEORÍA DE LA IMI­TACIÓN. VI. GUEVARA Y GARCILASO. TRIUNFO DEL ITALIANISMO (1525-1554)

      El crédito indiscutido de que gozaban los dos admirados amigos, Boscán y Garcilaso, aseguró la victoria de la nor­ma de selección: usar términos muy cortesanos, pero no desusados de la gente.

      Según este principio, y guiado por el habla corriente, Garcilaso emplea en su alta poesía algunas expresiones fami­liares: callar que callarás 40, tomó a destajo 41; o bien, endecasilabiza algún refrán nada poético: «... no es malo tener al pie del palo quien se duela...»42 (deshaciendo la rima paremiológica: «No es malo tener quien se duela al pie del palo»), «que ha llegado de bien acuchillado a ser maes­tro»43 (el refrán dice «No hay mejor cirujano que el bien acuchillado»)44. Herrera defiende al poeta por asociar un vocablo vulgar a otro poético: «las divinas orejas de las náya­des»45, pues no se ha huir del vocablo propio cuando «su significación no causa torpeza o sentido desonesto»46. Lope de Vega a su vez le defiende de escribir a la tornada por ’a la vuelta’ 47: no tienen en cuenta que es voz de aquel tiem­po los que se espantan «que con tales vocablos se dé a Garcilaso nombre de príncipe de los poetas en España»48. Saavedra Fajardo nota que en las églogas usa Garcilaso «palabras candidas que saben al campo i a la rustiquez del aldea, pero no sin gracia, ni con profunda ignorancia i vejez, como hizieron Mantuano y Encina en sus églogas»49; observación exacta a medias; pues lo dialectal o zafio que hay en el bucolismo de Encina es intencional y justo. Es cierto que no existe en Garcilaso, cuyas «palabras candidas» se reducen a zampona, escondrijo, caminos enriscados y otras así 50. Nada hay en lo familiar o rústico de Garcilaso que no responda al cri­terio expresado por él a doña Jerónima Palova de usar «tér­minos muy admitidos de los buenos oídos».

       Mayor duda cabría por el lado opuesto, por los térmi­nos «muy cortesanos y no nuevos». Con Garcilaso comienza la literatura a aplicar habitualmente la teoría rena­centista de la imitación, concepto técnico que tuvo su importancia en el desarrollo del lenguaje de la época. El subrogar las emociones de la vida actual por las emocio­nes descritas en los autores clásicos, según hacían los me­jores poetas de la época anterior, se sustituye ahora por una más íntima y fecunda inspiración en aquellos autores. Des­de Aristóteles y Séneca se venía repitiendo: «Omnis ars imi­tatio est naturae»; imitación de la naturaleza, no en sus se­res particulares sino en lo universal o esencial de ellos. Pero la admiración del Renacimiento por los poetas clásicos vio en ellos consumada toda la imitación, y se aplicó a imitar a esos antiguos insuperables imitadores, como el pintor quien no imita tampoco la naturaleza sino las imitaciones que halla en los famosos cuadros; y esta especial orienta­ción del verbo imitar decidió la suerte de la poesía duran­te dos siglos. En Garcilaso es frecuente esa imitación de poetas latinos e italianos; y el Brócense, al oírse censurar que afrentaba más que honraba a Garcilaso porque descu­bría multitud de fuentes clásicas del poeta, protestaba con toda su voz: «digo y afirmo que no tengo por buen poeta al que no imita a los excellentes antiguos»51. Si bien, como declaraba Vives al concluir el libro IV (De causis corruptarum artium), imitar la elocuencia de Cicerón no era compi­lar rastreramente dicciones y periodos ciceronianos, sino alcanzar un estilo persuasivo y victorioso como el del gran orador 52.

      Esta imitación, concebida así profundamente o en modo más servil, activó la invasión de latinismos en los escritores de todos los países, contribuyendo en gran manera a una beneficiosa uniformación de los idiomas de Occidente: bajo la barbarie del siglo VIII, los idiomas romances se habían diversificado unos de otros naciendo del latín; ahora se aproximan unos a otros renaciendo del latín bajo la cultu­ra del siglo XVI, que crea un ambiente uniforme en Euro­pa, lo que no supo hacer el anárquico retoricismo del si­glo anterior, falto de espíritu selectivo. El latinismo de los escritores quinientistas, como concebido con vistas a la len­gua común «no desusada de la gente», fue en general par­co y disciplinado cuanto el latinismo del siglo XV había sido desmesurado, guiado por impulsos estilísticos personalísimos, desdeñosos del habla cotidiana. Cuesta trabajo hallar en Garcilaso algún exceso: «el superno vuelo», «estava en dubio», más bien acompañando al término oscuro otro vul­gar declaratorio: «assí corusca y resplandece»53.

      El mayor apartamiento de la lengua poética respecto de la ordinaria estará en la sintaxis. Sin embargo, el hipérbaton no abunda en Garcilaso («los accidentes de mi mal primeros», etc.), y rara vez llega a extremos poco comunes, por ejemplo, separando el adjetivo antepuesto en el hermoso verso: «como en luciente de cristal coluna»54, fácil progreso de la anteposición de un solo determinativo al sustantivo practi­cada desde los orígenes del idioma, desde el Poema del Cid limpia fuent», «de Burgos omne nado»), pero progreso a que sin duda ayudó la poesía italiana («han fatto un dolce de morir desio», Petrarca; «Oh fallace degli uomini credenza», Ariosto 55). También parece estrictamente latino y poético el acusativo griego que Garcilaso usa dos veces: «los alemanes el fiero cuello atados»56; «en un templado baño... muere, las venas dulcemente desatado»57. Pero no podemos dudar que este giro en sus casos sencillos tenía alguna vida en la len­gua corriente, cuando Nebrija pone ejemplos de tal construcción con frases de la vida ordinaria: «io compré un ne­gro crespo los cabellos, blanco los dientes, hinchado los bezos»58; en realidad, el llamado acusativo griego tuvo uso vulgar desde la época de Alfonso el Sabio hasta el siglo XVII por lo menos 59. Sin duda, también varios casos de hipérbaton, más que como puramente literarios, habrá que mirarlos como del habla cotidiana impresionista.

      También es tenue en Garcilaso el italianismo. Consiste, aparte el nuevo ritmo del verso que perduró por siglos, en varios préstamos efímeros, propios de aquel tiempo en que la compenetración de España e Italia fue la mayor que nun­ca dos pueblos tuvieron. Garcilaso sigue la prosodia italiana practicando mucho la sinéresis o monoptongación en casos de í acentuada: «Yo aviá  jurado nunca más meterme / a po­der mió y a mi consentimiento»60; otros poetas del siglo XVI abundan en esta práctica, que luego se evita como propia sólo de la lengua conversacional en ritmo rápido y descui­dado 61. Después hay que señalar algunos vocablos: espirtu ’espíritu’, delgadeza (Nebrija, delgadez, que es lo español), domestiqueza, salvatiquez (ital. selvatichezza), abastança (aunque Herrera 62 la tiene falsamente por «antigua i grave dición»)63. ¿Hasta qué punto esas voces estaban difundidas entonces? Una vez sólo aparece pero ’sin embargo’, adverbializado a la italiana: «Quise pero probar si me bastase»64, y Juan de Lucena, en 1463, lo usó mucho 65. Además, varias frases debidas a la «imitación» de poetas famosos, una que tuvo gran boga: «aquella tan amada mi enemiga»66, procedente del so­neto 207 de Petrarca, «de la dolce e amata mia nemica», de donde Garcilaso toma el segundo adjetivo, relegando el pri­mero, que es el famoso, el de antiguo abolengo provenzal, doussa enemia, el único conocido por Cervantes67.

      En conclusión, puede decirse que Garcilaso se atiene bien a sus principios, en cuanto los elementos de su lengua li­teraria son «muy cortesanos», pero «no desusados de la gente». La esencial diferencia entre la lengua poética y la ordinaria está en la arquitectura de esos elementos y en las calidades internas de conjunción de estas calidades litera­rias con la selección de naturalidad en la lengua. Los ver­sos de Garcilaso, como dice el maestro Francisco de Medi­na, aparecen «todos ilustrados de claridad i de terneza» y el discurso «retocado de lumbres i matizes que despiden un resplandor antes nunca visto». La poesía se reviste de las formas más tradicionales del idioma, las de mayor estabili­dad, por las que goza de esa frescura inmarchitable que, a pesar de los cambios de lengua y gustos, la mantiene como un arquetipo siempre admirable. El mismo Cristóbal de Castillejo, satírico de «los que escriben en verso italiano», respeta la autoridad de Garcilaso, salvándole de la nota de extranjerizante. En las guerras literarias del siglo XVII, los dos bandos se acogían al nombre de Garcilaso como genio tutelar de la más pura expresión poética. En el siglo XVIII, la lengua del vate quinientista se invocaba y se estudiaba por Iriarte o por Azara como antítesis del habla corrupta, entonces en curso. Ahora, en nuestro siglo XX, el poeta novísimo Alberti quisiera servir de escudero a aquel caba­llero de Carlos V, de la dulce palabra 68.

      Veinte años después de Garcilaso, Ronsard modela tam­bién la lengua lírica del Renacimiento francés; pero muy alejado de las normas garcilasianas, su fama inmensa su­frió pronto largo olvido.

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

 NOTAS

40  Égloga, III, v. 922.

41  Égl., II, 193.

42  Égl., II, 363.

43  Égl., II, 355.

44  T. Navarro en su edición de Garcilaso (ed. 1911, pp. 20, 23, 34 y 50), indica varias de estas expresiones, aunque algunas no me parecen familiares. Añádase, acaso, «ella... desbañe mi alma» (Égl., II, 772), que Herrera (p. 573) cree neologismo. Véase T. Navarro, p. 64, y comp. «bañarse el coraçón» (Juan Ruiz, Libro de buen amor, 623, 638, etc.). Para la admisión de la fraseología fa­miliar en la lengua cortesana, véase adelante, cuando tratemos de la lengua común, las cartas de Valdivia al Emperador, llenas de frases que hoy estimamos vulgares.

45  Égl., II, 615.

46  Obras de Garcilaso de la Vega con anotaciones de Fernando de Herrera, 1580, pp. 568-569, alega el divino porquerizo, que tradu­jo de la Odisea Gonzalo Pérez. En el verso «tu dulce habla ¿en cuya oreja suena?» (Égl., I, 127) deja Herrera sin anotación la voz oreja, por no llevar epíteto. Sobre el creciente desprestigio de la voz oreja, véase Quijote, IIª, 38º y la nota de Rodríguez Marín en su ed., vol. V, 1928, p. 271. Todavía Ercilla dice a Felipe II: «Dad orejas, señor, a lo que digo» (Araucana, Iº, 5ª).

47  Soneto, 29º.

48  Lope, en su novela Las fortunas de Diana (ed. BAE, XXXVIII, p. 106). También Herrera (Anotaciones, p. 192) da tornados como «dición antigua i que no tiene buen lugar en versos elegantes i suaves». Hoy tornar se ha rehabilitado y es voz noble, poética.

49  Saavedra Fajardo, República literaria, ed. García de Diego, 1922, p.  109.

50  Égloga, II, 1160, 1170, 1114. En la Canción V, 8, hace Herrera (p. 267) muchos ascos al verso «las fieras alimañas», cuyo sustanti­vo no nos parece hoy, como no pareció a Garcilaso, «dición antigua i rústica» y vitanda, ni pareció a fray Luis de León, que al comienzo de su Oda a Santiago dice también «las fieras alimañas».

51  Obras del excelente poeta Garci Lasso de la Vega con anotaciones y enmiendas del Maestro Francisco Sánchez, Salamanca, 1574. Herrera, sin nombrar al Brócense, acepta igual principio, y fre­cuentemente señala en Garcilaso «imitaciones» de clásicos.

52  Para Vives y Fox Morcillo, v. Menéndez Pelayo, Ideas estéti­cas, III, 1896, pp. 224 y 238.

53  Égloga, II, 277, 1493, 1769.

54  Elegía, I , 73. Véase la nota de Navarro en su ed. 1911, p. 148. Herrera (Anotaciones, pp. 307-308) aprueba este verso, en­contrando en Petrarca hipérbaton semejante, pero en la p. 110 califica en general el hipérbaton como «no dudoso vicio de sin­taxis». Otros casos violentos en la Égloga, III, 175: «Contra un moço no menos animoso, con su venablo en mano, que hermoso»; en el Soneto III: «La mar en medio y tierras he dexado. de cuan­to bien, cuitado, yo tenía». Elegía, I, 60: «entre la humana puede y mortal gente entristecer». Lope de Vega (Obras sueltas, IV, 1776, p. 471), en su Papel de la nueva poesía, cita, como violenta trans­posición en Garcilaso, el verso «una extraña y no vista al mundo idea». Otros ejemplos en M. Arce, Garcilaso de la Vega, 1930, p.  122.

55  Orlando furioso, XLI, 23.

56  Canc., V, 18.

57  Elegía, II, 144.

58  Gramática, IV, 4; y en IV, 7, repite «el guineo blanco los dien­tes».

59  Correas, Arte grande, 1626 (ed. 1903, p. 250), confirma lo que dijimos en vista de Nebrija; después de citar el latín horridus barbam añade: «nosotros en castellano, sin mirar a imitación nin­guna, tenemos estas frases propias nuestras, i otras muchas comformes al griego: lavado la cara, suzio las manos, ancho las espaldas y los pechos, angosto las caderas e ijares, por ancho de es­paldas, etc.». Aún en la época de afectación estos acusativos tie­nen a veces aire enteramente familiar, como en un sermón de Paravicino no deja lugar a duda el empleo de un adjetivo dimi­nutivo: «Nace al hielo de un hibierno, no cargadillo sólo del llan­to del aurora los ojos, sino casi de nieve, los rayos» (y otros ejem­plos en E. Alarcos, «Los sermones de Paravicino», RFE, XXIV, 1937, p. 308). Rodríguez Marín (Bachiller Francisco de Osuna, Un pleitecillo literario, 1942) cita, entre ejemplos en prosa litera­ria de Cervantes, Coloma y otros, dos de prosa curialesca: «se le quebró una cinta de delante con que estaba atacado sus calzas», 1554; «mandamos que ninguna muger... ande tapada el rostro», 1590. Tengamos pues como de la lengua corriente los casos que hoy nos parecen elegancias doctas, como la de la Oda X de fray Luis de León: «Y el cuello al yugo atados los bueyes van rompiendo los sembrados». Ya suscita una duda, sobre que este giro sea puro cultismo, Meyer-Lübke (Gram., Ill, § 424, nota), sor­prendiendo un caso vulgar toscano: «gittate un quattrinello a me poverino, tutto stropiato le gambe». Para ejemplos literarios de este giro tan grato a Góngora, bastan los que pone A. de Castro en «BAE», XXXII, p. 31a, nota.

60  Soneto, VII.

61  Véase mi Gram., § 312c.

62  Anotaciones, p. 310.

63  Véanse notas de T. Navarro, pp. 128, y 239, y  A. Coster, Fernando de Herrera, 1908, pp. 338-300.

64  Elegía, I, 7.

65  De vida beata escrita en Roma: «si queréis pero que riñamos...; no debo pero, ni quiero...» (pp. 109 y 110 de los Opúsculos, 1892); en el Corvacho, véase J. Vallejo, Homenaje Menéndez Pidal, II, pp. 79-80. En el siglo XIII: «oviéronlo en cabo pero a conocer» Alexandre, ms. O, 1201; «ovieron a entrar pero en so sentido» San Millán (348); el uso era, pues, indígena, pero se perdió y luego fue italianismo.

66  Canc., IV, 146.

67  Véase mi Poesía juglaresca, 1924, pp. 179-180. Otra frase petrarquesca de Garcilaso es «desnudo espirtu o hombre en carne y hueso» Soneto, IV, Égloga, II (Herrera, Anotaciones, p. 94), ignudo spirto, en vez de «espíritu puro».

68  Marinero en tierra,  1925, p.  184.

CAPÍTULOS ANTERIORES:

PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES

CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.

1.- 1.  LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS

2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA

3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS

CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS

4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA

5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA

6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA

7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA

*   8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES

*   9.- 6. LOS ILIRIOS

*   10.- 7. LOS CELTAS

*   11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)

12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS IN­DÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA

B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE

CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL

13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERRO­MANAS

14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL

15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA

16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO

PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA  LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN

CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA

* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE

18.- 2. LA ROMANIZACIÓN

19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO

20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO

CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN

21.- 1. ¿LATÍN VULGAR?

22.- 2. EL LATÍN NUEVO

23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO

24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO

25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLEC­TIVA

26.- 6. ACEPCIONES NUEVAS

27.- 7. FRASEOLOGÍA

28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMA­TICAL

29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE

30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SIN­TAXIS DEL VERBO

31.- 11. PREPOSICIONES Y ADVERBIOS

32.- 12. COLOCACIÓN DE LAS PALABRAS

*   33.- 13. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

34.- 14. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSO­NÁNTICO

*   35.- 15. OTRAS SIMPLIFICACIONES FONÉTICAS

*   36.- 16. LARGA LUCHA ENTRE INNOVACIÓN Y PURISMO

*   37.- 17. LAS INSCRIPCIONES

B. EL LATÍN DE HISPANIA

CAPÍTULO III. ESPAÑA EN LA ROMANIA

*   38.- 1. LA ROMANIA

*   39.- 2. CAUSAS DEL DIALECTALISMO RO­MÁNICO

*   40.- 3. ROMANIA OCCIDENTAL, ROMANIA MERIDIONAL

*   41.- 4. TRES ZONAS DE COLONIZACIÓN DE ESPAÑA

*   42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL

*   43.- 6. ARCAÍSMO PURISTA DEL LATÍN DE ESPAÑA

*   44.- 7. RELACIONES ENTRE EL LATÍN HISPA­NO Y EL DE LA ROMANIA MERIDIONAL: VOCABULARIO Y FORMACIÓN DE PALABRAS

45.- 8. FONÉTICA DIALECTAL EN EL LATÍN DEL SUR DE ITALIA Y DE LA HISPANIA CITERIOR

*   46.- 9. UNIDAD Y DIVERSIDAD EN EL LA­TÍN DE HISPANIA

*   47.- 10. TOPONIMIA CRISTIANA

PARTE TERCERA: HACIA LA NACIONALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE HISPANIA
A. DESMEMBRACIÓN DE LA ROMANIA. ÉPOCAS VISIGÓTICA Y ARÁBIGA

CAPÍTULO I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO

*   48.- 1. DISOLUCIÓN Y RUINA DEL IMPERIO DE OCCIDENTE. CRISIS DE ROMANIDAD

*   49.- 2. NACIONALIZACIÓN DEL REINO VISI­GODO

*   50.- 3. REINO VISIGODO TOLEDANO

*   51.- 4. ONOMÁSTICA GERMÁNICA

*   52.- 5. CAUSAS DE LA FRAGMENTACIÓN ROMÁNICA

*   53.- 6. LA LENGUA COMÚN QUE NO SE ESCRIBE

*   54.- 7. CENTROS DIRECTIVOS DE LA HISPANIA VISIGÓTICA

*   55.- 8. LENGUA CORTESANA VISIGODA

*   56.- 9. EL MAPA LINGÜÍSTICO DEL REINO GODO

*   57.- 10. ORÓSPEDA, CANTABRIA Y VASCONIA

*   58.- 11. NACIONALIZACIÓN LITERARIA. SAN ISIDORO

*   59.- 12. LA ESCUELA ISIDORIANA

CAPÍTULO II.  AL-ANDALUS. EL ÁRABE Y LA ALJAMÍA

*   60.- 1. LA ARABIZACIÓN DE HISPANIA

*   61.- 2. LOS MOZÁRABES EN SU ÉPOCA HE­ROICA

*   62.- 3. MUSULMANES DE HABLA ROMANCE

*   63.- 4. LA ALJAMÍA O LENGUA ROMANCE HABLADA EN AL-ANDALUS

*   64.- 5. TOPONIMIA ÁRABE

*   65.- 6. TOPONIMIA MOZÁRABE

*   66.- 7. TOPONIMIA LATINA EN BOCA ÁRABE

CAPÍTULO III. LOS PUEBLOS INDOCTOS DEL NORTE

*   67.- 1. UNA NUEVA BASE PARA LA NUE­VA ROMANIDAD HISPANA

*   68.- 2. GRANDES TRASIEGOS DE POBLACIÓN

*   69.- 3. TOLEDANISMO OVETENSE. EL DIALEC­TO ASTURIANO Y LEONÉS

*   70.- 4. ONOMÁSTICA NUEVA

*   71.- 5. EL PATRONÍMICO EN -Z

CAPÍTULO IV. EL IMPERIO LEONÉS Y SU FRONTERA VÁRDULO-VASCONA

*   72.- 1. ORÍGENES DEL REINO DE NAVARRA Y DEL «IMPERIO» LEONÉS

*   73.- 2. FORMACIÓN DEL GRAN CONDADO DE CASTILLA

*   74.- 3. LA RIOJA

*   75.- 4. REPOBLACIÓN AL SUR DEL DUERO

*   76.- 5. PREPONDERANTE INFLUJO ÁRABE Y MOZÁRABE

B. PRIMEROS BALBUCEOS DEL IDIOMA (960-1065)
GLOSAS Y CANTARES ÉPICOS

CAPITULO V.  LA LENGUA ESCRITA

*   77.- 1. LATÍN DOCTO Y LATÍN ARROMANZADO

*   78.- 2. LAS GLOSAS EMILIANENSES

*   79.- 3. LAS GLOSAS SILENSES

*   80.- 4. DIFICULTAD DE LA ESCRITURA

*   81.- 5. LOS DIPTONGOS

*   82.- 6. LA Ñ Y LA LL

*   83.- 7. REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE OTROS SONIDOS ROMÁNICOS

*   84.- 8. GRAFÍAS PARA SONIDOS ESPECIAL­MENTE CASTELLANOS

*   85.- 9. RESUMEN ORTOGRÁFICO

CAPÍTULO VI.  EL HABLA ROMANCE

*   86.- 1. FALTA DE FIJACIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO

*   87.- 2. SONORIZACIÓN DE LA CONSONANTE SORDA

*   88.- 3. VACILACIÓN EN LA PÉRDIDA DE LA VOCAL INTERTÓNICA

*   89.- 4. FECHA RELATIVA DE LA SONORIZA­CIÓN Y DE LA SÍNCOPA VOCÁLICA

*   90.- 5. UNA ÉPOCA DE MÚLTIPLES SINCRE­TISMOS

*   91.- 6. CONTIENDA ENTRE LLANOS Y CULTOS

*   92.- 7. ARCAIZANTES Y NEOLOGISTAS

*   93.- 8. AFECTACIÓN ULTRACORRECTA

CAPITULO VII. EL CASTELLANO ENTRE LOS DEMÁS DIALECTOS ROMANCES HISPÁNICOS

*   94.- 1. CARÁCTER DIFERENCIAL DE CASTILLA

*   95.- 2. RASGOS PRIMITIVOS DEL CASTELLANO FRENTE AL LEONÉS, AL ARAGONÉS Y A LA ALJAMÍA

*   96.- 3. CASTILLA SE ADELANTA A LOS OTROS DIALECTOS AFINES

*   97.- 4. EL CASTELLANO CON EL LEONÉS Y EL GALLEGO-PORTUGUÉS

98.- 5. EL CASTELLANO CON EL ARAGONÉS Y EL CATALÁN

CAPÍTULO VIII. LA LITERATURA DEL MILENIO

*   99.- 1. CLÉRIGOS Y JUGLARES

*   100.- 2. CANCIONES ANDALUSÍES. EL LEN­GUAJE DE ESTOS CANTARCILLOS ROMÁNICOS

*   101.- 3. ESTADO LATENTE DE UNA POESÍA ÉPICA

*   102.- 4. ¿HUBO UNA ÉPICA MOZÁRABE?

*   103.- 5. CANTARES DE GESTA BREVES EN CASTILLA

*   104.- 6. EL ASONANTE EN LA POESÍA JUGLA­RESCA

C. LA LENGUA Y LA LITERATURA CASTELLANA
SE ABREN PASO EN UNA ESPAÑA NUEVA

CAPITULO IX. EL INFLUJO FRANCO Y LA EMANCIPACIÓN DEL ROMANCE

*   105.- 1. LA DINASTÍA NAVARRA. CASTILLA HECHA REINO

*   106.- 2. ALFONSO VI; RUPTURA CON LA TRA­DICIÓN MOZÁRABE

*   107.- 3. RECONQUISTA DE TOLEDO. DECA­DENCIA MOZÁRABE

*   108.- 4. LA EXTREMADURA AL SUR DEL DUERO. DESAPARICIÓN DE LOS DIALECTOS ROMANCES PRIMITIVOS

*   109.- 5. EL CID Y LOS ALMORÁVIDES

*   110.- 6. LA CUÑA CASTELLANA

*   111.- 7. ARROLLADOR AVANCE DE LA APÓCOPE

*   112.- 8. FIJACIÓN DEL RITMO ACENTUAL DE LA PALABRA

*   113.- 9. EL CATALÁN

*   114.- 10. EL PORTUGUÉS

CAPITULO X. ESPLENDOR DE LA LITERATURA DIALECTAL (1140-1180)

*   115.- 1. RESURGIMIENTO DE TOLEDO. LA HERENCIA CULTURAL ÁRABE

*   116.- 2. LA POESÍA BILINGÜE CONTINÚA TRIUNFANDO EN AL-ANDALUS

*   117.- 3. LA TOLEDO ROMÁNICA FRONTERIZA; SU MEZCLA DIALECTAL

*   118.- 4. EL POEMA DE «MIO CID»

*   119.- 5. EL LENGUAJE VERSIFICADO. EL MONORRIMO Y EL PAREADO ANISOSÍLABO

*   120.- 6. LA VERSIFICACIÓN: EL ASONANTE Y LA LLAMADA -E PARAGÓGICA

*   121.- 7. PRIMITIVISMO DEL LENGUAJE LITE­RARIO

*   122.- 8. CARÁCTER DIALECTAL DE LA LITERA­TURA

*   123.- 9. PRIMER ELOGIO DE LA LENGUA CAS­TELLANA. LA LITERATURA DE CASTILLA

CAPÍTULO XI. SINCRETISMO EN LA LENGUA LITERARIA DE LA ESPAÑA DE LOS CINCO REINOS (1180-1230)

*   124.- 1. PREPONDERANCIA CASTELLANA

*   125.- 2. INFLUJO DE LA LITERATURA GALLEGA

*   126.- 3. CONTINÚA EL INFLUJO PROVENZAL

*   127.- 4. SANTO DOMINGO DE GUZMÁN Y LA LLANEZA DE EXPRESIÓN

*   128.- 5. «SIESTA DE ABRIL»

*   129.- 6. CONVIVENCIA Y MIXTURA DE DIA­LECTOS

*   130.- 7. CASTELLANIZACIÓN DE LA LENGUA LITERARIA

*   131.- 8. DIALECTALISMO CANCILLERESCO Y NOTARIAL

PARTE CUARTA:  EL ESPAÑOL ANTIGUO
A. RENOVACIÓN ERUDITA DEL IDIOMA (1230-1293)

CAPÍTULO I. NUEVAS CONDICIONES DE VIDA

*   132.- 1. UNA NUEVA EDAD

*   133.- 2. EXPANSIÓN DE LOS DIALECTOS DEL NORTE

*   134.- 3. MODO DE LA PROPAGACIÓN LIN­GÜÍSTICA POR RECONQUISTA

*   135.- 4. «YA HAY PIRINEOS»

CAPITULO II. LOS PRIMEROS  POEMAS DE CLERECÍA

*   136.- 1. DIALECTALISMO ATENUADO

*   137.- 2. CLERECÍA Y JUGLARÍA. EL LATINISMO

*   138.- 3. VERSO «A SÍLABAS CONTADAS»

*   139.- 4. LENGUAJE VECINAL DE BERCEO

CAPITULO III. ALFONSO X EL SABIO Y LA ESCUELA DIDÁCTICA (1252-1295)

*   140.- 1. FEDERICO II Y ALFONSO X

*   141.- 2. CREACIÓN DE LA PROSA LITERARIA

*    142.- 3. TRABAJO DIRECTIVO DEL REY SABIO

*   143.- 4. EL ARABISMO

*   144.- 5. LA ESCOLÁSTICA Y LA ANTIGÜEDAD

*   145.- 6. TENDENCIA ETIMOLÓGICA

*   146.- 7. NEOLOGISMO LATINISTA

*   147.- 8. NEOLOGISMO ROMÁNICO

*   148.- 9. IDEA ESTILÍSTICA DE ALFONSO EL SABIO

149.- 10. CUESTIÓN DEL IDIOMA: «CASTELLA­NO DERECHO»

150.- 11. CASTELLANO, LEONÉS, ARAGONÉS

151.- 12. ESPAÑOL, LENGUAJE DE ESPAÑA

152.- 13. LA ORTOGRAFÍA ALFONSÍ

*   153.- 14. EL CASTELLANO EN LA NUEVA POE­SÍA DE CLERECÍA

*   154.- 15. PREPONDERANCIA DEL CASTELLANO

CAPÍTULO IV. LA LENGUA COMÚN. RELACIONES EXTRANJERAS

*   155.- 1. INTERCAMBIOS DE VOCABULARIO ENTRE FRANCIA Y ESPAÑA

*   156.- 2. LA APÓCOPE POTESTATIVA DE -E; GEOGRAFÍA Y CRONOLOGÍA

*   157.- 3. LA APÓCOPE EN LOS TEXTOS LITERA­RIOS

B. LOS DOS PRINCIPALES ESTILISTAS DE LA EDAD MEDIA.
APOGEO DE LA ESCUELA DIDÁCTICA (1205-1370)

CAPITULO V. LA LENGUA LITERARIA

*   158.- 1. SANCHO IV SE APARTA DE LOS GUSTOS DE ALFONSO X

*   159.- 2. LA ESCUELA ALFONSÍ. CULMINACIÓN DE LA LITERATURA

*   160.- 3. PROPÓSITO ESTILÍSTICO DE DON JUAN MANUEL

*   161.- 4. LENGUA RACIONAL Y LÓGICA

*   162.- 5. INTENTO FALLIDO DE OSCURIDAD

*   163.- 6. EL ARCIPRESTE DE HITA. «RAZONES ENCUBIERTAS»

*   164.- 7. LO IRRACIONAL

*   165.- 8. VOCABULARIO Y FRASEOLOGÍA

*      166.- 9. EL VERSO Y LAS «SERRANILLAS»

CAPITULO VI. ESTADO DE LA LENGUA COMÚN

*   167.- 1. RELATIVA ESTABILIDAD

*   168.- 2. LA LENGUA COMÚN. TOLEDO Y SEVILLA

*   169.- 3. APÓCOPE POTESTATIVA DE LA -E

*   170.- 4. LOS DIALECTOS LATERALES Y EL DIA­LECTO CENTRAL

*   171.- 5. TENDENCIAS CASTICISTAS

*   172.- 6. RELACIONES EXTERNAS

C. ARTIFICIOSIDAD RENACENTISTA.
PRERRENACIMIENTO RETÓRICO

CAPÍTULO VII.  PERÍODO DE TRANSICIÓN, 1370-1400

*   173.- 1. INFLUJO GALAICO-LEONÉS. ROMAN­CES Y ARTE MAYOR

*   174.- 2. ENSAYOS HUMANÍSTICOS EN ARAGO­NÉS. FERNÁNDEZ DE HEREDIA

*   175.- 3. DON PEDRO LÓPEZ DE AYALA

CAPITULO VIII. ALEGORÍA, OSCURIDAD. RETÓRICA ELOCUENCIA (1400-1450)

*   176.- 1. PRIMERA APARICIÓN DE UNA ES­CUELA SEVILLANA. DECIRES ALEGÓRICOS Y OSCUROS (1395-1415)

*   177.- 2. LA PROSA. DON ENRIQUE DE VILLENA (1417-28)

*   178.- 3. LA POESÍA. SANTULARIA Y MENA (1429-1456)

*   179.- 4. NUEVAS ORIENTACIONES

*   180.- 5. LO LIBRESCO

*   181.- 6. DENOMINACIONES METAFÓRICAS

*   182.- 7. LOS NEOLOGISMOS «LECTOR» Y «POETA»

*   183.- 8. LA RETÓRICA Y EL DESPRECIO DE LA LENGUA COMÚN

*   184.- 9. LATINISMO POR RAZONES ESTÉTICAS

*   185.- 10. SINTAXIS ARTIFICIOSA. HIPÉRBATON

*   186.- 11. LA POESÍA COMO CIENCIA

*   187.- 12. NUEVA VIDA CORTESANA. OSTEN­TACIÓN Y LUJO

*   188.- 13. GUSTO POR LO INUSITADO. LO IRREVERENTE, LO OBSCENO

*   189.- 14. RETÓRICA Y NATURALIDAD. FER­NÁN PÉREZ DE GUZMÁN

*   190.- 15. DECADENCIA DE LA ARTIFICIOSIDAD Y TRANSICIÓN (1458-1475). JUAN DE LUCENA

*   191.- 16. GÓMEZ MANRIQUE. VUELTA A LA NATURALIDAD

CAPÍTULO IX. ESTADO DE LA LENGUA COMÚN (1370-1470) Y RELACIONES EXTERIORES DEL CASTELLANO

*   192.- 1. RACHAS DE ARTIFICIOSIDAD

*   193.- 2. FONÉTICA DEL LATINISMO LÉXICO

*   194.- 3. SIMILICADENCIAS Y RIMAS EN LA LENGUA CONVERSACIONAL

*   195.- 4. NEOLOGISMOS MORFOLÓGICOS

*   196.- 5. EXTINCIÓN DE LA APÓCOPE POTES­TATIVA DE -E

*   197.- 6. ARAGÓN Y CATALUÑA. CORTE DE ALFONSO V

*   198.- 7. LAS CANARIAS Y PORTUGAL

*   199.- 8. EL ÁRABE Y EL ROMANCE

*   200.- 9. ITALIA

*   201.- 10. FRANCIA

PARTE QUINTA. EL ESPAÑOL ÁUREO
A. RENACIMIENTO HUMANÍSTICO (1474-1554)

CAPITULO I. DEL RETORICISMO AL HUMANISMO: LOS REYES CATÓLICOS (1474-1516)

*   202.- 1. SIGNIFICACIÓN DEL NUEVO REINADO

*   203.- 2. JORGE MANRIQUE

*   204.- 3. LA CELESTINA

*   205.- 4. CONCEPTISMO POÉTICO DEL CANCIO­NERO GENERAL

*   206.- 5. LA REINA ISABEL Y EL HUMANISMO

*   207.- 6. NEBRIJA

*   208.- 7. LA LENGUA, LA UNIDAD NACIONAL, EL IMPERIO

*   209.- 8. FRUTOS TARDÍOS MEDIEVALES

*   210.- 9. LOS ROMANCES

CAPITULO II. LOS DIALECTOS VIEJOS COMPLETAN SU NACIONALIZACIÓN

*   211.- 1. OJEADA GENERAL

*   212.- 2. LA UNIDAD POLÍTICA Y EL REINO DE ARAGÓN

*   213.- 3. EL REINO DE LEÓN

*   214.- 4. CASTILLA LA NUEVA. TOLEDO Y LA CORTE COMO NORMAS UNIFORMADORAS

CAPÍTULO III. UN DIALECTO NUEVO. EXPANSIÓN DEL ANDALUZ. EL CECEO/SESEO

*   215.- 1. PROSPERIDAD DE ANDALUCÍA

*   216.- 2. ANDALUCÍA Y TOLEDO EN CONTIENDA

*   217.- 3. EXPLICACIÓN HISTÓRICA DE LA CON­FUSIÓN DE LAS SIBILANTES ALVEOLARES Y DENTALES

*   218.- 4. DIGRESIÓN SOBRE LOS VERBOS «CE­CEAR» Y «SESEAR»

*   219.- 5. PRIMERAS NOTICIAS DEL «CECEO»

*   220.- 6. EL «CECEO» EN EL USO CORTESANO

*   221.- 7. EL SECECEO SEVILLANO

*   222.- 8. EL «SECECEO» EN CÓRDOBA

*   223.- 9. LA NORMA TOLEDANA AÚN VIGEN­TE PESE A LA GRAN DIFUSIÓN DEL «CE­CEO» EN ANDALUCÍA

*   224.- 10. LA RECONQUISTA DE GRANADA Y LA EXPANSIÓN DEL «SECECEO»

*   225.- 11. NUEVA REPOBLACIÓN DEL REINO DE GRANADA

*   226.- 12. RESUMEN SOBRE ORÍGENES DEL DIALECTO GRANADINO

CAPITULO IV. EL NUEVO MUNDO. GRAN EXPANSIÓN TERRITORIAL DEL IDIOMA

*   227.- 1. LA POBLACIÓN ESPAÑOLA DE AMÉ­RICA

*   228.- 2. PROPORCIÓN RELATIVA DE CASTELLA­NOS, ANDALUCES Y EXTREMEÑOS

*   229.- 3. GRAN EMIGRACIÓN ANDALUZA Y SEVILLANA

*   230.- 4. NUEVO MUNDO, NUEVO LENGUAJE

*   231.- 5. INFLUJO DE LAS LENGUAS ANTI­LLANAS

*   232.- 6. PRÉSTAMOS DEL AZTECA

*   233.- 7. INFLUENCIA DEL QUICHUA

*   234.- 8. PRÉSTAMOS GUARANÍES, ARAUCANOS Y DE OTRAS LENGUAS

*   235.- 9. ELEMENTOS IMPORTADOS DEL MUN­DO VIEJO

CAPÍTULO V. NUEVA SITUACIÓN DEL ESPAÑOL EN EL VIEJO MUNDO

*   236.- 1. EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS

*   237.- 2. PORTUGAL: LA MODA CASTELLANISTA

*   238.- 3. RELACIONES CON ITALIA

*   239.- 4. EL ESPAÑOL Y EL FRANCÉS

*   240.- 5. CARLOS V Y EL ESPAÑOL

CAPÍTULO VI. GUEVARA Y GARCILASO. TRIUNFO DEL ITALIANISMO (1525-1554)

*   241.- 1. TENTATIVAS VARIAS EN LA PROSA

*   242.- 2. GUEVARA

*   243.- 3. LAS PAREJAS DE SINÓNIMOS

*   244.- 4. BOSCÁN, PROPUGNADOR DE ITALIANISMO Y DE NATURALIDAD

Diseño gráfico:
 
La Garduña Ilustrada

Imagen: letra 3ª del alfabeto fenicio, gaml. Diseño basado en Luca/ Wikipedia.

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