277.- 5. ESPAÑOL Y CASTELLANO

01 de agosto de 2012 - 23:05 - I.- HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

5. ESPAÑOL Y CASTELLANO. X. ASPIRACIÓN A UNA NORMA LINGÜÍSTICA NACIONAL

Según vemos, Castilla perdía importancia cuanto más sólidamente se asentaba el carácter nacional del idioma común. Un levantino, volviendo por los derechos de los reinos de León y de Aragón, desecha colérico el nombre de lengua castellana; un andaluz de aguda finura intelectual, no quiere usar sino la denominación de lenguaje español, lengua española.

Además de las razones que éstos tenían, relativas a la vida interna peninsular del idioma, otras referentes a la vida externa, favorecían ahora el nombre español, que estaba autorizado desde tiempo del Rey Sabio. El nombre castellano había nacido en contraposición a leonés, aragonés, catalán, valenciano o cualquier otra habla peninsular, y en la Edad Media sufría fuerte concurrencia de los nombres romance y lengua vulgar, todas ellas denominaciones caseras, suficientes en el tiempo en que el latín era la única lengua docta internacional para Europa entera y las lenguas vulgares apenas aparecían en el extranjero. Pero cuando esa lengua salió fuera de casa a la gran política europea, y cuando el Renacimiento despertó la conciencia nacional de los diversos pueblos, avalorando la lengua propia de cada uno al par del latín _²², resultaba más propio el nombre de lenguaje español, correspondiente al total de la nueva monarquía renacentista, el «reino de España» en que se habían reunido los varios estados medievales de la Península. Fuera de España, español fue el nombre preferido por los españoles y extranjeros, como lo había sido en la Edad Media _²³. Dentro de casa, castellano conservó mucho arraigo por la enorme superioridad de los escritores nacidos en el centro de España, orgullosamente apegados a la denominación más tradicional _²⁴. Sin embargo, los castellanos ensayaron un título doble, lengua Española Castellana o Castellana Española, incómodo e inservible _²⁵.

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

NOTAS

22 Véase arriba, cap. I, § 7.

23 Parte IV^a, cap. III, § 12. El dialecto aragonés usado por Alfonso V, en Italia fue llamado spagnuolo. Amado Alonso, Castellano, español, 1938, p. 18, reúne citas de libros varios que se titulan «traducido en español» en los años 1511-1516; en las pp. 23 y siguientes, estudia abundantes ejemplos del nombre de lengua española en libros españoles publicados en el extranjero. En las pp. 43-50, citas de autores extranjeros. Los sefardíes dicen, naturalmente, lengua española (véase atrás, cap. V, § 1).

24 Amado Alonso, Castellano, español, 1938, en la p. 29, hace notar la significación de españoles que, hablando para dentro de España, usan el nombre de lengua española como un neologismo (que sólo relativamente lo era).

25 Lo usan los dos traductores toledanos de Sannazzaro, don Diego López de Ayala y Diego de Salazar: La Arcadia de Jacobo Sanazaro... traducida en nuestra Castellana lengua Hespañola, Toledo, 1547 (comp. arriba, p. 927). El Doctor Viana, en sus Equívocos morales, manuscritos después de 1608, usa una vez el nombre de lengua Española Castellana (en Gallardo, Ensayo de una Bibl., IV, 1889, col. 1034). El catedrático de Salamanca Gonzalo Correas (natural de Jaraiz, Plasencia) titula su gramática: Arte de la lengua Española Castellana, Salamanca, 1626; y en el cuerpo de la obra emplea los nombres de Lengua Castellana Española, Española Castellana, pp. 316-317; Lengua Castellana o Española, pp. 15, 36, 160; el Castellano i natural Español, p. 251; el Español, p. 261; Lengua Española, pp. 15, 53, 299, 306, 311; el Castellano, pp. 9, 34, etc., muy frecuente; a su libro lo llama Arte Española o bien Gramática Española, pp. 262, 265. Véase Amado Alonso, Castellano, español, 1938, pp. 41-43.

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