325.- 11. EL HABLA INNOVADORA DE CARÁCTER SEVILLANO PROPIA DE LOS PUERTOS DE AMÉRICA
11. EL HABLA INNOVADORA DE CARÁCTER SEVILLANO PROPIA DE LOS PUERTOS DE AMÉRICA. XIV. DESARROLLO DEL ESPAÑOL EN AMÉRICA (1554-1617).
En la discusión sobre el «andalucismo» del español colonial suele considerarse inseparable del problema que plantea el çeçeo-zezeo (hoy llamado «seseo»), de carácter general panamericano, el de la presencia en ciertas regiones del Continente americano de otros rasgos fonéticos innovadores comunes al español dialectal del Sur de la Península. La difusión de estos fenómenos dialectales tiene, en efecto, cierto paralelismo con la de la confusión de s y ç, z; pero, al mismo tiempo, ofrece muy notables e ilustrativos contrastes que creo deben ponerse de manifiesto y explicarse históricamente.
Frente a la unidad de Hispanoamérica en cuanto al «seseo» (<çeçeo-zezeo) hay respecto a la suerte de la s una diferencia que divide el Continente en dos variedades bien distintas. En unas comarcas la s, sobre todo cuando es final de sílaba o de palabra, se relaja, tendiendo a convertirse en una mera aspiración laríngea (dehpueh 'después', ehte 'este') o a perderse; mientras en otras partes la -s se mantiene, como por lo común sucede en Castilla, León y Aragón.
La aspiración de la s se extiende también bastante por la mitad meridional de España 69. Desde luego ocurre en las regiones confundidoras de s y ç, z, Andalucía, Canarias; también en algunas distinguidoras: Jaén, gran parte de Extremadura y del reino de Toledo, Murcia y Albacete.
Esta aspiración de las sibilantes en posición final de sílaba es difícilmente documentable a través de la escritura; en consecuencia carecemos de claros testimonios antiguos. Sin embargo, creo que puede aducirse una curiosa muestra de tal pronunciación a comienzos del s. XVI: el cordobés Fernando Colón (nacido en 1488), hijo del Almirante y de la cordobesa Beatriz Enríquez posiblemente no sólo «çeçeava», sino que tendía a pronunciar aspirada la -s final, hasta el punto de que la aspiración de la implosiva contagiaba a las oclusivas sonoras siguientes (como hoy en buena parte del área de la aspiración 'las botas' son lah fotah, 'resbalar' refalar, 'disgusto' dihjuhto o dijuhto, etc.); así, transcribiendo el ilustre bibliógrafo don Fernando el nombre de la famosa reina de Numidia 'Sophonisba' (que halla en un texto de Alonso de Palencia), él escribe Sofonifa 70, graciosa falta ortográfica, cuya segunda f me parece deja oír la aspiración de la -s que en otro caso la escritura no hubiese podido entonces representar; deja oír la lengua indócil andaluza del fundador de la Biblioteca Colombina, que no se doma ni aún para pronunciar un nombre propio clásico, patrimonio exclusivo de eruditos latinistas no contaminados por el habla del vulgo.
A la relajación de la -s y de la -z acompaña a menudo en América la de -r y -l finales, que tienden a una pronunciación débil indistinta o se intercambian libremente. Este resultado indistinto puede llegar a extremos de relajación, asimilándose a la consonante siguiente, vocalizándose o aspirándose, y, en posición final ante pausa sobre todo, hasta puede perderse totalmente.
En España el área de este fenómeno abarca aproximadamente las mismas regiones meridionales que la aspiración 71.
Lapesa ha reunido importantes testimonios antiguos: En 1567 el morisco granadino Francisco Núñez Muley escribe alçobispo, silben 'sirven', leartad, particural, y otro texto granadino de 1576 habla de «Antonia Belmúdez»; hacia 1601 se mencionan como formas andaluzas carcañal, lebrel, guadamecil, delantar, contraponiéndolas a las que se consideran propias castellanas: calcañar, lebrer, guadamecir, abantal 72.
Con la relajación de la -s, la -r y la -l en América van también por lo común unidas varias relajaciones consonanticas que se producen igualmente en Andalucía y otras regiones. La relajación de la j, hecha una simple aspiración laríngea muy débil o caduca (confundida con la h aspirada, procedente de f- latina), empieza a ser notada a comienzos del XVII por Cervantes, Suárez de Figueroa, Quevedo y otros, como propia de los bravos y valentones de Sevilla: mehor y meor 'mejor', harro y arro, hente, baraha, muher, Erez 'Jerez', trabaar (con igual aspiración caduca que la que entonces, en vez de la h muda de la ortografía corriente, escribían Quevedo, Vélez de Guevara o Rojas Zorrilla como propia de los mismos bravos: jumo al lado de humo con h muda, gerida 'herida', gidalgos, etc.)73. El grado primero de esta relajación, es decir, la j del siglo XVII decaída de su carácter fricativo para convertirse en simple aspiración h coincidente con la h aspirada de f- latina, era rasgo común y característico de Sevilla74, y es hoy común a varias regiones meridionales de España con Hispanoamérica en general; lo distintivo de algunas regiones costeñas americanas es la extrema relajación, casi supresión, de esa h aspirada, como hacían los bravos sevillanos y sus imitadores, notados por Suárez de Figueroa o Rojas Zorrilla (trabaar, arro), máxima relajación usual en cierta pronunciación popular andaluza.
Otra relajación y abandono consiste en convertir la ll en y; se descuida la articulación peculiar de la ll como palatal lateral y se la reduce a la articulación central común a las demás consonantes. El yeísmo es fenómeno muy esparcido en la Península, pero donde está más arraigado es en el Sur, Murcia, Extremadura, Andalucía y Canarias, sin que en estas regiones se excluya en absoluto la pronunciación correcta ll; el yeísmo, aunque tan difundido, es tan típico andaluz que en Guadalajara los pueblos distinguidores de ll e y llaman a los yeístas de Brihuega «los andaluces de la Alcarria»75, y un peruano al enfrentar la distinción de un serrano con el yeísmo de un limeño, dice que éste confunde la ll y la y «como un andaluz»76. En América tiene el yeísmo mucha más extensión, por eso sólo anotaremos los casos de conservación de ll, como muestra de arcaísmo. La ll, articulación anómala por ser lateral, contraria a todas las demás articulaciones, que se producen en el centro de la boca, es una consonante inestable, siempre propensa a hacerse y. Respecto a la fecha del yeísmo, Cuervo lo creía muy moderno en la Península, del siglo XVIII; pero los ejemplos se hallan desde los tiempos primitivos del idioma77, y en América se hallan desde el XVI, por lo menos en el Río de la Plata en cuyos documentos hallamos ultracorrecciones gráficas: «podrán ir, llendo siempre por el río» 1541; vuelles por «bueyes», 1593, y otras. Como tan natural, el cambio de ll en y puede con facilidad producirse espontánea e independientemente en lugares dispersos, pero la gran extensión del fenómeno en América y su mayor arraigo en las zonas marítimas de mayor comercio nos predispone a admitir un persistente influjo andaluz78.
En fin, también consideraremos, junto a las anteriores, otra relajación consonantica, la de la d intervocálica, corriente en buena parte de las hablas populares de la Península, pero más difundida dentro del castellano especialmente por Andalucía y mitad Sur de España. El primer testimonio de que la d se perdía en la terminación -ado es de 1737 79; luego, hacia 1760-70, aparece en la literatura una chula madrileña que pronuncia dejao, escuchao, pero sofocada, oído, pulido80, y un andaluz que va más allá, pues no sólo dice estrao, sino corríos, romaizado, muñiar. En América señalaremos regiones donde en la lengua familiar no se pierde la d, o casi sólo se pierde en la terminación -ado, y otras en que se pierde en muchas otras condiciones.
Uno de los primeros lingüistas que expusieron con carácter general estas diferencias, M. L. Wagner, supuso que las regiones de América con s relajada, que suelen ser las costeñas, fueron pobladas con más intensidad antes que las otras, desalojando de ellas a los indios en los siglos XV y XVI, y que entonces predominaban en la colonización los andaluces y extremeños; por el contrario, las regiones interiores, donde los indios subsisten numerosos, fueron pobladas más lentamente, sobre todo en los siglos XVII y XVIII, experimentando el influjo nivelador de los emigrantes idos de las diferentes partes de la Península; el idioma español habría progresado aquí más despacio y se habría difundido con ayuda de la escuela, por eso es menos dialectal. Pero, como objetó con razón Henríquez Ureña, esa diferencia cronológica en la fecha de la colonización está lejos de ajustarse a la realidad de los hechos históricos 81.
Apartándose de las tesis «andalucistas», los dialectólogos hispanoamericanos vienen propugnando explicaciones poligenéticas para estas relajaciones consonanticas en América y en la Península y hablando de un «fonetismo costeño y de tierra caliente..., igual en gran parte al andaluz, pero no por herencia de los conquistadores, sino por evolución paralela»82. Fue Henríquez Ureña quien observando que la -s relajada y otros rasgos semejantes a los andaluces están difundidos por tierras bajas de clima tropical, mientras la articulación más firme de las consonantes se encuentra en las altiplanicies frías, sugirió por primera vez, con toda clase de reservas, una posible causa climatológica, unida a otras, sobre todo al influjo de las lenguas indígenas 83. Tropicalismo y clima frío de meseta se traen como explicación para caracteres diversos de la literatura hispanoamericana en las tierras bajas y en las altiplanicies 84.
Por su parte, Amado Alonso consideró, igual que en el caso del çeçeo, que los fenómenos característicos de las «tierras bajas» de España y América nacieron espontáneamente aquí y allá como resultado codependiente de tendencias arraigadas en el pasado común 85.
Por mi parte creo que en la relajación a un lado y otro del Atlántico y en la costa del Pacífico de la -s y la -z, de la -r y la -l, de la j de la -d- resulta de evidencia apodíctica, como en todo otro caso, la dependencia de los fenómenos coloniales respecto a los metropolitanos, y que las variedades de español que se pretenden localizar en tierras bajas o altas se explican por razones histórico-sociales.
Sería posible pensar, aunque no creo mucho en ello, que las regiones cálidas atrajeran más a los andaluces, pues se ha observado en la historia de las emigraciones colonizadoras que los colonos prefieren establecerse en aquellas comarcas del país colonizado que más se parecen por naturaleza y clima a su país de origen 86; sin embargo, basta considerar que es muy natural que las costas frecuentadas por la navegación de las flotas reciban más directa, íntima y persistentemente las nuevas ondas lingüísticas del habla familiar metropolitana, en contraste con las regiones del interior. No nos puede sorprender hallar arraigadas en las zonas costeras con puertos la aspiración de -s y la relajación de -r, -l en una articulación indistinta, fenómenos que sabemos se propagaban por Andalucía durante el Siglo de Oro; o la debilitación de la j, que, referida al pueblo bajo sevillano, empieza a documentarse en el siglo XVII, o la pérdida de la d intervocálica, que comienza a manifestarse en el siglo XVIII más abundante en Andalucía, pero también entre los chulos madrileños. Estas novedades populares no llegan sino muy debilitadas a las tierras interiores del Continente americano, donde se conservó la pronunciación antigua, tocada sólo del leve andalucismo inicial o primitivo, que se manifiesta en el «seseo» (procedente del çeçeo) y en la aspiración de la jota, pero manteniendo en lo demás la pureza de la lengua cortesana y literaria inicialmente recibida, la lengua colonial primitiva. En fin, creo que la tradicional denominación de «tierras altas» y «tierras bajas», usada en la dialectología hispanoamericana, debe rechazarse como inexacta y que, en su lugar, debe decirse tierras marítimas o de la flota y tierras interiores, destacando la situación favorable de las tierras que están en contacto regular con la flota de Indias que zarpaba dos veces al año. Esa flota se carenaba, se equipaba, se cargaba y se despachaba en Sevilla y en San Lúcar; su alistamiento obligaba a todo viajero indiano a permanecer en Andalucía una temporada. Casos hubo como el de 1552 en que toda la flota, con sus 64 navios, estuvo detenida diez meses por avería de las naves y todo el numeroso pasaje vagando en Sevilla y en Cádiz. Pues estas numerosas naves de cada flota iban anualmente cargadas de andalucismo y lo repartían por las costas de América donde aportaban.
Desde luego recalcamos, junto a lo dicho, que estas relajaciones consonanticas, por lo tardías, no pueden obedecer a condiciones primitivas de la colonización.
Diego Catalán: Historia de la Lengua Española de Ramón Menéndez Pidal (2005)
NOTAS
69 Hasta la fecha [1961], no se ha elaborado un estudio de conjunto que precise los límites de la aspiración y, por tanto, hay que continuar acudiendo a los trabajos dialectales de carácter local. Véase R. Lapesa, Historia de la lengua española, 4ª ed., 1959, pp. 321-323, notas 79-81.
70 En las apostillas a las Vidas paralelas de Plutarco traducidas por A. de Palencia e impresas en Sevilla, 1491 (en la Raccolta Colombina, Scritti, II, 1894, p. 483). Sobre la atribución de las apostillas a Fernando Colón y no a su padre, véase atrás, cap. III, n. 67.
71 Sobre la geografía de la igualación en España, véase A. Alonso y R. Lida, «Geografía fonética. -L y -R implosivas en español», RFH, VII, 1945, pp. 316-322. El área (más compacta que lo sugerido por Alonso y Lida) abarca el andaluz, el extremeño (hasta la Sierra de Gata), el murciano con el albaceteño; falta por determinar la extensión del fenómeno en La Mancha.
72 R. Lapesa, Hist. de la lengua, 4ª ed., 1959, p. 323.
73 Entremés de La cárcel de Sevilla, impreso en 1617 (v. Gallardo, Ensayo, I, col. 1375). Soneto de Escarramán, 1616 (Gallardo, Ensayo, IV, col. 1356). Suárez de Figueroa, El Pasajero, 1617, Alivio 8º, fol. 371 v. Vélez de Guevara, La serrana de la Vera, 1613 (ed. R. Menéndez Pidal y María Goyri, nota al verso 586). Quevedo, Buscón, cap. último (ed. Castro, 1927, p. 281). Rojas Zorrilla, Los bandos de Verona y Obligados y ofendidos (en «BAE», LIV, pp. 374, 65-66 y 76-77).
74 Véase arriba, cap. XII, § 4 (y n. 20).
75 Navarro Tomás, en RFE, X, 1923, pp. 37-39, y en su Manual de pronunciación, 1932, § 124. A. Espinosa, Estudios sobre el español de Nuevo Méjico, I; notas y estudios complementarios de A. Alonso y Á. Rosenblat, «BDHA», Buenos Aires, 1930, § 158.
76 Juan de Arona, Diccionario de peruanismos, p. 323.
77 La ultracorrección gráfica mello por «meyo» 'medio', en 1090; urguioso en 1179, yengua «llengua» en el siglo X (Orígenes del español, §§ 510 y 44), orguyoso en el Alexandre, urguioso en el Canc. Baena (Cantar de Mio Cid, p. 15428); la ultracorrección Ilugero por 'yuguero' en el Códice salmantino de Juan Ruiz, 1092b; el copista de ese códice nació hacia 1395 en Paradinas (v. mi Poesía árabe, Col. Austral, 1941, p. 148; para el yeísmo en Salamanca, v. Sánchez Sevilla en la RFE, XV, 1928, p. 143 n. 1). Para América se halla en documentos judiciales argentinos la ultracorrección gráfica vuelles 'bueyes' en 1593, y buya 'bulla' en 1692 (en Estudios sobre el español de Nuevo Méjico, por A. Espinosa, 1930, p. 193, nota de A. Alonso / Á. Rosenblat). El caso de llendo por 'yendo' se halla en la Relación que dejó Domingo Martínez de Irala en Buenos Aires al tiempo que la despobló en 1541 (en R. Levillier, Correspondencia de la ciudad de Buenos Aires, I, 1915, p. 387).
78 Pudieron influir también las lenguas americanas carentes de ll; pero A. Alonso / Á. Rosenblat muestran cómo los indios guaraníes aprendieron a pronunciar la ll (en A. Espinosa, Estudios sobre el español de Nuevo Méjico, I, 1930, pp. 193-194 nota; M. A. Morínigo Hispanismos en el guaraní, 1931, p. 55). Los indios aztecas en vez de ll castellana pronunciaban l o y (D. L. Canfield, Spanish Literature in Mexican Languages, 1934, pp. 224-226).
79 Véase R. J. Cuervo, Apuntaciones, 1914, § 770.
80 Cadalso, Guerras civiles entre los ojos negros y los azules (en «BAE», LXI, p. 263a).
81 En RFE, VIII, 1922, pp. 358 nota, 359, 376; XVII,1930, pp. 279, 281; Sobre el problema, 1932, pp. 129, 133-134.
82 Así J. González Moreno, Etimologías del Español, 1936, p. 110.
83 M. L. Wagner, «Amerikanisch-Spanisch und Vulgärlatein», Zeit. f. rom. Phil., XL, 1920, pp. 295-297; trad. esp. en Public, del Instituto de Filología, Cuadernos, I, 1924, pp. 54-57.
84 Véase, por ejemplo, Raimundo Lazo, «La personalidad de la literatura hispanoamericana», Rev. Cubana, abril 1935.
85 A. Alonso, «Orígenes del seseo americano», en sus Estudios ling. Temas hispanoam., 1953, pp. 102 ss., en especial p. 147.
86 Explicación sugerida por Max Leopold Wagner, en RFE, XIV, 1927, p. 32. Recuérdese, entre otros muchos posibles ejemplos, cómo en la reconquista de Valencia los aragoneses se establecieron en las tierras interiores y los catalanes en las costeñas. Otra explicación social conexionada con las condiciones climáticas sugiere B. Malmberg, «L'Espagnol dans le Nouveau Monde. Problème de Linguistique Générale», Studia Linguistica, II, 1948, pp. 5-6: la oposición lingüística entre el litoral y el interior se justificaría porque las zonas bajas «sont des régions fertiles qui ont dû attirer les laboureurs et où il a dû se constituer de bonne heure une population agricole» con un lenguaje vulgar rural.
CAPÍTULOS ANTERIORES:
PARTE PRIMERA: DE IBERIA A HISPANIA
A. EL SOLAR Y SUS PRIMITIVOS POBLADORES
CAPÍTULO I. LA VOZ LEJANA DE LOS PUEBLOS SIN NOMBRE.
* 1.- 1. LOS PRIMITIVOS POBLADORES Y SUS LENGUAS
* 2.- 2. INDICIOS DE UNA CIERTA UNIDAD LINGÜÍSTICA MEDITERRÁNEA
* 3.- 3. PUEBLOS HISPÁNICOS SIN NOMBRE; PIRENAICOS Y CAMÍTICOS
CAPÍTULO II. PUEBLOS PRERROMANOS, PREINDOEUROPEOS E INDOEUROPEOS
* 4.- 1. FUERZA EXPANSIVA DE LOS PUEBLOS DE CULTURA IBÉRICA
* 5.- 2. NAVEGACIÓN DE FENICIOS Y DE GRIEGOS EN ESPAÑA
* 6.- 3. LOS ÍBEROS Y LA IBERIZACIÓN DE ESPAÑA, PROVENZA Y AQUITANIA
* 7.- 4. FRATERNIDAD ÍBERO-LÍBICA
* 8.- 5. LOS LÍGURES O AMBRONES
* 11.- 8. «NOS CELTIS GENITOS ET EX IBERIS» (MARCIAL)
* 12.- 9. PERSISTENCIA DE LAS LENGUAS INDÍGENAS EN LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA
B. LAS HUELLAS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS EN LA LENGUA ROMANCE
CAPÍTULO III. RESTOS DE LAS LENGUAS PRIMITIVAS EN EL ESPAÑOL
* 13.- 1. VOCABLOS DE LAS LENGUAS PRERROMANAS
* 14.- 2. SUFIJOS PRERROMANOS EN EL ESPAÑOL
* 15.- 3. LAS LENGUAS DE SUBSTRATO EN LA FONÉTICA ESPAÑOLA
* 16.- 4. RESUMEN DE LOS INFLUJOS DEL SUBSTRATO
PARTE SEGUNDA: LA HISPANIA LATINA
A. LA COLONIZACIÓN ROMANA Y LA ROMANIZACIÓN
CAPÍTULO I. HISPANIA PROVINCIA ROMANA
* 17.- 1. CARTAGO Y ROMA. LA PROVINCIA ROMANA DE HISPANIA Y SU EXPANSIÓN DESDE EL ESTE AL OESTE
* 19.- 3. ESPAÑA Y LA PROVINCIALIZACIÓN DEL IMPERIO
* 20.- 4. PREDOMINIO DEL ORIENTE. EL CRISTIANISMO
CAPÍTULO II. EL NUEVO LATÍN
* 23.- 3. INFLUJO DEL CRISTIANISMO
* 24.- 4. NEOLOGISMOS DEL VOCABULARIO DOCTO
* 25.- 5. NEOLOGISMOS DE ESTILÍSTICA COLECTIVA
* 28.- 8. MÓVILES DEL NEOLOGISMO GRAMATICAL
* 29.- 9. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL NOMBRE
* 30.- 10. CAMBIOS EN LA FLEXIÓN Y SINTAXIS DEL VERBO
* 31.- 11. PREPOSICIONES Y ADVERBIOS
* 32.- 12. COLOCACIÓN DE LAS PALABRAS
* 33.- 13. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO
* 34.- 14. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA CONSONÁNTICO
* 35.- 15. OTRAS SIMPLIFICACIONES FONÉTICAS
* 36.- 16. LARGA LUCHA ENTRE INNOVACIÓN Y PURISMO
B. EL LATÍN DE HISPANIA
CAPÍTULO III. ESPAÑA EN LA ROMANIA
* 39.- 2. CAUSAS DEL DIALECTALISMO ROMÁNICO
* 40.- 3. ROMANIA OCCIDENTAL, ROMANIA MERIDIONAL
* 41.- 4. TRES ZONAS DE COLONIZACIÓN DE ESPAÑA
* 42.- 5. ESPAÑA Y LA ITALIA MERIDIONAL
* 43.- 6. ARCAÍSMO PURISTA DEL LATÍN DE ESPAÑA
* 45.- 8. FONÉTICA DIALECTAL EN EL LATÍN DEL SUR DE ITALIA Y DE LA HISPANIA CITERIOR
* 46.- 9. UNIDAD Y DIVERSIDAD EN EL LATÍN DE HISPANIA
* 47.- 10. TOPONIMIA CRISTIANA
PARTE TERCERA: HACIA LA NACIONALIZACIÓN LINGÜÍSTICA DE HISPANIA
A. DESMEMBRACIÓN DE LA ROMANIA. ÉPOCAS VISIGÓTICA Y ARÁBIGA
CAPÍTULO I. EL REINO TOLOSANO Y EL TOLEDANO
* 48.- 1. DISOLUCIÓN Y RUINA DEL IMPERIO DE OCCIDENTE. CRISIS DE ROMANIDAD
* 49.- 2. NACIONALIZACIÓN DEL REINO VISIGODO
* 50.- 3. REINO VISIGODO TOLEDANO
* 51.- 4. ONOMÁSTICA GERMÁNICA
* 52.- 5. CAUSAS DE LA FRAGMENTACIÓN ROMÁNICA
* 53.- 6. LA LENGUA COMÚN QUE NO SE ESCRIBE
* 54.- 7. CENTROS DIRECTIVOS DE LA HISPANIA VISIGÓTICA
* 55.- 8. LENGUA CORTESANA VISIGODA
* 56.- 9. EL MAPA LINGÜÍSTICO DEL REINO GODO
* 57.- 10. ORÓSPEDA, CANTABRIA Y VASCONIA
* 58.- 11. NACIONALIZACIÓN LITERARIA. SAN ISIDORO
* 59.- 12. LA ESCUELA ISIDORIANA
CAPÍTULO II. AL-ANDALUS. EL ÁRABE Y LA ALJAMÍA
* 60.- 1. LA ARABIZACIÓN DE HISPANIA
* 61.- 2. LOS MOZÁRABES EN SU ÉPOCA HEROICA
* 62.- 3. MUSULMANES DE HABLA ROMANCE
* 63.- 4. LA ALJAMÍA O LENGUA ROMANCE HABLADA EN AL-ANDALUS
* 66.- 7. TOPONIMIA LATINA EN BOCA ÁRABE
CAPÍTULO III. LOS PUEBLOS INDOCTOS DEL NORTE
* 67.- 1. UNA NUEVA BASE PARA LA NUEVA ROMANIDAD HISPANA
* 68.- 2. GRANDES TRASIEGOS DE POBLACIÓN
* 69.- 3. TOLEDANISMO OVETENSE. EL DIALECTO ASTURIANO Y LEONÉS
* 71.- 5. EL PATRONÍMICO EN -Z
CAPÍTULO IV. EL IMPERIO LEONÉS Y SU FRONTERA VÁRDULO-VASCONA
* 72.- 1. ORÍGENES DEL REINO DE NAVARRA Y DEL «IMPERIO» LEONÉS
* 73.- 2. FORMACIÓN DEL GRAN CONDADO DE CASTILLA
* 75.- 4. REPOBLACIÓN AL SUR DEL DUERO
* 76.- 5. PREPONDERANTE INFLUJO ÁRABE Y MOZÁRABE
B. PRIMEROS BALBUCEOS DEL IDIOMA (960-1065)
GLOSAS Y CANTARES ÉPICOS
CAPITULO V. LA LENGUA ESCRITA
* 77.- 1. LATÍN DOCTO Y LATÍN ARROMANZADO
* 78.- 2. LAS GLOSAS EMILIANENSES
* 80.- 4. DIFICULTAD DE LA ESCRITURA
* 83.- 7. REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE OTROS SONIDOS ROMÁNICOS
* 84.- 8. GRAFÍAS PARA SONIDOS ESPECIALMENTE CASTELLANOS
CAPÍTULO VI. EL HABLA ROMANCE
* 86.- 1. FALTA DE FIJACIÓN DEL SISTEMA VOCÁLICO
* 87.- 2. SONORIZACIÓN DE LA CONSONANTE SORDA
* 88.- 3. VACILACIÓN EN LA PÉRDIDA DE LA VOCAL INTERTÓNICA
* 89.- 4. FECHA RELATIVA DE LA SONORIZACIÓN Y DE LA SÍNCOPA VOCÁLICA
* 90.- 5. UNA ÉPOCA DE MÚLTIPLES SINCRETISMOS
* 91.- 6. CONTIENDA ENTRE LLANOS Y CULTOS
* 92.- 7. ARCAIZANTES Y NEOLOGISTAS
* 93.- 8. AFECTACIÓN ULTRACORRECTA
CAPITULO VII. EL CASTELLANO ENTRE LOS DEMÁS DIALECTOS ROMANCES HISPÁNICOS
* 94.- 1. CARÁCTER DIFERENCIAL DE CASTILLA
* 95.- 2. RASGOS PRIMITIVOS DEL CASTELLANO FRENTE AL LEONÉS, AL ARAGONÉS Y A LA ALJAMÍA
* 96.- 3. CASTILLA SE ADELANTA A LOS OTROS DIALECTOS AFINES
* 97.- 4. EL CASTELLANO CON EL LEONÉS Y EL GALLEGO-PORTUGUÉS
* 98.- 5. EL CASTELLANO CON EL ARAGONÉS Y EL CATALÁN
CAPÍTULO VIII. LA LITERATURA DEL MILENIO
* 100.- 2. CANCIONES ANDALUSÍES. EL LENGUAJE DE ESTOS CANTARCILLOS ROMÁNICOS
* 101.- 3. ESTADO LATENTE DE UNA POESÍA ÉPICA
* 102.- 4. ¿HUBO UNA ÉPICA MOZÁRABE?
* 103.- 5. CANTARES DE GESTA BREVES EN CASTILLA
* 104.- 6. EL ASONANTE EN LA POESÍA JUGLARESCA
C. LA LENGUA Y LA LITERATURA CASTELLANA
SE ABREN PASO EN UNA ESPAÑA NUEVA
CAPITULO IX. EL INFLUJO FRANCO Y LA EMANCIPACIÓN DEL ROMANCE
* 105.- 1. LA DINASTÍA NAVARRA. CASTILLA HECHA REINO
* 106.- 2. ALFONSO VI; RUPTURA CON LA TRADICIÓN MOZÁRABE
* 107.- 3. RECONQUISTA DE TOLEDO. DECADENCIA MOZÁRABE
* 108.- 4. LA EXTREMADURA AL SUR DEL DUERO. DESAPARICIÓN DE LOS DIALECTOS ROMANCES PRIMITIVOS
* 109.- 5. EL CID Y LOS ALMORÁVIDES
* 111.- 7. ARROLLADOR AVANCE DE LA APÓCOPE
* 112.- 8. FIJACIÓN DEL RITMO ACENTUAL DE LA PALABRA
CAPITULO X. ESPLENDOR DE LA LITERATURA DIALECTAL (1140-1180)
* 115.- 1. RESURGIMIENTO DE TOLEDO. LA HERENCIA CULTURAL ÁRABE
* 116.- 2. LA POESÍA BILINGÜE CONTINÚA TRIUNFANDO EN AL-ANDALUS
* 117.- 3. LA TOLEDO ROMÁNICA FRONTERIZA; SU MEZCLA DIALECTAL
* 118.- 4. EL POEMA DE «MIO CID»
* 119.- 5. EL LENGUAJE VERSIFICADO. EL MONORRIMO Y EL PAREADO ANISOSÍLABO
* 120.- 6. LA VERSIFICACIÓN: EL ASONANTE Y LA LLAMADA -E PARAGÓGICA
* 121.- 7. PRIMITIVISMO DEL LENGUAJE LITERARIO
* 122.- 8. CARÁCTER DIALECTAL DE LA LITERATURA
* 123.- 9. PRIMER ELOGIO DE LA LENGUA CASTELLANA. LA LITERATURA DE CASTILLA
CAPÍTULO XI. SINCRETISMO EN LA LENGUA LITERARIA DE LA ESPAÑA DE LOS CINCO REINOS (1180-1230)
* 124.- 1. PREPONDERANCIA CASTELLANA
* 125.- 2. INFLUJO DE LA LITERATURA GALLEGA
* 126.- 3. CONTINÚA EL INFLUJO PROVENZAL
* 127.- 4. SANTO DOMINGO DE GUZMÁN Y LA LLANEZA DE EXPRESIÓN
* 129.- 6. CONVIVENCIA Y MIXTURA DE DIALECTOS
* 130.- 7. CASTELLANIZACIÓN DE LA LENGUA LITERARIA
* 131.- 8. DIALECTALISMO CANCILLERESCO Y NOTARIAL
PARTE CUARTA: EL ESPAÑOL ANTIGUO
A. RENOVACIÓN ERUDITA DEL IDIOMA (1230-1293)
CAPÍTULO I. NUEVAS CONDICIONES DE VIDA
* 133.- 2. EXPANSIÓN DE LOS DIALECTOS DEL NORTE
* 134.- 3. MODO DE LA PROPAGACIÓN LINGÜÍSTICA POR RECONQUISTA
CAPITULO II. LOS PRIMEROS POEMAS DE CLERECÍA
* 136.- 1. DIALECTALISMO ATENUADO
* 137.- 2. CLERECÍA Y JUGLARÍA. EL LATINISMO
* 138.- 3. VERSO «A SÍLABAS CONTADAS»
* 139.- 4. LENGUAJE VECINAL DE BERCEO
CAPITULO III. ALFONSO X EL SABIO Y LA ESCUELA DIDÁCTICA (1252-1295)
* 140.- 1. FEDERICO II Y ALFONSO X
* 141.- 2. CREACIÓN DE LA PROSA LITERARIA
* 142.- 3. TRABAJO DIRECTIVO DEL REY SABIO
* 144.- 5. LA ESCOLÁSTICA Y LA ANTIGÜEDAD
* 145.- 6. TENDENCIA ETIMOLÓGICA
* 146.- 7. NEOLOGISMO LATINISTA
* 147.- 8. NEOLOGISMO ROMÁNICO
* 148.- 9. IDEA ESTILÍSTICA DE ALFONSO EL SABIO
* 149.- 10. CUESTIÓN DEL IDIOMA: «CASTELLANO DERECHO»
* 150.- 11. CASTELLANO, LEONÉS, ARAGONÉS
* 151.- 12. ESPAÑOL, LENGUAJE DE ESPAÑA
* 152.- 13. LA ORTOGRAFÍA ALFONSÍ
* 153.- 14. EL CASTELLANO EN LA NUEVA POESÍA DE CLERECÍA
* 154.- 15. PREPONDERANCIA DEL CASTELLANO
CAPÍTULO IV. LA LENGUA COMÚN. RELACIONES EXTRANJERAS
* 155.- 1. INTERCAMBIOS DE VOCABULARIO ENTRE FRANCIA Y ESPAÑA
* 156.- 2. LA APÓCOPE POTESTATIVA DE -E; GEOGRAFÍA Y CRONOLOGÍA
* 157.- 3. LA APÓCOPE EN LOS TEXTOS LITERARIOS
B. LOS DOS PRINCIPALES ESTILISTAS DE LA EDAD MEDIA.
APOGEO DE LA ESCUELA DIDÁCTICA (1205-1370)
CAPITULO V. LA LENGUA LITERARIA
* 158.- 1. SANCHO IV SE APARTA DE LOS GUSTOS DE ALFONSO X
* 159.- 2. LA ESCUELA ALFONSÍ. CULMINACIÓN DE LA LITERATURA
* 160.- 3. PROPÓSITO ESTILÍSTICO DE DON JUAN MANUEL
* 161.- 4. LENGUA RACIONAL Y LÓGICA
* 162.- 5. INTENTO FALLIDO DE OSCURIDAD
* 163.- 6. EL ARCIPRESTE DE HITA. «RAZONES ENCUBIERTAS»
* 165.- 8. VOCABULARIO Y FRASEOLOGÍA
* 166.- 9. EL VERSO Y LAS «SERRANILLAS»
CAPITULO VI. ESTADO DE LA LENGUA COMÚN
* 167.- 1. RELATIVA ESTABILIDAD
* 168.- 2. LA LENGUA COMÚN. TOLEDO Y SEVILLA
* 169.- 3. APÓCOPE POTESTATIVA DE LA -E
* 170.- 4. LOS DIALECTOS LATERALES Y EL DIALECTO CENTRAL
* 171.- 5. TENDENCIAS CASTICISTAS
* 172.- 6. RELACIONES EXTERNAS
C. ARTIFICIOSIDAD RENACENTISTA.
PRERRENACIMIENTO RETÓRICO
CAPÍTULO VII. PERÍODO DE TRANSICIÓN, 1370-1400
* 173.- 1. INFLUJO GALAICO-LEONÉS. ROMANCES Y ARTE MAYOR
* 174.- 2. ENSAYOS HUMANÍSTICOS EN ARAGONÉS. FERNÁNDEZ DE HEREDIA
* 175.- 3. DON PEDRO LÓPEZ DE AYALA
CAPITULO VIII. ALEGORÍA, OSCURIDAD. RETÓRICA ELOCUENCIA (1400-1450)
* 176.- 1. PRIMERA APARICIÓN DE UNA ESCUELA SEVILLANA. DECIRES ALEGÓRICOS Y OSCUROS (1395-1415)
* 177.- 2. LA PROSA. DON ENRIQUE DE VILLENA (1417-28)
* 178.- 3. LA POESÍA. SANTULARIA Y MENA (1429-1456)
* 179.- 4. NUEVAS ORIENTACIONES
* 181.- 6. DENOMINACIONES METAFÓRICAS
* 182.- 7. LOS NEOLOGISMOS «LECTOR» Y «POETA»
* 183.- 8. LA RETÓRICA Y EL DESPRECIO DE LA LENGUA COMÚN
* 184.- 9. LATINISMO POR RAZONES ESTÉTICAS
* 185.- 10. SINTAXIS ARTIFICIOSA. HIPÉRBATON
* 186.- 11. LA POESÍA COMO CIENCIA
* 187.- 12. NUEVA VIDA CORTESANA. OSTENTACIÓN Y LUJO
* 188.- 13. GUSTO POR LO INUSITADO. LO IRREVERENTE, LO OBSCENO
* 189.- 14. RETÓRICA Y NATURALIDAD. FERNÁN PÉREZ DE GUZMÁN
* 190.- 15. DECADENCIA DE LA ARTIFICIOSIDAD Y TRANSICIÓN (1458-1475). JUAN DE LUCENA
* 191.- 16. GÓMEZ MANRIQUE. VUELTA A LA NATURALIDAD
CAPÍTULO IX. ESTADO DE LA LENGUA COMÚN (1370-1470) Y RELACIONES EXTERIORES DEL CASTELLANO
* 192.- 1. RACHAS DE ARTIFICIOSIDAD
* 193.- 2. FONÉTICA DEL LATINISMO LÉXICO
* 194.- 3. SIMILICADENCIAS Y RIMAS EN LA LENGUA CONVERSACIONAL
* 195.- 4. NEOLOGISMOS MORFOLÓGICOS
* 196.- 5. EXTINCIÓN DE LA APÓCOPE POTESTATIVA DE -E
* 197.- 6. ARAGÓN Y CATALUÑA. CORTE DE ALFONSO V
* 198.- 7. LAS CANARIAS Y PORTUGAL
* 199.- 8. EL ÁRABE Y EL ROMANCE
PARTE QUINTA. EL ESPAÑOL ÁUREO
A. RENACIMIENTO HUMANÍSTICO (1474-1554)
CAPITULO I. DEL RETORICISMO AL HUMANISMO: LOS REYES CATÓLICOS (1474-1516)
* 202.- 1. SIGNIFICACIÓN DEL NUEVO REINADO
* 205.- 4. CONCEPTISMO POÉTICO DEL CANCIONERO GENERAL
* 206.- 5. LA REINA ISABEL Y EL HUMANISMO
* 208.- 7. LA LENGUA, LA UNIDAD NACIONAL, EL IMPERIO
* 209.- 8. FRUTOS TARDÍOS MEDIEVALES
CAPITULO II. LOS DIALECTOS VIEJOS COMPLETAN SU NACIONALIZACIÓN
* 212.- 2. LA UNIDAD POLÍTICA Y EL REINO DE ARAGÓN
* 214.- 4. CASTILLA LA NUEVA. TOLEDO Y LA CORTE COMO NORMAS UNIFORMADORAS
CAPÍTULO III. UN DIALECTO NUEVO. EXPANSIÓN DEL ANDALUZ. EL CECEO/SESEO
* 215.- 1. PROSPERIDAD DE ANDALUCÍA
* 216.- 2. ANDALUCÍA Y TOLEDO EN CONTIENDA
* 217.- 3. EXPLICACIÓN HISTÓRICA DE LA CONFUSIÓN DE LAS SIBILANTES ALVEOLARES Y DENTALES
* 218.- 4. DIGRESIÓN SOBRE LOS VERBOS «CECEAR» Y «SESEAR»
* 219.- 5. PRIMERAS NOTICIAS DEL «CECEO»
* 220.- 6. EL «CECEO» EN EL USO CORTESANO
* 221.- 7. EL SECECEO SEVILLANO
* 222.- 8. EL «SECECEO» EN CÓRDOBA
* 223.- 9. LA NORMA TOLEDANA AÚN VIGENTE PESE A LA GRAN DIFUSIÓN DEL «CECEO» EN ANDALUCÍA
* 224.- 10. LA RECONQUISTA DE GRANADA Y LA EXPANSIÓN DEL «SECECEO»
* 225.- 11. NUEVA REPOBLACIÓN DEL REINO DE GRANADA
* 226.- 12. RESUMEN SOBRE ORÍGENES DEL DIALECTO GRANADINO
CAPITULO IV. EL NUEVO MUNDO. GRAN EXPANSIÓN TERRITORIAL DEL IDIOMA
* 227.- 1. LA POBLACIÓN ESPAÑOLA DE AMÉRICA
* 228.- 2. PROPORCIÓN RELATIVA DE CASTELLANOS, ANDALUCES Y EXTREMEÑOS
* 229.- 3. GRAN EMIGRACIÓN ANDALUZA Y SEVILLANA
* 230.- 4. NUEVO MUNDO, NUEVO LENGUAJE
* 231.- 5. INFLUJO DE LAS LENGUAS ANTILLANAS
* 232.- 6. PRÉSTAMOS DEL AZTECA
* 233.- 7. INFLUENCIA DEL QUICHUA
* 234.- 8. PRÉSTAMOS GUARANÍES, ARAUCANOS Y DE OTRAS LENGUAS
* 235.- 9. ELEMENTOS IMPORTADOS DEL MUNDO VIEJO
CAPÍTULO V. NUEVA SITUACIÓN DEL ESPAÑOL EN EL VIEJO MUNDO
* 236.- 1. EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS
* 237.- 2. PORTUGAL: LA MODA CASTELLANISTA
* 238.- 3. RELACIONES CON ITALIA
* 239.- 4. EL ESPAÑOL Y EL FRANCÉS
* 240.- 5. CARLOS V Y EL ESPAÑOL
CAPÍTULO VI. GUEVARA Y GARCILASO. TRIUNFO DEL ITALIANISMO (1525-1554)
* 241.- 1. TENTATIVAS VARIAS EN LA PROSA
* 243.- 3. LAS PAREJAS DE SINÓNIMOS
* 244.- 4. BOSCÁN, PROPUGNADOR DE ITALIANISMO Y DE NATURALIDAD
* 245.- 5. GARCILASO Y LA TEORÍA DE LA IMITACIÓN
CAPITULO VII. DOCTRINA HUMANÍSTICA SOBRE LA LENGUA VULGAR
* 246.- 1. CRECIENTE ESTIMA DE LAS LENGUAS VULGARES
* 247.- 2. JUAN DE VALDÉS. SELECCIÓN ANTES QUE INVENCIÓN
* 248.- 3. VILLALÓN, MEJÍA Y VENEGAS
* 249.- 4. AMBROSIO DE MORALES
CAPITULO VIII. GRAN RENOVACIÓN EN LA LENGUA COMÚN (1480-1550)
* 250.- 1. NUEVA ONOMÁSTICA PERSONAL
* 254.- 5. VUESSA MERCED Y USTED; VOS Y VOSOTROS
* 256.- 7. SE FIJA EL VOCALISMO MODERNO DEL IDIOMA
* 257.- 8. CASTILLA LA VIEJA EVOLUCIONA EN EL CONSONANTISMO
* 258.- 9. SUERTE DE LA F Y DE LA H
* 259.- 10. NUEVA PRONUNCIACIÓN DE OTRAS CONSONANTES EN CASTILLA LA VIEJA
* 260.- 11. PRONUNCIACIÓN CASTELLANO-VIEJA DE LA J Y LA X
* 261.- 12. LA Z Y LA S ENSORDECIDAS EN CASTILLA LA VIEJA
B. CULMINACIÓN DE LA ÉPOCA CLÁSICA (1554-1617)
CAPITULO IX. PERÍODO DE LOS GRANDES ESCRITORES MÍSTICOS (1554-1585)
* 264.- 2. LA CORTE EN MADRID. NUEVAS ORIENTACIONES
* 265.- 3. FRAY LUIS DE GRANADA
* 266.- 4. SANTA TERESA. UN ESTILO DE ESPONTANEIDAD
* 267.- 5. FRAY LUIS DE LEÓN. SENCILLEZ Y SELECCIÓN ESMERADA
* 268.- 6. SAN JUAN DE LA CRUZ
* 269.- 7. LA ESCUELA SEVILLANA. UN MAYOR ESFUERZO DE ARTE
* 270.- 8. HERRERA Y EL NEOLOGISMO
* 271.- 9. DIFICULTAD CONCEPTUAL, NO OSCURIDAD DE PALABRA
* 272.- 10. OTRO ENSAYO DE ARTIFICIOSIDAD. FRAY JUAN DE PINEDA
CAPITULO X. ASPIRACIÓN A UNA NORMA LINGÜÍSTICA NACIONAL
* 273.- 1. ÚLTIMOS ECOS DE LA OPINIÓN CORTESANA Y TOLEDANA
* 274.- 2. LENTO DECAIMIENTO DEL TOLEDANISMO
* 275.- 3. OPOSICIÓN LEVANTINA Y ARAGONESA AL EXCLUSIVISMO CASTELLANO
* 276.- 4. ANDALUCÍA SE AFIRMA FRENTE A CASTILLA LA VIEJA
* 277.- 5. ESPAÑOL Y CASTELLANO
* 278.- 6. MOMENTO DE MAYOR ENTUSIASMO NACIONAL, 1580-1600
* 279.- 7. LA LENGUA VULGAR EN LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS
* 280.- 8. TRABAJOS DOCTRINALES SOBRE EL IDIOMA
CAPÍTULO XI. PERÍODO DE CERVANTES Y LOPE DE VEGA, (1585-1617)
* 281.- 1. «LA GALATEA» DE CERVANTES
* 282.- 2. EL ESTILO DE NATURALIDAD CONTINÚA DOMINANTE
* 283.- 3. LOS ROMANCES VIEJOS
* 284.- 4. EL ROMANCERO NUEVO. COMIENZOS DE LOPE. TEORÍA DEL NATURAL
* 285.- 5. EL «QUIJOTE». LLANEZA Y CLARIDAD
* 287.- 7. REALISMO E IMITACIÓN EN CERVANTES
* 288.- 8. LOPE DE VEGA. POESÍA DOCTA Y POESÍA NATURAL
* 289.- 9. EL GUSTO, SEGÚN LOPE: SINTAXIS IMPRESIONISTA
* 290.- 10. EL DIÁLOGO DRAMÁTICO
* 291.- 11. LA ERUDICIÓN Y LA POESÍA DOCTA
* 292.- 12. EL POETA CIENTÍFICO. DE NUEVO LA POESÍA COMO CIENCIA
* 293.- 13. POLÉMICA SOBRE LA «JERUSALÉN»
* 294.- 14. LOS LUGARES COMUNES
* 295.- 15. ESTILO DE TRANSICIÓN. NUEVA IDEA DE LA PUREZA DEL IDIOMA
* 296.- 16. LOS ARGENSOLAS. TAMBIÉN LLANEZA VACILANTE
* 297.- 17. UN PERÍODO DE TRANSICIÓN
CAPITULO XII. ESTADO DE LA LENGUA COMÚN (1550-1610)
* 298.- 1. MADRID Y CASTILLA LA VIEJA
* 299.- 2. LA PROPAGACIÓN DEL CONSONANTISMO MODERNO
* 300.- 3. LA PÉRDIDA DE LA H SE GENERALIZA
* 302.- 5. SE GENERALIZA EL ENSORDECIMIENTO DE Z Y S, Y LA IDENTIFICACIÓN DE B Y V
* 303.- 6. LOS CAMBIOS FONÉTICOS Y LAS RIMAS
* 304.- 7. RESUMEN DE LOS CAMBIOS CONSONÁNTICOS Y CONSECUENCIAS DIALECTALES
* 305.- 8. LOS GRUPOS CONSONANTICOS LATINOS
CAPÍTULO XIII. EL DESARROLLO DEL ANDALUZ Y DEMÁS DIALECTOS MERIDIONALES. 1557-1617
* 308.- 1. SE AFIRMAN LOS CARACTERES LINGÜÍSTICOS DE ANDALUCÍA
* 309.- 2. AVANZA EL «SECECEO». ARIAS MONTANO, MATEO ALEMÁN, JUAN DE LA CUEVA
* 310.- 3. INDISTINCIÓN ENTRE «SESEO» Y «CECEO»
* 311.- 4. EL «SECECEO» EN EXTREMADURA, LEVANTE Y PORTUGAL
* 312.- 5. EL «SECECEO» ANDALUZ Y EL «SESEO» VALENCIANO SE PONEN EN GRAN MODA
* 313.- 6. EL «SECECEO» EN EL TEATRO MADRILEÑO
* 314.- 7. EL TRIUNFO RÁPIDO DEL «SECECEO» EN EL SUR
CAPITULO XIV. DESARROLLO DEL ESPAÑOL EN AMÉRICA (1554-1617)
* 315.- 1. PARALELISMO DE EVOLUCIÓN EN LAS COLONIAS Y EN LA METRÓPOLI
* 316.- 2. FORMACIÓN DE LA COMUNIDAD LINGÜÍSTICA AMERICANA
* 317.- 3. SEVILLA, METRÓPOLI COMERCIAL DE AMÉRICA
* 318.- 4. EL «SESEO» AMERICANO Y LA S CONVEXA
* 319.- 5. LAS CAUSAS DEL «SESEO» AMERICANO
* 320.- 6. «SESEO» Y NO «CECEO»
* 321.- 7. ¿GRADOS PROGRESIVOS DEL «SESEO»?
* 322.- 8. PROPAGACIÓN DEL SESEO
* 323.- 9. FOCOS DE RESISTENCIA AL «SESEO»
* 324.- 10. EL «SESEO» ENTRE LOS INDIOS
Diseño gráfico:
La Garduña Ilustrada
Imagen: letra і minúscula , i ucraniana del alfabeto cirílico. Sonido /i/, i
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