292.- 12. EL POETA CIENTÍFICO. DE NUEVO LA POESÍA COMO CIENCIA

07 de agosto de 2012 - 00:51 - I.- HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

12. EL POETA CIENTÍFICO. DE NUEVO LA POESÍA COMO CIENCIA. XI. PERÍODO DE CERVANTES Y LOPE DE VEGA, (1585-1617)

Esa erudición que invade la poesía, especialmente la docta, se apoya en el concepto de la poesía como ciencia, muy válido en el siglo XV, pero que después, aunque acepto a la Pléyade francesa y aunque recordado por Herrera, no vuelve a estar en auge sino hacia 1600 _⁷⁸.

El Pinciano lo revalida en su Filosofia antigua poética (1596), sentando que «no tiene objeto particular la Poética, sino universal, de todas las artes y disciplinas, a las cuales abraza y sobrepuja, porque se extiende a las cosas y sentencias que, no habiendo sido jamás, podrían ser» _⁷⁹. Quizá este texto del Pinciano fue punto de partida para Cervantes. Cuando don Quijote entabla plática con el Caballero del Verde Gabán, oye que éste duda de que la Poesía se pueda llamar ciencia; entonces don Quijote hace una larga afírmación, diciendo que «el natural poeta» debe ayudar la Naturaleza con el Arte _⁸⁰, y representa a la Poesía como una hermosísima doncella «a quien tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar otras muchas donzellas, que son todas las otras ciencias, y ella se ha de servir de todas, y todas se han de autorizar con ella»; los reyes y príncipes honran «la milagrosa ciencia de la poesía»; por donde el que cultiva esa dulcísima ciencia de la poesía, sea en prosa o en verso, llegará a ocasiones (según afirma el Canónigo refiriéndose a un buen autor de libros de aventuras) en que «ya puede mostrarse astrólogo, ya cosmógrafo excelente, ya músico, ya inteligente en las materias de estado...»_⁸¹. La misma idea se repite en otras obras de Cervantes _⁸², y como cosa fundamental la repite Lope de Vega desde el comienzo de su vida literaria. En La Arcadia (1598), después de notar Lope que Homero y Virgilio, al describir tiempos y lugares, muestran ser «grandíssimos cosmógraphos y astrólogos», añade: «no sólo ha de saber el poeta todas las ciencias, o al menos principios de todas, pero ha de tener grandíssima experiencia de las cosas que en tierra y mar suceden..., porque ninguna hay hoy en el mundo tan alta o ínfima de que no se le ofrezca tratar alguna vez, desde el mismo Criador hasta el más vil gusano y monstro de la tierra»_⁸³. Más concisamente en el Laurel de Apolo (1630) declara que el escritor, por mucho «natural ingenio» que posea, sólo con el estudio alcanzará la perfección de «científico poeta»_⁸⁴. En fin, la misma concepción domina al caballero Marino, cuando dice en L'Adone (1623), (Xº, 139ª):

La Poesía, che, mentre scrive e canta,
il fior d'ogni scienza insieme acoglie.

Y este concepto arraigado en grandes autores de la época es el fundamento teórico de la amplitud que la lengua literaria alcanza entonces. Cervantes no hace muy sensibles los efectos de tal teoría, pues siempre se mantuvo firme en los ideales del siglo de Valdés y de fray Luis de León, pero Lope de Vega sí, que no teme comprometer la sencillez y claridad dominantes. Él, llevado de su avidez de observación, de su pródiga afectividad, de su prodigiosa potencia asimilativa, se interna con fruición en zonas de la naturaleza y del espíritu no frecuentadas por la fantasía artística; quiere decididamente ser un científico poeta, ennoblecer a la ciencia de las ciencias, haciendo que todas las disciplinas presten ornato, color y riqueza a la poesía, a la vez que todas ellas se ilustren con ella; y no es raro que a veces se deje llevar demasiado del «gusto justo», en el que tanto confiaba.

Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)

NOTAS

78 Véase Parte IVª, cap. VIII, § 11 y aquí arriba, Parte Vª, cap. IX, § 9. Du Bellay, en la Deffense et illustration de la langue française, 1549, quiere al poeta «instruict de tous bons Arts et Sciences, principalement Naturelles et Mathematiques...». La abundancia de tecnicismos de las ciencias y de los oficios en la alta poesía ocurre en Francia unos decenios antes: Ronsard en la Franciade, Scève en el Microcosme (F. Brunot, Hist. lang. franç., II, 1906, p. 168 nota; III, 1909, pp. 185 y 188).

79 Véase en Menéndez Pelayo, Ideas estéticas, III, 1896, p. 332v.

80 Arriba, cap. IX, § 4.

81 Respectivamente en Quijote, IIª, 16º y Iª, 47º, al final.

82 Según El Licenciado Vidriera, «la ciencia de la poesía... encerrava en sí todas las ciencias, porque de todas se sirve, de todas se adorna y pule» («BAE», I, p. 162a). En el Viaje del Parnaso, cap. IV, asisten a la poesía todas las artes liberales y las ciencias: «Mostravan que en servirla eran servidas, y que por su ocasión de todas gentes en más veneración eran tenidas» («BAE», I, p. 688b); parece recordar al Pinciano, cuando dice: «¿puede ninguna ciencia compararse con esta universal de la Poesía, que límites no tiene do encerrarse?» (p. 689a). Los versos «Ella abre los secretos y los cierra, toca y apunta de cualquiera ciencia la superficie y lo mejor que encierra», recuerdan a Santillana; la poesía abre «las escuridades e cerramientos» de las demás ciencias (Parte IVª, cap. VIII, § 11).

83 La Arcadia, libro IV (Obras sueltas, VI, 1777, p. 234).

84 Laurel de Apolo, Silva IX (Obras sueltas, I, pp. 181-182). En el Prólogo a la parte XVII de su Comedias (1621), también usa Lope la frase «los poetas científicos», quejándose de los agravios que sufren en que se impriman mal sus comedias (en «BAE», LII, p. XXIII a). Es denominación que responde, como vemos, a un orden de ideas muy preciso, y no un mero sustitutivo de culto, como propone Romera Navarro en Rev. Hisp., LXXVII, 1929, p. 368. En el Prólogo de La Dorotea, la poesía es «arte que todos los incluye», y quien pensase que le es necesario el verso «negaría que fuesse ciencia la poesía» (Obras sueltas, VII, 1777, p. VII; comp. Menéndez Pelayo, Ideas estéticas, III, 1896, p. 441, nota).

292.- 12. EL POETA CIENTÍFICO. DE NUEVO LA POESÍA COMO CIENCIA

Otros artículos en este blog:

0 comentarios